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Nunca debió pasar esto, me arrepiento.

-Raque, que bueno que viniste, eso me hace completamente feliz, no sabes, está buenísimo el ambiente, deberíamos de ir a bailar, decía Matt.

-No, en un rato, me tomaré algo, pero mira cuantas chicas bellas hay hoy aquí, podrías conquistar a cualquiera de ellas, anda, ve por alguna, dijo Raquel tratando de despistarlo.

-Nooooooo, yo solo quiero bailar contigo hoy, ya te dije que te ves hermosa.

Eran las siete de la noche, el ambiente en el bar estaba bueno, música en vivo, licor, chicos, que más se le podía pedir a la vida.

-Necesito tomar algo realmente fuerte Amanda, dime, que trago me puede tranquilizar, estoy algo tensa, no sé qué me pasa.

-Bien, ya te traigo algo fuertecito, como has cambiado, ese vestido diminuto que traes puesto te ha hecho una mujer de valor para tomar licor.

Aunque Raquel era un poco despistada, se pudo dar cuenta de que llamaba la atención, se había arreglado para ver al profesor, aunque todos los chicos dentro del bar le habían dado una mirada de arriba hasta abajo, ella se sentía hermosa.

-Toma Raque, estoy segura que esto te tranquilizará o te pondrá en ambiente, le dijo Amanda dándole un pequeño vaso.

-¿Qué es?

-Un whisky, el que toma mi papá, estoy segura que hará lo que andas buscando, después de dos tragos, ya Raquel se sentía con mas animo d encarar al profesor y soportar cualquier cosa que él le pudiese decir que sonara hiriente, claro que ella era solamente una mocosa en comparación con la despampanante Olivia Cobbs, que podía ofrecerle ella a un hombre como Daniel Stevenss que a simple vista se podía ver que siempre había estado rodeado de hermosas mujeres.

-Ven, vamos a bailar Raque, por favor, solamente vine porque tu venías, vamos.

-Voy a salir un momento Matt, cuando vuelva vemos, si, ahora necesito aire fresco.

-Claro, vamos, te acompaño.

-No, gracias, prefiero ir sola, necesito estar sola, cuando vuelva, bailamos.

Raquel se despidió de Amanda, ella algo sospechaba de que se iba a ver con alguien, pero no dijo nada, salió del bar camino hacia el centro, en el mismo lugar en donde el profesor la había recogido hacía algún tiempo atrás, estaba un auto de lujo con los vidrios polarizados que hacía que no se pudiese ver nada para adentro.

Daniel bajó del auto al ver a Raquel, abrió la puerta del pasajero y sin decir una sola palabra comenzó a conducir.

-Estás loca Raquel, porque no me dijiste que eras menor de edad y que eras estudiante de la facultad, tienes idea de lo que puede suceder.

-A ver, usted no me lo preguntó profesor, además, no se preocupe, nadie se enterará de lo que pasó entre nosotros, confíe en mi, ni mi amiga lo sabe, créame, para mí tampoco es fácil venir a esterarme que el chico con el que tuve mi primera vez, es mi profesor de arte, de verdad, no es así como que esté dando saltos de la emoción.

-Lo sé, va a ser un poco incomodo tenerte de alumna, de eso no hay duda, sabes algo, no lo decía porque piense que le vas a contar a toda la facultad que estuvimos juntos, sino porque lo que puede pasar es que me enrede contigo, desde el día que estuvimos juntos no te he sacado de mi cabeza ni un momento; ¿entiendes lo que te digo?, dijo él estacionando el auto en el mismo mirador de la otra noche.

-No, la verdad no le estoy entendiendo profesor, usted es eso, mi profesor, no lo meteré en un problema créame, iré a sus clases y seré una alumna mas, además, usted no es tan viejo como me quiere hacer creer, dijo riendo.

-No, tan viejo no soy, tengo veintiún años, solo que desde muy joven, mis padres se encargaron de que tuviera a los mejores profesores, eso hizo que esta universidad me contratara sin terminar mi carrera aun, tengo un nombre en el arte a mi corta edad, así que bueno, terminé siendo el profesor de una niña hermosa que me ha tenido loco todo este tiempo.

Después de que estuvimos acá, fui al bar en varias ocasiones, pero no te vi, pensé que tal vez solo estabas de paso por la ciudad, no sé, no se me ocurrió nada más.

-Salimos del auto por favor, dijo Raquel un poco acalorada, voy a ser muy sincera con usted, profesor esto no está bien, creo que si nos seguimos viendo, voy a terminar enamorándome de usted y quien sufrirá todo esto seré yo, usted irá por ahí de conquista en conquista.

-Raquel, de que me hablas, yo no soy de andar de conquista en conquista, aparte hoy será la última vez que nos veamos en estas circunstancias, solamente quería que dejáramos las cosas en claro, entre nosotros dos no va a pasar más que tu eres mi alumna y yo soy tu profesor, no me puedo exponer o dejar llevar por nada, mis pies siempre han estado en la tierra Raquel, las cosas como son.

Aquel hombre había sido bastante claro con la chica, tiró por el suelo cualquier esperanza que ella pudiese tener con él.

-Profesor, estamos claros en ese aspecto, entre nosotros no habrá absolutamente nada más que una relación estudiante-profesor, eso estuvo claro desde el día que lo vi entrar por ese salón de clase, no sé que le puede hacer pensar otra cosa y si le dije que podría enamorarme de usted si siguiéramos viéndonos, es verdad, pero únicamente porque usted es un chico guapo, no se haga una historia de terror en su cabeza, yo no diré nada, pero usted limítese únicamente a impartir el curso que debe darme.

-Bien señorita Collins, estando claros, la llevaré de vuelta al bar, yo sinceramente me arrepiento de lo que sucedió, nunca debió pasar algo así, dijo él si creérselo por completo.

En el momento en que Raquel dio el paso, su zapato se quedó atorado en el pasto, haciendo que tropezara y Daniel tuviera que volver a atraparla, pero esta vez a diferencia de la anterior, él no pudo contenerse y le dio un beso, que poco a poco se fue intensificando al punto de estar muy excitados los dos.

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