2/ PREOCUPACIONES
Cuando llegue hasta la puerta del despacho de mi jefe, toque con los nudillos esperando a que me diera paso,
— Adelante — lo escuche gritar
— Dígame que desea, tengo mucho trabajo hoy — le dije viendo como se acercaba hasta donde yo estaba
— Túmbate en mi mesa boca abajo y levantate la falda, te necesito Sofía — me dijo
Hice lo que me pidió, escuchando como se ponía el preservativo e introduciendo su miembro dentro de mí, apartando a un lado mis bragas, moviéndose mientras me clavaba los dedos en mis caderas para poder hacer fuerza penetrando desde atrás, cuando ya se corrio, se quito el preservativo tirandolo al cubo de basura y recomponiendo su ropa
— Esta semana quiero verte tres veces mas, te pagaré el doble si me haces una felación — me dijo
— No se hacerla, nunca se la he hecho a ningún hombre, — respondí
— Yo te enseñare como se hace preciosa, sigue así de dócil conmigo y no te faltará trabajo para cuidar de tu hermana, ya te puedes marchar de aquí puta — me dijo
Salí de su despacho encontrándome en la puerta del ascensor a mi amiga Sandra
— ¿Ya se la has chupado al jefe? — me preguntó
— Eso quiere la próxima vez, me ha dicho que me pagara el doble si le hago la felación — le dije
— ¿Hasta cuando Sofía? ¿hasta cuando vas a estar aguantando a ese baboso? — preguntó
— Hasta que encuentre otro trabajo, ese dinero extra es para pagar las facturas del médico y los medicamentos de mi hermana — respondí
— Y cuando se canse de ti ? ¿Qué harías, te anunciamos como una puta en todos los periódicos? — me dijo
— Calla loca, eso jamás, me marcho, que todavía no he empezado a limpiar— le dije
Subí con el ascensor de servicio hasta mi planta viendo al hombre que me pidió toallas antes de irme al despacho de mi jefe, al lado del carrito
Aun estaba el italiano mirando mi carrito, me acerque a él preguntando
— Hola ¿ha cogido ya las toallas? — le pregunté
— Si gracias, pero quisiera pedirle una cosa mas — me dijo
— Dígame, si le puedo ayudar cuente conmigo — le dije
— Voy a hacer una fiesta para mis amigos,y me gustaría invitarla, no se aburrirá y se lo pasaría muy bien — me dijo
— Se lo agradezco, pero no puedo aceptar, no nos dejan intimar con los clientes — le dije
— ¿Y si le pago para que venga a mi fiesta? — me preguntó
— ¿Como si fuera una fulana? pero usted quién cree soy yo, lo siento pero tengo que seguir trabajando, buenos días — le dije enfadada
Entre en la primera habitación para limpiar, segui limpiando habitaciones hasta la hora del almuerzo, acercándome hasta el cuarto de la limpieza donde ya me esperaba mi amiga, para acercarnos a la parte trasera de la cafetería del hotel para almorzar juntas, sentandonos en dos sillas que teniamos alli.
— ¿Qué tal por tu planta?, la mía hoy es un desastre, parece que han hecho varias fiestas juntas, no veas cuánta basura me he encontrado — me dijo mi amiga
— La mia por ahora está bien, pero uno de los clientes me quería pagar para ir a una fiesta que dice que va a hacer — respondí
— ¿Y qué le has dicho? —
— Que no estoy para fiestas
— Chica si te paga bien ¿por qué no?, eso es mejor que abrirte de piernas para ese baboso de jefe que tenemos
— Hola ¿qué tal? mi planta parece un basurero ¿y las vuestras? — nos preguntó Viki, nuestra compañera
— Oye Viki, ¿a ti te interesa asistir a una fiesta que va a hacer un cliente del hotel pagandote? — preguntó mi amiga
— Callate loca, solamente me lo ha dicho a mi — le dije a mi amiga Sandra, que era una bocazas
— Yo me apunto a lo que querais, si sabeis de algo decirmelo — nos dijo nuestra compañera
— Anda estais las dos locas, me voy a seguir trabajando os dejo — les dije levantándome de la silla donde estaba, acercándome hacia la zona de los ascensores, para subir a mi planta.
