Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 5

-Cuando tenía quince años, había un chico muy agradable en la escuela. Inmediatamente mostró interés en mí, tomó su lugar en el mostrador al lado del mío, a menudo en los pasillos pasó a intercambiar algunas palabras. Al principio se comportó como un amigo y parecía que le iba bien, pero luego en el último año la situación entre nosotros cambió-, le digo, indagando profundamente en los recuerdos de mi adolescencia. -Quería algo más de mí-, confieso con no poca dificultad.

-¿Algo de qué tipo, te molestó?- pregunta preocupada.

-No, nunca lo hizo. Simplemente estaba enamorado de mí, no sé ni por qué, pero yo le gustaba y mucho también-.

-¿Crees que no puedes complacer a la gente?-

-Tal vez, probablemente no me sentí tan especial en ese momento, pero para él lo era. Y fue por este fuerte sentimiento suyo que un día encontró el coraje para decirme lo que sentía-.

-¿Cómo reaccionaste?-

-Al principio no estaba bien, me escapé de él sin darle una respuesta. Pero no se dio por vencido y al día siguiente trató de acercarse a mí, dejándome un poema de Pablo Neruda en mi escritorio. Todavía recuerdo las líneas:

No te amo como si fueras una rosa de sal, un topacio

o una flecha de claveles que esparcen fuego:

te amo como amas ciertas cosas oscuras,

a escondidas, entre la sombra y el alma... -

-Un lindo noviazgo el suyo-, comenta.

-Sí, y con el paso de los días permití que volviera a colarse en mi vida, lo hice porque pensé que lo amaba, pero fue un terrible error-, explico, evitando mirarla. -Los siguientes siete meses fueron los más difíciles-.

-¿Porque?-

-Intentó acercarse y yo salí corriendo-. Todavía puedo sentir el remordimiento dentro de mí, me duele mucho. «Tenía miedo, no quería ni que me tocaran. Me sentía presionada cada vez que intentaba acercar sus labios a los míos. Solté un golpe y, aunque vi decepción en sus ojos, no pude comportarme de otra manera. Lo lastimé con mi actitud ambigua, lo engañé hasta el punto de romperle el corazón, si tan solo hubiera sido claro con él...-

-¿Solo has tenido dos experiencias?- me detiene con firmeza y yo solo asiento. -Por lo que entiendo, no puedes confiar en la gente, por eso te cuesta dejar ir-, señala con expresión seria.

-No lo sé-, admito dubitativa.

-Llegaremos a tiempo, no hay prisa. Ahora me gustaría profundizar, si estás de acuerdo, la segunda relación que tuvieron. Con el último chico diste unos pasos hacia él para complacerlo y mantenerlo atado a ti...-

-En realidad no fue como crees-, respondí, sintiendo un poco de ira por dentro.

-Está bien, entonces con calma explícame a qué te referías con esos pocos gestos cotidianos » cita mis palabras, como para cuestionar lo que le acabo de decir.

-¿De qué sirve enumerarlos?- Mi problema no se limita a las relaciones sentimentales, me comporto así con todo el mundo, con los desconocidos y hasta con las personas que me quieren. Sé que con mis formas ahuyento a las personas, las rechazo y son más fuertes que yo, no puedo comunicar lo que siento. Lo que me hace sentir aún peor es la incapacidad de darles un abrazo, una caricia, un beso...-

-¿Crees que eres una persona poco afectiva?- continúa, teniendo la osadía de leerme por dentro con esa manera impasible suya.

-Tal vez... la verdad es que no debí haber venido aquí-. Quisiera levantarme, tomar mis cosas y marcharme. No me siento comprendida por la extraña sentada frente a mí, habla, pregunta, investiga, pero sin entenderme del todo.

Estoy a punto de levantarme de la silla cuando su frase me pone de espaldas a la pared.

-No podrás resolver el problema solo-.

-Lo sé.- Ahora mismo me siento un estúpido y si pudiera volver atrás evitaría ir al psicólogo, intentaría en cambio cuidarme como siempre lo he hecho: con la escritura .

«Escucha, no es mi propósito ponerte en problemas, me doy cuenta de que sería contraproducente presionarte para que me des más información. Podemos interrumpir la sesión aquí y comenzar de nuevo la próxima vez, de lo contrario, si quieres, puedes contarme un poco sobre ti sin sentirte bajo escrutinio, ¿de acuerdo?

-Está bien-, digo en voz baja.

-Bueno, piensa en este primer encuentro como una presentación de ti mismo-.

No debo haberle causado una muy buena impresión.

-Wendy, olvida mi juicio por un momento, eso no es lo que importa, pareces una chica inteligente y seré honesto contigo. No es fácil obtener resultados inmediatos de la terapia psicológica, puede llevar años-, anticipa con cautela. -La ineficacia es a menudo un síntoma de un problema mucho mayor y si quieres resolverlo tenemos que trabajar juntos, te guste o no...-

Agradezco su sinceridad, pero reconozco que sus palabras no me tranquilizan, al contrario, tengo miedo de no poder salir de esta situación.

-¿Qué puedo hacer?-

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.