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Cap II :Parte 1: Los sentimientos a flor de piel

El sonido de la motocicleta me despertó al estacionarse, al ver las luces apagadas, Noah abrió la ventana con suavidad,

 

_ ¿Estas dormida? Preguntó

_ ¡No! Solo me recosté

 

Mientras El primero entraba nuevamente por la ventana yo encendí la luz y me incorporé. Sacó del bolsillo de su  chaqueta un chocolate, y un frasco naranja con tapa blanca a prueba de niños

 

_Espéro que no sea el chocolate de hoy. Dije de mal humor, y que es eso, no voy a drogarme contigo.

_ Ehh… ¡si es el chocolate!, quería dártelo, hoy  lo compré para ayudarte. Y porque dices drogarnos, ¿quien te dijo que yo me drogo?.

_ ¡No te agás!, lo que fumaban esta mañana era marihuana, además siempre te veo  con  esas cosas blancas en la boca, no me tomes por tonta.

 

Noah me miro desconcertado, se veía algo triste, lo que me partió el corazón nunca lo había visto así. Sacó otro frasco del bolcillo también naranja, pero este tenía tapa roja y los arrojó hacia la cama con algo de resentimiento.

 

_ ¡Míra mis drogas Madelein. El frasco con tapa roja es “Clarisoprodol ” lo fui a buscar a mi casa, un relajante muscular, y el otro “Tramadol”  analgésico Madelein si fueran drogas no diría Beretforr Noah en la etiqueta, estoy lesionado en el lado izquierdo de la pelvis y abarca parte de la pierna, pero eso no lo sabias ¿no? Pero si sabes que yo me drogo, eso es lo que dicen todos de mí, esto me sorprende viniendo de ti.

_ Lo siento, yo no quise acusarte de nada. Dije intentando aligerar el ambiente mientras me acercaba a él.

_ El Carisoprodol lo tomo antes de dormir para que el musculo se relaje sino al otro día no puedo caminar, ¿Qué no era eso lo que querías Madelein, cuando me pediste que te acompañe, que me quede a dormir aquí contigo? Mejor me voy a casa

_ ¡Espera!, dije tomándolo del brazo para impedir que se marche, sí me equivoqué, discúlpame, pero como te dije, no es un buen momento, pero no me puedés negar lo de esta mañana.

_ No lo negué, pero creí que estabas por encima de esos chismes, y si me drogo ¿qué?, no tendría que afectarte a ti, mejor déjalo ahí.

Noah se paró frente a mi, lo miré un instante, sus ojos se veían mas verdes que de costumbre, su mano subía lentamente por mi muslo arrastrando mi camiseta, cuando sus dedos rozaron mi piel, sentí un cosquilleo por todo el cuerpo. Este, se detuvo en seco apartándose.

 

Él se sentó a los pies de la cama y se quitó las botas acordonadas, dejó la chaqueta en el suelo.

 Tomó una pastilla y se la llevó a la boca, tragándola en seco, mientras colocaba ambos tubitos plásticos  naranja sobre la mesa de luz,  fui al baño para buscar un poco de agua, al volver Noah, ya estaba tumbado en la cama con los brazos debajo de la cabeza, dejando ver un pequeño tatuaje que se asomaba por su manga corta  

 

_ ¡Bebe! por la pastilla. Dije intentando romper la tensión que se había generado mientras le ofrecía agua.

_ No la necesito, estoy acostumbrado a tomar mis drogas sin agua, dijo esbozando una mueca mientras dejaba el vaso junto a los frascos.

 

Me tumbé junto él, de lado, con las piernas  flexionadas, y tomé la sábana, que estaba echa un bollo a los pies de la cama y me tapé.

 Noah apagó la luz, y permaneció boca arriba, el grifo del baño goteaba, rompiendo el silencio, nuestros cuerpos permanecían sin tocarse

Mis ojos pesaban, no podía mantenerlos abiertos por mas tiempo.

Me desperté porque tenía algo de frio, miré a Noah y también estaba de lado mirando hacia mí, volteé hacia el otro lado y por la ventana aún estaba obscuro,  nos cubrí a ambos con la manta que yacía a los pies, acerqué un poco mi cuerpo al de él en busca de calor.

