U N O
U N O
Es amplio, todo el departamento lo es, está bien para el precio. Tiene una sala espaciosa y amueblada; una isla que separa la cocina de ésta, la cocina tiene muchos muebles y es grandísima.
A la derecha de ésta, está el pasillo que separa dos habitaciones con sus respectivos baños. Es amplio para una sola persona pero pequeña en realidad.
No es como la casa de mi madre, pues es de dos pisos y tiene muchas habitaciones con decir que tengo servicios, parecía más que esas personas llamados empleados fueran mi familia y no aquellos arrogantes que por tener otra calidad de vida menospreciaban a otros.
Morey, esa si era su madre, aunque no me halla parido y no estuve en su vientre, la sensación de comodidad, amor, ese sentimiento existía en ella, como un fuero interno, maternal; así se sentía ella, maternal.
No gocé de dinero o bienes que ellos me ofrecían, no lo disfruté, disfruté estar en la cocina con las chicas que ayudaban a Morey en la casa, con ellas creció una amistad, más con si hija Ariel, esa chiquilla que lleno de alegría mi soledad. Nunca fui lo que quiso mi madre.
Eres lenta
No sirves para nada
No entiendes.
Ariel, me entendía y no juzgaba mi situación, que los médicos me diagnosticaran un pequeño retraso en mi aprendizaje no significa que sea bruta.
A mis diez años llegó Luigi Salvatore, el actual esposo de mi madre, se casó y no obstante con él en casa, se trajo a su irritante hija, Charlotte; jamás me estimó como hermana, era irritante;
Por qué no eres como ella
Aprende a Charlotte
Esa eran las frases de mi madre, era común en ella. Y Luigi, jamás fue un padre, ni nada cercano a eso.
Mi libertad se dió a salir de esa casa.
Ya no soy la hija imperfecta de Mónica de Salvatore, lo mejor sería alejarme, lo más sano para mí y de seguro para todos.
Ariel, vive con su novio Ethan, ellos me consiguieron el actual empleo. Asistente de secretaría de área técnica administrativa, soy más que todo aprendiz y con lo que gano podré sustentarme.
MESES después
Se me ha hecho costumbre pararme temprano. Tuve que cambiar mis clases de ingeniería para la tarde y trabajar en hora laboral, o sea, de mañana.
Anteriormente trabajaba en un centro de telecomunicaciones, pero tuve problemas con el horario y tuve que retirarme.
Gracias a Ariel que trabaja como administradora en la corporación, constructora LC&H. Gracias a su ayuda pude obtener el actual empleo.
Es un poco fastidioso. Tengo que hacer todo lo que me manda la fastidiosa de Stefanía.
Se cree la mejor y sólo que es una simple empleada no quiero imaginar si le dan el puesto de directora técnica de administración.
Y su voz chillona:
—Has una lista de las necesidades para el desarrollo de las actividades operativas...
—Has la lista de los nuevos materiales, mano de obra, y permisos de tipo gubernamental y no gubernamental para su correcta aplicación...
—Has lo que se te ordena... eres lenta.
Odio que me digan lenta, habremos personas que nos gusta hacer las cosas con paciencia.
—Tu función es hacer lo que digo.
Y así empezó mi semana.
Llevándole un café al director de mi área. Claro, hasta sirvienta soy.
—Señor Uzcategui... —carraspeo— su café.
—Gracias, señorita...
Obvio no se ha aprendido mi nombre.
El señor Uzcategui es un hombre de unos treinta más o menos, sólo que es sumamente arrogante como la mayoría en esta empresa.
De seguro se llevará bien con mi madre.
—Valencia has la lista de las contribuciones en materia administrativa y ambiental para la elaboración de proyectos de inversión a la gerencia de proyectos...
—Venecia. —aclaro— ok, pero esa lista la debería hacer usted yo no llevo casi tiempo y es un tema delicado.
—Has lo que mandé... —yo y mi bocota.
—¿Y como hago eso?.
— Anda a las otras área de gestión y busca los datos... —facil, ¿y como lo hago?
Hice lo que me dijo dure toda la mañana haciendo esas gestiones y cuando regreso...
