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Capítulo 5: Reglas absurdas

{......Narra Jace......}

No creo que se haga una idea de la difícil situación que estoy pasando por culpa de sentirme atraído por un niño bastante lindo, sé que ahora estamos implantando reglas para controlarnos como dos personas normales, pero es difícil no dejar de sentirme de esta forma por él, conozco su cuerpo, sus gemidos, lo mojado y apretado que puede llegar a sentirse mi erección al estar dentro suyo.

Es difícil controlarme cuando ya te has comido un cuerpo tan sabroso como ese y has quedado con ganas de tener una segunda oportunidad para volver a repetir, cuando lo veo caminar mis ojos se desvían hasta su trasero, ¿qué puedo decir? Me encantaría que fuera legal para comerme su cuerpo toda la noche si tuviera la oportunidad y por supuesto, que para ello necesito una casa sola y no con tanta gente como le agrada tenerla a Laura y a Rick, no digo que esto esté mal, al contrario, es más divertido cuando compartes con colegas, pero también digo lo conveniente que podría ser tener una casa para ese tipo de relaciones.

Me estaba planteando mudarme, aún no puedo asegurar nada al tener cosas legales que requerían de mi atención a la hora de mudarme de ciudad, pero tenía ganas de hacerlo para estar más cerca de mis amigos y ahijada.

El otro día cuando salí a correr alrededor de la cuadra vi como en el otro extremo al girar en la esquina se arrendaba un sitio bastante acogedor, quise entrar para ver qué tal estaba por dentro, sin embargo, fui interrumpido por una llamada de trabajo, no perdía nada con ver la casa por ello quería hacerlo y así podía hacerme una idea de lo que podría tener si me mudaba, por supuesto que tendría que ver los temas odiosos de la mudanza, de todas formas no puedo meter todo en mi auto, dado a esto lo pospuse por un tiempo determinado, comenzaría con todo esto cuando la ceremonia del bautizo fuera emitida, además debía estar seguro de querer mudarme a esta ciudad.

–La cena ya está servida– anunció Laura saliendo de la cocina junto a la compañía de Liam que la ayudaba en todo momento a cocinar.

Jeff caminó al comedor solamente cuando Taylor y Erik también lo hicieron, creo que realmente le gustó aquel chaval, no estaba mal, tenía una mirada dulce y todas sus reacciones resultaban muy tiernas para todos nosotros, sólo que mi atención se la ganaba Erik junto a la de Laura, ya que al ver el moretón en su mejilla se le acercó enseguida como una madre preocupada por su hijo, Erik le repitió una y otra vez que se encontraba bien, aunque no se salvó del relato de lo sucedido donde claramente se ganó la prohibición de volver a dirigirse a su ex como antes.

–¿Y a ti que te pasó? –le preguntó Rick al que aparentaba ser más joven.

–Supongo que lo mío fue mala noche en una fiesta– respondió el muchacho.

–Aún no puedo creer que haya gente que pueda dañar a una criatura tan linda– Laura le revolvió el cabello al tenerlo cerca.

–¿Pero ya había pasado antes? –quiso saber Liam.

Taylor hizo un pequeño gesto con los labios sin responder del todo, pero a todos nos quedó claro lo que estaba pasando realmente, pero no estuvo de más recibir una confirmación de Erik que por supuesto sabía un poco más del tema que nosotros, Taylor no dijo nada que contradijera las palabras de Erik por ello la credibilidad aumenta con cada palabra que nos da Erik.

Sin duda estaba sufriendo acoso escolar, mejor conocido como Bullying algo que nos disgustó a todos. Cuando Jeff le preguntó si se lo había dicho a su madre este apagó su mirada al hablar sobre su madre. Taylor no tenía una buena relación con su progenitora, según lo que nos dijo, a su madre no le importaba la existencia de su hijo, llegar a su casa era un verdadero fastidio, pero para eso estaba el instituto, que, según él, por mucho que lo golpeasen o que le insultasen sigue siendo mejor si lo comparaba con llegar a su casa.

–Si quieres te adoptamos– habló Rick para acabar con la conversación tensa que se había formado, sin embargo, había algo en su tono de voz que demostraba la seriedad de sus palabras al decírselo– ¿te gustan los bebés?

–Me encantan– respondió Taylor con un brillo en los ojos– son adorables.

–oww– Laura lo abrazó– igual que tú– decía liberando amor por todos los lados que le fueran posible–si tienes algún problema no dudes en llamar, nosotros estaremos ahí para ti.

–Gracias– dijo con una sonrisa dulce en sus labios, creí escuchar un suspiro de parte de Jeff cuando vio aquella sonrisa, no pude evitar verlo notando como su mirada estaba puesta en Taylor casi de una forma fija.

–Conmigo basta, no se preocupen, yo cuidaré al pequeño– comentó Erik por lo que sin querer reí por lo bajo ¿A quién piensa cuidar si ni siquiera ha sido capaz de defenderse contra su ex? Me resultaba cómico por ello reí.

