Capítulo 9: Aclaración
Estaba asustado, mediante las horas pasaban aquel sentimiento se intensificaba, no podía escuchar nada más que las olas del mar golpeando el barco, aunque claramente podía deducir que había oscurecido, algo que volvía aquel sitio mucho más frío que antes.
Cuando oí la trampilla abrirse no sabía si sentirme aliviado o asustado, ya que era el capitán quien estaba acompañado del castaño y aquellos hombres que habían sido testigos de la situación.
–Lo encontramos cerca del mercado, intentando escapar, incluso se cambió de atuendo creyendo que pasaría desapercibido– comentó el castaño, mientras que el capitán tenía sus ojos fijos en mí, incluso abrió la puerta de la celda, queriendo verme de un modo más apropiado.
–Eso no es verdad…–dije con temor a no ser escuchado, mi voz incluso sonaba un poco quebrada por el miedo de que el capitán no confiara en mí.
Aquel sujeto castaño aparenta ser su amigo, sé que se tienen confianza, llevan mucho tiempo navegando las saladas y profundas aguas del océano, por lo mismo, era difícil pensar que mi palabra tendría mayor peso que la suya.
–Te dije que no era de fiar, además los chicos están de testigos, el cocinero salió corriendo en cuanto nos vio– insistía el castaño.
–Nosotros lo vimos correr, aunque no sabemos si lo hizo por escapar…–comentó uno de sus acompañantes, ganándose la fulminante mirada del castaño.
–Cállense– les ordenó el capitán, acercándose a mí mientras que yo me armaba de valor para no retroceder cuando acercó su mano a mi mejilla, incluso alzó mi rostro viendo el corte de mi labio en un completo silencio– dame tu versión– pidió viéndome a los ojos.
–Y explícanos de donde sacaste el dinero para tu nuevo atuendo– agregó el castaño.
Yo no sabía si el capitán me creería, pero comencé a contarle los hechos desde que salí del hostal. No deseaba omitir nada, por lo mismo, comencé a darle cada detalle de las cosas que vi o hice, hasta le di la razón por la que corrí, mientras en el proceso acercaba mis manos a su pecho, casi como una forma de aferrarme a él pidiéndole con desesperación que creyera en mis palabras, ya que eran sin duda completamente sinceras.
–Por favor, créame– le pedí casi suplicándole– y-yo no deseaba escapar, sabe perfectamente que lo prometí…
El capitán acarició mi mejilla, él no me miraba con enfado, más bien mantenía un semblante inexpresivo hasta que al cabo de unos segundos con un tono totalmente comprensivo, me dijo “Está bien, te creo” mientras que el castaño parecía disgustado por sus palabras.
–No puedo creer que creas esa tontería– le aseguró el castaño.
–Reúne a la tripulación– le ordenó, mientras envolvía con su brazo mi cintura dándome cierta confianza, o al menos yo me sentía protegido.
El castaño desprendía odio a través de sus ojos, pero obedeció reuniendo a los integrantes de la tripulación que se encontraban en el barco, no sé qué estaba planeando el capitán, llegué incluso a creer que los había reunido para castigarme entre todos, evidenciando que en realidad no creía en mis palabras, sin embargo, sus planes no consistían en eso.
–Joshua mencionó que cuando subían la mercancía, ingresó al barco un instante y luego salió vestido de esta forma– dijo señalando mi atuendo– ¿alguien lo vio? –preguntó y varios levantaron su mano, confirmando aquel relato que di sobre mi día– muy bien– dijo dándoles órdenes para disolver la formación con tal de quedarnos a solas con el castaño y los otros sujetos que habían sido testigos– eso es suficiente para creerle.
–Eso no significa nada– le aseguraba el castaño.
–Si hubiese deseado escapar, no se acercaría al barco para dejar su ropa, sería sin duda ilógico, pero si continúas sintiéndote desconfiando frente a su relato, ve al mercado y confirma sus palabras o desmiéntelas, sin embargo, necesito pruebas, tus acusaciones no son más que palabras y como has visto, él ha sido capaz de comprobar parte de su historia– le decía el capitán con total tranquilidad, mientras que yo me sentía nervioso por encontrarme en esta situación, además como recibí ciertos golpes proporcionados por el castaño, me dolía el cuerpo y deseaba descansar para recuperarme.
–C-Capitán…–lo nombré con timidez– ¿puedo irme ya? D-Deseo descansar…–me atreví a decir.
–Una cosa más– habló el capitán– ¿Quién te hizo ese corte? –me preguntó, mientras que yo bajaba la mirada, sin desear responder.
–N-No tiene importancia…–dije tratando de huir, pero él me tomó del brazo, consiguiendo que me quejara con dolor.
Anteriormente el castaño me había apretado fuertemente aquella zona, haciéndome incluso tropezar y por lo mismo me arrastró por el suelo mientras me jalaba del cabello y como me removía, me dio algunas patadas, pero si le decía esto, no sabía si el castaño se vengaría más tarde, así que a pesar de que el capitán me miraba confundido por haberme quejado, decidí quedarme callado.
El capitán, tras no recibir una respuesta me tomó de la mano y me llevó hasta su cabina pidiéndome que me quitara el abrigo, algo que claramente no deseaba hacer, pero como me lo ordenó, tuve miedo de ser castigado, por lo mismo obedecí sintiendo como mis manos temblaban.
No sabía si él estaba enfadado conmigo, ya que parecía molesto, tenía miedo de que todo aquello que vivimos antes se desvaneciera, así que a pesar de que tenía miedo obedecí, aunque de forma casi instintiva retrocedí cuando él se acercó con cierta rapidez para revisar mis moretones de cerca, la cual confundí con agresividad.
–¿Tienes miedo? –me preguntó mientras que yo apretaba mis labios con fuerza, queriendo llorar, aunque negué con la cabeza creyendo que él creería mis palabras– dime quién fue y lo castigaré– me pidió, pero nuevamente no dije nada.
No quería causarle problemas, así que opté por quedarme callado con la mirada fija en el suelo, mientras que él permanecía frente a mí, manteniendo cierta distancia entre los dos.
Cuando desperté esta mañana, no pensé que nuestro día terminaría de esta forma, antes estábamos tan apegados que podíamos sentir la calidez del otro contra nuestro cuerpo desnudo, aunque ahora no podía evitar estar asustado, ya que, por un lado, si le decía, el castaño podría hacerme algo peor, mientras que por otro, si no le decía, el capitán podría enfadarse conmigo…
¿Qué se supone debo hacer ahora? Yo no quería esto…