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capitulo 3

3

– Señorita Stone – dice haciendo que gire en su dirección cuando lo miro mi pánico aumenta, al ver a un hombre que parece ser tres yo en uno solo, de piel canela y ojos miel, calvo, vestido con un traje azul oscuro, camisa blanca y cor-bata azul. solo logro articular un movimiento afirmándole que soy la persona por la cual a preguntando

– Soy Lionel, su hermano el señor Stone me envió por usted

– S…Si claro un gusto, soy Eva Stone –

Dije más relajada cuando nombro a Victorio, Lionel tomo mis cosas y camino en medio del aeropuerto abriéndome paso en medio de la gente quien me miraba como si fuera la reina de Inglaterra o algo así. Ante tantas mirada baje la mía y me aferre a Tobías hasta llegar al auto, Lionel subió mis cosas y luego abrió la puerta para que entrara, le agradecí por hacerlo y luego subí, el frio del aire acondicionado del auto me tomo un poco por sorpresa haciendo que me estre-meciera un poco, me acurruque en mi cazadora y cubrí mis manos del frio

– Señorita su hermano me pidió que la llevara a la clínica –

Cuando dijo clínica empecé a hiperventilar odio esos lugares y Victorio lo sabe

– Habrá alguna forma de que no me lleve a la clínica, a su casa no se o mejor puedo esperar en una plaza o en algún parque cerca por mí no hay problema – dije con algo de de-sespero a lo que Lionel me miro con el ceño fruncido

– Lo siento señorita, pero yo solo cumplo las órdenes del señor – dice con pesar por mí

– No, está bien – digo yo con aun mucho más pesar, él solo está haciendo su trabajo

Llegamos a la clínica en cuestión de minutos Lionel me in-formo que ya habíamos llegados cuando abría la puerta. Tome mi bolso y a Tobías y Salí del auto le agradecí por todo a Lionel y me eche a andar hacia la clínica la puerta se abrió cuando puse mi pie muy cerca de ella, entre y ese olor tan particular que tanto odio lleno mis fosas nasales provo-cándome nauseas, inhale y exhale varias veces con los ojos cerrados para luego caminar hasta la recepción, me recibe una hermosa chica de ojos verdes y cabello negro muy bien arreglada

– hola buenas tardes

– buenas tardes en que puedo ayudarla

– Vengo a ver al doctor Victorio Stone – ella me mira algo confundida y luego revisa algo en el computador

– es usted Evangeline Stone

– Eva solo Eva Stone por favor

– claro disculpe siga adelante octavo piso

– Muchas gracias – dije con una pequeña sonrisa y camine hacia el ascensor iba vacío mucho mejor para mí la presione el botón del piso a donde iba y la puerta se cerró para luego abrirse en el piso ocho pensé mien-tras caminaba

– Hola – dije rogando para que la hermosa chica de abajo le haya informado a esta otra hermosa chica quien soy

– hola debes ser Evangeline el doctor Stone te está espe-rando –

Es inútil decir que me digan solo Eva nadie me hará caso así que solo asiento y paso a la oficina muy hermosa por cierto mi hermano está sentado en la silla de su escritorio hablando por teléfono y ni si quiera a notado que yo estoy aquí así que recorro la oficina mirando cada detalle con detenimien-to y por ultimo vuelvo a fijar mi mirada en mi hermano quien continua hablando por teléfono aclaro mi garganta con fuerza para hacerme sentir y él me mira me dedica una sonrisa y termina su llamada

– Eva cuanto tiempo tienes ahí

– No mucho – dijo encogiendo los hombros mi hermano camina hacia mí y me envuelve en un abrazo inhalo su per-fume con fuerza ya que su olor hace que desaparezca de mis fosas nasales el olor de este espantoso lugar, pero recuerdo que esta Tobías entre los dos

– Espera vas a lastimar a Tobías – digo mientras lo aparto con delicadeza mi hermano me mira con el ceño fruncido y con una mirada llena de confusión

– ¿Tobías? – Dice mientras me mira de arriba abajo – Eva no pareces estar embarazada de cuanto estas ¿nuestros pa-dres lo saben? – dice muy rápidamente con su mano acari-ciando su barbilla sus cejas encarnadas y sin dejar de mirar-me de arriba abajo mientras que yo al escuchar la palabra embarazada salir de la boca de mi hermano me hizo tener la vergüenza de mi vida no es que estar embarazada sea algo malo de hecho todas las mujeres lo están en algún momento de su vida, pero para mí eso es imposible

