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5

MI VIDA CORRE PELIGRO

¿Por qué Max saldría como un loco corriendo?

¿Dónde iría? Por su culpa ahora me tengo que ir sola, aunque pensándolo bien siempre caminaba sola, solo yo lo podía ver.

Se detuvo un coche bajando los vidrios delanteros.

—Nos vamos? —pregunta un sujeto de gafas negras.

—No, gracias, prefiero caminar, es más saludable para mi, además mi casa queda cerca.

—¿No me reconoces, Nisha?

—No, en realidad no sé quién eres y ¿Cómo sabes mi nombre?

—Cómo pasa el tiempo, aún recuerdo cuando jugábamos por las calles de tu cuadra.

—¿Perdón?—fruncí el ceño.

Bajó más los vidrios del coche y se quitó las gafas.

—Soy Robert,?tu vecino de infancia.

—¿Robert Smith?

—El mismo de siempre, Nish, vamos sube.

—¡Cuánto gusto me da verte!

—A mi también, Nish, tenemos muchos años que no nos vemos, ¿creíste que era uno de esos pervertidos? Por eso no querías subir al auto.

—La verdad si, tú sabes que andan muchos de esos hombres por ahí y no quiero salir en las noticias, pero cuéntame ¿Qué has hecho? ¿Qué haces por acá?

—Bueno, ando visitando a mis abuelos, tú sabes que mis padres siempre viajaban por negocios y yo siempre quedaba al cuido de mis abuelos, ahorita estoy terminando mi carrera y...

—¿Y?

—Conocí el amor, Nish, estoy comprometido con una chica que conocí en el estado de Florida, de hecho dentro de muy poco me estaré casando, aprovecho para invitarte también.

—¡wow! En serio que has hecho muchas cosas, Robert, hasta físicamente has cambiado, recuerdo cuando éramos unos mocosos y ahora mírate, eres todo un hombre. Bien por ti, realmente me alegro que te esté yendo bien. Todos merecemos encontrar el amor.

—¿Y tu, Nish? ¿Qué ha sido de tu vida todos estos años? También déjame decirte que luces bien, toda la vida has sido una chica bonita.

—Pues... mi vida no es la gran cosa que digamos, primeramente vivo con mi madre, escribo libros, me gusta la literatura, estoy en la universidad y si quieres saber sobre mi situación amorosa creo que en ese ámbito siempre me va mal.

—No puedo creer que no tengas suerte, Nish, tan solo mírate lo hermosa que eres, además eres una mujer muy inteligente. Creo que cualquier hombre podría fijarse en ti. Ya llegará el momento en que un buen hombre te valore, ante los ojos correctos eres perfecta, Nish, te lo aseguro.

Mientras Robert hablaba, me daba cuenta que en realidad tenía razón, me había ido mal en el amor por lo mismo que él decía. Solo han llegado hombres que no saben valorar. Robert se miraba un hombre íntegro, respetuoso, tenía clase. Qué suerte la de su novia, porque hombres como él no creo que hayan muchos.

—¿Siempre vives en el vecindario donde nos criamos, Nish?

—Sí, siempre ahí.

—Bueno, estamos como a diez minutos de llegar.

—¡Muchas gracias, Robert!

—No hay de qué, Nish. Cuídate mucho, recuerda lo que hablamos ¿vale? Ah, Por cierto, me saludas a tu mamá, quizá todavía se acuerda de mi.

—¿Quién era ese hombre, Nisha?

—Mi novio

—Con razón has estado toda misteriosa todo este tiempo, sabía que ese ánimo era por eso—mamá señalaba con una sonrisa

—Es broma, mamá, ¿Cómo crees? Tan solo era Robert Smith, ¿lo recuerdas? Era vecino nuestro.

—Claro que sí lo recuerdo, el chico que se criaba con sus abuelos ¿no?

—Así es, visitándolos a ellos vino y parece que le está yendo bien en su vida.

—Está totalmente cambiado, sería un buen partido para ti ¿no crees?

—Lo siento, pero él dijo que se va a casar, incluso me invitó. Así que tendrás que seguir esperando, mamá—me encogí de hombros, achicando mis ojos

Entré a mi habitación, se sentía raro que Max no estaba conmigo, se sentía raro él no verlo en la mecedora, creo que me estoy acostumbrando mucho a su compañía que ahora que no está hace falta. Tenía que sacar esos pensamientos.

Mensaje de Emma:

Me gustaría invitarte a una feria de libros que habrá por la tarde,¿te animas a venir conmigo?

