CAPITULO 2
Mi papá me ayudo a bajarme de arriba del closet, me apretó entre sus brazos y solo dijo preocupado
—Kiara ¿por qué te subiste allá arriba? —Le contesté
—Papi, se escuchaban ruidos raros en tu habitación y me subí para ver, pero no me gusto, esa señora te abrazo, solo mi mami te debía abrazar
—Mi amor estás muy chiquita para entender las cosas de la vida, yo soy un hombre y pues… tengo mis necesidades, te voy a pedir un favor, mi vida no vuelvas a subirte, primero porque te puedes caer y también porque es la habitación de papá y usted mi princesita no debe ver lo que papi hace allí en la noche ¿me prometes que jamás volverás a subirte?
—Sí, papi, nunca más me subiré, te quiero mucho —se lo dije con todo el amor que tengo para Él y me contesto abrazándome
—Yo también te quiero mi niña bella —Lo obedecí y nunca más volví a subirme, pero esas imágenes que vi no se borraban de mi mente
Cuando escuchaba voces de mujeres me llenaba de coraje porque sabía que iban a abrazarlo y no quería porque mi mamá era dueña de mi papi, solo ella tenía que abrazarlo
Cuando estuve en la secundaria no faltaron pretendientes que muy pronto seguirían el camino de la negación, nadie ocuparía el lugar de mi papá, Él era mi héroe, era mi todo, lo amaba mucho, por eso estudiaba para llevarle mis diplomas, mis altas notas, eso lo ponía muy contento
Transcurrieron años hasta que llegue a la preparatoria, estaba ya por culminarla cuando recibimos la noticia de que mi abuelita falleció de un paro cardíaco, mi papá casi pierde la cordura, rompía todo lo que estaba en su delante, gritaba de dolor, amaba a su madre demasiado, era su confidente su amor fraternal
Mi abuelito también sufría, pero mi papá al ser hijo único recibía el amor de mi abuelita en desmedida, me dolía verlo de esa manera, era peor que cuando murió mi mamá, no escuchaba a nadie, no dejaba que nadie se le acerque, estaba encerrado en su habitación llorando, entre abriendo la puerta muy despacio hasta que me situé frente a Él que estaba sentado en la cama
Alzo su cabeza observándome con esos ojos que taladraron mi alma de dolor, ver sus ojos con esas ojeras profundas por no dormir, por llorar, por sufrir, lo abracé y juntos lloramos a mi abuelita amada
Cuando sentí que estaba más calmado tome su rostro para mirarlo fijamente a los ojos, le dije
—Papi aquí y ahora quiero prometerte algo, cumpliré hasta el más mínimo capricho o necesidad que tengas, te amo y no quiero verte sufrir, ya no quiero esto
Me observo muy calmado ya, a pesar de que las lágrimas seguían rodando por su rostro y pregunto muy serio
—¿Estás muy segura Kiara? ¿Todos... mis caprichos? —lo apreté contra mí y le dije muy segura
—Te lo prometo, te lo juro por mi mamá y mi abuelita
Y así fue como me metí en esta pendejada por no verlo sufrir más, sin imaginarme siquiera en el tremendo lío en que me estaba metiendo… Yo y mi bocota
Enterramos a mi abuelita, se dedicó a la empresa, dejo un poco el estar llevando a mujeres a casa, no escuchaba esos gemidos ni nada, solo me cuidaba, me llevaba al cine, al mall se dedicó a mí, a su hija, me encanto eso
Cumplí los 18 años, mi fiesta fue grandiosa, mis amigos tomaban, fumaban yo incluida, cuando sonó un tremendo sonido como rugido y escuche gritar muy alegre
—¡Kiara Feliz cumpleaños! —Mire de donde venía la voz y era mi papá con una enorme moto de alto cilindraje con un enorme moño rojo encima que decía Kiara
Corrí a abrazarlo y mis amigos miraban la moto y hacían ruidos de satisfacción, comenzaron a hablar
—Kiara, que estupendo regalote
—Vaya tremenda moto
—Mujer te vas a ver muy sexi montada en eso
Mi papá me sonreía divertido, me apretaba contra Él y dijo
—Mi amor, ¿te gusta tu regalo? Oh, espera casi me olvido, falta lo demás, jajaja
Camino al auto y saco unas fundas del mall, las abrió y eran trajes de cuero negro y un hermoso casco todo para manejar mi moto
Mis amigas me fueron jalando para cambiarme de ropa y ponerme un traje de esos, cuando salí vestida de esa manera me silbaron, me tiraron piropos
Me subí a mi moto, la hice ronronear fuerte, apreté el acelerador y me di unas cuantas vueltas alrededor y mi papá se me apego con la suya, ambos hicimos roncar a los motores y nos fuimos a toda velocidad escuchando los aplausos y vítores de todos allí
Mi papá me hizo señas para alzar la parte delantera de la moto como toda una experta, ambos lo hicimos y gritábamos de felicidad, regresamos haciendo escándalo con los motores de las motos, nos bajamos de ellas y nos abrazamos riéndonos
Era el mejor regalo que pudo haberme dado, qué auto ni que nada amaba las motos, eran mi pasión, creo yo que herede eso de mi papá
Mi papá cuando quería se portaba muy alegre y jovial, pero lo que tenía de bueno le sobraba en galantería, pues pasa que ya era más de la medianoche, mi abuelo se fue a casa, mis amigos también, pero al entrar vi un sobre, lo abrí adentro una nota que decía “Gracias, Kiara por las esposas con felpa son fabulosas y muy suaves”.
