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A diferencia de lo que había creído. Confusión, se abrazó a sí misma, intentando llenar el vacío que él le había causado. Finalmente llegaron a los autos, ella lo agradeció.
No podía soportar un poco más de silencio. Con ese hombre. Las mujeres lo observaban, muchas hablan de lo bonito que era. No se despidió, él le dio un beso muy cerca de los labios.
Ese tacto, había quedado en ellos hasta que llegaron a la casa. Su esposo, acostó a las tres niñas mientras que ella desaparecía en el baño. Se refrescó el rostro con agua tibia, y se lavó los dientes. Al mirarse al espejo, se preguntó si acaso Emilio la veía bonita.
Eso no debía importarle.
"¡Concéntrate..!", se demandó.
Salió por la puerta, hasta llegar a su habitación. Se cubre con las cobijas y su esposo la abrazó. Le dió un beso de los labios, y pronto empezaron las caricias. las cuales recorrieron todo su cuerpo, y mientras él le quitaba el pantalón de pijama, y la blusa, la besaba punta eran pasionales, tiernos y vigorosos.
Sofía, mordió los labios de su esposo e introdujo su lengua. Se besaron largamente, durante tantos segundos interminables. Sintió las caricias de en su espalda de Valentino.
Cuando él la tomó de la cintura y quedó arriba de ella, su cuerpo tembló.
No por su esposo, si no porque la imagen de Emilio le invadió.
—Hola sobrina —escuchó dentro de su mente.
Movió la cabeza de un lado al otro e intentó concentrarse. Sin embargo cada vez que besaba su esposo, y abria los ojos aparecía el.
Se encontraba molesta, y lo besó de igual forma.
Emanuel, acarició sus pechos. Mordió su cuello, dejando desparramada su lengua hasta llegar a su abdomen. Sin dudarlo un segundo más, sopló su zona sensible.
Gimió cerrando los ojos. Abrió más las piernas presa de sensaciones. Una lengua recorrió su botón de placer. Fué mordisqueando de una manera suave, aunque continúa. Dos dedos ingresaron y salieron de su cantidad.
—Estás... tan mojada... Cómo nunca.
—¡Más..!
Ella pidió, presa del placer. Al abrir los ojos encontró el rostro de su esposo, y en se instante había deseado el de Emilio.
***
A la mañana siguiente, se encontraba desnuda la cama, sintiendo culpa, por haber imaginado a alguien que no era su marido.
"¿Qué estoy haciendo..?"
Sin embargo, decidió hacer caso omiso, e ir a tomar unos mates con su cuñada. Se vistió de forma rápida, y después de terminar de cambiar a sus niñas, pronto salieron. Llegaron en cuestión de minutos, ingresaron. Pero lo que no espero, era encontrarse con su tío Emilio.
Emilio, la vio. La observó y se quedó anonadado; tenía una belleza muy natural. El cabello suelto, la cara recién lavada. Tenía puesto una ropa holgada. Pero de igual forma se podían apreciar un poco sus curvas.
"¿Que tendrá puesto debajo de su ropa..?" Pensó Emilio.
—Buen día sobrina —comentó, le dio un abrazo y besó su mejilla.
Sofía, se quedó perdida en el aroma que emanaba, en la suavidad de sus labios y la textura de sus manos. No quiso separarse, pero lo hizo regañadientes.
Sus mejillas se.volvieron rojas, al recordar la fantasía que había tenido la noche anterior.
El besándola.
Él acariciando su... zona íntima.
—Tengo que ir a buscar a mi esposo, ¿no tienen problema de quedarse los dos solos..? —preguntó Ana.
Sofía abre los ojos con sorpresa.
—Para nada... nosotros cuidaremos a toda la multitud de niños —dijo divertido Emilio y Ana asintió para desaparecer.
Sofía no había podido replicar nada. Sin embargo para calmar un poco sus nervios, se acercó al mate, tiró la hierba fea, preparó nuevo. Después levantó la tapa de la pava, para ver si estaba caliente.
—¿Cómo estás hoy..? —preguntó Emilio, ella tuvo que levantar la cabeza para verlo.