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El Rey de la Noche Tercera Parte

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Flagranti Amore
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Sinopsis

Alexis Núñez, mejor conocido en el ambiente nocturno de la ciudad como el Mamas, se recupera de las peligrosas heridas que sufrió a manos de los matones que trataban de llevarlo ante su jefe para que dijera en donde estaba el dinero que Cristóbal Rubio, había perdido la noche de su deceso. Alexis, sabe que no puede delatar a Miranda, la esposa de su mejor amigo muerto y la hermana de la mujer que más ama en la vida, por lo que está convencido de que, primero tendrán que matarlo antes de que él les diga lo que desean escuchar y que les informe sobre su cuñada. El Pachuco, sabe que los peligros aún no acaban, así que debe seguir adelante y estar al pendiente de todo, y en medio de todo eso, surge una nueva mujer en la vida del bailarín, Rosa, quién, le ofrece mantenerlo y mucho se enfada cuando él le hace ver que eso no les convendría ni a él y a ella. Por fin, Alexis, se enfrenta al gran Al, sometido por los pistoleros de este, no tiene otra alternativa que ir a hablar con él, le explica las cosas y el siniestro personaje, duda de sus palabras hasta que un hecho inesperado lo hace cambiar de opinión y le perdona todo. Comienza una nueva etapa para el mecánico, ahora son dos las mujeres que aparecen un su vida, una mayor que él y la otra menor, ambas muy parecidas, de clase y posición, ambas dispuestas a conocer ese modo de amar tan especial que tiene el pachuco. ¿Cuál de las dos logrará conquistar el dañado corazón del muchacho? Elena, juvenil, bella y con elegancia, a quien rescatara de las manos del Chino, que con su contagiosa desfachatez poco a poco lo va convenciendo. O Gabriela, una morena espectacular que lo impacta y logra que el pachuco se interese en ella, viéndola como una mujer a la que jamás podrá tener como él quisiera… Aventúrate a leer la continuación de la historia y disfruta con ese tobogán de emociones por los que te llevará el pachuco.

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Capítulo 121

Después de oír a Jaime Sabines, recitar su “Canonicemos a las putas”, te juro que fue algo que me llegó tan hondo que no me pude contener y me acerqué a él para decírselo, me lo agradeció con una hermosa sonrisa.

Todos hablan mal de las putas, por eso cuando lo escuché decir esas cosas hermosas en la voz de Sabines, me conmoví, me estremecí, me valoré, me sentí mujer y orgullosa, y supe que había hombres inteligentes que podían ver más allá del simple comercio del cuerpo y el dinero, más allá de la miseria moral y la degradación.

A lo largo de muchos años, más de los que te puedas imaginar, he visto de todo, he conocido casi a todas las taloneras, ficheras y putas del ambiente, algunas las compadezco mientras que a otras las admiro…

Mira, Alexis, para que te enteres… las putas más famosas del Barrio Latino y de todo el ambiente nocturno, son: la Matildona, por su fantástica versatilidad en el oficio de dar placer, sabe utilizar todos los miembros de su cuerpo para llevar a cabo su especialidad, sus clientes quedan satisfechos de la pericia ilimitada de doña Matilde… además de que es una buena cuatita que, siempre está dispuesta a ayudar…

Tinita, Agustina, es otra, es una señora ya grande que a sus sesenta y tantos años sigue ejerciendo el oficio y presume que su mejor clientela son los jóvenes de diecisiete a veinte años, porque según ella tiene un “perrito” delicioso y todos quieren probarlo, somos buenas amigas, de ella aprendí que no hay más edad que la mental y que puedes hacer lo que quieras sin importar los años que tengas.

Agustina me platicaba en el café del Jarocho que había nacido en buena cuna y estuvo casada con un personaje de la política. Cuando quedó viuda tenía mucha lana, joyas y propiedades, sólo que le encantaba “el pedo y el olor a confesionario”, así que no se contuvo y le dio gusto al gusto a la nalga y al chupe.

Los hombres y la bebida son su pasión, por ellos perdió todo, se quedó en la ruina, como no sabía hacer nada se dedicó a vender el cuerpo, al final eso era lo que le gustaba y ahora iba a cobrar por ello.

Comenzó en un burdel en plaza de San Miguel, por Arcos de Belén, los hombres la estafaron, el vicio le causó varias enfermedades y a talonear a las calles, de pronto se perdió, ya no supe más de ella, la busqué en su casa, en las calles, en los cabarets, y nada, se perdió y ya… desapareció, como tantas en las calles, en las noches.

