Capítulo 2: ¿Verdad o reto?
Al marcharnos a otra mesa para continuar comiendo Aninka se la paso más viendo a Viktor que comiendo. Mi hermano se la paso hablando con Viktor y Luka, y Daniel se la paso comentando lo genial que son los clubs aquí, por lo que me convenció de entrar al club de música y junto con mi hermano me convencieron de ir a visitar el club de fotografía con la intención de caminar por nuevos horizontes, claro está, si estos me resultan interesantes.
Ya que Daniel y David aman la fotografía, cosa que a mí no se me da en lo más mínimo, a tal punto que si en mi teléfono hay dos fotos es mucho. En cambio, si ven el teléfono de David y su gran cámara encontraran miles de fotos. A todo le toma foto si le llama la atención, mamá y yo estamos tan acostumbradas que al principio nos oponíamos a que tomará fotos a nuestras cosas o a nosotras, pero con él es una pérdida de tiempo. Su intensidad no conoce límites.
~~~~Una semana después~~~
Ya llevo una semana aquí y la verdad es que si alguien de mi curso me saluda ni me doy por enterada, sólo se diferenciar a Aninka porque siempre estamos juntas, su hermano y sus secuaces porque ellos siempre nos molestan en el salón y pues los amigos de mi hermano porque si no se reúnen en casa de Daniel, se reunirán en la mía a hacer sus bobadas de niños.
Ahora estamos esperando al profesor cuando todas comienzan a alterarse.
Todas menos Aninka y yo
— ¡Llegaron nuestros dioses! —Gritaron varias al unísono.
— ¿Buscas a alguien? ¿En qué puedo ayudarte? — dice alguien, pero yo sigo sin mirar que sucede, literal no me interesa.
— Busco a Sofía.
¿Qué? ¿Quién me buscará? Esa no es la voz de mi hermano.
Todas comienzan a murmurar y Aninka me da un golpe en la pierna para prestar atención a lo que sucede. Es ahí cuando sé quién me busca; Daniel.
— ¿Podrías salir un momento? —dice con una sonrisa en su rostro.
Marcharme con él sin duda causaría muchos comentarios que estarían lejos de la realidad. Y la verdad, aunque estos no me interesen, siempre resultan molestos.
— Puedes decírmelo aquí, si no hay problema.
En ese momento llega mi hermano con Viktor y Luka.
— Sofía, vamos a tener un partido con tu curso mañana—dice David— Sé que es tu curso y todo, pero tendrás que apoyarnos, te corresponde como mi hermana.
— Se te olvido decir, ¡Es un orden como tu padre, rey o Dios que soy! — me burlo.
— Sofía… — me regaña y yo lo ignoro.
— ¡Guau! —Dijeron todas.
— Mi súper chico, yo podré apoyarte —Dice una chica acercándose a Daniel y David que todavía están en la puerta del salón.
— No lo sé David, pero a mí solo me interesa el apoyo de Sofía —Dice Daniel.
Todas murmuran, unas se sorprenden otras me fulminan con la mirada.
Yo que no quería tanto drama con esta visita inesperada y ellos que se esfuerzan por ser el centro de atención y con ello arrastrarme a ser parte de su circo.
Mientras pienso en alguna manera para rechazar su invitación y hacer que se marchen sin problema alguno, llega el trío del salón (Esteban y sus secuaces), como es muy normal en ellos llegando tarde a clases a nadie les resulta extraño. Sin embargo, la tensión entre los siete se hace presente.
— ¿Qué sucede aquí? — Pregunta Esteban— ¿Por qué hay gente indeseable en mi salón? —dice como si no comprendiera.
— No creo que seamos indeseables ¿O no chicas? — dice Daniel, coqueteando con una de las chicas que instantáneamente se derrite de la emoción.
Lo patético de la situación me hace rodar los ojos.
Grandioso, no son las siete de la mañana y ya tenemos peleas de gallos en el salón.
— Además — comenta David— Vine a ver a mi hermana — dice señalándome.
— ¿Qué? ¿No te cansas de ver su horroroso aspecto en casa? Vaya que te gusta dañarte la vista — contesta Esteban.
Su comentario carente de inteligencia me causa risa.
