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Capítulo 5. Lo espío

Por Florencia

Me retiré a mi habitación y le mandé un mensaje a mi amiga contándole mis planes, a ella le da un poco de miedo, por si me descubren, pero entiende mi postura.

Me maquillé, me puse base de maquillaje, sombra en los ojos, más oscura en los párpados y cerca de las cejas esfumé el color con un iluminador, luego delineé mis ojos con un lápiz negro y me puse alargador de pestañas, sin ponerme lápiz labial, por si se manchaba mi ropa, me puse una remera negra, tipo pupera, pero de mangas largas, porque hacía frío, aunque en la discoteca y bailando, no se sentía el frío aterrador que hacía en la calle.

Acompañé mi atuendo con una minifalda, corta, muy corta, es verdad que con esa pupera apenas se delineaba mi busto, tenía muy poquito, mi tamaño es pequeño y eso me molestaba un poco, sobre todo por las veces que vi como Alejo besaba a Marina en la discoteca, a principio de este año, vi como le tocaba el pecho imponente y él parecía desesperado mientras lo hacía…

A lo que iba es que mi cola sí es linda, soy muy delgada, y lo parezco más, porque soy alta, mido 1,72, pero no suelo llamar la atención, no me visto llamativa, aunque hoy sí lo hice y me esmeré en mi vestuario, es que espero ver a Alejo en la discoteca, aunque él, seguramente, va a estar pendiente de Marina, pero ella está saliendo con un hombre que vive a unas cuadras de acá, eso no lo entiendo, tiene el amor de Alejo y anda con otro.

Yo muero por tener la atención de él.

Sí pudiera tener su amor, sería la mujer más feliz del mundo.

Karla me dice que yo deliro por Alejo como él lo hace por Marina.

Me puse botas altas, por arriba de las rodillas, tuve que insistir durante mucho tiempo para que me las compren, porque a mi padre no le agradaban, piensa que son de putas.

Todo para él es de puta.

Estaba por pintarme los labios, cuando escuché pasos que se acercaban a mi habitación, me metí en la cama y me tapé.

No me equivoqué, la puerta se abrió y apareció mi madre.

—¿Qué pasa mamá?

Le pregunto, haciéndome la dormida.

—Nunca apagás las luces cuando te dormís, la electricidad cuesta dinero.

—Estaba despierta.

Le digo y aunque era verdad, sonó como si no lo fuera.

Ella apagó las luces, pero antes me dijo que al día siguiente iríamos hasta la ciudad próxima a comprar no sé qué, no le entendí, supongo que vamos a ver a mi abuelo.

Se fue, yo esperé unos minutos y volví a levantarme.

Entonces sí, me pinté los labios y me puse un tapado largo, con un gorro negro y de lana, mi cabello era rubio, largo y tal vez un poco llovido, sin demasiado volumen.

Aunque no resultaba fea, no me sentía nada especial.

El parámetro de belleza, para mí, era Marina, porque es la mujer que vuelve loco a Alejo.

Ella, con su cuerpo voluptuoso, tan diferente al mío, es el que resulta especial para él.

Sin embargo, no pierdo las esperanzas de que Alejo me mire de otra manera y se enamore de mí.

Tal vez es la ilusión de una inocente chica de 16 años, pero realmente ese es mi sueño más profundo.

Me terminé de arreglar y le mandé un mensaje a mi amiga, diciéndole que estaba saliendo, que en 10 minutos estaba en su casa, que me espere en la puerta.

Atravieso la almohada en mi cama, le agrego un muñeco de peluche, para que haga más volumen y acomodo el acolchado, si alguien entra, va a pensar que estoy durmiendo.

Con cuidado de no hacer ruido, abrí la ventana de mi habitación y salté al patio de mi casa, luego cerré la ventana, era de dos hojas, en el medio la travé con un cartón, para que no se abra con el viento.

Con la habilidad de un ninja, abrí la puerta del costado y luego la cerré con llave, una vez en la vereda, mis pasos eran rápidos y ágiles.

Llegué a la casa de Karla, justo ella estaba saliendo.

Nos reímos de mi proeza.

Alcanzamos el último colectivo, no nos podíamos arriesgar a tomar un taxi o un remis y que el chofer conozca a mis padres y les comente que me vió.

Sí, pensé en todo.

El colectivo nos dejó a dos cuadras de la discoteca.

Apenas bajamos, vimos caminar muy abrazados a Marina con su nuevo novio, a lo mejor ya no salía con Alejo, ese pensamiento fue una caricia para mi alma.

Nos miramos con mi amiga y las dos sonreímos.

Marina estaba a los besos limpios en la puerta de la discoteca, haciendo la fila para entrar, nosotras nos entretuvimos saludando a otras amigas, por lo que tardamos en ponernos en la fila, estábamos mirando quién era la última persona, cuando veo llegar a

Alejo junto con su amigo Walter.

Ví como se frenó al ver a Marina, que no había dejado de besarse en ningún momento, su novio hasta le tocó a cola delante de todo el mundo.

