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Capítulo 5: ¿Por Qué Quieres Aparentar Que Eres Rudo Y Sin Corazón?

Fay.-

Limpiaba el sudor de mi frente, la faena estuvo bastante fuerte, en una noche llegaron los huéspedes más exigentes, observé entrar a Camila ¿Será que no se cansa nunca? Pensé

— ¿Cómo es que no estás cansada? –Pregunté apoyándome en el mesón recostando mi frente en el frio metal.

— Estoy acostumbrada a jornadas peores –me sonríe.- ya tu turno terminó puedes irte –Dice poniendo la mirada su celular y su energía se ve opacada.

— ¿Camila estás bien? –Pregunto.

— Sí, es solo que… los hombres son unos idiotas –Expresa apretando el celular con decepción y molestia.

— No sabía que tenías novio –Dije confundida.

— No lo tengo, pero había conocido a alguien, pensé que era diferente, pero es obvio que es un egoísta egocéntrico que solo busca un largo listado de mujeres –Se encoge de hombros.- ¿Qué más da? Si cree que me arrastrare a suplicarle está muy equivocado, no sabe de lo que se pierde –Guiña el ojo sonriendo.

— En eso tienes razón, ya encontraras a alguien que vea lo grandiosa que eres

— ¡Wow! –Dijo observando todo el lugar nos habíamos quedado solas.- anda ve solo quedas tú y sabes que al dueño no le gustan que se incumplan los horarios –Asentí recordando a Oliver, quien sabe cuándo volvería a verlo, no le di mi numero ni nada, sentí decepción, deseaba volver a verlo.

— Saldré por detrás –Me alisté dejando mi uniforme en la lavandería me di un último vistazo y salí por la salida de emergencia de la planta baja, al abrir la puerta abrí los ojos sorprendida ante mis ojos estaba mi bello adonis.

Este hombre definitivamente o es un ángel caído del cielo o es un semidiós engendrado por el mismo Zeus, vestido con una chaqueta de cuero su cabello alborotado sobre una moto deportiva.

— ¿Qué haces aquí? –Le pregunto sonriendo.

— Vine a buscar a alguien –Se encoge de hombros.

— Bueno que pase buenas noches jefe –Dije alejándome cuando me toma de la mano y me acerca a su cuerpo.

— Vengo por ti –Sin más me besa dejándome con los pensamientos en blanco.- Vamos a dar un paseo ¿No le tienes miedo a las motos o sí?

— Para nada, me gusta la adrenalina –Sonrió aun atontada por su beso.

— Excelente –Me extiende el casco y me subo de inmediato enciende la moto y se pone en marcha.

(…)

Oliver estaciona en un hermoso mirador, la vista de la ciudad de Los Ángeles de noche se ve impresionante.

— ¿Qué vamos a hacer con esto? –Le pregunto con temor sin darle la cara, sus manos acariciaron mis brazos apoyando su frente sobre mi cabeza.

— No lo sé, siento que no puedo estar alejado de ti y quiero descubrir a donde nos va a llevar –Me giro para quedar frente a él, acaricio su rostro, él cierra sus ojos y lleva mi mano a sus labios dejando pequeños besos en ella.

— No quiero ser la otra, no quiero que esto arruine mi carrera, sin embargo tampoco puedo mantenerme alejada de ti –Susurró cerca de sus labios sintiendo su aliento.- solo dejémonos llevar –Esta vez fui yo la que se apoderó de su boca, atrayéndolo hacia mi metiendo mis dedos en su cabello, sus manos llegaron a mi trasero apretándolo contra su cuerpo, no quería pensar en nada solo estar así con él resto de mi vida.

Dos Meses Después.-

Luego de nuestra cita esa noche ambos acordamos que disfrutaríamos sin ponerle adjetivos a lo que estaban viviendo, pero pasando días con él concluí que estaba irrevocablemente enamorada de Oliver Stone, sin importa que era mi jefe, no importa si perdía mi trabajo, solo sabía que no podía estar alejada de él ni él de mí. Oliver es mi oxígeno, mis ganas de vivir, mi existencia entera.

Nuestros mundos podrán ser distintos, pero ¿Quién dice que dos personas de mundos diferentes no puedan enamorarse? Nadie, así que lucharíamos por nuestro amor delante de quien sea.

