Capítulo 3.
—Natale puedo hablar contigo en privado. —dice Leonardo en tono autoritario.
Nina me dedica una mirada pícara diciéndome le gustas ¡aprovecha! por otra parte Elio lo mira de manera fría, queriendolo matar con la mirada y Matt lo mira desconcertado.
—si no me queda de otra. —digo en susurro para mi misma.
—¿perdón? —dice leonardo.
—que en el jardín estaría bien. —digo forzando una sonrisa.
Leonardo asiente, se hace un lado para dejarme pasar, suspiro mentalmente y camino hacia al jardín y Leonardo me sigue a una distancia prudente,llegamos al jardín y yo cruzó los brazos esperando a que hable.
—no vas a ir a esa academia. —dice mirándome serio, yo río sarcástica.
—¿perdoname? —digo riendo ¿quien se a creído?.
—no irás Natale, tu lugar es conmigo. —endurece su mirada, me mira de forma posesiva.
—Leonardo estas comprometido, no tienes ningún derecho sobre mi. —digo en tono seco, en el fondo siento algo extraño, quiero ver a la prometida de Leonardo y golpearla, decirle que el es mio ¿así se sentirán los celos? No, de ninguna manera Leonardo no es mi mate,leonardo se queda en blanco, su expresión cambia a preocupación no quiere dejar a su prometida.
—además seré marcada por mi novio la próxima semana. —digo fingiendo alegría, que mentira no tengo ni siquiera un novio.
—¡¿que tu que?! —exclama furioso, sus ojos color avellana me miran con enojo.
—lo que escuchaste "señor leonardo", así que si me disculpas. —digo caminando en dirección a la entrada pero una mano me detiene.
—dejaré a mi prometida Natale, por ti. —volteo a verlo perpleja y sorprendida lo dice totalmente serio ¿en verdad lo haría?
—no hace falta, sigue con tus planes. —se que a él le gusta tener el control de todo y de todos, no seguiré ordenes de nadie nunca lo e hecho y no tengo porque hacerlo ahora.
—ven conmigo a Londres. —dice en tono esperanzado, me deja anonada nunca antes me a hablado dulce ni nada parecido.
—no lo creo, aquí tengo todo, mi vida. —Leonardo suelta un bufido me mira con fastidio.
—esta bien, me iré unos días para arreglar todo y cuando vuelva serás mía. —yo me quedo en blanco, lo dice enserio.
—tengo novio, no quiero estar contigo. —es mentira pero no quiero estar con Leonardo somos incompatibles.
Leonardo explota, se acerca furioso sus manos se posan en mis hombros haciéndome daño.
—me haces daño. —digo quejándome.
—es la idea, escuchame bien Natale e sido paciente pero estas colmando mi paciencia, terminarás con ese maldito y serás mía quieras o no. —dice gruñendo, sus ojos están cambiando a su color de lobo, seguramente quiere perder el control, mi corazón late frenético y la sangre abandona mi cuerpo.
—no tengo porque obedecerte. —trato de sonar segura y sin miedo.
—si no lo haces Natale creeme que lo lamentaras. —eso fue suficiente para que por dentro estuviera aterrada.
Leonardo es conocido por ser el alfa más poderoso de Londres y por ser despiadado, no es el típico chico de rosas y chocolates con rosas, el es de torturas, de castigos fuertes,me quería pero no sabia de que forma.
Me suelta mirándome aún enfadado, yo suspiro aliviada.
—son mis últimas palabras. —sin decir más se va dejándome ahí con miles de pensamientos en la mente ¿sería capas de castigorme, de hacerme daño? A quien engaño claro que lo haría..
—¿que paso, que te dijo? —dice Nina viéndome preocupada por mi expresión.
—prepara tus maletas nos iremos a España. —digo decidida.