— ¡Oye!—grita David— Respeta a mi hermana, imbécil.
Ya sé en qué terminaría esto si no lo detenía.
Me levanté de mi asiento.
— Esta bien, resumamos la situación y terminemos con esto. Sabemos que Esteban y su pandilla —digo mirándolos— No toleran la presencia de Daniel y los chicos, por ende, en vista de que vinieron a decirme que los fuera a animar les responderé, aquí y ahora, para que se vayan rápido y me dejen tranquila. No estoy interesada. Ni siquiera iré a ver el partido, así que adiós.
— Ya la oíste, largo. — dice Esteban alegre
Ninguno se mueve.
— ¡Dios! ¿Tan pocas animadoras tienen en su curso que vienen a buscar a las chicas del equipo adversario? Tic, tic, tic, tic, tic —Dice Esteban en todo desaprobatorio— Que pena que ella no deseé animarlos y si fuera a ver el partido, obviamente nos animaría a nosotros, su equipo — dice colocándome su brazo alrededor de mi cuello.
— Vaya, sí que tienes mucha confianza
Me sonríe sin alejarse de mí.
— ¿Eres idiota o no escuchas bien? Yo dije que no iré al partido, por ende no apoyaré ni a tu equipo ni al de mi hermano —dije quitándole la mano que tenía en mi hombro.
— ¿Qué te pasa niñita tonta? ¡No seas ridícula actuando así! No actúes altiva porque nosotros no estamos interesados en que nos muestres tu apoyo. — dice Camilo enojado.
Esteban le hace señas de que se calme. Y la verdad, sorprende lo buen domador de bestia que es para calmar a Camilo.
— Me da igual.
En ese momento, llegó el profesor y cada quien se fue a sus asientos.
Mi hermano y sus amigos se fueron a su salón
Horas después sonó el timbre para educación física por lo que me dirijo a mi casillero para poder cambiarme de ropa, cuando tengo el casillero abierto alguien lo cierra violentamente en mis narices y me sostiene de ambos hombros colocándome contra los casilleros.
— ¡Pero qué diablos! —Digo intentando recuperarme de la impresión.
— Mira fresita, espero que sea la última vez que me hables y trates así, porque si no...
— ¿Si no, que? —Le interrumpo en tono desafiante.
Estamos muy cerca. Su enojo es palpable y me tiene sujetada con mucha fuerza. Pero no me da miedo. Por mucho que tenga más fuerza y sea más alto que yo, no me dejo amedrantar.
— Conocerás mi lado oscuro —Dice Esteban en tono desafiante.
— Muero por conocerlo —Le respondo en el mismo tono.
Le doy un golpe en el hueso tibia, que lo hace agacharse y yo me voy.
Me cambio y me voy directo a la sala de gimnasia.
Las chicas estaban listas para jugar voleibol y los chicos básquet, a mí la verdad me daba igual si jugaba o no, pero a la final me tocaba jugar. Ya que ello correspondía, gran parte de la nota.
Es estresante jugar con las chicas de mi curso, ni siquiera juegan, ya que se la pasan babeando —Literalmente—, por ver a Esteban y sus amigos jugar básquet, imaginándose secándoles el sudor y quien sabe que otra asquerosa fantasía.
De repente siento un golpe fuerte en mi brazo que me tumba al suelo y noto como pasa un balón de básquet a mi lado.
— Lo siento —Dice Esteban con una cara de te lo merecías.
Yo me levanto poco a poco y tomó el balón. Después camino en su dirección y cuando ya estoy muy cerca de él me detengo.
— No hay problema. Un error lo comete cualquiera —Digo con una falsa sonrisa.
Él mira hacia el techo como en especie de indignación porque según él no me enojo lo que hizo Ya que no hice algún drama, o de satisfacción porque pensaba que me había rendido ante él.
En fin, lo que si sabía es que en su mente no pensaba que esto era guerra y apenas comenzaba.
Aprovecho ese momento en el que él está distraído y le tiro el balón con la fuerza que me da mi brazo lastimado, pero claro está se lo tire al estómago. Por lo que un balón de básquet y algo de fuerza, al tirarlo al estómago a cualquiera dejaría sin aire.
