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Capítulo 8: ¿Estás celoso?

{...Narra Erik...}

¡Nos escuchó! Mierda, eso es muy incómodo, me da igual que nos escuchen los amigos de mi hermano y hasta mi hermano, pero Taylor es diferente, no quería ser escuchado justamente por el chico que debe escuchar a su madre todos los días por los clientes que lleva a su casa.

No me lo puedo creer, traté de mostrarme normal cuando subí a mi habitación para felicitarlo por su cumpleaños, pero estaba muy avergonzado cuando lo vi ya listo para bajar a desayunar, traté de hablar con él con respecto a lo que había podido escuchar, sin embargo, Taylor sonrió de forma amigable asegurándome que no pasaba nada, era normal hacer ese tipo de cosas con tu pareja, pero Jace no es mi pareja, es más bien una aventura, hablé un poco con él sobre sexo, no sé cómo llegamos a ese tema, aunque Taylor parecía saber hasta más que yo y yo no era el virgen.

No se avergonzaba por las cosas que le dije totalmente rojo, él parecía interesado en esa parte y no me di cuenta hasta que lo vi demasiado atento en saber, parecía que quería tener su primera vez muy pronto, no estoy muy seguro, ya que no sabía cómo preguntarle ese tipo de cosas, pero no había duda de que lo quería.

–Bueno, bueno– dije para cambiar de tema– ¡Feliz cumpleaños! –lo abracé.

Taylor me sonrió sin poder contener aquel gesto liberado por sus labios, no parecía su típica sonrisa dulce, está más bien era más significativa lo que consigue hacerme preguntar ¿Cuántas veces le han felicitado sus padres por su cumpleaños? O ¿Cuántas veces lo ha celebrado?

Para mí el cumpleaños es algo importante y significativo, es el único día donde puedo hacer lo que yo desee con tal de estar feliz todo el día, de todas formas, es mi día o por lo menos de esa forma me lo enseñó a ver Rick, me habló de su importancia, del valor que debo darle y por supuesto se lo sigo dando hasta el día de hoy, todo gracias a Rick.

Laura parecía ser la más animada con el tema del cumpleaños de Taylor, le preparó una tarta deliciosa que había hecho la noche de ayer, unos minutos antes de irse a la cama con la ayuda de Rick, Taylor no parecía saber cómo debería agradecerle por aquel detalle, pero por supuesto eso no era nada comparado a todo lo que le alistaron para darle durante cada hora par.

-A las ocho de la mañana le dieron un desayuno muy agradable y delicioso.

-A las diez de la mañana, Liam, le dio un móvil nuevo de alta tecnología.

-Luego a las doce, Rick, le obsequió un reloj inteligente que se podía conectar con el móvil, más unos audífonos inalámbricos ¡hermosos!

-Más tarde a las dos de la tarde fue el turno de Jeff y ¿saben? En ese instante comencé a desear que mi cumpleaños llegara pronto al darle ¡un MacBook de último modelo!

-Enseguida a las cuatro de la tarde fue el tuno de Jace que le obsequió ropa con un estilo muy... ¿Guay? ¿Cool? Era hermosa y bastante por supuesto, por lo menos más de cinco outfits.

-Luego a las seis fue mi turno... no sé si era suficiente comparado al resto, pero lo llevé a comer, además como una entretención para el regalo de Laura, yo le ofrezco lo mejor de todo y más caro que el dinero, mi amistad.

-Por último, Laura, a las ocho de la noche, le dejó ver el regalo más exagerado y genial de todos, la fiesta de cumpleaños, que no cabe duda alguna la enorme lista de invitados que debía de tener en su agenda al haber mucha gente en el lugar y todos con un pequeño obsequio para Taylor, por supuesto.

