Capítulo 3 ♡
Anashia.
Estaba exhausta de tanto trabajo en mi pobre vida, esta semana fue solo de baile y tutorias con los peques, encima de eso el trabajo extra en el hotel Hollyday me esta succionado energia, a punto de tirar la toalla me retracto cuando pienso en las grandes deudas de las casas comerciales entre otras cosas, me digo a mi misma que debo seguir trabajando, por ahora no es momento de echarme atras, mama necesita mucho de mi ayuda y la lucha de vida a penas empieza.
Desde el fallecimiento de mi padre las cosas empeoraron, las deudas grandes me tocaron pagarlas por pagos, llevo 5 años en la que no he tenido tiempo nisiquiera de conocer a un hombre. Bueno exagero un poco, ya que Victor ha sido un buen amigo, perdón un amigo con derecho según yo, pero eso para mi no es algo que yo deseo, soy estúpida él me ha pedido varias veces que sea su novia, seguramente esta cansado de hacerlo ya. Wou, que pecado más grande es amar a un hombre que se olvidó de ti de la noche a la mañana.
Suspirando pienso en aquellas veces en que seguía dolida por no poder dejar de pensar en el idiota de Alexei, siempre le decía que no a Victor, no me di la oportunidad de tener algo serio, quizás él hubiera sido un buen hombre en mi vida.
Nel pastel.
Tampoco confío en él, a mi juicio despues de aquella mentira ya no confío en los hombres.
Río como una loca al pensar tanta estupidez, necesito ponerme las pilas en mis trabajos y descartar eso del amor. Por ahora mejor sola que mal acompañada, aunque un nochecita no le hace mal a nadie, hasta dolor de cabeza tengo de tanta abstinencia sexual, necesito un poco de salidita este encierro me tiene loca.
En los transcurso de los días todo ha sido casa trabajo, y más trabajo, el salario es no esta mal en la escuela, de eso no me quejo, sin embargo nunca termino de completar mis otras necesidades, ni modo, la vida que mo toco a mi, no es color de Rosa, es color negro como mi realidad.
Al terminar la tutoria con el grupo de sexto grado, llegó a rendirá a casa, dejó mis materiales tirado en mi habitación, me quito los tenis y me pongo mis croos luego bajo a buscar una Gaseosa cocacola retornable. Chasqueo los dientes al seguir tomando esa bebida toxica, con azúcar saldre tan joven hasta peso menos de lo normal. Cuando voy caminando a casa me encuentro con mi amiga, ella sonríe medio lado, se que algo me dirá.
—Anashia, salgamos un ratico...—niego dudosa ya que quisiera pero no puedo salir y despejar la mente, tengo deberes.—Amiga tienes 26 años, pero pareces de 60, porque nunca te diviertes, se que debes cuidar a tu mamá y pagar las deudas que dejo tu papá, pero necesitas hacer tu vida, piensas morir de esa manera.
Río por el comentario. De veras que tiene toda la Razón, sin embargo todo eso se acabó cuando falleció mi padre y cuando estuve a punto de morir aquel día.
—Brighet gracias por ser una buena amiga, no quito tu razón, pero desafortunadamente esto es lo que soy.
Mi amiga suspiro negando.
—Pasa un buen fin de semana en tu casa. Adiós.
Solo le sonreí sin decir nada más, si ella supiera que los viernes en la noche y fines de semana la paso en el hotel Hollyday Inn limpiando las habitaciones, lavando en lavadora, usando secadora dejando todo en orden hasta llegar la noche no pensaría de esa manera.
No, nadie me comprenderá hasta que estén en la suela de mi zapatos.
Vaya día que me toco.
***
Los días pasaban como viento en popa, desde aquel entonces mi supuesta amiga dejó de hablarme, nuevamente quedé sola, mis amigos son mis gatos, Misifu y kara, ellos son los únicos que me entienden, bueno y mi madre, la pobre pasa costurando todo el santo día con costo y conversamos.
Ya sábado llego y nuevamente otro día de trabajo, esta mañana amaneme puse a limpiar las habitaciones, lave las sábanas en la lavadora, después terminen de cercalas para después plancharla, entre a las habitaciones para dejar las camas con sus cubiertas ya listas, al termine anote mi hora de salida, quese sentada esperando mi pago, cuando toco mi turno, quede viendo el lugar recreativo por un rato, soltando un suspiró decido que es hora de irme, por lo menos hoy salí temprano, lo bueno del hotel es que la paga es más de 100 dólares por 3 dias y en una semana es mas. Pero el trabajo es difícil, creo que ya he bajado más de 2 libras en solo en estos días.
Subo a la ruta 102 para bajarme en multicentro, llevare pizza y pastel de piña para cenar.
Después de media hora bajo en la parada y cruzo la calle, son mas de las cinco de la tarde, camino viendo lo nuevo y entendencia, bueno lo que esta en tendencia es Barbie y ese Ken, ya aburren.
Llego al piso de abajo y ordeno la pizza y los pasteles, de lejos veo a un conocido y es Victor, él al verme se pone nervioso y es obvio porque esta con una chica y piensa que le diré algo, ignorandolo sigo esperando mi orden, levanto las cejas disimulando.
—Anashia, que tal estas?— tuerzo los dedos al escucharlo cerca de mi.
—Ah, hola Victor, que tal, yo muy bien, y tu?— Se rasca el cabello dirigiendo su mirada en la chica que esta sentada.
—Vine con ella un rato, ya que tu sigues rechanzandome—comenta apenado.
Ay si, sinvergüenza.
