CAPÍTULO 6 : Mi primer polvo de verdad
Hace unos días, empecé a utilizar un teléfono secreto; un teléfono del que mi madre no tenía ni idea; fue su marido quien me lo regaló. Con este teléfono, estuve haciendo videollamadas por WhatsApp con mi chico; este señor que no es otro que Papá Katy.
Esa noche, estaba en la cama, viendo una película porno en el iPad cuando, de repente, una videollamada vino a ocupar la pantalla.
Había olvidado apagar la conexión. Así que cogí la llamada. En la pantalla pude ver al hombre sin camisa y a mí con media camisa.
- ¿Dónde estás ahora?
- Estoy en el patio", respondió.
- ¿Y por qué no en el dormitorio?
- Erm... es porque te extraño.
- ¿Y cómo? ¡Mi madre está aquí!
- No me gusta tu madre desde que te conocí.
- ¿Por qué?
- Sí, tú eres el que amo ahora.
- ¡Bueno, eso es bueno! ¿Y por qué me has llamado esta noche?
- ¿Es para decirte que mañana vamos a salir, tú y yo?
- ¿Para ir a dónde?
- ¡Sólo un paseo!
- ¡Vaya! Me gustan los paseos.
- ¡Sabía que lo harías! Cuando te miro, puedo adivinar lo que te haría feliz.
- Muchas gracias; ¡gracias por estar aquí!
- Fue el destino el que cruzó nuestros caminos.
- ¡Sin duda!
- ¡Perfecto! ¡Pero mañana haremos el amor si tú lo permites!
- ¡No te preocupes, querida! ¡Mi madre ya ha dicho que te haga todos los favores y no encuentro ningún riesgo en este favor que me pides!
- ¡Gracias, mi conejo! ¡Te dejaré rápidamente! Seguiremos mañana porque veo que tu madre ya se está limpiando, seguro que me está buscando.
- Muy bien, ¡hasta mañana!
Y mi interlocutor me colgó y yo seguí con mis películas.
***
Eran exactamente las ocho cuando papá Katy llamó a la puerta. Al reconocer su forma de llamar, fui a abrir la puerta sin preguntar quién era. Inmediatamente entró en mi habitación, me agarró por la cadera y me arrastró hasta mi cama. Empujándome suavemente sobre la cama, comenzó a besarme. Apenas lo detuve. Por el contrario, me metí en su ritmo y nos pegamos, chupando los labios del otro. Tragué su saliva y él tragó la mía. El hombre era tan adicto a mis pechos que no tardó en quitarme la camisita. Agarrando mi pecho derecho en su boca, me chupó como un bebé a su madre. Sentí que mi cuerpo se estremecía; vibraba como un teléfono móvil. Con su mano derecha, me acarició el cuello y con la segunda, la espalda. Mi acompañante me mataba de envidia. Tumbado en la cama sobre mi espalda, estaba perdiendo el control como un conductor de coche.
Estaba empujando el "oh...ah...ah...oh...iii...oh...eh...oh...".
Papá Katy no prestaba atención a mi voz. Siguió rodando la cosa. Estaba tranquilo y sorbía mis pechos como una naranja. Después de chuparme los pechos durante un buen rato, se puso en cuclillas frente a mi vagina completamente mojada y empezó a lamerme. El recorrido de su lengua alrededor de mi clítoris y de los labios de mi húmeda vagina me produjo un gran deseo en todo mi cuerpo, de sentirme subir. Sí, tenía un deseo ardiente de que mi arador de coño me escalara. Tenía ganas de sentir su polla en mi raja.
Mientras soñaba con su ir y venir dentro de mí, él me lamía una y otra vez. De vez en cuando, agarraba mi clítoris entre sus dedos para sentirlo. Al palparlo sentí como la miel en mi lengua; qué dulce era, ni siquiera la miel podía saber tan dulce en la lengua.
Con su saliva lubricó ligeramente su pene y lo introdujo en mí. Lentamente, comenzó su repetido ir y venir. Ah, sí, el marido de mi madre había empezado a comerme el culo; me lo comía como se lo comía a mi madre. Me cogió bien por delante antes de ponerme boca abajo para volver a cogerme por detrás. En esta posición su pene apenas consiguió entrar bien en mi coño y me arrastró fuera de la cama. En las baldosas, era otra cosa. Me puse a cuatro patas y el devorador del coño de mi madre empezó a follarme con fuerza por detrás. Me folló de tal manera que recordé la forma de follar de los perros. Oh sí, me estaba follando como un perro se folla a una perra; no, como un caballo se folla a una yegua.
¡El sabor era tan genial! Quiero describir cómo sabía pero no tengo palabras para describirlo.
Rápidamente me gustó la forma de follar de papá Katy porque conocía las posiciones correctas.
"Fóllame como a una puta", le dije como había dicho una joven durante un vídeo pornográfico que había visto.
- No, no eres una puta, Milie; voy a follarte suavemente como solía follar a tu madre.
- Vale, me gusta tu plátano.
- Y también me encanta tu paladar.
- Tu plátano es demasiado dulce.
- Gracias.
Y todo el tiempo, papá Katy me follaba por detrás; no era por el ano sino por la vagina. Su plátano era tan largo que desde atrás logró tocar mi punto G.
Mi jodido finalmente se subió a la cama para tumbarse de espaldas. Me levanté y me subí a su polla. Agarrando mis pechos en el aire, el marido de mi madre comenzó a follarme una vez más. No duró mucho esta vez antes de que me diera la vuelta en la cama y se moviera a un lado de mi cabeza para verter en mi cara el líquido blanco que acababa de salir de su bangala.
¡Oh, no puedo absorber eso! Así que lo escupí y me susurró suavemente:
- Un día aprenderás a tragarlo.
¡Yo, tchrum, nunca me tragaré el líquido de alguien! No le dije nada y le vi salir de mi habitación.
Oh sí, acabamos de tener sexo, el marido de mi madre y yo. ¿Quién se va a descuidar?
¿Quién se va a descuidar? ¡Yo no!