– no… no – digo negando con mi cabeza y escondiendo mi rostro en Tobías que a pesar de mi color cuando me sonrojo se nota y muy bien siempre me pasa cuando estoy molesta, asustada, avergonzada o triste mi rostro tiende a delatarme de esa manera

– Victorio, no estoy embarazada él es Tobías – digo esti-rando hacia el mi pequeño árbol

– a lo siento Eva no vi a la planta, así como también se me había olvidado que le colocas nombre a todo en especial a las plantas – dice con un tono muy aliviado

Mi hermano dijo algo muy cierto siempre le coloco nombre a todo tengo la teoría de que todas las cosas que poseen vida sienten lo cual los hace merecedores de un nombre todas y cada una de mis plantas en el invernadero en casa de mis padres tienen nombre

– está bien no te preocupes – digo todavía con un poco de pena

– siento no haberte recibido en el aeropuerto cuando llegas-te tenía unas cosas que hacer, pero prometo compensar todo iremos a cenar esta noche solo tú y yo – dice con una gran sonrisa y acariciando mis brazos

– bueno, pero ya no quiero estar aquí puedo esperar en al-gún lugar cerca pero lejos de aquí por favor – digo con gran suplica odio este lugar y si paso un minuto más aquí me tira-re por la primera ventana que vea

– perdón también había olvidado que odias los hospitales bien puedes tomar un taxi

Dijo caminando hacia su escritorio y apuntando algo en una hoja

– Esta es la dirección de mi departamento y ten – dijo sa-cando dos billetes de su bolsillo y entregándomelos son dos billetes de veinte dólares mucho para un taxi

– bien te veo en casa

Digo con una pequeña sonrisa

– Eva avísame cuando llegues por favor – asiento y salgo lo más rápido que puedo me despido de la secretaria con una sonrisa y entro al ascensor marco planta baja y en segundos estoy ahí salgo del ascensor y camino con rapidez a la puer-ta que se abre ante mí y salgo con mucha más rapidez. cuando mi cuerpo siente la cálida bueno en realidad la no tan cálida brisa de cuidad se relaja por completo la brisa pega en mis gran melena de rizos dejando mi cara y mi cue-llo al descubierto me aferro a Tobías con fuerza y me echo a andar a buscar un taxi hasta que siento que choco con una pared y caigo al piso sujete a Tobías con fuerza pero creo que con mucha por que se reventó la maceta de arcilla la pared se voltea y lo que me hace creer que el golpe en mi cabeza fue tan fuerte que me dejo loca las paredes no se mueven o al menos no en la vida real cuando se voltea me encuentro que no solo estoy loca si no que alucino el golpe me está haciendo ver a paredes con cara de personas o con forma de personas, frente a mi esta un hombre si tan alto como una pared vestido de negro todo hasta la corbata sus ojos azules como el mar y su cabello color caoba tan blanco como la porcelana va peinado de lado y su expresión fría y áspera producen en mi temor uno muy grande para ser sin-cera

– señorita –

Dice extendiendo su mano para ayudar a levantarme la to-mo y su toque provoca en mí una sensación extraña me es-tremece de seguro porque no le doy la mano a nadie que no sea mis padres, mi hermano, la señora Porter o margarita

– gracias –

Digo ya de pie y mirando a Tobías en el suelo mis lágrimas salen sin pedir mi permiso y tapo mi boca ahogando un pe-queño grito me arrodillo y tomo a Tobías en mis brazos

– Tobías lo siento – digo mientras lloro

– Señorita se encuentra bien – me dice el hombre levanto la cabeza y lo miro

– yo… necesito un taxi –

Digo con la voz entrecortada y levantándome con Tobías en brazos estoy toda llena de abono y me imagino que mi cara también lo está ya que me pase la mano varias veces para limpiar mis lágrimas que no paran de salir

– quiere que le ayude en algo –

Pregunta el hombre quien no deja de mirarme como si fuera la primera vez en su vida que ve a una mujer llorar bueno puede que sea la primera vez que vea a una llorar por una planta, pero Tobías me lo regalo la señora Porter lo que lo hace muy especial para mí