Le palmo la espalda Asintiendo.
—Que bueno, aprovecha macario que las mujeres no son diario, adiosito vete, ella pensara mal.
—Anashia, tu no cambias eh, siempre tratas de sonrier en las buenas y en las malas, por eso me encantas.
—Okey, cuídate— Respondí tratando de correrlo.
La chica me llama por el mostrador, me acerco pago y tomo la caja de pizza, luego pago los pasteles y nuevamente me dirijo a mi destino.
Mientras comiamos pizza hasta cansarnos, mama y yo conversamos mucho, reímos he incluso lloramos, así es, mi madre aún no supera la muerte de mi papá y yo por desgracia no olvido a mi primer amor, creo que moriré sola con mis recuerdos buenos y dolorosos.
***
Era lunes ya, estaba sin deseos de despertar, quería tirar mi alarma y de esa manera dejara de sonar. Imposible ya que el deber llama, tenía que levantarme si o si y así fue, me duche como siempre, al salir quede sentada unos 10 minutos seco mi cuerpo para luego vestirme como siempre, camiseta de color rosado con el logotipo de la Escuela, pantalón negro, botines negros, mi cabello largo y rojizo en una cola alta. Veo mi reflejo en mi espejo y sonrió como se debe hacer cuando se trabaja con 100 niños o quizás más. Ya parezco una Barbie y no la Esposa de chuki.
Río en mis adentros por mis ocurrencias.
Antes de salir pinto mis labios en un tono bajo, me pongo rubor para que no se vea mucho mis pecas, ya lista salgo de casa, claro sin antes dejar un beso en la mejilla de mi madre.
—Te vas de nuevo sin desayunar— me reprende mi mamá.
—¡Comprare algo en el camino!— Grite en respuesta, salgo corriendo al ver que solo tengo media hora en mi disposición.
Uff, presiento que hoy será un buen día.
Al llegar a la escuela, los niños me saludaron como siempre, incluso algunos de ellos me trajeron frutas, yogurt entre otras cosas, realmente son un amor, casi siempre hacen eso, creo que me aman.
—Señorita Anashia tienes una nueva integrante.—Asiento cuando la directora me entrega unas documentos.
—Esta bien Rectora.
Suspiro agobiada, ni modo es mi deber.
—Buenos días, vengo tarde.
—Así parece Marce.
—La rectora nadita y me cacha...
Las demás rieron de Marce, ella siempre viene tarde, no es la primera vez.
Sigo viendo varios papeles mientras las demás están formando grupos para las canciones del día de las maestras...
—Disculpe señoritas, soy el padre de la nueva integrante, me llamo Alexei Servante—Escucho la voz de un hombre a lo que dejo de hacer mi trabajo para ver quien es.
—Hola mucho gust...—mi voz queda estancada cuando veo de quien se trata, varias imágenes como películas vienen a mi sistema cerebral. Rápidamente quiero decir algo, él está igual de sorprendido, me repongo al ver a la niña que es igualita a él —Señor mucho gusto, Marce puedes llevar a la niña en un pupitre vacío, ehm voy a buscar unos papeles, atiende al padre de la nena.
—Niños saluden a su nueva compañerita.
Escucho decir a la maestra Marce, a lo que salgo tirada del aula dirigiéndome a los baños, esto debe ser mentira, mi corazón está a punto de estallar, necesito aire, creo que el baño no es el mejor lugar para esconderme, odio los lugares cerrados.
—Anashia...— Su voz no ha cambiado, llevo más de ocho años sin escucharlo pero porque sigue perturbandome—Anashia.
—Señor que hace usted aquí, debería esperar en la sección—espete nerviosa.
—Soy Alexei, mírame por favor, he regresado, puedes escucharme— niego apunto de llorar, malditas lágrimas, porque me duele el corazón.
—Por favor, puede irse— mi voz sonó débil, trato de no verlo, no quiero.
—Mírame por favor, tengo mucho que decirte.
—No hay nada que decir señor Servante ...
Cuando quiero irme, siento sus manos al rededor de mis brazos, como se atreve abrazarme.
Mis lagrimas salen sin mi permiso, un horrible nudo esta estancado en mi garganta. Quiero gritarle y golpearlo.
—Suéltame Alexei, nos pueden ver.
—Entonces mírame.
Levanto la mirada y lo veo bien, sigue siendo el mismo solo que mas maduro, sus ojos azules están aguados, me observa detalladamente y veo como sus lágrimas bajan por su mejilla, sin saber como ya lo estoy abrazando fuertemente como si mi vida dependiera de él.
—Nunca deje de pensar en ti, no es el momento indicado pero necesito que hablemos.
Suelto un bufido lastimero, me alejo limpiando mis lagrimas y tratando de no perder la cordura.
—Tu y yo no tenemos nada de que hablar.
—Si tenemos, me vas a escuchar quieras o no.
—Quieres que me echen de la escuela?— niega cerrando los ojos, saca un pañuelo y se limpia las lágrimas, luego hace lo mismo conmigo, quiero alejarme pero él no lo permite.
—Te llamare, vendré por la niña y cuando estes desocupada hablaremos con calma.
—Es mejor que te vayas, si la rectora me ve aquí con un padre de familia me despedirá—Le digo con toda la paciencia pero a punto de gritarle.
—Me iré pero esto no se quedará así.
Nuevamente se acerca a mi y me besa, diablos esto no me lo esperaba.
—Nunca olvides que siempre te he amado.
Dicho eso sale del cuarto de baños dejandome con una tremenda duda... ¿ que es esto, un sueño o la jodida realidad?