(…)

Ya cerca de mi casa, caminaba de regreso cuando a mi lado apareció un auto al percatarme de quien es sigo caminando acelerando el paso.

— ¿Ahora me ignoras Fay? –Dice mi ex Otto, detuvo su auto saliendo de él, alcanzándome tomando mi brazo con fuerza.

— ¿Otto que es lo que quieres? –Me suelto de su agarre enfrentándolo.

— Te quiero a ti, a mi lado ¿Por qué no lo comprendes?

— ¿Por qué tú no comprendes que ya no siento lo mismo por ti? –Pregunto con frustración. Ya no te amo y quiero seguir mi camino sin ti

— ¿Es por otro hombre? ¿Quién es? –Sin responder su interrogante le paso por un lado.

— No tengo porque darte explicaciones –Me detiene bloqueando mi camino tomando mis brazos con más fuerza.- Me estás lastimando –Me quejo.

— Nunca voy a permitir que estés con otro hombre ¿Me entendiste? –Expresa con los dientes apretados y los ojos llenos de ira.

— No me obligues a denunciarte con la policía –Me vuelvo a soltar de su agarre bruscamente.- tú y yo ya no somos nada y lo que yo haga o deje de hacer no te importa, que te quede bien claro –Lo empujo con fuerza y corro alejándome de él, pensando en que este será un problema para mí, no le he dicho nada a Oliver sobre Otto y su insistencia en perseguirme, comienzo a creer que ya rayaba en la obsesión, pero es algo que prefiero resolver sola.

(…)

— Tu apartamento es un poco lúgubre –Escucho el sonido de su risa a través de su pecho.

Después del desagradable encuentro con Otto, me aliste para salir con Oliver, por suerte estos días mi madre ha salido de viaje a visitar a una de mis tías en San Francisco y así alargo el tener que darle explicaciones.

— Dicen que las mascotas y las propiedades son iguales a sus dueños –Alzo mi cabeza frunciendo el ceño confundida al escuchar lo que dice.

— Pero tú no eres así, ¿Por qué quieres aparentar que eres rudo y sin corazón? –Su mano se enrolla en mi nuca y me atrae dejando un beso en mis labios.

— Sí lo soy, solo que tú eres la única que saca lo mejor de mí –No puedo evitar sonreír ante sus palabras.- Quiero que solo seas mía

— Sabes que lo soy Oliver…

(…)

Amara.-

— ¿Conseguiste la información? –Pregunté con tranquilidad.

— Así es, aunque no te enojes por como la conseguí –Escuché de los labios de Nick.

— Sabía que esa idiota, estaba enamorada de ti –Me giré para verlo a los ojos- Te acostaste con ella

— Sabes que te amo, solo a ti, pero me presionaste para que siguiera a Oliver e investigara a la mujer con la que está saliendo y lo hice, es una lugareña de Marina Bay, se llama Fay Makris es una de las sous chef y se dice que tiene un novio un tal Otto Fannis

— Una pobretona, increíble que Oliver desprecie a una mujer como yo por una empleada –El tono de mi voz no refleja en absoluto la ira que estoy sintiendo por dentro.

— ¿Estás celosa? –Nick posa sus manos en mi cintura, siento sus labios en mi cuello.

— No, pero si lastima mi ego –Me giro para quedar frente a frente con él.- ¿Si sabes que te amo cierto? –Susurro muy cerca rozando mis labios a los suyos, él asiente.- Entonces sabes qué debo hacer todo para casarme con Oliver de eso depende nuestro futuro.

— Lo sé –Susurra mientras intenta acercar sus boca a la mía.

— Es hora de que dé la noticia de mi embarazo –Dije alejando mi rostro del suyo y eso hace que abra los ojos de inmediato.

— No voy a dejar que mi hijo, lleve el apellido Stone –Su mandíbula se tensó, bajé mi mano hasta su entrepierna nuevamente un jadeo salió de sus labios.

— Solo será por poco tiempo, nuestros planes siguen en pie y esa lugareña nos va ayudar –Besos sus labios embriagándolo con el éxtasis de mis besos… no voy a permitir que mis planes se arruinen por culpa de una pobretona que solo busca dinero seguramente, he soportado mucho las humillaciones de Oliver como para ceder ahora.

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