Se suponía que este día realizaríamos un proyecto y no una fiesta, pero daba igual la calificación cuando el rostro de Taylor se mostraba tan feliz, no he podido contar con una mano las veces que nos ha dicho "Gracias" casi con lágrimas en los ojos, aunque desde luego lo seguirá haciendo con las sorpresas que siguen apareciendo en su fiesta de cumpleaños.

La música estaba a tope, la gente bailaba, se divertía en nombre de Taylor, era su día, él era el Rey de la fiesta, pero por supuesto que me olvidé de vez en cuando de Taylor cuando veía a Jace con chicas a su alrededor, aquello no me gustó, sin embargo, no podía hacer absolutamente nada, ya que no somos nada realmente, además no era como si las estuviera besando, sólo bebían con él y también bailaban de vez en cuando.

Yo quise hacer lo mismo, buscar y conocer gente nueva en aquella espectacular fiesta donde también fue anunciada la fecha definitiva del bautizo de Emilia que se realizaría este fin de semana, no puedo ni imaginar cómo será aquel bautizó tras todos ser muy fiesteros y sus padres sin duda saben cómo planear una fiesta digna de disfrutar, pero como decía, intenté ligar y lo conseguí triunfalmente.

Creo que he nacido para esto tras resultarme muy fácil conseguir que chicos se fijen en mí y por supuesto, que me inviten a una copa antes de bailar muy, pero muy apegados; luego de un rato olvidé mi verdadero propósito, pero cuando lo recordé ya había besado a varios chicos con un buen cuerpo.

–¿Quieres irte a un lugar más apartado? –me preguntó un pelinegro de ojos celestes, era bastante guapo.

–Claro...– le respondí con una sonrisa.

–Claro que no– nos interrumpió el chico más guapo del lugar y que me había obligado a estar en esa situación– tu vienés conmigo– me tomó de la mano arrastrándome por el lugar dejando al chico solo, pero por lo menos me conseguí su número así que podía tener algo con él más tarde.

–¿Te cansaste de jugar con chicas? –pregunté deteniéndome cerca de unos sofás para descansar.

–¿Así que es por eso? ¿Estás celoso? –me senté en un sofá morado y luego lo hizo él, sentándose muy cerca de mí.

–¿Y si digo que sí? ¿Qué? –sonrió acercándose a mis labios.

–No tendrías por qué estarlo– respondió rozando mis labios con los suyos– Por ahora sólo me estoy acostando contigo.

–Entonces pueda que ya no quiera– se alejó de mi divertido mirándome a los ojos–Ok, no, si quiero–su sonrisa creció al instante– pero Jo...– lo tomé del cuello de su camisa atrayéndolo hacia mí– hazme caso ¿si? – pedí y él depositó un suave y corto beso en mis labios.

–¡Pero si eso he hecho toda la noche! –me aseguraba con una sonrisa.

–Sí, se notó–dije con cierto enfado– sobre todo cuando esas chicas te envolvían y bailaban contigo.

–Erik, esas chicas son lesbianas, ni por muy bueno que yo este, se fijaran en mí– su tono de voz demostraba la gracia que le daba el espectáculo de celos que le estaba dando.

–Oh...– fue lo único que pude decir.

Me sentía muy avergonzado por todo lo que había dicho, pero Jace ideó una forma para distraerme y así evitar que mi avergonzado cuerpo saliera corriendo, su plan era subirme en sus piernas y devorar mi boca con la excusa de "Limpiar" a los otros.

¿Cómo iba a saber yo que eran lesbianas? No parecían lesbianas, se le apegaban casi de una forma coqueta, aunque ahora que lo pienso de una forma más calmada, ellas también se apegaban entre ellas y hasta bailaban abrazadas casi de una forma romántica.

Joder, este chico me hace pensar demás con respecto a todo lo que se le acerca ¿tan desesperado estoy para que me haga su novio? Siento que vamos demasiado lento... ¿Qué tengo que hacer para recibir ese título? De verdad lo necesito para acabar con esta inseguridad.

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