– no – digo apretando a Tobías y para mi mayor vergüenza mientras más lo aprieto más abono bota, pero para salvación de Tobías y mía se aparece un taxi corro hasta el dejando al hombre parado en medio de la calle y entro al taxi

– por favor aquí – digo entregando el papel que me dio Victorio el hombre del taxi se limita a solo asentir intuí que como me vio llorando supo que no quería hablar y se lo agradecí mucho al llegar al departamento de mi hermano Lionel me esperaba me imagino que él le dijo que iría salgo del taxi y le pago al señor con un billete de veinte

– Señorita se encuentra bien – pregunta cuándo se encuen-tra conmigo

– Lionel necesito una maseta por favor y abono –

Digo aun llorando y entrando al edificio el asiente y subimos hasta el departamento de mi hermano quinto piso todo un piso para él solo, al llegar me recibe una linda seño-ra como de unos sesenta años

– Lionel que ha pasado – pregunta cuando me ve

– Señora Houseman por favor una maseta y abono rápido –

La señora asiente y sale a toda prisa nosotros caminamos a la cocina y ya la señora Houseman tenía ya las cosas allá pongo a Tobías en la maseta y le pongo abono y le coloco agua

– Estarás bien – le digo mientras acomodo la tierra

– donde puedo ponerlo

– en la ventana señorita – camino hasta la ventana y lo dejo ahí respiro porque Tobías estará bien me volteo hacia las dos personas que me miran, pero las más extraño de todo esto es que no lo hacen como todo el mundo suele hacerlo como si fuera una extraterrestre ellos no me miran así, la señora Houseman tiene los ojos llenos de lágrimas y Lionel refleja mucha preocupación

– yo lo siento mucho…. No pretendía asustarlo es solo que Tobías se me callo y me lo regalo una persona muy especial yo lo siento –

Digo tapando mi rostro con mis manos hecha y un mar de lágrimas lloro por casi todo cuando estoy enojadas cuando estoy triste incluso cuando estoy alegre lloro en realidad mi vida se resume en no parar de llorar he llegado a la conclu-sión de que mis padres me hicieron llorando

– Eva que te pasa que sucedió – escucho la voz de mi her-mano que cuando lo miro deja caer su maletín hasta el piso y corre hacia mí y tomando mi rostro con ambas manos me mira para luego mirar a las dos personas quien nos acompa-ñan en esta gran odisea para luego regresar su mirada hacia mí y no sé porque razón, pero mira hacia el piso y sus ojos regresan a los míos llenos de pánico

– Eva de donde viene esa sangre –

Al escuchar la palabra sangre mis piernas comienzan a tem-blar y el equilibrio va dejando mi cuerpo poco a poco

– señora Cielo por favor en botiquín y Lionel un vaso de cualquier jugo que tengamos en la nevera –dice dando las ordenes me levanta en peso

– nada de desmayarse Eva –

Dice claro y fuerte, me lleva hasta el mueble de la sala de estar y me sienta no me acuesta porque me conoce sabe que me desmayare si me acuesta. La señora Houseman aparece al igual que Lionel

– quítate la cazadora –

Lo hago con mucho cuidado y ahí está en mi brazo derecho una pequeña herida mi hermano la limpia con mucho cuida-do y empieza a vendarla

– Que fue lo que sucedió – pregunta sin dejar de mirar lo que está haciendo

– yo… cuando salía de la clínica me tropecé con un hombre y caí al suelo Tobías estaba en mis brazos y lo abrace con tanta fuerza que rompí la maceta que tenia de seguro me corte con eso cuando vi a Tobías destrozado arranque a llo-rar y tome el primer taxi que vi le di la dirección que me diste y llegue Lionel me recibió y la señora Houseman me ayudo a poner a Tobías en otra maseta pero no me había dado cuenta de la herida lo siento –

Dije bajando la cabeza

– No está bien es solo que me asuste – dice dejando un beso en mi cabeza – valla bienvenida de dio New York ¿quién era el hombre?

