Capítulo 2
Mi corderito travieso pone sus manos en mi cintura y me lleva al baño. Saca un secador de pelo del cajón del armario y se vuelve hacia mí con cara seria.
- ¿Y ahora? ¿Cómo funciona eso? – pregunta y solté una carcajada.
Camino hacia él, tomo el secador de pelo de su mano y deliberadamente rozo nuestros dedos uno contra el otro. Bajo mi mirada avergonzada y conecto el cable de la secadora al enchufe. Lo dejo encima del mueble del fregadero y me giro hacia mi corderito que está apoyado contra el mueble.
- ¿Puedo? – pregunto, casi como un susurro, señalando su chaqueta de esmoquin.
Él simplemente asiente lentamente, así que me acerco a él y le desabrocho los botones lenta y delicadamente.
Como estaba muy cerca, puso ambas manos en mi cintura y me atrajo ligeramente hacia él.
Tan pronto como termino de desabrochar los últimos botones, deslizo la chaqueta por sus fuertes brazos y me contengo para no darle un mordisco.
Me alejo, agarro el secador de pelo y seco la manga de su chaqueta. Sé que me está mirando, también sé que no se ha dado cuenta de que la secadora está a temperatura baja y que no va a secar su chaqueta en el corto plazo.
Preparo mi próximo ataque, aprovechando sus ojos y lo olfateo.
Él se acerca a mí y hago mi mejor cara de llanto y solo puedo decir una cosa, me veo hermosa llorando.
- ¿Qué era Ruby? – pregunta, levantando suavemente mi barbilla con la punta de sus dedos.
- Disculpame. - digo suavemente. – Si no fuera tan torpe, no estarías aquí perdiendo el tiempo conmigo y aún estarías disfrutando de la fiesta.
- Oye, no digas eso, no tienes por qué preocuparte. – Dice e inmediatamente apaga la secadora. – Ya no quiero volver allí abajo.
- ¿Está seguro? – pregunto con voz casi llorosa.
- Sí, y deje de llamarme señor y llámeme por mi nombre. – Dice y ahora comienza el juego de verdad.
- Pero no me dijiste tu nombre. - digo en voz baja.
- ¿Tú no sabes? – levanta una ceja y pregunta con recelo.
Por supuesto que conozco el cordero.
- No, ¿debería hacerlo? ¿Ya nos conocemos? Lo siento... no lo recuerdo, debería recordarlo. – digo nervioso.
- Calma, calma. - Dice sonriendo y sosteniendo mi rostro con ambas manos. - Mi nombre es Raj.
Sí, Raj Karim, casi un príncipe o mejor dicho rey de los productos farmacéuticos. Caliente, multimillonario y, lo mejor de todo, soltero.
- Hola.- digo fingiendo vergüenza y él suelta una carcajada.
- Hola.- Dice mientras me acaricia la cara.
Él está muy cerca y con cada segundo se acerca aún más, doy pasos hacia atrás mientras él se acerca y tal como quiero, soy sutilmente presionada contra el mueble del baño.
- Eres muy rara, pequeña rubí. - Dice mirando mi boca. – ¿Quieres que te devuelva tu condón o quieres usarlo conmigo?
Lo miro y abro la boca, fingiendo estar sorprendida.
- Yo… el condón… no sé…
Y nuevamente se ríe y un segundo después coloca su boca sobre la mía, con un beso delicado explora mi boca y aprieta mi cintura donde descansan sus manos.
No pasa mucho tiempo hasta que nos quedamos sin aliento y mientras respiro, su boca baja hasta mi cuello y siento su mano deslizarse lentamente por mis senos a través de mi vestido.
- Creo que será mejor que te quites el vestido y lo dejes secar. - Me dice al oído.
Hombre, estás bueno, pero no vas a interponerte en mis planes.
- Yo-yo... creo que será mejor que me vaya. - digo y al segundo siguiente me separo de él y huyo de él.
Me dirijo hacia la puerta y sé que no viene detrás de mí, salgo del ático y tomo el ascensor y ya dentro meto la mano en el sujetador y saco la llave.
Olho para minhas mãos e penso se deixei a minha clutch em um lugar bem visível, e tenho certeza de que ele a encontrara facilmente e como sei que ele vai mexer, vai encontrar alguns cartões de visitas falsos, com meu nome, número de telefone e mi dirección.
Sé que vendrá a por mí porque nunca juego para perder.
Analuisa:
Escucho sonar el timbre y sonrío, desde hace dos días mi corderito llegaba a la puerta de mi "departamento" y estaba mirando donde vivo.
Definitivamente no está aquí, este departamento me lo prestaron para poder continuar con mi plan sin que nadie se enterara de mí.
Es un departamento caro, mi papel de chica tímida sería mejor como chica tímida y pobre, pero con el tiempo aprendí que los hombres piensan que con un ramo de flores y una chuchería pueden hacerme abrir las piernas para ellos. Este apartamento es una señal, no se le ocurre venir con flores pensando que le va a tocar la lotería.
Quiero que vea este apartamento y piense que puedo tener lo que quiero, y luego hacer todo lo posible para darme algo que nunca pensé que quería.
Camino hacia la puerta lentamente, no me sorprende que no haya sido anunciado. El portero de este edificio es muy estricto, fue difícil sobornarlo para que aceptara ser sobornado por este hombre.
- ¿Quien es? – pregunto con voz dulce desde detrás de la puerta.
- Ruby, soy yo, Raj. – Dice y escondo mi sonrisa con una expresión de sorpresa y rápidamente abro un poco la puerta mirando hacia afuera y encontrándolo vestido con ropa casual.
- Hola. – digo sabiendo ya mi enrojecimiento y viéndolo sonreír. - ¿Que haces aquí? – pregunto casi en un susurro.
- Vine a devolverte esto. – Dice y me tiende el bolso de mano.
Lo miro confundida y luego avergonzada.
- Creo que lo olvidé en tu habitación. - Hablo. - Me disculpa.
Todavía no alcanzo la bolsa, porque si abro la puerta del todo ahora verá lo que llevo puesto.
- No, preocúpate, al menos pude volver a verla. - Dice y sonríe, luego mira mi bolso de mano aún en su mano. - ¿Tu no quieres?
- Es que no puedo soportarlo… – dice en voz baja y avergonzada.
- ¿Porque no? ¿No es tuyo? - me pregunta con curiosidad.
Entonces miro a mi alrededor como si me avergonzara decirlo.
- Es que yo... yo... no estoy vestida correctamente. - digo, porque todavía escondo mi cuerpo detrás de la puerta.
- ¿Vestido? – dice confundido y segundos después sus ojos se iluminan. – Lo siento, esta tarde ya deberías estar preparándote para ir a dormir.
No es tarde, está bien, estoy vestida así esperando desde las 8 de la mañana, mi corderita.