— Ups! Que torpe, mi error —Digo simulando asombro cuando veo a Esteban tirado en el suelo por el dolor.
Me doy media vuelta y me retiro lentamente.
— ¡Oye loca! ¿Qué te pasa? ¿Qué ridiculez has hecho? —Dice Camilo caminando furioso en mi dirección, se detiene instantáneamente cuando alguien se coloca en frente de mí.
— Estas loco si piensas ponerle una mano encima a ella y pensar que me quedaré como si nada — dice Daniel, mientras me cubre con su cuerpo.
¿De dónde salió él?
Camilo al igual que yo estamos impresionados, nadie se había percatado de que Daniel estaba por aquí.
— ¡Mira quién habla! El hipócrita, poco hombre y mal amigo. Dime ¿Ahora intentas hacer tu buena obra del día? ¿O es que no tienes nada que hacer y por eso estás haciendo esta ridiculez? — le pregunta enojado Camilo
— Defenderla de imbéciles como tú, es hacer algo. — Responde Daniel.
Todos quedamos impresionados ante tantas palabras maliciosas. Sobre todo yo, sabía que Daniel se metió a defenderme pero se notaba que sus insultos tenían un motivo distinto.
Gracias a Dios el profesor llegó a tiempo y aunque nos castigó a todos haciendo aseo a alguna parte de la institución por una semana, yo me sentía más tranquila al ver que estos dos no se mataran a golpes. Por lo menos no ahora.
Pero tenía una duda, ¿Por qué ese odio tan personal? No tenía lógica de que sólo fuera rivalidad entre ellos por ganar en los campeonatos, a los que no podrán jugar por el castigo. La cuestión es que sentía que había algo más y como era nueva no sabía que era, pero sabía a quién podría preguntar; Aninka.
Al día siguiente.
— Bien, mis queridos estudiantes, en vista de que tienen mucho tiempo libre y energía — Dice el maestro encargado de nuestro castigo— Los pondré a limpiar el gimnasio.
— ¿E-el gim-nasio?
El maestro asintió.
—Pe- pero — Intente articular— Es muy grande para nosotros.
—Ustedes podrán, a la final son 4 chicos muy energéticos — Respondió.
— Pero esta chica no tiene nada de energía — Intente parecer débil.
— Oh no, no creo que lo seas estudiante, tu fuerza para lanzarle el balón a Esteban todavía me sorprende. Fue un movimiento con mucha fuerza. Sin duda, esa fue mi parte favorita del video — Comenta el docente.
Maldición, ya no tenía escapatoria, sí o sí estaría con estos gallitos de pelea y eso me preocupa.
Ya que con Esteban y Daniel en el mismo lugar por seis horas limpiando, es algo peligroso y yo no estaba interesada en estar presente, pero me tocaba.
Mientas tanto Michael, Viktor y el estúpido de mi hermano estaban burlándose de nuestra desgracia al saber que estaríamos castigados limpiando.
Durante la limpieza fue un espectáculo con estos animales de pelea, hasta para tomar la escoba fue una disputa. Ya estoy por pensar que se aman mucho y sus discusiones son su forma de expresarse, porque esto es mucho.
— Oye idiota, fíjate por donde pisas — Dijo Esteban a Daniel mientras pisaba por donde él acababa de trapear.
— ¡Ups! Lo siento, no te vi, como para mi eres tan invisible.
Y aquí vamos otra vez…
— ¡Miren par de idiotas, si quieren hablarse, besarse o golpearse a cada nada, porque se aman tanto, busquen un hotel y allí podrán decirse y hacerse cuanta cochinada se les pase por la cabeza! — Tome aire— ¡Pero ahora, hagan el puto castigo o los voy a silenciar a golpes!
Todos quedaron en shock.
— Oye...
— Bueno, bueno, bueno supongo que se están entendiendo mejor que antes — Ironiza el maestro— Por lo menos ahora no se están golpeando — Continuo— Se entienden tanto que pienso que se van a extrañar mucho después de que se acabe el castigo, por ende pienso aumentar más el tiempo para ustedes tres — Dijo señalando a Esteban, Daniel y a mí.
Mi vida no puede ser peor.
