El misterioso hombre de traje
Me inclino y lo cargo, me incorporo y camino directo a la habitación. Dejó mi mochila a un lado de la cama y pongo al perrito en ella, salgo del cuarto y cierro todo, apagó las luces y regresó a la habitación, dejó mi teléfono en la mesa de noche, me desplomó en la cama y sin darme cuenta me quedó dormido.
Me despierto por ruidos debajo de la cabaña, agarro mi celular y miro la hora; 3:30 de la madrugada, me levanto con dificultad y veo que la puerta que antes tenía candado, está abierta, sin pensarlo, me acerco y observo unas escaleras de madera que empiezo a bajar con mucho sigilo.
Me detengo al final de las escaleras y a lo lejos veo a una familia amarrada en sillas con sacos en sus cabezas. «¿Pero qué demonios?», un hombre con traje emerge de la oscuridad sosteniendo un cuchillo de carnicero en su mano derecha, por la poca iluminación en el lugar no puedo distinguir su rostro.
Ese hombre se acerca a sus víctimas y les quita el saco de la cabeza a cada uno. Quedo atónito al ver que es mi mejor amiga y su familia, «No entiendo, ¿Qué está pasando?, ¿Y por qué estoy soñando esto?, y precisamente en este lugar…»
El hombre de traje se acerca al padre y entierra el cuchillo en su pecho haciendo un corte fino mientras la sangre brota, él grita de dolor, la madre y la niña miran con horror la escena, empiezan a suplicar y suplicar, ese hombre ignora sus súplicas e introduce su mano en la abertura arrancando el corazón del padre y este vuelve a gritar de manera desgarradora.
Mi sangre se congela y no puedo evitar sentir asco por ver el corazón en sus manos aún latiendo. La pequeña Leticia rompe en llanto y veo su cuerpo temblar, al igual la madre llora. Ese tipo solo se burla abiertamente y deja el corazón en la bandeja que tiene a su lado junto con el cuchillo.
El padre todavía agoniza, ese hombre se acerca a una esquina y toma un mazo, regresa con el padre y afloja las cuerdas. Lo empuja con fuerza tirándolo de la silla, levanta su mazo y con fuerza lo deja caer sobre su cabeza destrozándola, continúa haciendo lo mismo hasta hacerlo añicos.
Leticia grita de miedo y mueve su cuerpo bruscamente intentando liberarse, el hombre suelta el mazo y mira a mi dirección.
—Espero que hayas disfrutado ver esto, Liam—despierto repentinamente y me levanto rápidamente, corro al baño y me agachó frente a la taza, empiezo a vomitar repetidas veces.
«¿Por qué soñé eso?, se vio tan real que provocó que mi cuerpo temblara, no sé si fue por la angustia que siento o solamente fue una pesadilla al azar».
Me levanto y limpio mi boca con papel, me acerco al lavamanos y estaba a punto de abrir la llave cuando escucho dos golpes secos en el closet, volteo a esa dirección y no veo a nadie cerca.
«Ya me estoy sugestionando, mejor dejo de pensar en esa pesadilla y las opaco con recuerdos positivos». Cierro los ojos y respiro profundamente relajando los temblores de mi cuerpo al igual que la angustia.
Vuelvo a escuchar esos golpes en el closet que me empiezan a asustar. «No creo en lo paranormal, sin embargo, dudo que eso sea normal, ya que tiene candado, es imposible que alguien se haya metido y logrado ponerse el candado desde adentro».
«No debo de tener miedo, solo ignora esos ruidos y duerme como si solo fuera otra noche común y corriente». Acerco mi boca al grifo y abro la llave, abro mi boca y me la enjuago al mismo tiempo que cierro la llave, regreso a la habitación como si nada hubiera pasado, aunque todavía siento miedo.
Me vuelvo a acostar y cierro mis ojos, me costó mucho dormir; los ruidos no cesaban y la pesadilla se repetía en mi cabeza como un disco rayado. Sin darme cuenta me quedo profundamente dormido.
Abro los ojos y veo la luz entrando por las agrietadas ventanas, me incorporo y extiendo mis brazos hacia arriba acompañado de un estiramiento, «Mi primera noche aquí no fue nada agradable, espero que no sea peor en las siguientes».
Me levanto de la cama y hago las cosas cotidianas que me gusta hacer por las mañanas como hacer un poco de ejercicio, bañarme, vestirme, etc.
1 hora y media después.
Me siento en la cama y llamo a mi hermana, esta vez tarda en contestar.
—Hola hermana, buenos días—dije con voz cálida.
—Hola, todavía aquí es tarde, pero gracias por llamarme. ¿Cómo estuvo tu primera noche solo en la cabaña?—inquiere Sara adormilada.
—Mal—respondo
—¿Por qué?, ¿Sucedió algo malo?—indaga un poco preocupada.
—No muy malo, tuve una pesadilla donde veía como un hombre con traje asesinaba al padre de Leticia y escuché golpes dentro de un armario con candado—dije, ella se queda callada unos segundos.
—¿Me estás diciendo que por primera vez en ese lugar soñaste con tu amiga desaparecida y viste como asesinaban a su padre?, ¿Y escuchas golpes dentro de un armario que tiene un candado por fuera?. Será mejor que regreses a casa, eso ya no me está gustando—dice Sara con seriedad.
—Sabes que no puedo hacerlo, tengo que cumplir con lo que ese monstruo pidió en su testamento—menciono afligido.
—Lo sé, pero tengo miedo de que algo malo te pasé.
—No me pasará nada malo, solo fue una pesadilla y los golpes pueden ser mi imaginación. Tienes que estar tranquila como yo—dije—con las llamadas será suficiente para que sepas que estoy bien.
—Esta bien, lo intentaré—dice Sara.
—¿Cómo está mamá?—inquiero.
—Ella está bien, aunque la veo más pensativa que triste por la supuesta muerte de ese hombre, incluso me lo dijo—añade.
—Entonces, ¿Ella también duda de lo que dijo ese abogado?.
—Sí, nuestra mamá no es tan tonta para creer esas tonterías—establece Sara.
—Muy cierto.
—Te tengo que colgar de nuevo hermano, lo siento, pensé que no había diferencia de horario en donde estás, tengo mucho sueño y no fue mi día—confiesa.
—Entiendo, en la noche puedes o no contarme lo que pasó, descansa.
—Lo consideraré, adiós hermano.
—Adiós Sara—ella cuelga la llamada y dejó mi celular en la cama, todo el día estuve cavilando sobre lo que sucedió en el sueño mientras meditaba. Volví a cubrir el mal olor con el aromatizante e intenté abrir el armario para ver que podía encontrar, pregunté varias veces para ver si alguien se encontraba adentro, pero nadie me respondía desde el interior.
En ese momento confirmé que solamente eran mi imaginación los golpes que se escuchaban y también consideré que un animal pudo provocarlos, esa me tranquilizó más. Salí un rato a tomar aire fresco con mi perrito y jugamos un rato mientras el cielo se tiñó oscuro.
«Hoy dormiré sin angustia y pensando positivo, eso no quiere decir que bajaré la guardia; no voy a confiar rápido en este lugar, solo quiero evitar esa pesadilla de nuevo y tal vez tenga un mejor sueño con mi mejor amiga».