Dudé un poco, pero bueno. Max no estaba y tampoco sabría a qué hora regresaría, además Emma me caía muy bien y tenía rato de no hablar con ella.

—Sí, claro. ¿Dónde nos vemos?

—En la avenida principal, cerca del edificio de artículos deportivos

—Ok.

—Hola, Emma, ¿Qué tal estás?

—Estoy bien, gracias por aceptar la invitación, lo qué pasa que recordé que también escribes y me gustaría que fuéramos a la feria.

—Claro, me encanta escribir. De hecho estoy en un libro en proceso, si quieres cuando lo termine puedo enseñártelo.

—sería súper, Nish, allá viene el autobús...

—Qué lugar tan extraño es este Emma, parece una ciudad fantasma, mira esos edificios deteriorándose, los negocios abandonados.

—Tranquila, tengo entendido que estaba todo adornado según la trama del libro, tú sabes cómo es el marketing.

—Déjame decirte que me sorprendieron.

—mira allá está el grupo de personas.

Seguimos caminando en medio de la ciudad improvisada hasta llegar al edifico principal, habían mesas llenas de libros, habían estantes donde estaban clasificados la temática. Me sentía emociona al ver tantos. En un futuro me gustaría también tener algunos de los míos en una feria.

—Y bien, Nish, ¿te gusta el lugar?

—Está muy bonito Emma, gracias por tomarme en cuenta. Me sentía aburrida en casa no te lo niego.

—No es nada, tú sabes que te debo un favor y que aún no me lo has pedido.

—tienes razón, aunque ya vienen los exámenes y me gustaría tener tu ayuda con Matemáticas—sonreí.

—Por cierto, Daphne...

—¿si?

—No sé, Nish, tú sabes que ella siempre tenía la costumbre de molestarme, pero ya tiene un tiempo considerado que no me molesta, más bien veo que la está pasando mal, se nota distraída, podría decir que hasta triste.

Recordé inmediatamente lo que dijo Dalton, cuando ese hombre misterioso la llamaba ella se ponía nerviosa. Seguro por ahí va el asunto.

—Seguro es que terminó con su novio o algún problema familiar, tú sabes que ese tipo de personas a como tienen los bolsillos llenos de dinero también los tienen de problemas.

—¿Vamos por unas sodas?

—caerían bien con este calor.

—En serio, Emma, muchas gracias, no tienes idea de lo bien que la he pasado.

—deberíamos de hacer más salidas cómo estás ¿no crees, Nish?

—por supuesto, pero también deberíamos de calcular bien la hora de salidas porque mira la hora en que vamos y todavía está lejos para llegará a la estación de autobuses—sonreíamos en conjunto.

Llegamos a un callejón oscuro, no se, pero esto me dio una mala espina, tantas películas de terror que había visto que siempre que pasaba una escena así sabia que al final de ese callejón había alguien. Quizá esta vez estaba exagerando, eso solo en las películas pasaba.

Un bote de basura cae.

—Nish—susurra Emma tomando mi mano.

—no tengas miedo, Emma, seguro era un gato buscando comida.

—Vaya vaya—se escuchaba al fondo del callejón.

—Pero qué tenemos aquí, dos princesitas solas queriendo ser devoradas, ¿Qué las trae por acá? Es un lugar muy peligroso para ustedes.

Este tipo se acerca lentamente, nos decidimos regresarnos por el otro extremo, pero fue inútil.

—Pero ¿Dónde van? No me digan que acaban de venir y ya quieren irse, esta noche nos divertiremos un poco ¿no?

Perfecto, estábamos acorraladas por dos tipos que no creía que por sus cabezas pasara algo bueno.

—Estaba temblando de nervio, Emma también, tomé su mano fuerte—no te preocupes, no te dejaré sola.

El tipo se acercaba, portaba una vestimenta desagradable e incluso con mal olor. En sus ojos había lujuria, sus ojos eran apagados, se miraba como el odio había comido su alma.

—Por si intentas hacer algo, mira... ¿quieres que este cuchillo atraviese tus intestinos?

No teníamos salida más que ser violadas por estos tipos.

Uno de ellos se me acercó a besarme el cuello, yo cerraba los ojos con desagrado. Su mano estaba en mi pecho mientras la otra la iba deslizando hacia mi vagina, jamás en mi vida me había sentido tan denigrada, Emma al parecer estaba en la misma situación que yo.