Una semana después
Ya el castigo para Camilo había acabado pero para nosotros no, lo cual es estresante, seguir escuchando peleas entre ellos es agotador, son como unos niños chiquitos.
Lo que a la vez me hacía querer saber más la causa de que se odien tanto. Con el tiempo realizando los castigos y las múltiples tareas a realizar, no he podido hablar con Aninka pero hoy vendría ella a mi casa a "estudiar”. Donde sabríamos que haríamos todo menos estudiar, ya que los amigos de mi hermano también estarán aquí, y donde está Viktor, Aninka no se puede concentrar.
— ¡Sofía, Aninka bajen por favor! — Grito mi hermano desde el primer piso.
— Vamos a ver con que estupidez nos sale — Le dije a Aninka.
Ella sólo sonrió y nos dispusimos a bajar.
Justo cuando íbamos por la mitad de las escaleras hablando entre nosotras vemos o más bien veo a alguien desagradable; Esteban Bogdanov.
— ¡Bueno, ¿Tú que haces aquí?!
— No puedo dejar que mi hermana duerma con estos bastardos, pueden intentar cualquier cosa contra ella, así que — Dice controlando la risa— No puedo dejarla estar sola.
Aninka y yo rodaron los ojos, sabía que su verdadera intención era molestar a los demás y vaya que lo logró. Por lo menos conmigo.
— Hola Sofía, estás muy hermosa hoy, sabes. — dice Daniel
Volteó a ver a ese chico para responderle indiferente pero mi hermano le interrumpe.
— Bueno, bueno, bueno cuidadito con mi hermana, su genio es del peor que puedes conocer, es muy —Comenzó a contar con los dedos— anticuada, aburrida, grosera, gruñona, chantajista, conflictiva...
Justo dejo de hacerlo cuando noto mi mirada asesina en él.
— Pero buena gente la chica, muy buena gente, a veces me pregunto que hice para merecer una hermana tan atenta, cariñosa, detallista, inteligente — Contó nuevamente con los dedos.
Yo le hice señas llevándome mi dedo pulgar al cuello de derecha a izquierda, dándole una señal de que estaba muerto.
Reaccionando él de manera automática, colocándose ambas manos al cuello aterrado.
Sería imposible negar que me encanta sembrar miedo en mi hermano, así que su respuesta me brindó satisfacción.
Soy mala lo sé, aunque no me interesa lo que dijo de mí, se ven tan lindo siendo sumiso, siendo mi esclavo, para implorar mi perdón.
— En fin — Corta Viktor al llegar a la sala— Juguemos verdad o reto.
— Oye ya estamos muy grandes para esto — se queja Camilo entrando al lugar.
Maldita sea, están todos en mi casa. Espero que el amor y odio que se tienen no destruya la casa.
— A decir verdad, nadie te invito a venir y ahora a jugar. Así que — suspira Luka— Puedes marcharte por donde viniste.
— Tú…
— Como sea. ¿Jugamos? — interrumpe David al ver cómo podría terminar todo.
— No, ese juego es muy infantil.
— ¿Te da miedo que sepan o te toque hacer algo que no quieres? — Dijo Viktor en tono burlón.
— Ni mierda — Dijo Camilo recibiendo el desafío— Le entró.
Viktor sonrió victorioso, al ver que logró su objetivo.
— ¿Quien más juega?
Michael, Luka, David y Aninka alzaron la mano.
— Bueno chicos, también deben jugar, así que ¿Qué esperan? — Dijo David mirando a Esteban y Daniel.
— Eso es un juego de niños, maduren. — se queja Esteban.
Daniel y David lo ignoraron, para después enfocar su atención en mí.
— Sólo juego si tú juegas — dice Daniel y me resulta imposible que mis mejillas no se sonrojen. Y estas aumentan más al notar que somos el centro de atención.
Su mirada me cautivó por primera vez y por un momento, pude analizar su hermosa mirada. Él sonrió lo que ocasionó que inconscientemente mirara sus labios, esto me da mala espina.
— Vamos, vamos — Me decía David jalándome a la ronda que habían hecho en el suelo.
Yo sólo me resigne y fui a jugar, lo cual llevo a Daniel y Esteban que no estaban muy convencidos de jugar, lo hicieran.