–¿Con quién dormirá Taylor? –quiso saber Jeff con cierto interés.

–Conmigo– respondí– es tan lindo que lo quiero para mí– le guiñé el ojo por lo cual conseguí un ligero sonrojo.

–¿Qué? Hey, Hey, Hey– decía rápidamente Jeff con un ligero tono de molestia– ¡Ya tienes a Erik!

El recién nombrado se atragantó con su postre al escucharlo, yo lo miré de perfil tras él estar sentado a mi lado completamente rojo, no levantó la mirada, simplemente esperó a que el tema fuera cambiado, sin embargo, todos comenzamos a hablar sobre ello y eso consiguió ponerlo muy nervioso, me resultaba divertido verlo de esa forma, de todas formas, cuando está nervioso me resulta bastante tierno.

–A ver si he entendido –Rick nos miró al ya acabar de comer– ¿Andan detrás de menores? –Jeff y yo reímos a carcajadas al recordar que tipo de personas nos suelen gustar y solemos seguir para una aventura de un par de horas, esto era diferente.

–Bombón ¿qué edad tienes? – preguntó de forma dulce Liam.

–17, mañana cumpliré 18– respondió Taylor en un tono normal, algo que nos llamó a todos la atención, ya que solemos ser del tipo de personas más exageradas, es decir, solemos gritarlo mientras saltamos de la felicidad.

Laura se quedó pensativa mirando a Rick, este la miró con aquella mirada cómplice de "Tengo una idea". Yo miré a Jeff y este me miró a mí, podía notar su felicidad, mientras que yo sentía envidia debido a que Erik no estaba tan cerca de sus 18 años como lo estaba Taylor.

–Tengo sueño– bostezo Erik– buenas noches.

–Antes que te vayas a dormir ¿por qué no lo haces en la habitación de Jace? –miré de inmediato a Rick con el ceño fruncido al no entender donde dormiría yo– así Taylor podrá estar más cómodo.

–Pero...– dijimos ambos a la vez.

–Nada de peros, ya lo han hecho antes y esto no será muy diferente– nos aseguraba Rick.

Dormir juntos, Erik me miró, yo no tuve otra opción más que aceptar al no tener ganas de dormir en el sofá del salón, pero aun así no estaba muy seguro de si era realmente lo correcto, aunque bueno, Rick tiene una mente superior a la mía, lo que quiere decir que, tiene algo pensado para sorprender a Taylor en su cumpleaños, la idea de crearle una sorpresa me gustaba, sin embargo la parte de dormir con la persona que ahora mismo deseo, no me convencía del todo.

Era difícil e incómodo llevar a alguien a mi cama sin comenzar algo antes, nunca he tenido a alguien en mi cama solamente para dormir, aquella vez en la que entró a mi habitación desnudo, hubo un momento caliente antes de dormir, por ello es diferente a esta situación de mantenernos recostados sin hacer nada bajo las mismas sabanas.

Cuando Erik avisó que se iba a dormir todos lo seguimos debido a que mañana tendríamos un largo día, yo me quedé un instante en la cocina lavando las cosas que utilizamos en la cena, quería hacer tiempo para no encontrarlo despierto en mi cama, además si era como yo se daría un baño primero para dormir más relajado, lo que quiere decir que si subo antes probablemente lo vea desnudo otra vez y mis deseos por él aumentarán.

Traté de lavar todo de manera muy lenta viendo de vez en cuando el reloj, la hora no parecía avanzar muy de prisa, al contrario, cada minuto que pasaba era exageradamente lento. Al final acabé a eso de las doce treinta, demoré apenas media hora por lo que me rendí de luchar con el tiempo y me fui a mi cama luego de apagar todas las luces.

Al caminar por los pasillos mi cuerpo se tensaba al recordar las noches que pase con él, trate de no pensar demasiado en eso debido a que no quería que mi miembro despertara a base de recuerdos, pero cuando entré a la habitación y lo vi aún despierto semi desnudo sin duda se sacudió, Erik me miró de forma rápida antes de cubrir su cuerpo con una polera larga que le llegaba al muslo, no pude evitar pasar mis ojos por sus piernas tras ser capaz de sentir la suavidad de ellas gracias a los recuerdos, aunque no lo observé por mucho tiempo, eso sería demasiado obvio de mi parte. Por esa misma razón, entré al baño mientras me iba quitando la ropa por el camino, me duché lo más lento que pude, pero aun así el tiempo fue bastante corto.

Al salir con una toalla envuelta en mi cintura miré hacia la cama, él estaba allí tratando de dormir con la luz prendida, la apagué viendo como la luz de la luna entraba levemente por la ventana, me acerqué al mueble donde suelo guardar mi ropa interior quitando luego la toalla que envolvía mi cintura, sentí una mirada en mi espalda, simplemente sonreí sin decir nada y cuando busqué un pantalón de pijama aquella mirada desapareció.

Debo reconocer que no tenía ganas de ponerme un pantalón, ya que, hacia un poco de calor, pero estaba obligado a cubrir mi cuerpo un poco para no provocarlo ni nada por el estilo.

