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El amor del Chef

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keniaaa
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Sinopsis

Todo este tiempo en la universidad por ser hija de uno de los chef más reconocido de la ciudad sufrí de un bullying interno entre mis compañeros. Para ellos nada debía salirme mal por el simple hecho de ser hija de un chef, pero cometía muchos errores para ser sincera. Incluso fui la peor del grupo todo el tiempo. Mi padre es el italiano Isaac Koskotchi dueño de la cadena de restaurante Koskotchi en donde se hacen las comidas italianas más exquisita de toda la vida. Mi madre en su tiempo fue una modelo altamente reconocida que una vez que nos tuvo a mi hermano y a mi dejo su carrera de lado. Como dije tengo un hermano mayor llamado Isaac Koskotchi Jr. Si mi padre quería un heredero con su mismo nombre y más cuando supo que su primer hijo era varón. Pero a ese idiota no le gusta la cocina, sino que estudio Finanza y manejo de empresa y es quien actualmente maneja todos los restaurante de nuestro padre......

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hola helen nos acabamos de graduar de chef y hay que festejar y tiene mascara nadie va a saber que eres hijo del dueño de uno de los mejores restaurantes y que vas a ser chef- comento afirmando ser mi amigo a lo largo de mis estudios

-Voy porque quiero y no porque me lo digas- dije cuando buscaba un traje para ponerme.

-Al menos soy un buen amigo que te compro esta mascara- mencione que era honesto

-No te preocupes yo tengo- le dije a ver que compre

Nunca usaría nada de lo que me dio, Dios sabe su propósito.

Durante este tiempo en la universidad, como hijo de uno de los chefs más famosos de la ciudad, sufrí bullying interno entre mis compañeros de clase.

No tendría nada de malo el simple hecho del hijo del chef, pero para ser honesto, cometí muchos errores.

Fui incluso el peor de la banda de todos los tiempos.

Mi papá era el italiano Isaac Koskotchi, dueño de la cadena de restaurantes Koskotchi, quien prepara los platos italianos más deliciosos de su vida. Mi madre era una modelo muy famosa en ese momento, que dejó su carrera cuando estaba con mi hermano y conmigo.

Como dije, tengo un hermano mayor llamado Isaac Koskotchi Jr.

Si tan solo mi padre quisiera un heredero con el mismo nombre y más, se enteró de que el niño era su primer hijo.

Pero el tonto no cocina, pero estudió finanzas y gestión empresarial y ahora dirige todos los restaurantes de nuestro padre.

-Ya estoy lista- dije salgo con un traje que se ajustaba un poco a mi cuerpo, y me puse una mascara

"Niña rica", susurró mi compañera de cuarto por última vez.

Finalmente me iré de aquí mañana.

Ignora lo que dice y coge la llave de mi bici o moto, como quieras. - ¿Te casaste conmigo? pregunto con una sonrisa

-Este hombre rico no tenia una rata en su bolso, asi que estaba buscando un taxi- dije prendi el motor

Empieza a dejarlo solo para nuestro apartamento.

Solo cuando necesitan que sea amable con ellos cuando no me consideran feo.

Y al principio gritaba todo lo que me pasaba, pero no pasaba nada.

Todo cambia y él no puede ser el mismo tonto para lastimar a los demás. En unos minutos llegué a la discoteca, donde la famosa fiesta del verano me estaba volviendo loco sin motivo alguno.

Dejé la llave de mi moto con uno de los gorilas que sabía que era para mi papá.

Como "voz", mi padre escondió algunos guardaespaldas para cuidarme.

-Ya sabes que hacer- Hablo de llevarlos a mi apartamento, porque siempre vuelvo en taxi para no lastimarme por conducir bajo los efectos del alcohol.

Entrar todo en un entorno enmascarado

Sin pensarlo pedí un trago porque lo necesitaba para disfrutar la noche anterior.

-veo que no estas de fiesta- como un tipo a mi lado que ni con mascara se ve mal

-Ya veo, tu tampoco estas de fiesta- Lo tomo como un paseo con un trago

"Una más", le dije al cantinero.

- ¿Estamos bailando? - le pidió al niño que bebiera su bebida de la misma manera

"Aquí está la chica", dijo el cantinero, que me dio un trago

-Gracias- sonreí y bebí

-Vámonos- dije corrí a la pista con un trago en la mano

Agarramos nuestros cuerpos mientras bailábamos al ritmo de la música.

Gracias a los tragos que me dio disfruté de la noche sin preocuparme de que me dijeran algo más de mí.

Pasaban las horas y no me cansaba de bailar con el chico que acababa de conocer.

En un momento, corrí desesperadamente para besar sus labios mientras sus manos recorrían mi cuerpo.