Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 3

Noha:

Me congelo en mi lugar, es tan liviana que me olvide que ella estaba colgada de mí y cuando me levante de golpe, enrosco sus piernas a mi cintura, y con esa voz tan sexi me dice tal cosa y ese quejido...Dios, ¿por qué me castiga así? Me siento un maldito pervertido, pero es que toda ella me vuelve loco.

— ¿Me escuchas Noha? — pregunta y yo solo asiento con la cabeza, no me atrevo a hablar, no sé lo que diría.

— John, tiene razón, me da vergüenza estar viviendo todos estos años de ti y de él, aparte de la ayuda de Tommy, cargan conmigo y mis hijos y no es justo. — su voz suena tan triste, que muero por abrazarla.

— A mí no me molesta...— comienza a hablar Tommy como el buen amigo que es.

— Tú mismo lo dijiste, no salimos, no nos divertimos, porque todo el dinero del restaurante es para ropa de los niños, mis estudios y los de Tommy, y el dinero de John es para el alquiler de esta casa, ropa para nosotros y creo que es hora de concentrarme en ser solo mis hijos y yo, necesito sentirme útil. —Gracias a Dios se baja de mi espalda, porque con todas las estupideces que están diciendo me está costando más mantener el control.

— Necesito estar a la par con ustedes, no ser una piedra al cuello, que los hunda…— Tommy la interrumpe y lo agradezco, porque ya no soporto que diga tantas tonterías.

— No, no, nada de eso, no eres una piedra, ni una carga, nada de eso, es solo que estás sola con los niños, si tuvieras a alguien...

— ¡Eso...! — Interrumpo a Tommy, solo mírame, Emma, date cuenta de que te amo, estoy aquí, a tu lado, mírame.

— Me molesta que sigas ocultando quien es el padre de los niños. Él tiene la obligación de ayudarte. — John lo suelta de golpe y yo veo el dolor en su rostro, definitivamente mi amigo quiere morir en mis manos… aunque tiene razón.

— ¿Que? ...— Su voz es un susurro, sé que la pregunta o mejor dicho reproche la lastima. Pero creo que es lo que todos nos hemos preguntado estos cinco años, ¿Quién es el padre de los hijos de Emma?

—Yo también necesito saber. No tiene nada que ver con los gastos ni nada, pero... pasaron 5 años desde que... y no has dicho nada. — trato de tranquilizarla, es solo que quiero romper cada hueso de ese maldito, y nada más.

— ¡¿Y eso que va a cambiar?!— Automáticamente se pone a la defensiva, como siempre.

— ¿Te parece normal que Valentina nos llame papá a los tres?, uno bueno, ¿pero a los tres? ¿Y qué Donato nos diga tíos? Él marca distancia y ella no sabe a quién acudir si algo pasa, ¡te escucho llorar por las noches! ¡por Dios! Ya no lo soporto, tú quisiste este juego, no yo. —Y como siempre que tiro la bomba, me arrepiento al ver la cara empapada en lágrimas de la mujer que amo, la cara de desaprobación de John y Tommy que me dispara con la mirada a quemarropa. Lo Jodi todo.

—De acuerdo... quieren saber… les diré la verdad. Pero no volveremos a tocar este tema. Nunca más. — Ahora, no era el único que estaba congelado, nosotros éramos sus amigos, su familia y aun así nunca dijo nada. Pero por fin hoy sabremos todo.

— Tommy, trae lo más fuerte que tengamos para beber, solo les contaré la historia... sin nombres. — dice mientras se sienta en el sofá blanco de la sala.

— ¿Sin nombres? Es lo mismo que nada. — Me quejo de inmediato, y es que durante estos 5 años lo único que eh querido hacer es matar al maldito que jugó con Emma.

— No tienes por qué hacerle caso. — Dios, hoy lo voy a matar. John ¿Cuándo te convertiste en el enemigo?

— ¡Cállate, John! — grito de inmediato, llevo tanto tiempo, querer matar al maldito que la lastimo, y ahora que por fin ella va a hablar John dice que no es necesario.

— ¡Basta! ¿Qué sucede entre ustedes? ¡Lo quiero saber ahora! — mi pequeño Koala rubio reclama.

— Bien te lo diré, el brillante Noha, cree que te irás de casa cuando empieces a trabajar. — definitivamente hoy matare a John.

— No es eso, es que no debes trabajar solo concéntrate en tus estudios, y él solo lo hace ver cómo...

— Acepte el trabajo. — no, debí de escuchar mal.

— ¡¿Que?!

— Noha, necesito trabajar, solo me queda un año de estudios, esta oportunidad me servirá, para el próximo año conseguir algo mejor, no me iré a ningún sitio, no, mientras todos estemos unidos. Pero debes entender, en algún momento cada uno seguirá su camino, no podremos vivir por siempre los cuatro, sin embargo, siempre seremos familia. — mi corazón duele de solo pensarlo, ¿Cómo no te das cuenta? que solo te quiero en mi vida para siempre, yo te amo tanto.