Otras putas famosas, son las del Waikiki, el lugar más elegante de la ciudad, con mujeres que visten de largo y con distinción, la que desea cabaretear fichando, bailando o vender sus caricias, si no se presenta con ropa adecuada, entre todas la echan a la calle a golpes e insultos para que no vuelva a presentarse por ese lugar.

Las putas del Waikiki, son verdaderas fieras, como Consuelo Magaña, que es bragada y entrona; preciosa y con un cuerpo celestial, es de las más caras del talón, otra de ellas: Celia, mejor conocida como la Veracruzana, muy morena, eso no le resta todo lo hembra que es, con facciones toscas, pero atractiva y sensual como pocas.

Concha la Mazatleca, un pimpollo, La Virucha, hermosa y delicada mujer bravía que se faja a golpes con el que sea, a tal grado que varios hombres le temen por sus arranques violentos, de los cuales difícilmente alguien la puede calmar, con ella las cosas claras.

La Morucha, una trigueña preciosa, que posee un cuerpo de ensueño, ojos grandes, hermosos y expresivos, agresiva, se faja a golpes lo mismo con mujeres que con hombres.

Su rival más encarnizado es una hermosa negra de cabello rizado y tupido, a la que todos apodan “La Azabache”, que además de hermosa es distinguida, con personalidad y con un cuerpo que parece que la hicieron a mano, por donde la mires, no tiene ningún defecto.

Una noche, La Morucha y la Azabache, se fueron a pelear a los llanos de Balbuena, varios padrotes y uno que otro curioso las seguimos.

Al llegar a los llanos, se quitaron los vestidos, quedando en calzón y brasier, ambas con piernas torneadas, caderas carnosas, cinturas estrechas y bustos generosos, las ropas sólo ocultaban sus intimidades.

Al quedar semi desnudas se trenzaron en una golpiza encarnizada, tirando golpes, mordidas, rasguños, jalones de cabellos, dándose con todo. Se desgarraron la poca ropa que las cubría, quedando completamente desnudas ante los ojos morbosos de los espectadores.

Las dos hermosas putas, se dieron una paliza de lo más encarnizado que se haya visto, ninguna se declaraba vencida y se revolcaban por el suelo, sin dejar de golpearse y gritándose groserías y mentadas.

Agotadas y jadeantes fueron separadas por sus amigos, las cubrieron y les limpiaron la sangre. Cada una se fue por su lado, jurando y perjurando a gritos que matarían a la otra. Incluso no falto uno que otro de los testigos que saliera en defensa de su favorita y los pleitos surgieron entre ellos, aunque las dos mujeres ya se habían retirado y los admiradores de estas mujeres, siguieron la pelea entre ellos.

Desde ese momento su rivalidad aumento y perdura, las dos siguen en el Waikiki trabajando y ya hasta se han formado dos bandos, cada uno apoyando a su lideresa.

Bueno, con decirte que una noche dentro del cabaret, hubo un zafarrancho de antología por estas dos mujeres que no intervinieron, solo sus simpatizantes pelearon y eso dio como resultado muchos heridos ya que algunos de los parroquianos también le entraron a la batalla campal, golpes, botellazos, taconazos, jalones de pelos, mentadas de madre, patadas, de todo hubo y para todos, nadie salió ileso de aquella campal, llegó un momento en que no se sabía de qué bando era al que se golpeaba.

A un policía casi lo desnudaron después de una golpiza con su propia macana, al señor José Moselo Andrade, propietario del Waikiki, lo mandaron al hospital, con decirte que hasta salieron a relucir las pistolas, uno que otro disparo al aire, aunque, por fortuna, llegó un numeroso grupo de policías y lograron calmar la bronca, los puestos de socorro tuvieron casa llena.

Ah, pero que no se te olvide qué si existen las putas, no pueden faltar los Padrotes, también en estos hay categorías, sobre todo los que tienen a sus mujeres en el Waikiki, entre ellos podemos encontrar a José Cora, mejor conocido como el “Colo Colo”, hermano de la estrella de cine, la hermosa Susana Cora y de la deliciosa vedette Adela de la Rosa, estupenda como ella sola.

Con sus casi dos metros de estatura, bien plantado y buen tipo, era el amante de la señora Ruth Delorche, una madrota de postín, dueña de una de las mejores casas de citas de la ciudad, allá en la Colonia Roma, compitiendo con la de la francesa y la de la Bandida, que también fue puta y de las buenas, se cotizaba en grande, las tres son mujeres bragadas, hermosas, sensuales y muy inteligentes.