 

II

Parte 1: Los sentimientos a flor de piel

El sonido de la motocicleta me despertó al estacionarse, al ver las luces apagadas, Noah abrió la ventana con suavidad,

_ ¿Estas dormida? Preguntó

_ ¡No! Solo me recosté

Mientras El primero entraba nuevamente por la ventana yo encendí la luz y me incorporé. Sacó del bolsillo de su chaqueta un chocolate, y un frasco naranja con tapa blanca a prueba de niños

_Espéro que no sea el chocolate de hoy. Dije de mal humor, y que es eso, no voy a drogarme contigo.

_ Ehh… ¡si es el chocolate!, quería dártelo, hoy lo compré para ayudarte. Y porque dices drogarnos, ¿quien te dijo que yo me drogo?.

_ ¡No te agás!, lo que fumaban esta mañana era marihuana, además siempre te veo con esas cosas blancas en la boca, no me tomes por tonta.

Noah me miro desconcertado, se veía algo triste, lo que me partió el corazón nunca lo había visto así. Sacó otro frasco del bolcillo también naranja, pero este tenía tapa roja y los arrojó hacia la cama con algo de resentimiento.

_ ¡Míra mis drogas Madelein. El frasco con tapa roja es “Clarisoprodol ” lo fui a buscar a mi casa, un relajante muscular, y el otro “Tramadol” analgésico Madelein si fueran drogas no diría Beretforr Noah en la etiqueta, estoy lesionado en el lado izquierdo de la pelvis y abarca parte de la pierna, pero eso no lo sabias ¿no? Pero si sabes que yo me drogo, eso es lo que dicen todos de mí, esto me sorprende viniendo de ti.

_ Lo siento, yo no quise acusarte de nada. Dije intentando aligerar el ambiente mientras me acercaba a él.

_ El Carisoprodol lo tomo antes de dormir para que el musculo se relaje sino al otro día no puedo caminar, ¿Qué no era eso lo que querías Madelein, cuando me pediste que te acompañe, que me quede a dormir aquí contigo? Mejor me voy a casa

_ ¡Espera!, dije tomándolo del brazo para impedir que se marche, sí me equivoqué, discúlpame, pero como te dije, no es un buen momento, pero no me puedés negar lo de esta mañana.

_ No lo negué, pero creí que estabas por encima de esos chismes, y si me drogo ¿qué?, no tendría que afectarte a ti, mejor déjalo ahí.

Noah se paró frente a mi, lo miré un instante, sus ojos se veían mas verdes que de costumbre, su mano subía lentamente por mi muslo arrastrando mi camiseta, cuando sus dedos rozaron mi piel, sentí un cosquilleo por todo el cuerpo. Este, se detuvo en seco apartándose.

Él se sentó a los pies de la cama y se quitó las botas acordonadas, dejó la chaqueta en el suelo.

Tomó una pastilla y se la llevó a la boca, tragándola en seco, mientras colocaba ambos tubitos plásticos naranja sobre la mesa de luz, fui al baño para buscar un poco de agua, al volver Noah, ya estaba tumbado en la cama con los brazos debajo de la cabeza, dejando ver un pequeño tatuaje que se asomaba por su manga corta

_ ¡Bebe! por la pastilla. Dije intentando romper la tensión que se había generado mientras le ofrecía agua.

_ No la necesito, estoy acostumbrado a tomar mis drogas sin agua, dijo esbozando una mueca mientras dejaba el vaso junto a los frascos.

Me tumbé junto él, de lado, con las piernas flexionadas, y tomé la sábana, que estaba echa un bollo a los pies de la cama y me tapé.

Noah apagó la luz, y permaneció boca arriba, el grifo del baño goteaba, rompiendo el silencio, nuestros cuerpos permanecían sin tocarse

Mis ojos pesaban, no podía mantenerlos abiertos por mas tiempo.

Me desperté porque tenía algo de frio, miré a Noah y también estaba de lado mirando hacia mí, volteé hacia el otro lado y por la ventana aún estaba obscuro, nos cubrí a ambos con la manta que yacía a los pies, acerqué un poco mi cuerpo al de él en busca de calor.

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