— ¡Pero porque tiene que ser en la empresa de los Constantini!, olvidas que esa mujer quería quedarse con los niños y te echó, sin nada, ¡no le importó! Claro, como John estudió con su beca y lo contrataron de inmediato el besa el suelo que ellos pisan. —dejo salir el veneno que llevo reteniendo en mi boca todo este tiempo.

— Detente, no es por eso, tú no lo entiendes, siempre apuntas a los demás, te crees ser dueño de la verdad todo porque fuiste el primero en irte del orfanato, ¿pero sabes? el que vagaras por las calles no te hizo más sabio ¡solo más matón! — Escupe cada palabra y no creo que sea mi mejor amigo el que está hablando.

— Eso es John, saca todo, que más piensas de mi ¡vamos dilo! — A esta altura veía rojo, no quería golpear a John, pero si su intención era déjame en ridículo ante Emma, yo le enseñaría.

— Creo que si no nos tranquilizarnos, los niños vendrán a ver qué pasa, y será difícil explicarles porque dos de sus ejemplos a seguir se están matando. — el rubio nos mira con desaprobación.

— Tommy tiene razón, creo que hay cosas que aclarar, vamos al sillón un trago, por cada vez que la historia se corte. Como antes, cuando jugábamos verdad o reto, solo que esta vez será verdad y tragos. — No puedo perder esta oportunidad de saber qué fue lo que le pasó a Emma hace 5 años.

— De acuerdo. — dice Tommy.

— De acuerdo. — Emma me mira expectante.

— si. — Digo y tomo asiento.

—Bien comencemos. John. —dice dándole la botella al traidor.

— ¿Quieres la verdad? aquí va, si, los Constantini me dieron su beca, igual que a Emma, fui a trabajar con ellos, pero a su favor tengo que decir que el señor Constantini, no supo que a Emma la echaron del orfanato, ni porque, él piensa que ella se fue y abandonó la escuela por voluntad propia, y es algo que no me corresponde a mi aclarar, mi relación es directa con él, no con su mujer, ni los idiotas de sus hijos, pero tengo otro motivo, para superarme... —Pero John no dice nada más, solo guarda silencio, mientras ¡¿se sonroja?! ¿Qué le pasa?

— Bebe. —Emma lo obliga a tomar un trago.

— Grug ¿qué es esto?

— Vodka.

— Rayos, bien, mejor hablo o esto me matará. — deja salir un suspiro, pero finalmente habla. — Estoy enamorado, de Bianca, la menor de los Constantini, y pienso demostrar que soy digno de su amor, seré el mejor abogado de todo Chicago.

— Pero ¿qué carajo dices?

— Tommy... —Emma lo reprende.

— No, ¿cómo vas a decir eso? te conozco hermano, tú eres merecedor del amor de cualquier mujer, no necesitas demostrar nada.

— Bien lo que digas, pero aun así quiero que, si logro conquistarla, no puedan poner objeción alguna, fin.

— Eres lo mejor, quizás algún día alguien me ame como tú amas a Bianca. —los ojos de Emma brillan soñadores y yo me pierdo en ellos.

— Quizás ya te--

— Toma otro trago, dijiste fin y sigues hablando. —Sé que él entendido a la perfección y si no lo hizo... hasta aquí llego nuestra a amistad. Ni John, ni Tommy tienen permitido decirle a Emma lo que siento por ella.

— Bien mi turno. — Tommy me salvas como siempre.

— Quiero empezar a trabajar, en algo que no sea el restaurante o cuidar a esos diablitos, quiero mi independencia, pero sin dejarlos a ustedes, sé que soy una persona horrible, pero....

— ¡Bebe! — Y esta vez todos reímos, ya que hablamos a coro como cuando éramos pequeños.

—Quiero saber lo que es vivir. —termina por decir el rubio.

— No podríamos decir nada, te mereces eso y más.

— Pero creen que el restaurante...

— Mi trabajo es solo a la tarde, los niños van a la mañana al colegio, así que puedo ayudar en la mañana he irme después del almuerzo. Soy una mujer muy capaz. —Esa hermosa sonrisa aparece en su rostro, y ese cabello rubio siempre a medio trenzar. Tan hermosa. Con esos ojos color aguamarina y esa boca...

— ¿Por qué no solo te quedas conmigo Emma? — Las palabras solo salieron de boca sin pensarlo y no me arrepiento.

— Noha, es tu turno. Dime ¿por qué no me dejas madurar de una buena vez? — Pero que mierda... ¿para que hable? lo peor es que te lo acabo de decir, te quiero conmigo, pero como siempre no entiendes pequeña.