— Bien — Dijo Viktor tomando una botella— Picó hace y base de la botella manda a hacer.
Todos asistieron.
En la rueda estábamos Daniel a mi lado derecho y Aninka en mi lado izquierdo, pero para mí desgracia David estaba enfrente de mí. Por lo que mentalmente sólo pedía que David no tocará mandarme en algún momento ya que ese sería su momento de venganza.
Otros hermanos protegerían a sus hermanas, pero David es diferente, no sé si es porque siempre me salgo con la mía, lo hago ser mi esclavo cuando me hace rabiar, o porque cuando me ha presentado a sus novias lo hago pasar pena, pero fuera de eso yo no le hago nada malo. No entiendo porque aprovecha la oportunidad que tenga para vengarse, una venganza que no tiene fundamento. O algo así.
Rodó la botella quedando picó en Aninka y base a Michael
— ¿Verdad o reto? — Pregunto Michael.
— Verdad — Respondió Aninka instantáneamente.
— ¿Te gusta alguien de esta ronda?
— Sí — Respondió sonrojada.
Rodé los ojos... Por Dios eso era tan obvio.
El siguiente turno fue picó para mí y base en David. Justo lo que no quería.
— Bien, hermanita — Dice David feliz— ¿Verdad o reto?
— Reto — Respondió sin importancia.
— Bien — Sonrió mirando a Daniel, sonriendo este a la vez— Te reto a que lo beses en la boca.
Mierda…
Vi como todos se reían a excepción de Esteban, Aninka y yo.
— Vaya, mira que pálida te has puesto — Dice Michael burlándose.
Obvio que me pondría pálida, voy a dar mi primer beso por culpa de este estúpido juego y la venganza de mi estúpido hermano, ¿Ya mencioné que esta venganza es sin fundamento?
— Vamos, no tenemos todo el día — Dijo Viktor muerto de la risa.
— Bien, salgamos — Dije para que estando fuera convencer a Daniel de que no lo hiciéramos.
— No, no, no señorita — Dijo Viktor— Tiene que ser aquí, entre todos para saber si lo hiciste o no.
— ¿No confían en mí?
Todos respondieron al unísono un No
Dios de esta no me salvaría... — pensé— A la mierda todo aquí vamos.
Me acerqué rápidamente a Daniel que aunque estaba a mi lado, necesitaría acercarme más para besarlo y así lo hice, no sé cuánto duramos, sólo sentí sus suaves labios uniéndose al vaivén de los míos.
Y debo reconocer que aunque no tenía interés al principio sí que lo disfrute hasta el final.
— Vamos ya — Dijo Viktor burlándose— No se coman, no todavía.
Y fue allí que sentí como mi cara se incendió, Dios, esto me pasa por este juntándome con estos.
Siguieron más turno ocasionando que Viktor y Aninka se besaran, al igual que Aninka y David, una verdad de Camilo poco interesante y el último turno antes de dejar de jugar si fue interesante.
Fue mi turno de mandar a David y no podía desaprovechar esta oportunidad, así que como escoger verdad conmigo iba a causar que le preguntara algo vergonzoso — ya que conocía su talón de Aquiles — se decidió por reto, pero inmediatamente tuve una idea increíble, vergonzosa y vengativa para dos de los implicados, en pocas palabras matar dos pájaros de un sólo tiro. Mande a David a que besara con lengua incluida a Esteban y ese sí que fue un reto que los demás no esperaban, o bueno eso decían sus caras de asombro y ¿Por qué no? Emoción.
— Esto sí estará bueno mi hermanito lindo. Te reto a darte un beso con Esteban que incluya lengua.
Los mencionados me fulminaron con la mirada.
— No, ni de broma — Grito Esteban levantándose del círculo— Esto me pasa por jugar sus pendejadas.
— Vamos Esteban, no me digas que no tienes tu sexualidad definida y piensas que un beso con mi hermano te hará definirla hacia los hombres — me burle.
— ¡Estás loca fresita, no es por eso! — Grito.
— Entonces demuéstrame lo contrario, gallinita — Dije desafiante.
A lo que él se acercó a David, ocasionando que David retrocediera y negará una y otra vez, pero ya era tarde ya lo estaba besando.