¡Es una descarada!

Sin embargo, la cara de Alejo estaba desencajada.

Estaba parado, mirándola, como si ella fuese un fantasma, o como si no diera crédito a lo que veían sus ojos.

Entonces ellos salían…eran novios y ella lo engañaba con ese hombre.

¡Estaba loca!

Walter le agarró el brazo a Alejo y le dijo algo, cuándo Marina entró, ellos hicieron la fila, estaban cerca nuestro, se les sumó su otro amigo, ese que era un poco más simpático que los demás, aunque no demasiado, pero cada tanto saludaba.

—¿Todos sabían?

Escuché que Alejo les preguntó a sus amigos, pero ninguno contestó.

Yo estaba pendiente de él, no podía ni disimularlo delante de mis amigas.

La única que sabía de mis profundos sentimientos hacía él, era Karla, supongo que sólo pareció que estaba escuchando una conversación ajena.

Mi corazón latía a mil por hora, creo que nunca estuve tan cerca de él.

Veo que pasa las manos por su cara y que sus amigos se miran entre ellos.

Entramos y me quedé en un costado, para saber qué hacía Alejo.

Él encaró directamente para los reservados, yo los seguí de lejos, con Karla detrás mío, mis amigas se encontraron con algunos amigos, por suerte, porque no tengo ningún interés que alguien más se entere de mis sentimientos.

Veo como él la tomó del cabello, tirándola hacia atrás y ella quedó con su pecho al aire, él hombre se lo estaba besando…su pecho era inmenso, cuando Marina lo vió, se paró y se acomodó la ropa, todos los que estaban en ese sector la vieron, es una desvergonzada, el hombre quedó con su miembro al aire, estaban teniendo relaciones.

Discuten entre los tres, pero los dos amigos de Alejo no se separaron de él en ningún momento.

Alejo sacó un estuche del bolsillo de su camisa, parecía que era un anillo, desde donde estaba no se veía bien y por supuesto no escuché nada.

En un momento me pareció que Alejo le iba a dar ese anillo, ya no me quedaban dudas de que sí es un anillo y Walter lo manoteó antes de que ella pudiera agarrarlo.

Alejo parecía desesperado.

¿Le había comprado una sortija y la encontró con otro?

¡Claro, se recibió y le iba a proponer casamiento!

¿Él realmente la amaba?

Pese a todo, me daba pena.

Ella no lo valoraba.

Alejo se dirigió hacia la barra y Marina lo siguió, dejando al otro tipo, solo, en medio de los reservados.

Ella lo agarró del brazo, pero él se lo sacudió.

Pasaron al lado mío, pero nadie me miró, soy invisible para todos ellos.

Lo vi tomar un montón de tragos, como si quisiera olvidarse del mundo, hasta me pareció que estaba llorando.

Marina volvió con su novio, el del reservado, y habló un rato largo con él.

Parecía que el tipo tampoco quería saber nada con ella, pero terminaron besándose.

Esos besos no eran castos, decían mucho.

Luego volvieron a hablar y terminaron por ir a la otra barra, donde tomaron un trago.

Parezco un detective, espiando a Marina y a Alejo.

Veo como Marina le da un beso a su novio y se aleja de él, para mi asombro, se acercó a Alejo.

Tuve ganas de gritar y de llorar.

Tenía miedo de que lo convenciera de su amor y de que Alejo la perdone.

Veo como él le recorre el cuerpo con su mirada, parecía hipnotizado por esa mujer.

Ella se estaba por acercar a Alejo, pero Nazareno es quién la aparta, parecía que la estaba insultando, es lo mínimo que se merecía.

Tenía el amor de Alejo…

El universo le pertenecía, sólo por tener el amor de ese hombre.

Ella vuelve al lado del otro tipo y se quedó a su lado el resto de la noche.

Karla va a un reservado, de los que están adelante, ahí nadie tiene relaciones, lo hace con el chico que le gusta.

Yo sigo espiando, un rato a Marina, pero la mayor parte del tiempo espío a Alejo.

Está casi desmayado por todo lo que tomó.

Siento que el mundo siempre gira para el lado contrario al mío.

Si yo tuviera el amor de Alejo, respiraría por él.

Tengo ganas de llorar…aunque tal vez, ahora que ellos se separaron y no creo que vuelvan a estar juntos, a lo mejor lo puedo conquistar.

No pierdo nada con intentarlo.

Lo trataría con dulzura, le daría mi vida, lo besaría todo el día.

Veo que Walter agarra a Alejo y Nazareno se cuelga del otro lado de Walter, salen los tres juntos y abrazados, aparentemente estaban los tres muy borrachos.

Voy al guardarropas y tomo mi tapado, no llegué a abrocharlo, porque ellos se estaban alejando, es que en el guardarropas tardaron en darme mi abrigo.

Tampoco es que yo tenía frío, no sentía nada, solo quería saber qué sucedía con el hombre que amaba.

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