Al incorporarme bajo las sábanas miré el techo durante un largo tiempo, Erik después de un rato también lo hizo creando el segundo silencio más incómodo de este día, no sabía muy bien que debería decir, él giraba de vez en cuando su cabeza para mirarme de perfil, pero enseguida la regresaba demostrándome que tampoco sabía como acabar con aquel silencio o simplemente como dormir con la persona con la cual has tenido sexo, era extraño, incómodo, el sueño no era algo que llegaba muy rápido, había demasiado silencio.

Traté de pensar en las reglas, la primera era no arruinar los ligues del otro, Erik lo dijo de otra forma, pero era lo mismo. La segunda era justamente la que destruía el control de mi cuerpo cuando me provocaba, por eso la deje como segunda, falta la tercera...

–Tercera regla, no aceptar al otro en su cama– lo escuché decir sacándome por completo de mis pensamientos debido a que yo había estado pensando en lo mismo.

–No había opción– respondí– cuarta regla– hice una pausa– no se me ocurre nada...

Erik rio– Cuarta regla, no pensar en el otro.

Lo miré en medio de esa oscuridad, podía visualizarlo un poco, pero aun así sus expresiones me resultaban imposibles de apreciar, ¿cómo puedo cumplir esa regla si la mayoría de mis pensamientos giran en torno a él? Es prácticamente imposible, pero si él la ha propuesto es porque ha podido hacerlo y eso quiere decir que, no está tan interesado en mí como yo lo estoy de él.

–¿Qué? Pero si yo ni siquiera pienso en ti– respondí con una clara mentira, Erik me miró para seguido subirse encima de mí fallando la segunda regla.

–¿Seguro? Tu tono de voz me dice lo contrario– me aseguraba con una sonrisa.

–Quinta regla, no montar al otro– dije para evitar su anterior pregunta.

Erik se inclinó acercando sus labios a los míos, no pude evitar aceptar aquel dulce beso que depositó sobre mis labios, la caricia era leve, mis manos subieron por su espalda acercando su pecho más al mío mientras entrelazaba mis labios con los suyos de forma calmada y sin prisa, era un beso suave, dulce, pero que escondía un deseo más grande detrás de él, mis ojos se cerraban al igual que los suyos.

No suelo besar con los ojos cerrados, pero con Erik no puedo evitarlo tras mi cuerpo decirle a gritos todo lo que necesitaba de él, me sentía como aquella vez en la cual lo besé por primera vez, sólo que ahora las sensaciones que sentí en el vientre las estoy sintiendo en la entrepierna, es una sensación extraña al crearse en mi vientre, pero baja y se detiene en mi entrepierna, además cuando posó sus manos en mis mejillas acercando mi rostro más al suyo para poder profundizar más el beso, mis brazos lo envolvieron con fuerza pidiendo que no se marchara de ellos.

Al cortar el beso me miró a los ojos, no se separó por completo de mis labios, aún era capaz de sentirlos de forma leve sobre los míos, su respiración chocaba con la mía de forma gentil, la luz de la luna me permitía verlo un poco, traté de decir algo, pero él me quitó las palabras.

–Secta regla, no dejarse besar...– susurró sobre mis labios.

–A la mierda las reglas– lo hice girar en la cama quedando encima de él para besarlo con más intensidad que antes, ahora introduciendo nuestras lenguas de forma leve, él me envolvió con sus piernas cuando me metí entremedio de ellas notando como aquella sensación en mi entrepierna se incrementaba, corté el beso con la respiración acelerada tomándolo de las mejillas, lo acerqué a mis labios no para besarlo, sino más bien para susurrar sobre ellos lo que mi cabeza preguntaba a gritos– ¿Tú lo sientes?– le di una especie de "embestida" para que entendiera un poco a lo que me refería.

–Depende de si estamos pensando en lo mismo...– respondió.

–Dime que has sentido al besarnos.

–Siento...– se sentó en la cama– una especie de hormigueo...– me besó de forma un poco húmeda, pero aún le faltaba mejorarlo, yo le robé el dominio volviéndolo más húmedo notando como liberaba un leve suspiro sobre mis labios– en la entrepierna...– terminó de decir cortando el beso un tanto caliente.

Me paré un poco más recto viendo desde lo alto como se estaba calentando, si lo seguía besando quizás terminemos desnudo otra vez, me recosté en la cama dándole permiso para que se volviera a subir encima de mí, pasé mis manos por su trasero apretando sus nalgas de forma leve antes de meter mis manos por dentro de su ropa interior.

–Sí, yo siento lo mismo...– levanté aquella polera que le quedaba como un vestido tras pasar mis manos por sus muslos– creo que las reglas no funcionarán...

Erik se inclinó hasta mis labios–pienso lo mismo...– movió ligeramente sus caderas.

–¿Quieres que te toque? –movió más deprisa sus caderas siendo más preciso en lo que quería.

–Por favor...– se inclinó a mis labios– hazme tuyo...– lo besé sintiendo mi cuerpo más caliente que antes.

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