– no lo sé, pero me ofreció su ayuda, pero salí corriendo estaba muy asustada

– me imagino planeaba llevarte a cenar, pero creo que será mejor que nos quedemos en casa

– No, no por favor quiero ir a cenar – me apresure a decir no quiero quedarme aquí me gusta estar encerrada, pero tengo cinco años sin ver a mi hermano y por lo visto las co-sas han cambiado un poco quiero compartir con el

– ¿Estás segura? – Asentí con rapidez – bueno la señora cielo te ayudara con lo que necesites ella es mi asistenta y Lionel es mi chofer – volví a asentir y Victorio desapareció escaleras arriba

– señorita Stone vamos le preparare un baño

– soy Eva por favor solo Eva – ella asintió con una sonrisa y la seguí por lo visto mi habitación no está arriba la señora Houseman me guio por un pasillo y a la tercera puerta la abrió apareciendo ante mí una hermosa habitación color verde aceituna la cama es hermosa tiene sabanas verde bote-lla una hermosa lámpara colgando en una de las paredes estaba dibujado con acuarela un hermoso árbol y tenía dos puertas además de la de entrada una el baño me indico la señora Houseman y la otra el vestidor me acerque a ella y era hermoso muy grande para mi gusto pero lindo tenía una hermosa alfombra verde olivo que cubría todo el piso del vestidor además de un lindo pueble de terciopelo en medio y un espejo a cuerpo completo el cuarto es precioso y tienes toques en blanco cortinas bancas corredizas que permitirán que a Tobías le pegue el sol

– todo lo escogió el señor hasta la ropa –

El vestidor estaba lleno de ropa no todas eran de mi gusto, pero agradecía el gesto de Victorio

– Está todo muy hermoso – dije saliendo del vestidor y en-trando al baño muy lindo también

– la dejare para que se dé una ducha

– muchas gracias –

le dije antes de que saliera amo el color verde me gustan todos los colores pero este es especial me gusta y de la for-ma es que Victorio decoro el cuarto es increíble hay todo tipo de verde y se ve increíble luego de darme una ducha camino al vestidor y quiero ponerme mi ropa la que traje conmigo pero creo que Victorio se sentirá mal si no uso algo de lo que él me compro así que tomo un vestido azul cielo muy sencillo de mangas campana y de largo justo hasta mis rodillas bailarinas negras y seco mi cabello y lista, salgo y la sala está sola así que no sé a dónde se han ido todos camino hasta Tobías y acaricio sus diminutas hojas con mis dedos

– estas muy guapo Tobías –

Le susurro a mi pequeño árbol sé que las plantas escuchan y Tobías es como mi hermoso bebe

– espero estar yo también muy guapo –

Dice la voz de mi hermano me volteo hacia él y vaya si que esta guapo lleva un jersey café y nos pantalones negros za-patos marrones y su cabello muy bien peinado camino hasta él y dejo un beso en su mejilla

– tú siempre vas muy guapo –

Digo con una tímida sonrisa y bajando mi mirara Victorio me toma por la barbilla y levanta mi cara

– Cuando dejaste de ser una cría de león para convertirte en toda una leona – una leona por Dios yo no llego ni a gata anciana

– vamos Victorio sabes que eso no es cierto

– como tampoco es cierto que siempre voy muy guapo –

pues pasa algo con Victorio no siempre fue el chico guapo y con el cuerpo de adonis que tiene ahora la verdad es que durante el instituto era como una O andante de esas que aparecen en los videos musicales infantiles que sirven para aprenderse las vocales tal cual era Victorio una linda O con brazos y piernas todos se reían de él y para su baile de gra-duación fue Margarita quien lo acompaño si pues la pobre esta flechada con mi hermano le gusta gordo, flaco en inclu-so estoy casi segura de que si fuera invisible también le gus-taría luego del instituto antes de entrar a la universidad visi-to a un nutricionista e hizo todas esas cosas que se hacen para verte sexy pero sin operarte y resulto como ya lo dije todo un adonis hace dos años hubo una reunión con la gene-ración en la cual en se graduó(no entiendo porque se llamó reunión de generación si ni siquiera habían pasado diez años la matemática no se traga a las personas las personas se tra-gan a la matemática para luego botarla por el retrete) bueno la cuestión es que yo lo acompañe tuve que usar tacones ablandarlos por dos semanas y fuimos la sensación de la noche LOS STONE así fue como nos llamaron durante toda la velada y mi hermano no se fijó en ninguna de las mujeres que estaban ahí esa noche aunque algunas de ella no estaban nada mal y otras solo les falto colocarse un cartel que dijera TOMAME en el fondo mi hermano sigue siendo el mismo lindo gordito de corazón amable y bueno, así que solo yo me lleve su atención durante toda la fiesta