—Déjenlas en paz—se escuchaba a lo lejos.¡Que las dejen en paz les acabo de decir! —Un sujeto se acercaba corriendo hacia donde estábamos nosotras, me encontraba en un estado de shock.

Este sujeto estaba teniendo una pelea con los otros dos tipos que nos querían violar, no podía distinguir bien quien era por la oscura noche. Solo se miraba como les estaba propinando una gran golpiza, uno de ellos sacó un cuchillo, se abalanzó, pero inmediatamente este golpeó su brazo hasta fracturárselo. Esto era irreal.

Los dos tipos salieron corriendo.

—Es un demonio, es un demonio —gritaban.

El misterioso hombre que nos había salvado se había quedado parado en frente de nosotros, aún no podía distinguirlo bien, solo espero que tampoco él quiera aprovecharse de nosotras; yo estaba temblorosa.

—Trabquilas, jamás les haría daño—se acercaba poco a poco

El reflejo de la luna le comenzó a dar en la cara.

—¿Oliver? En serio ¿eres tu?

Comencé a llorar desconsoladamente, por un momento de mi vida creí que moriria violada en manos de esos pervertidos.

—Shh... tranquila, Nisha—me abrazaba.

Recosté mi cabeza en su pecho a llorar, con lo que acababa de pasar tenía una idea de lo que sienten aquellas mujeres que son abusadas. Era terrible, si no hubiera sido por Oliver no estuviéramos contando el cuento.

Max se aproximaba.

—pero ¿Qué pasa, Nisha? ¿Me puedes explicar por qué abrazas a Oliver? Aparte de eso estás llorando, suelta a ese maldito bastardo ahora.

Lo miré con ojos de rechazo, se lo merecía por dejarme sola todo el día, además Oliver fue quien me protegió cuando más lo necesitábamos.

—¿por qué me miras así? Ya deja a ese estupido y vámonos a casa, Nish

Me negué, cerrando mis ojos, esta vez no, Max Stuart, esta vez no me iría contigo. Cuando más necesité de tu compañía no estuviste. Era lo menos que podía hacer con Oliver, después de todo de no haber sido por él, quien sabe cuántas cosas nos hubieran hecho esos hombres.

Abrí mis ojos y Max no estaba

—¿estás bien, Emma?

—si, gracias a Oliver estamos bien.

—muchas gracias, Oliver—le dije, retirándome de su pecho.

—no se preocupen chicas, era mi deber protegerlas. Si quieren las llevo en mi auto, no sería buena idea que caminen por estas calles solas.

—Adiós ,Emma, cuídate y que tengas buena noche.

Me quedé a solas con Oliver en su auto.

—¿Estás mejor?—me tomaba de la mano.

—Estoy mejor, Oliver, tan solo quiero llegar a casa.

Íbamos rumbo a casa, después de todo me seguía preguntando ¿dónde se iría Max? Creo que esta vez fui un poco cruel con el, pero se lo merecía.

—Por cierto ¿Dónde aprendiste a pelear así?

—En el ejército, papá en mi adolescencia decidió que yo pasara mis vacaciones en esos campamentos del ejército, ahí nos entrenaban a diario, nos enseñaban cómo manejar armas y defensa personal. Pensé que era una locura y mira... de algo nos sirvió ahora Y tu ¿Qué hacías por esos lados, Nisha?

—Solo fui a una feria de libros, Emma me había invitado, pero jamás se nos ocurrió que nos pasaría algo así. En serio, no tengo como pagarte lo que hiciste por nosotras, Oliver, e incluso pusiste en riesgo tu vida.

—No es para tanto, era lo correcto, lo hubiera hecho con otra chica cualquiera. Ahora que hablas de libros no se me olvida que me prometiste una copia del que estás haciendo o ¿no recuerdas lo que me dijiste en la biblioteca?

—Claro que lo recuerdo y es una promesa, yo cuando prometo algo lo cumplo.

—Bien, Nisha, llegamos.

Estacionó su auto en frente de mi casa.

—Gracias, hoy fuiste como un ángel para mi, disculpa por darte trabajo.

—Yo siempre estaré a tu disposición, Nisha, ¿te gustaría salir a platicar conmigo un día de estos?

No podía negarme, era lo justo que podría hacer con el.

—Perfecto, tú solo me dices qué día quieres. Bueno, cuídate, Nisha, no me gustaría que te llegara a pasar algo malo.

—Adiós, Oliver, conduce con cuidado.

¿Dónde estarás, Max Stuart?

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