Capítulo 5
Benicio terminaba de organizar todo para ir hasta el aeropuerto con su hija, Maisa era una de sus conquistas, uno de los casos más recurrentes, ya que él nunca llevaba ninguna mujer en serio, ella resolvió telefonear para despedirse antes de que él regresara a Brasil.
– ¿Ya hicieron las maletas?
– Sí, Vanessa está ansiosa por conocer las playas cariocas. La última vez que estuve en el país ella era un bebé.
– Espero que no se olvide de llamarme algún día, o que me invite a pasar unos días con ustedes.
– ¡Claro que sí!
Benicio
Nunca le di esperanzas a ninguna mujer, Maisa es muy hermosa e inteligente, pero la vida no cabe ningún sentimiento. Ahora más que nunca tengo que volver totalmente al trabajo y a Vanessa, estaremos en un país diferente y trayendo una nueva realidad a ella y necesito estar a su lado en toda esta transición.
– Ya tengo mis cosas.
Eché un vistazo a nuestra casa para despedirme, organicé las maletas en el coche. Luke ya estaba en la caja de transporte, fuimos al aeropuerto, hicimos el check-in. En pocos minutos ya estábamos dentro del avión rumbo a Brasil, yo había guardado algunas revistas para librarme del aburrimiento y en una de ellas había un reportaje con mi madre, hablaban sobre el éxito de la mujer emprendedora en el país.
Estoy muy orgulloso de ella, sé que Vanessa tiene el mejor modelo de carácter femenino que podría. Me di cuenta de que en esa foto había una mujer muy hermosa a su lado, en la foto no pude ver su cara en muchos detalles, ya que estaba mirando hacia otro lado.
– ¡Qué hermosa morena!
Recordé que siempre hablaba de la secretaria de la presidencia, la tal Débora. Pero no creo que sea la mujer de esta foto, llevaba demasiada ropa sexy para ser una empleada de la empresa.
[… ]
Sandra ya estaba en dirección a las Islas Canarias en España junto con su novio Michel en un vuelo privado y romántico. Con copas de champán y besos.
– Espero que Benicio no se asuste por los problemas de la empresa.
– Deja de hablar de ellos, vamos a divertirnos. ¡Has dedicado toda tu vida a esta empresa y es hora de divertirte... olvídate de Benicio y Philip y bésame! – Michel la besó, Sandra solo quería dejar atrás todos los problemas.
Michel es mucho más joven para ser su hijo, pero para el amor nada es un obstáculo. ¿Sandra tenía aún más esa preocupación en lo que se refiere a lo que los hijos pensarían si conocieran su nuevo amor?
– Tienes razón, tenemos mucho que disfrutar y son jóvenes y sabrán lidiar con lo que viene.
Débora
Lo primero que hice cuando me desperté fue llamar a Paula, pero no me respondió. Le di de comer a los perros, el domingo es el día más difícil de la semana, la nostalgia de mi hijo invade mi corazón. Pensé en visitar a mis padres, pero saber que tendría que darles más dinero me hizo renunciar. Hice una comida rápida para el almuerzo y fui a ver como siempre una serie cualquiera.
Terminé durmiendo por la tarde y me desperté con la notificación de mensaje en el teléfono.
– ¡Me desperté bien, de hecho no tanto... habría sido mucho mejor con Fabio a mi lado!
La idiota aún insiste en que me equivoqué al sacarla de allí, y ni siquiera respondí a ese mensaje. No dejo de pensar en el mañana, conoceré al nuevo CEO de la empresa y eso me está causando mariposas en el estómago.
Benicio
Aterrizamos, Vanessa durmió la mayor parte del viaje y yo la cargué en brazos por el aeropuerto. Walter es el mayordomo y hace todo desde la casa de mi madre hace unos doce años, un señor leal y que daría vida por nuestra familia. Nos esperaba con el chófer, metimos las cosas en el coche y ni así Vanessa despertó.
Ya era tarde, apenas daba tiempo de descansar del viaje y yo la tendría que estar en la empresa a primera hora. Desperté a Vanessa...
Hija, ya llegamos!
– ¿Estamos en casa de la abuela?
– Sí, mire a su alrededor. – Ella miró todo encantada, mi madre siempre había preparado ese cuarto color de rosa para ella, su primera nieta.
– Este cuarto es muy lindo, ¿la abuela dormía aquí?
Sonreí, Luke ya estaba en su cama al lado de la cama de Vanessa y son inseparables desde siempre.
– El cuarto de la abuela está en el piso de arriba, yo me quedaré en uno de los cuartos aquí abajo para estar más cerca de ti!
– Está bien entonces.
La convencí de tomar un baño, a Antonieta, que es una de las empleadas más antiguas, nos preparó una cena especial. Consideré llamar a mi madre, pero ella debe estar disfrutando y no quiero molestar. Después del baño de Vanessa fuimos hasta el comedor.
– Ella es realmente una belleza de niña, solo veíamos las fotos que doña Sandra nos mostraba. – Antonieta sonrió al servirnos una pasta, plato preferido de Vanessa.
– ¿Conoces a Michel?
Ella cambió de expresión después de mi pregunta, yo insistí.
– No he tenido el placer de conocer a ese hombre, ¿sabes algo de él?
– Lo he visto un par de veces, parece un buen chico.
– ¿Chico? – Lo hice.
– Sí, Benicio, es muy joven y creo que debe tener tu edad o incluso menos.
Sabía que me estaba ocultando algo, no me habló de esa diferencia de edad. ¿Lo sabe Philip? A mi hermano no le importa nada más que el dinero, nunca quiso trabajar con nosotros en la empresa y mucho menos le importará una nueva relación de ella.
Cenamos, Antonieta fue a acostar a Vanessa. Tomé un baño caliente, pasé por la oficina... Tantos recuerdos de cuando nuestro padre estaba vivo, nuestra madre cambió y mantuvo el foco mucho más en el trabajo y yo no la recrimino.
– Ella ganó y multiplicó todo lo que nos dejó y no voy a fallar.