– no es mi culpa que todas esas chicas hayan sido unas ca-bezas huecas eras un gordito muy lindo

– así como yo tampoco tengo la culpa de que todos en Concord sean unos cabezas huecas tu acné no era tan ho-rrendo de hecho de no haber sido mi hermana hubiera salido contigo

– UUFFF pues valla al parecer estamos rodeados de cabe-zas huecas –

con mi hermano no tengo que esconderme o tener pena o miedo con el soy más abierta y tenía acné durante todo el instituto y a comienzos de la universidad se fue quitando solo pero dejo una que otra marca en mi pero nada que cre-ma por la noches protector solar y a veces CON MUY PO-CA FRECUENCIA maquillaje no pueden esconder… hay dos realidades aquí una que no se usar esa cosas el maquilla-je no se hay muchas brochas y bases y polvos no sé cómo hacerlo y otra es que no mentí cuando dije que no era una belleza del Olimpo

Victorio y yo bajamos hasta el estacionamiento y me fije que mi hermano tiene dos puestos en uno está el auto en el que Lionel me recogió en el aeropuerto que no sé qué marca es pero es muy elegante y en el otro puerto una jeep Toyota lo sé porque lo dice el auto ambos carros negros

– Nos iremos en este – dijo mientras con el control del auto quitaba los seguros Victorio puso música a un tono bajo que permitiera la conversación

– desde cuanto tienes chofer y asistenta

– bueno la señora Cielo necesitaba el trabajo y yo a alguien que mantuviera mi desorden en orden y Lionel me hace el trabajo más fácil

– me agradan al menos no creen que estoy loca y… además gracias por el cuarto

– no es nada cuando papa y mama me dijeron que vendrías me dedique a preparar todo para que estuvieras a gusto y por cierto no estás loca

– Victorio estaba llorando por una planta a quien le puse por nombre Tobías – mi hermano me miro para luego soltar la risa tan contagiosa que me le uní

– vale puede que, si lo estés, pero un poco –

El camino continuo en silencio hasta llegar a un lindo y aco-gedor restaurante antes de salir del auto me puse mi abrigo negro y gracias al aire acondicionado del auto mi cabello seguía bien

– Lista – pregunto Victorio antes de salir del auto

– si –abrí la puerta y lo espere mientras le daba las llaves del auto a un chico que tiene cara de ser su primer día de trabajo al llegar hasta mi extendió su brazo y lo tome enre-dándome en el al entrar mientras mi hermano habla con maî-tre sobre la reservación le doy un vistazo al restaurante y es de dos plantas parte de arriba es a cielo abierto lo que me lleva a pensar como harán cuando llueve

– Por aquí por favor – dice el maître mi hermano y yo lo seguimos y como lo intuí estamos en la planta superior la verdad me gusta mucho el cielo se ve muy hermoso

– Algo antes de ordenar – dice el mesero dejando los me-nús

– si por favor para una copa de vino blanco el mejor y para ti

– En yo quiero una copa de vino tinto por favor – el chico asiente y se va

– Como va todo por Concord – pregunta mi hermano y sé que se refiere ese cómo va todo lo conozco

– Como va todo o como va Margarita – digo alzando mi vista y una ceja por encima del menú

– Eva sabes que no me refiero a eso – lo interrumpo antes de que cambie el tema cierro el menú porque ya se pediré y lo dejo sobre la mesa

– pues veras todo está bien, margarita esta de maravillas sigue sin novio a la espera por ti todavía no entiendo porque insistes tanto en negar que te gusta

– vamos Eva ella es tu mejor amiga

– ¿y?

– y que la hace como una hermana para mí

– una hermana no acompaña a su hermano al baile de gra-duación y después del baile

– disculpen ya saben que pedirán – dice el mesero interrum-piéndome mi hermano se apresura en responder

– Si quiero el risotto de pasas y vino tinto – dijo entregán-dole el menú al chico

– Yo quiero filete término medio acompañado de una ensa-lada por favor – el chicho asiente y se va dejando las copas de vino en la mesa

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