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O3.- EL HOGAR.

Esther cuando recorrió toda la mansión para ver como las iba a decorar, y que es lo que tenía que comprar. Así fue recorriendo la mansión de habitación por habitación.

En la parte trasera de la casa, estaban un espacio que más bien parecía un departamento, con varias recamaras, este no era tan pequeño, pero tenía baño y cocina, ella lo vio con detenimiento y extrañada, después pensó:

—A si, puede ser para invitados.

En eso estaba, cuando llego detrás de ella Ismael, y le dijo:

—Perdón amor, se me olvido decir que por este espacio no te preocupes, yo me encargo de él.

—¿Por qué?

—Porque es un lugar muy especial.

—Para ti.

—No, no para mí, en sí, es un lugar muy especial y de esto yo me ocupo.

—¿Por qué?

—Mira, ya después y con más tiempo te lo explico, ya después lo vas a entender.

—Pero…

—No, no ya no me preguntes y has lo que te digo.

Esto último lo dijo ya con una voz fuerte y molesto. Esther ya no quiso andar en la situación, y acepto lo que él le decía.

Así poco a poco amueblo la mansión, cuando esta estuvo terminada fue un gran orgullo para Esther, el ver amueblada su casa y con satisfacción dijo:

—Al fin, esta es mi casa, este es mi hogar.

Al decir esto, se acordó de su familia, después recorrió con la vista toda la mansión y dijo:

—No, no, esto no es para ellos, son tan conformistas, esto es grande, esto es para mí, que siempre soñé con esto, con algo grande como esto y ellos son tan pequeños, que se conforman con lo que tienen, no, no definitivamente no, esto no es para ellos, un día de estos los iré a ver, para saber cómo están, pero de eso a traerlos aquí no, no, para nada.

Así estaba cuando llego su esposo y le dijo:

—¿Qué paso amor?, ya está la casa lista.

—Sí, si ya está lista para habitarla, como la ves.

—Quedo magnifica, digna de una princesa, y esa princesa eres tú.

Ella se acercó a él, y lo abrazo tan fuerte, que él se sintió satisfecho. Después ella continuo.

—Si aquí van a nacer nuestros hijos.

—Oye, oye no tan aprisa, por el momento no quiero que te embaraces, aun no, aun vamos a disfrutar el estar solos por un tiempo, mientras nos vamos preparando para ser papás, ¿Qué te parece?

—Claro, si, si está bien amor, lo que tú digas.

—Bueno, pues esto merece una gran inauguración, y una gran fiesta.

—Sí, si claro que sí.

—Bueno, pues ahora quiero ver que tal eres para organizar una fiesta en tu casa, como decoradora eres magnifica, veamos como organizadora.

—A, por eso no te preocupes, que para eso soy muy buena, pero oye ¿A quién vamos a invitar?

—Mira, te voy a dar una lista de nombres, y después las invitaciones se las das al chofer, y él se encargará de entregarlas.

—Muy bien, está bien, oye y ¿Cuándo nos podemos mudar?

—Hoy mismo, quiero estrenar nuestra recámara, será una noche inolvidable, te lo aseguro.

Diciendo esto, Ismael la abrazo y beso con pasión, y si no hubiera sido por el chofer, lo hubieran hecho en ese mismo momento, en la sala, cuando oyeron que decía:

—Señor, le recuerdo la cita tan importante que tiene en media hora.

Él de mala gana le dice:

—Sí, si claro, vámonos, después nos vemos amor, entonces trae tus cosas del hotel y ya sabes, empieza a organizar, nos vemos más tarde.

—Sí, si cariño.

Ella se arregló el vestido, se aliso el pelo con las manos y también salió.

Así continuo la nueva vida de Esther, entre preparativos y derroche de dinero, Ismael no necesitaba ningún pretexto para hacerle regalos de joyería muy costosa, brazaletes, aretes, anillos, collares, etc. etc.

Pero bueno, llego el día de la fiesta y la celebración de la nueva mansión del matrimonio, en esta había meseros por donde quiera atendiendo a los invitados.

Estaba una gran mesa con toda clase de comida, desde Caviar hasta suculentas charolas de carnes frías de las más caras y traídas del extranjero, y en el jardín de la mansión puestos de tacos, garnachas, quesadillas y todo lo típico de la ciudad, así que había para escoger, y en lo que respecta en bebidas, había un gran bar a un lado, donde podías pedir desde un buen wiski, hasta una cerveza o alguna, bebida preparada.

Así empezaron a llegar los invitados, igual toda clase se invitados, desde políticos conocidos, así como familiares. Ya que estaba los invitados, Ismael llamo la atención e hizo la presentación formal de su esposa, diciendo:

—Buenas noches, espero que se estén divirtiendo, esta reunión es para estrenar mi casa, pero es principalmente para presentar formalmente a mi esposa y compañera, ella es mi mano derecha, tanto en lo personal como en los negocios, así que para mí es muy importante para mí y para ustedes, el que la conozcan, amor acércate.

Así Esther se acercó él la abrazó le dio un beso, todos aplaudieron y empezó a escucharse la música, empezando a cantar el artista de moda que se le contrato para amenizar la fiesta, ya más tarde, poco a poco los invitados empezaron a retirarse, hasta que se fueron todos.

Ismael se sentó en la sala con Ester, mientras, los meseros empezaron a recoger todo.

—Esther, todo fue un éxito, amor gracias por dedicarte y poner el cien en todo, a lo que a mí me interesa.

—Sí, si amor, yo sé que te pareció todo muy bien y estoy contenta por ti, si tú eres feliz, yo también lo soy, Ismael yo te amo y te amo mucho, y creo que te lo he demostrado.

—Sí, si amor lo sé, es por eso que yo solo confió en ti y nada más en ti, y además estoy muy enamorado de ti.

—Pero Ismael, tengo una duda.

—¿Sobre qué amor?

—De lo que dijiste cuando me presentaste, eso no lo entendí y nunca me lo habías dicho.

—Bueno, bueno eso lo platicamos mañana, por el momento vamos a descansar, ya mañana aclaramos todas tus dudas, porque si es necesario que lo platiquemos, pero eso ya será después, de acuerdo.

—Está bien, de acuerdo.

Esther lo dijo de mala gana.

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