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Capitulo 5

Deje de acariciar sus senos y la bese nuevamente, cuando me aparte, en sus ojos veía deseo... no dije nada, bruscamente hice que se volteara, que me diera la espalda. Cuando Mili entendió lo que yo quería, no ofreció resistencia, solo se agarro de los bordes del lavamanos esperando que la sometiera.

De espaldas a mi, con su pantalón y su ropa interior apenas por debajo de su pubis, me hice espacio entre sus redondas formas, mi tiesa verga como dirigida se ubico a la entrada de su ano. Alce la vista y la vi por el espejo, una expresión de ansiedad se leía en su rostro.

—Vamos... —susurro súper excitada.

Simplemente le fui hundiendo mi verga, que al principio no entro, pero fui empujando y ella a su vez inclinaba su espalda, haciendo que su trasero presionara contra mi pene, hasta que al fin logro entrar.

—Ohhhhh —se quejó ella, mientras parecía temblar de placer.

En su boca abierta un gesto dulce de dolor. Repuesta del impacto inicial, Mili siguió empujando hacia atrás, mientras yo apresaba su estrecha cintura y arremetía hacia delante. En este raro forcejeo le fui clavando centímetro a centímetro mi verga. Parecía que iba a desfallecer, pero seguía empujando su enorme trasero hacia mi, solo así acallaría ese cosquilleo anal que ahora tenia, que la dominaba. Sabía todo el placer que aquello le podía deparar.

Los ojos de Mili lagrimeaban, no sabia si de alegría por ser nuevamente atorada por el ano o de dolor porque esta vez no había crema que nos ayudase... hasta que por fin la tuvo toda adentro, bajo la cabeza, parecía disfrutar teniendo todo mi pene dentro de su estrecho agujero, llenándola.

—Uhmmm.... Ufff —escuchaba su respiración entrecortada.

Sus manos se asían con fuerza al lavamanos, y las mías no soltaban su pequeña cintura... cualquiera que entrara al baño en ese momento podía pensar que se trataba de una violación: Yo presionándola contra el lavamanos y ella con su blusa desgarrada, su brasier roto, sus senos al aire, su pantalón bajado a medias, mis manos aferradas a su cintura y claro... mi pene abriendo sus gordas nalgas…

Hasta que Mili levanto el rostro y me vio por el espejo... parecía poseída, tenia la misma expresión de locura pasional que le vi días atrás en mi cuarto.

—¿Qué esperas? —fue lo que me reclamó a media voz.

No tuvo que decir mas, comencé a cabalgarla, dificultosamente y escuchando sus quejidos, yo reprimía los míos... a mi también me causaba un poco de dolor perforar su estrecho ano. Su esfínter apresaba mi pene, parecía no querer soltarlo.

Paulatinamente las penetraciones fueron mas agradables, disfrutaba de la fricción de mi miembro contra su pequeño agujero... ella también.

—Uhhhh... uhmmm... ohhhh —la escuchaba gemir complacida

Una de sus manos soltó el lavamanos y se dirigió a sus henchidos senos, ella misma se dedico a estrujarlos mientras soportaba mis embestidas contra su inflado trasero. Mi ingle rebotaba contra sus redondas nalgas produciendo armónico ruido que resonaba en todo el baño.

Mili se inclinaba, procurando que mi verga le entrara mejor, que sus nalgas dieran paso a penetraciones mas profundas. Su cabeza prácticamente apoyada de lado en el espejo, un codo contra la unión entre el lavamanos y la pared, mientras su mano libre no dejaba de acariciar sus senos que retumbaban con cada incursión de mi pene en su ahora ágil esfínter.

—Ayyy... debo estar loca... uhmmm —vocifero ella.

—¿Por qué?... —pregunte jadeante, sin dejar de moverme.

—Uhmmm... porque me gusta demasiado... ohhh —respondió, volteando parcialmente y mirándome directamente a los ojos.

Esto me excito más, ahora mis arremetidas eran mas fuertes y rápidas. Ella volvió contra el espejo, soportando y disfrutando de mi vigor.

El espejo se empaño con su sudor, con el aliento de sus gemidos que cada vez eran mas continuos..

—Uhhh... me vas a mataaar... ahhhh —exclamaba ella, a punto de reventar de placer.

—Tomaaa —grite castigándole el ano con mayor vehemencia.

Poco después llene su ano con mi ardiente semen, el goce que esto origino se propago por todo sus ser, transformándolo en un prolongado orgasmo... Mili apoyo los codos en el lavamanos respirando dificultosamente.

Yo no dejaba de presionar mi verga contra sus enormes nalgas, esperando que mi pene dejara de escupir lo que parecían litros y litros de esperma.

Me dedique tanto a observar sus reacciones, a través del espejo, que no me di mayor tiempo de contemplar su imponente trasero: con mi verga partiéndola en dos, sus carnosas nalgas arremangadas contra mi ingle, sus redondas formas terminaban armoniosamente en su estrecha cintura... mi pene se fue deshinchando mientras yo admiraba sus curvilíneas formas.

Luego me aleje, Mili seguía apoyada contra el lavamanos, reponiéndose de toda la agitación que le provoco su satisfactorio orgasmo... yo retrocedí unos pasos y aprecie su gran culo bronceado, su pequeño y enrojecido ano destilando mi leche, manchando su pantalón... Ella volteo, me miro satisfecha y con su pantalón tal y como estaba se me acerco. No le importo que el piso estuviera sucio o que su pantalón fuera blanco... simplemente se arrodillo y se trago mi semi erecta verga... limpiando, lamiendo y relamiendo cada gota de semen..

.

Menos agitado, suspiraba complacido por las caricias que sus labios y su lengua le brindaban a mi también enrojecida verga...

Finalmente Mili apoyo su cabeza en mi ingle, sus brazos rodeaban mis piernas, parecía cansada, después de la furiosa cogida que le di, supongo que debía comprenderla.

Ella se lo busco con esas repetidas bofetadas... me justifique, luego me dije: además ambos lo disfrutamos... espero que no me eche la culpa por lo sucedido otra vez... parece que leyó mis pensamientos:

—Ahora ¿que vamos a hacer? — me preguntó a media voz desde su posición.

No contesté, porque tampoco sabia la respuesta... Mili con cara de angustia me miro desde abajo, con sus rojizos labios aun melosos por mi leche.

—No sé.... —fue mi sincera respuesta.

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