Capítulo 1
Observo en silencio el océano.
Amo el mar, siempre lo he apreciado, hasta el punto de dejarme encantar por él, de quedarme horas y horas observando el reflejo azul del cielo en la superficie clara de sus aguas.
Vengo aquí a pensar, a distanciarme de los sonidos turbulentos y fútiles que me rodean y concentrarme únicamente en mí mismo, en lo que el débil sonido provocado por el mar logra sacar de mi alma.
Me siento en la playa como de costumbre, cierro los ojos con delicadeza y escucho las olas romper en la orilla y contra las rocas.
Cuando los vuelvo a abrir, el mar parece agitarse, las olas aumentan cada vez más y el viento empieza a alborotarme el pelo con energía.
Intento alejarme, pero cada intento de moverme parece ser en vano y esto es suficiente para que mi conciencia tome conciencia de estar en una pesadilla más, sin posible vía de escape.
Veo que las olas aumentan y se acercan, así que cierro los ojos y me repito palabras de consuelo una y otra vez, esperando que la conciencia sea suficiente para devolver mi mente a la realidad.
Entonces, de repente sucede: siento su figura emerger del caos, acercándose a mí, llevando consigo el habitual aura de misterio y oscuridad que percibo desde hace algún tiempo, sin poder hacer nada más que siempre hacerme la misma pregunta.
—¿Quién eres?— susurro. No está muy lejos, pero a pesar de ello su rostro está cubierto por una sombra.
—No tienes que tenerme miedo— murmura con su voz persuasiva, apenas susurrada al viento.