Bien se sabe que la francesa nunca fue puta, aunque las malas lenguas aseguran que se divorció de su marido porque este la encontró en la cama con dos hombres, la cuestión es que nadie sabe quiénes fueron esos hombres y nunca más se le ha vuelto a ver con alguno, Rebeca, como se llama, es la más joven y la más hermosa de las tres madrotas y por lo que se dice de ella, también es la más cabrona, y es seguro que sea la reina de la noche.

Y aunque a las tres las respetan en todo el ambiente, a la francesa, las mujeres la envidian y los hombres la desean, se dice que más de uno ha intentado conseguir sus caricias o su atención, Rebeca, ha sabido manejarlos, los mantiene a raya y no da pie a nada más, es una mujer de pies a cabeza, no puedo negarlo, la admiro.

José Cora, además de la señora Ruth, tenía varias muchachas taloneando para él en los cabarets y en el teatro, por eso siempre viste bien y gasta mucho, es uno de los mejores padrotes que existen.

Muy bueno para el fregadazo, no ve pelo, ni tamaño, azote de militares, policías y motociclistas.

Y es que todos estos uniformados que representan a la ley, son un verdadero azote para las personas, no pueden ver a uno asistir a alguna parte en compañía de una muchacha atractiva, porque aparece un uniformado abusivo y broncudo que, a base de pistola quiere darle gane con la dama.

El Colo Colo, José Cora, además es buen amigo de los cuates, y defensor de los débiles. Las mujeres lo adoran, la flota lo quiere, lo protege, lo respeta y lo admira, algunos personajes de la política hasta lo contratan como guarda espaldas, por un tiempo se creyó que él era el rey de la noche, aunque no fue reconocido.

Bueno, hasta ese cómico que comienza a figurar en grande en las películas, Mario Moreno, mejor conocido en las carpas y en el cine como, Cantinflas, lo ha tenido como secretario especial, junto con su hermano, Ramiro Cora, quién también se las trae, como padrote, aunque es más tranquilo y calmado.

En una ocasión, al Colo Colo le dieron una madriza de su tamaño a las puertas del cabaret Río Rosa, propiedad de don Pancho Aguirre. Todo comenzó porque uno policía trató de abusar de una muchacha después de haberle dado un macanazo al novio de esta que intentó defender a su dama.

José Cora, se dio cuenta y le reclamó al genizaro, se trenzaron a madrazos y al ver que iba perdiendo, el policía sonó su silbato y de la nada aparecieron como veinte policías y todos se le fueron al Colo Colo encima, no dejaron de golpearlo hasta que lo vieron inconsciente, ya sabes cómo son esos infelices.

A consecuencia de la garrotiza que le dieron, José Cora pasó encamado tres meses, aunque su juventud y fortaleza lo ayudaron a recuperarse, de ahí que hasta los de la ley, lo respetan y le tienen miedo.

Nunca supe por qué el Colo Colo y la Ruth cortaron, aunque lo hicieron en buenos términos ya que cuando se llegan a encontrar en las veladoras de Santita, se saludan como grandes amigos.

Carlos Zozaya, El Jitomate, otro padrote, el reverso de la medalla del ColoColo, pequeño, de un metro y cincuenta y cinco centímetros de altura, pero mucho cerebro, autor de un sinfín de dichos muy conocidos, tiene una facilidad de palabra que cuando comienza a hablar, todo aquel que lo escucha se queda idiota.

Se dice que fue el maestro del Colo Colo y entre los dos manejaban a las chavas y varios padrotes a su antojo. El Jitomate además es el hermano de la primera esposa del compositor de moda, Agustín Lara, Carmen Zozaya, mejor conocida por todos como: La Chata.

Hay otros demasiado populares, Paco “el Elegante”, del que se cuentan miles de cosas, aunque entre los conocedores se dice que la mayoría son mentiras, aunque es conocido y respetado entre los padrotes, es ratero de profesión, pero sus hazañas de valiente no son reales.

Carlos Villalpando, “el Roto”, Pepe, “el Canario”, Pepito “el Abusado”, Cesar Mantilla, “el Cesar”, un chaparrito al que apodan “el Torta” por su forma de hablar, Miguel García Domínguez, “el Camote”, Pancho “el Molacho”, “El Media Luz”, Memo, “el Nalgas”, un gran bailarín, lo que es muy raro entre los Padrotes.

Genaro Villalobos, “El Chaparro Amador”, Ramón Berumen, el réferi de box, Abel Quiroz, “el Doctor”, hijo de un famoso médico, que fue secretario particular del guapo actor, Emilio Tuero.

El Rosendo Jurado, hermano del sastre Julio Jurado y muchos otros más que por el momento no recuerdo, tal vez porque no fueron tan importantes como para guardarlos en mi memoria.