¿Qué encontré?
La miss simpatía pintándose sus uñas acrílicas.
—Voy por mi almuerzo... —le informo
—Te queda media hora... ya que te tardaste.
—Pero si estaba haciendo su trabajo...
—Aquí es así si no te gusta renuncia... —la odio
Shi ni ti gisti rininci
—Ok... regreso en media hora.
Bajo rápido y me dirijo a la cafetería del frente del local.
Hay un anuncio de que se busca una empleada que atienda al público.
Halo la puerta de cristal donde está el anuncio, llevo visitando un mes este lugar. Cada día que vengo a trabajar paso por aquí, su gente es amable y atiende de maravilla.
Mauro, es uno de los que atiende. Es simpático. Es bueno para contarle cómo me va todo los días.
—Nechi ¿Cómo estas? —me saluda como siempre
—Como siempre... —suspiro
— Y ese aire... ¿Que sucede?
—Odio a la secretaría de mi jefe... —doy un quejido— me trata como su cachifa.
—Hay personas que son insufribles.
—Ella no es insufrible es... lo siguiente. Y ¿como va tu día?
—Muy bien, más por que te ví.
—Que bueno que para alguien sea estimada de esa forma.
—Bueno ¿te sirvo lo de siempre?
—Si y gracias.
Se fue en busca de mi pedido.
Como rápido y casi me hacen la maniobra esa que le hacen a las personas que se atragantan, cuando ví la hora y marcaba la una pasada la cincuenta y nueve.
Sentí que el sandwich se me fue por el camino viejo como dice mi Morey.
Salí de allí peleando con Mauro para que aceptara mi dinero.
No me fijé al abrir la puerta y choque con un hombre maduro, canoso que no pasa los cincuenta;
—Discúlpeme... estaba apurada y no lo ví.
—No se preocupe señorita, adelante.
—Muchas gracias. —le digo al hombre de porte elegante.
Continuo mi camino y cruzo sin fijarme por donde voy, es una mala costumbre, y sólo escucho el claxon de un auto antes de frenar.
Paro en seco por el susto y mi mano derecha automáticamente se dirige a mi corazón y compruebo que está latiendo como los ratones, a millón.
Respiro.
Nechi respira... —me digo— inhala y exhala -Me repito
El hombre no se toma la molestia de abajarse y ni puedo ver si es una mujer o un hombre ya que tiene los vidrios polarizados.
Retomo mi camino y termino de cruzar y el Lamborghini sigue en su sitio.
Era de esperarse, un Lamborghini, debe de ser muy materialista y soberbio.
—Diez minutos tarde Venecia.
No le respondí y me senté en mi puesto.
Di miniti tirdi
Insoportable.
Leo los informes, hay muchos proyectos pequeños como en Moore Park, Yorkville, Rosedale.
Son inversiones costosa.
Termino de sacar las copias y ya son las cuatro, hora de irme.
Dejo todo listo.
Termino mi día en LC&H y me encamino a la universidad.
Sólo vere una materia.
Decidí estudiar tarde, mi madre no le gustó nada. Me ayudó los primeros semestres hasta que se cansó y dejo de ayudarme. Decidí trabajar y estudiar.
Para este entonces debería estar más avanzada pero sólo veo pocas materias para que me rinda el día y poder trabajar.
Creo que está decisión fue la gota que derramó el vaso para que mi familia me desprecie por completo.
La primera fue haber nacido. Mamá estaba joven y las creencias de mi familia no le permitido abortar.
Mamá recién se graduaba de su carrera de derecho y yo solo le estorbe, estorbe el legado de la familia, abogados Kipling. Y como ella no me iba a cuidar llegó a mi vida Morey. Y eso fue lo bueno que hizo mamá. Dejarme con Morey, lo que soy se lo debo a ella.
Llego a mi pequeño departamento y cambio mi ropa a una más cómoda.
Son las ocho y no quiero comer.
Debo decir que tengo un desorden alimenticio desde que empecé a trabajar, el cansancio me quita el apetito.
Lo único que me entretiene en el departamento es Netflix. Bendito Netflix.