Capítulo 2: Fay Makris
Fay.-
Llegué caminando de puntillas a mi casa, rápidamente entre a mi habitación, me tiré en mi cama mirando al techo, pensando en él, mi cuerpo se eriza solo con pensarlo.
— Definitivamente estoy loca –Mordí mi labio al recordar los suyos, sus manos tocando mi cuerpo y vuelvo sentir como mi centro se humedece, acostada en mi cama niego con insistencia- y seguramente no lo volveré a ver, aunque mi corazón me grite que es mi destino –Cerré los ojos con las imagen de esa mirada de ojos claros en mi mente.
(…)
— ¡Buenos días! –Entré a la cocina sonriendo, dejé un beso en la mejilla de mi madre- Huele delicioso
— Estás muy feliz ¿A qué hora llegaste anoche? –Preguntó con seriedad.
— No vi el reloj mami –Me encogí de hombros bebiendo un sorbo del delicioso café de mi madre, nadie sabe que le pone pero su café es único.
— Anoche vino a buscarte Otto –Rodé mis ojos hacia arriba- Hija ¿Por qué no le das una oportunidad?
— ¿De verdad? Siempre me has criado diciéndome que no me deje dominar por un hombre, que encuentre uno que sea como mi padre y ahora te pones del lado de Otto, la verdad no entiendo
— Fay cariño, dale la oportunidad de cambiar es un buen muchacho no puedes negarlo, te quiere –La miro con seriedad y me alejo sin decirle nada.
— Me iré a surfear antes de ir a trabajar –Salí tomando mi tabla de Surf, aspiré el aroma del mar para calmarme, me coloqué mi traje y corrí para zambullirme, el surf hace que todos mis problemas se alejen al menos momentáneamente.
Me siento en mi tabla observando el horizonte y el azul del mar pensando en las palabras de mi madre, simplemente no entiendo como no puede entender que ya no deseo nada con Otto.
En un pasado si estuve muy enamorada, crecimos juntos y eso lo convirtió en mi primer amor, mi primer beso, mi primer hombre, oficialmente cuatro años de relación hasta que se volvió toxico, celoso, paranoico, posesivo al punto de golpear a cualquier chico que se atreviera a mirarme.
Mi madre tiene razón es de buena familia, es trabajador y tiene muy claro lo que quiere para su futuro haciéndolo el más centrado y maduro, muchas anhelan estar con él, pero yo no, yo busco más para mí que ser la esposa de alguien enclaustrada en una casa, teniendo hijos, no es lo mío y con esa mentalidad clara hace seis meses que decidí terminar con él, pero sigue sin aceptarlo.
— ¡Hola preciosa! –La voz estruendosa de Gina irrumpe en mi burbuja de meditación, es mi mejor amiga, mi cómplice y a diferencia de mi madre apoya mi decisión.
— ¡Buenos días Loca! –Le sonrío.
— Anoche te fue muy bien por lo que veo –Y cabe destacar que me conoce mejor que nadie incluso mejor que mi madre.
— ¿Por qué lo dices?
— Pues un pajarito me dijo anoche, que te fuiste con un trajeado después de los tambores –Sonríe, de solo recordar mis mejillas se pusieron coloradas- y esta mañana cuando salí a trotar te vi llegando a tu casa, cuéntame
— No se te escapa nada –Ella enarca las cejas de manera divertida- pues anoche cometí una locura –Sonrió como si le dijeras a un niño que le vas a dar un dulce- Sí sabes que Gala me dijo que a mi vida iba a llegar un hombre y que con solo mirarlo mi corazón me daría la señal –Gina asintió sorprendida.- Pues creo que ya lo conocí, lo único es que ni siquiera sé cómo se llama –Mordí mi labio, mirándola con vergüenza.
— Espera, ¿Tú y él? –presioné mis labios y asentí- ¡Oh, por dios! ¿Y qué tal fue? ¿Mejor o peor que Otto?
— Siendo sincera, mil veces mejor –Comenzó a gritar emocionada.
— ¡Baja la voz estás loca!
— Nadie nos escucha, pero dime ¿Cómo es?
— Es muy muy guapo, alto, musculoso, elegante ¡Dios su voz, es…! Tan seductora, no pude distinguir bien el color de sus ojos, pero si pude notar que eran claros, su porte, su rostro es tan varonil –De pronto noto como la mirada de Gina me mira seria. ¿Por qué me ves así?
— Porque por como lo describes es un adonis y un hombre así amiga es muy difícil que tenga no tenga novia o que no esté casado ¿Se lo preguntaste?
— No –Me encogí de hombros- No sabes el magnetismo que sentí con él y creo que también lo sintió, no sé me pareció que solo estaba ahí por casualidad, no era un turista, creo que buscaba un escape.
— Y lo encontró, en tu coño –Soltó una gran carcajada.
— ¿Por qué siempre eres tan vulgar? –Rodé mis ojos- Ya me voy mi turno empieza en una hora.
(…)
Oliver.-
En la suite estoy anudando mi corbata, no sé ni siquiera que hago porque mi mente sigue con la imagen de aquella mujer que no quiere salir de mi cabeza.
— ¿Llegaste? –Escucho la voz de Gabriel, lo miró por el espejo que viene ya listo con su Tablet en la mano.- Anoche regresé para buscarte y no te vi por ningún lado ¿A dónde fuiste? –Pregunta sin quitar la mirada de la pantalla que reposa en sus manos.