Me alegré por Él, pero iba a despedirme para ir a dormir cuando escuche gemidos otra vez en su cuarto, yo había hecho una pequeña mirilla, pues la curiosidad me mataba por saber qué es lo que hacía allá adentro
Mire por esa mirilla y vi a Amanda, mi mejor amiga esposada de manos y pies en la cama, sonriendo y gimiendo, puesto que mi bello padre amante le estaba lamiendo sus pezones y ella se removía por el placer
Él, en cambio, se había puesto un traje a base de cadenas que yo le había comprado y tiene una particularidad, dos cadenas pasan por la base de la polla para aumentar su placer y unas más finas rozan los testículos, me quede observando todo
—¡Danko qué rico!, te tenía ganas desde hace años, pero ahora soy mayor de edad y puedes hacer conmigo lo que te dé la gana, soy tuya
Vaya ustedes a ver a la muy zorra de mi amiga Amanda, con razón me decía —Kiara tienes un papá que me lo comería todo —Pero por lo que veo otro es quien se la come a ella
Desde la promesa de traerle todo lo que me pidiera, he aprendido a conocer los fetiches que le gustan y para qué sirven, como ya soy mayor no hay impedimento para saciar mi curiosidad, pero como mi bendito padre me dijo:
“El hecho de que me compres y conozcas las cosas que uso y me gustan, no quiere decir que tú quieras hacer lo mismo, hija, espera que encuentres al hombre de tu vida, mientras tu virginidad es sagrada”
Y lo dice un hombre que le gusta toda clase de fetiches, algunos de ellos jamás pasaron por mi mente, ni siquiera por la imaginación
Me pudo la curiosidad y seguí observando como mi papá la disfrutaba y le decía palabras insultantes, pero a ella le encantaba porque se lo decía
—Perra te voy a coger duro, hasta que tu coño grite mi nombre, mmmmm
—Danko dime todo lo que quieras, soy tu perra, tu golfa, tu putaaaa
El cuerpo de Amanda parecía gelatina, los embates de mi papá eran tremendos, los gemidos llenaban la habitación, cuando vi que su mano baja y agarro algo muy fino, cuando lo alzo vi lo que era y recordé que era una fusta que le compre, con eso le lanzo un golpe en el pecho mientras la penetraba
Ella jadeaba más fuerte y gritaba
—¡Dame más duro!, golpéame mierda, ¡rómpeme todo papacito!
Me quité de allí y me dije, creo que se encontró otra loca que le gusta lo mismo que a Él, mejor me puse a ver una película para entretenerme, pero como voy a escuchar si lo que escuchaba eran sus gritos, sus jadeos y sus…«Puta rica, que apretada estas y Danko qué grande la tienes, me entra apretado»
Vaya, pues, parece que regrese a la escuela, toca aprenderse palabras nuevas en casa y qué maestros tengo
Mi vida es esa, gemidos, gritos, quejidos, jadeos, palabras fuertes y conseguirle sus benditos fetiches, lo único que si le dije advirtiéndole que animales y niños no, me prometió que jamás haría eso, todavía lo está cumpliendo