Capítulo 3.
Nos sentamos en la cafetería y comienzo a comer mi ensalada de pollo y Ivy hace lo mismo, a sido un día largo y tedioso.
—hola, ustedes deben ser las nuevas —dos chicas se nos acercan con una gran sonrisa.
—si somos las nuevas, yo soy Eiren y ella es Ivy —digo cortes.
—yo me llamo Kate y ella es Elisa —Kate es morena con ojos color miel y piel un poco clara, por otro lado Elisa es pelirroja con ojos color verdes y piel clara.
Kate y Elisa se sientan con nosotras y se muestran amables y atentas lo cual me alegra.
—¿de donde vienen? —pregunta Elisa.
—del centro de los ángeles —contesta Ivy.
—¡genial! Nosotras venimos de Irlanda —contesta Kate.
—¿como llegaron aquí? —preguntó curiosa.
—en Irlanda hubo una conferencia sobre la evolución humana, ahí me encontré con Elisa y las dos nos dimos cuenta que aquel lugar estaba repleto de inmunes y a todos nos trajeron aquí —contesta encogiendo los hombros.
Yo asiento con la cabeza y miro a todas las personas que se encontraban en la cafetería, podría parecerse ala escuela, un grupo de chicas plásticas en un lado, un grupo de nerds en otro y un otro de chicos tatuados al final. El chico al que había intentado leer su mente se encontraba entre ellos tenían un tatuaje en su brazo derecho el cual no lograba distinguir del todo, su mirada estaba perdida, como si nada más le importara.
—¿quienes son ellos? —pregunté en voz baja.
—son de Rusia, son un tanto apartados en especial Ryder Owens —dijo Kate señalando al chico que vi en clases.
—entiendo —dije apartando mi mirada.
¿Cuál será su poder?
Nos dirigimos a la última clase y me puse rígida al ver que era una gran habitación con armas pegadas ala pared, colchonetas regadas por todo el lugar.
—muy bien, las niñas ala derecha y los niños ala izquierda —demando una voz profunda.
Con pies temblorosos me dirigí hacia donde estaba Ivy y convertí mis manos en puño deseando no salir lastimada.
—Ivy Abbot contra Josh Carter—murmuró el profesor mirando unos papeles que tenía frente a él y después dirigió su mirada hacia mi y me miró con curiosidad.
—Eiren Russell contra Ryder Owens —hubieron murmullos y pequeños gritos ahogados al escuchar el nombre de Ryder lo cual me puso más nerviosa y con la boca seca.
Me dirigí hacia una de las tantas colchonetas que se encontraban en aquella habitación y Ryder se posicióno frente a mi, tenía una mirada intimidante y una sonrisa pícara.
Ivy se posicióno del otro lado de la habitación y me dedico una mirada consoladora.
—Lo harás bien, concéntrate —susurro Ivy.
—no dejes que te hagan daño —respondí.
—nada de poderes por ahora, les diré cuando puedan hacerlo —siseo el profesor.
Mi corazón latía de manera frenética y una gota de sudor bajo por mi espina dorsal,
—comiencen —sentenció.
Ryder se acercó a mí con paso despreocupado e intento darme un golpe bajo lo cual esquive de manera rápida, golpee con mi codo su espalda y el tomo mi tobillo haciéndome caer al piso.
Me pare con la respiración agitada y corrí a su dirección, me esquivo como lo había supuesto y me golpeó en el mi costado sacando el aire de mis pulmones, me gire y golpee su Nariz haciéndolo retroceder, golpee un punto débil en su garganta y lo derribe con un golpe en su estómago, el se levantó segundos después y vi como en sus ojos había una pizca de diversión.
Tomó mi brazo y me tiro al piso inmovilizadonme sin problemas.
—muy bien usen sus poderes —comentó el profesor.
Suspire aliviada y me quite a Ryder de encima en un segundo y lo estampe contra la pared, hacia presión en su cuello y el sonrió con malicia.
Vi como unas grandes alas surgieron de su espalda y abrí mis ojos como platos, nunca había visto nada igual. No eran color blanco ni tampoco negro, sino de un singular tono gris,me guiño un ojo y vi como desapareció de la pared.
Mierda puede atravesar cualquier superficie.
Me atacó por atrás y yo solo solté un gruñido en respuesta, di media vuelta y lo levante hacia el techo pero nuevamente se escabulle entre la superficie, cierro los ojos e intento entrar en su mente y lo consigo.
Escucho pequeños gruñidos de su parte y en un segundo lo tengo frente a mi sujetando su cabeza, fijo mi vista en sus ojos y me concentro en solo una cosa.
Derrotarlo.
—muy bien suficiente —el profesor se posiciono frente a mí y asiento aliviada.
No me gustaría repetir esta pequeña pelea... O quizás si.
—fue un interesante día —Ivy me ofrece su mano y yo la acepto con una sonrisa triunfal.
—buena pelea, pero no a terminado —Ryder me mantiene sus ojos en mi y causa cierto nerviosismo.
—Ivy ve a nuestra habitación, te espero ahí —susurro en su mente.
—pero... —réplica ella.
—por favor —suplico.
Ivy dudosa me deja sola en aquel lugar mientras todo abandonan el lugar.
—disculpa —digo en tono neutro.
—no deberías entrar ala mente de las personas, es un poco descortés ¿no crees? —pregunta el con su mirada fija en mi.
Trago saliva y desvío la mirada nerviosa.
—no entre a tu mente si es lo que te preocupa, solo aturdi tu cerebro —respondí encogiendome de hombros.
—no eres la primera persona que intentaria entrar en mi mente —murmura el con la mirada perdida.
Joder el es perfecto, su mirada pareciera siempre estar ala defensiva, su cabello está perfectamente arreglado y su rostro simplemente es hermoso.
Se acercó a mí con paso lento, cauteloso y yo retrocedí de manera instintiva.
—ten cuidado en este lugar, no es como tu piensas —murmuró el acariciando mi mejía con sumo cuidado.
Su fragancia invadió mis fosas nasales, varonil e embriagante. Negué con la cabeza y salí de aquel lugar a toda prisa.
¿Cuál era su problema?