— Tommy no dijo fin quizás... —trato de salirme por la tangente.

— Fin. — Gracias maldito enano.

— No es eso, es solo que… —no se me ocurre nada para decir.

—Bebe. — Rayos esto sí que está fuerte.

— Bien, ¿quién cuidará a los niños? Yo tengo que ocuparme de restaurante. —soy un cobarde, lo admito.

— ¿Eso era todo? ¿A caso John no te dijo que en la empresa hay guardería? Van a estar conmigo. — John me mira reprochando que allá perdido la oportunidad de decir que la amo, pero hoy no será ese día, falta, todavía falta para conseguir todo lo que ella y esos pequeños se merecen, debo trabajar más.

— Bueno no lo sabía, pero...

— Bebe.

— Esa mujer te echará cuando te vea. Y no quiero verte llorar. No lo soportó. —mataría a cualquier que la hiciera sufrir.

— Eso lo dirá solo el tiempo, además yo trabajaré con John. Él trabaja para el señor Marco, supongo que no veré a la señora Camelia.

— Bien, eso espero, no diré nada más. Fin. Ahora es tu turno. —por lo menos esto va a servir de algo.

— Dame un trago…y otro más.... — Ella no está acostumbrada al alcohol, es más, lo odia, no debería obligarla a hablar.

— De acuerdo, sé que se lo han preguntado siempre, y gracias por no insistir, pero tienes razón, ya es hora de decir lo que pasó, pero bajo ningún motivo, mis hijos sabrán esto... dame otro trago.

— Tranquila Emma.

— Déjame Noha, necesito este coraje, bien, esa noche me escape a la fiesta de graduación de John. Me iba a encontrar con alguien, un muchacho, que me gustaba, y que se suponía era mi novio.

— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible?! Solamente estaba mi curso en esa fiesta y no te vi. —Definitivamente John solo aparenta ser frio, su carácter es tan fuerte como el mío.

— Shhh tranquilo, despertarás a los diablitos.

— ¿Por qué estas tan tranquilo Tommy? ¿Tú sabías que tenía novio? — lo acuso directamente al ver que su rostro no muestra asombro.

— Suficiente, nadie sabía nada, eso me lo guardé para mí, Tommy solo sabía que esa noche saldría a una fiesta, me consiguió un vestido de su madre, ahora sino quieren pen--

— Termina.

Me sentía molesto, todo este tiempo creí que alguien la había violado, un extraño o algo por el estilo, saber que ella salió a una fiesta y se encontró con alguien por voluntad propia no cambia lo que siento por ella, solo que esperaba otra cosa, miles de veces le advertimos que a ese colegio solo iban ricos y ellos solo se divierten con las chicas como ella. ¿Como pudo ser tan tonta? No, ella no, esto también es culpa de Marco Constantini, él le dio esa maldita beca.

— Dame un trago, bien, hacia un mes que salía con él, realmente pensé que lo amaba y cuando me pidió ir, yo solo fui, me esperaba en la puerta de atrás, debí darme cuenta de que no me tomaba en serio, pero no lo hice. — sus ojos se nublan, le duele, aun le duele. — Cuando llegue pasamos directo a un saloncito de la villa Constantini, estaba separado de la fiesta, pero aun así había bebidas, y música, después de tomar... mucho, empecé a sentirme cansada, y cuando él me ofreció recostarme un momento, caí como idiota... — muestra una sonrisa que es tan dolorosa de ver, que casi es irreal. — Dame un trago. — ya se ha bebido media botella ella sola, me preocupa. — Bien, ya saben lo que paso, son mis amigos, mis hermanos, mi familia y les diré toda la verdad, no puedo darles el nombre del padre de mis hijos, porque no se su nombre, solo se su apellido y es que.... dame un trago. Me acosté con un chico el cual salió de la recámara después de hacerme suya y... Dios creo que voy a vomi---

Emma realmente está dejando todo lo que bebió en el fregadero, y yo estoy tratando de entender que fue lo que le paso esa noche mientras sostengo su cabello.

— ¡¿Acaso no sabías su nombre solo su apellido?! —ya no lo soporto más, no entiendo.

— No es eso, él salió y me entrego a su hermano, como quien regala una cena a medio terminar. Sus palabras exactas cuando lo enfrente en la mañana fueron... “solo quería una virgen y mi hermano solo te quería a ti, ambos tuvimos lo que queríamos, ahora piérdete.”

Tommy la abrasa, y con John nos miramos, nos conocemos desde siempre, se lo que piensa y él sabe lo que yo pienso, tiene una foto de esa noche, sabremos muy bien que grupos de hermanos estaban en ese lugar. Pero esa será una charla pendiente. Por ahora nos apresurados a consolar a Emma, que ya sea por el alcohol, o lo dicho está haciendo arcadas en el fregadero.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.