— Solo fui a caminar un poco y despejar la mente –Respondí sin dar más detalles.
— La gerente me acaba de comentar que Amara, se registró anoche, así que… no te va a ir bien –Dijo bajando la mirada nuevamente tecleando la pantalla- y antes que lo preguntes no fui yo quien le dijo que estábamos aquí
— Esa mujer no entiende, que ya no la quiero dime ¿En qué idioma debo decirle?
— Mientras tu papá siga apoyándola
— No voy a casarme con ella –Expreso casi rugiendo- Ya no tenemos una relación, me fastidia, estoy harto de que me siga a todas partes, ni poniéndole mil cuernos me deja en paz, vamos tenemos trabajo que hacer –Le paso por un lado, la presencia de Amara aquí me augura un pésimo día.
(…)
Llegó a la sala de juntas del hotel, revisando los documentos que Gabriel me va dando cuando escucho una voz aguda mencionando mi nombre.
— ¡Oliver, mi amor! –Me detengo girándome la observo como si quiera fulminarla, me mira y se detiene frente a mí.
— ¿Qué haces aquí? –Con sus ojos verdes me observa suspirando.
— Quería pasar la noche contigo, me dijeron que habías venido a Marina Bay, pero no te encontré ¿Dónde pasaste la noche? –Me di media vuelta dejándola sin respuesta- ¡Oliver! –Me toma del brazo y me suelto de su agarre.
— Yo no te pedí que vinieras ¿Por qué no me dejas en paz? ¡ESTOY TRABAJANDO! –Me giré sin esperar su reacción, entre a la sala y cerrando la puerta en sus narices, la gerente y Gabriel de inmediato enfocaron sus miradas en las laptops y los documentos que tenían en frente- Bien comencemos a trabajar, muéstrenme los reportes.
(…)
Le gerente y yo caminamos por las instalaciones el hotel de Marina Bay es el más nuevo, de hecho se inauguró unos días después de ser nombrado el presidente de Caribbean Stone hace año y medio.
— Hasta ahora los números van excelente y sin duda los empleados son los mejores, nos ayuda mucha que sean de la zona, usted tenía razón los huéspedes se sienten más satisfechos y en confianza con los lugareños, están muy agradecidos –Ella me sonríe.
Camino observando todo a detalle, la atención en recepción, la comodidad de los huéspedes, este ha sido mi hotel de prueba y debo decir que a pesar estar obligado a hacerme cargo me gusta haberle colocado mi toque y que esté funcionando como esperaba.
— Vayamos a la cocina
— Yo, olvidé enviar unos documentos a la empresa vayan ustedes –La gerente lo miró confundida, mientras que yo rodé mis ojos hacia arriba.
— No se preocupe vayamos nosotros ¿Cómo va la capacitación de los asistentes de cocina? –Pregunte mientras caminábamos hacia el lugar.
— Excelente Camila no solo es una chef fantástica, también es una gran líder y una mentora increíble las dos sous chef que están con ella están muy felices de trabajar a su lado
— Eso me parece muy bien, considero que el lugar más importante de un hotel es la cocina, si los huéspedes comen y beben bien se mantendrán contentos.
— Así mismo jefe
Entramos a la cocina, es enorme con una gran capacidad, todos al verme se quedaron en silencio, menos Camila, recuerdo haberla conocido en una exposición de arte.
— ¡Oliver, bienvenido a mi cocina! –Dice sonriendo.
— ¿Tú cocina? –Pregunté poniendo mis manos frente enarcando mi ceja.
— Claro que sí, podrás ser el dueño del… espacio, pero cuando estoy dentro haciendo mi magia, ¡Sí! Es mi cocina ¿Vienes a comer algo? Pide el plato que quieras –Me agrada su energía, simplemente no sé cómo alguien tan dulce puede estar con alguien tan perro como Gabriel.
— La verdad si tengo algo de hambre, pero sorpréndeme –Su sonrisa se ilumina.
— Perfecto, por suerte tengo a mi mejor sous chef apoyándome el día de hoy, es muy creativa con los platos y cuando le diga que el plato es para big boss hará algo especial
— ¿Por qué no me la presentas de una vez? –Nos adentramos en la cocina, Camila iba adelante, dando órdenes a los cocineros que se intimidaban con mi presencia, al llegar a una de las mesas había una mujer adornando un pastel de cumpleaños.
— Fay, ven que quiero presentarte al dueño de Caribbean –Mi sonrisa desapareció al verla, allí estaba frente a mí, la mujer con la que había pasado la noche y que me dejó acostado solo y semidesnudo en la playa, la miré de arriba abajo estaba vestida como una filipinas azul y blanca, llevaba su cabello negro recogido totalmente y una pañoleta blanca lo cubría ella me miraba sorprendida de igual manera.
— Es un gusto señor, mi nombre es Fay Makris –Extendió su mano frente a mí, la observé y luego miré sus ojos color marrón oscuros, extendí mi mano y al tocarla sentí la misma energía que anoche.
— Un placer conocerla señorita Makris, Oliver Stone.
— Fay es una de las lugareñas que trabaja aquí y decorando postres y platillos es la mejor –Expresó Camila emocionada, yo escuchaba pero mis ojos estaban fijos en la hermosa mujer que tenía frente a mi.- Fay, mi amigo Oliver quiere comer uno de nuestros platillos y quiere que lo sorprendamos así que ¡Manos a la obra!