Cogi mi carrito y entre en la siguiente habitación que me tocaba limpiar, estaba en el cuarto de baño limpiando cuando escuche al hombre que me había pedido anteriormente las toallas
— Perdone si la he asustado, pero esta es mi habitación, usted siga con lo que está haciendo no la molestare — me dijo
— No se preocupe, no me ha asustado, enseguida termino — le dije
Una vez que termine de limpiar la habitación, fui a abrir la puerta para marcharme bloqueandome Mario la puerta
— Me gustaría invitarla a una copa esta noche si usted quiere — me dijo
— Lo siento mucho, ¿no tenía usted una fiesta esta noche? — pregunté
— Bueno si, pero es mi socio quien la celebra, aunque me gustaria que me aceptara esa copa — me dijo
— De verdad que no puedo, perdóneme pero tengo que seguir trabajando — le dije
— Vale como quiera, pero insistiré se lo aseguro — me dijo, mirándome con una preciosa sonrisa ladina en sus labios
Durante toda la semana, Mario, el hombre de los ojos verdes tan bonitos, estuvo insistiendo en invitarme a esa copa, aunque yo no me sentía con fuerza ni con ganas para salir con ningún hombre, John mi jefe como me dijo a principio de semana, me llamó varias veces a su despacho, obligandome a hacerle la felación, aunque salió dañado al morderle yo con mis dientes su miembro haciéndome temer por mi puesto de trabajo, amenazando a que si se lo volvía a hacer, me vería en la calle. Mi amiga me insistia en que saliera con el cliente que tenia aquellos preciosos ojos de color verde, mientras ella se quedaba cuidando a mi hermana, pero al ver que no lo conseguia, planeo con las demas compañeras en volver al club TENTACIONE. El sábado que volvimos a ir a aquel club, me puse un vestido corto color ocre, con la espalda al descubierto, y zapatos de tacón de aguja, salí de mi dormitorio hacia el salón para coger mi bolso, viendo a mi hermana y a mi vecina que la cuidaba sentadas en el sofá
— Estas preciosa hermana, pero necesitas un hombre en tu vida Sofía, no quiero que me pase algo y te quedes sola — me dijo mi hermana.
— Eres tonta ¿qué te puede pasar?, lo que tienes que hacer es descansar y como hasta ahora, la quimio y seguir con la ilusión de encontrar otro donante que sea compatible contigo — le dije
Le di un beso a mi hermana marchandome de mi casa a la calle donde ya me esperaba mi amiga sentada en su coche. Llegamos casi al mismo tiempo las cinco compañeras al club, ya que íbamos en dos coches distintos, aparcaron los vehículos bajando las cinco. Entramos en el club, dándonos una señorita las máscaras, nos las pusimos y entramos en el local dirigiéndonos a la barra para pedir algo de beber.
— Hola buenas noches, me alegra volver a veros por mi club, — nos dijo Karla la encargada
— Hola Karla, hoy necesito el jacuzzi antes de conocer a mi desconocido — le dijo Sandra
— Sabes que enseguida te llevo, pero hay un caballero que quiere conocerte Bella, precisamente aquel hombre que ves sentado en el fondo con una copa en su mano — me dijo
Me quede mirando al hombre que Katia me señalo, viendo unos preciosos ojos de color verde y una preciosa sonrisa en su boca, levantando su copa hacia donde estabamos
— ¿Qué me dices? ¿Vamos a la habitación? — me preguntó Karla
— Si ¿por qué no? la única vez que vine al club, me fui muy relajada de aquí — respondí sonriendo
Acompañe a Karla subiendo las dos las escaleras hasta el pasillo abriendo ella una de las puertas que habia, entrando las dos dentro de la habitación
— Ya lo sabes, esperalo aqui — me dijo
Me sente en la cama esperando aquel hombre de los ojos de color verdes tan bonitos, cuando lo vi entrar me levante de la cama viendo como se iba acercando a donde yo estaba
— Buenas noches ragazza, eres preciosa — me dijo acariciando mi mejilla con sus dedos
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Me acerqué más a él, pegando mi cuerpo al suyo, le puse la mano en su nuca, juntando mis labios con los suyos, besándonos como si fuéramos dos adolescentes en su primera vez. Dejo caer mi vestido cogiendo mis pechos con sus manos, mordiendo suavemente mis ya duros pezones, le fui quitando boton por boton hasta que le quite la camisa, acariciando sus duro y marcado abdomen, besando y mordiendo sus pezones, escuchando cómo gemía de placer. Le desabroche la cremallera de su pantalón, quitándoselo junto a sus boxer, viendo que su miembro ya estaba listo y duro para mi disfrute. cuando ya me quedé medio dormida en la cama, escuché cerrarse la puerta de aquella habitación, sintiéndome sola, me levanté como pude de la cama, cogi mi vestido que seguía en el suelo, busqué por todas partes mi tanga, pero al no encontrarlo, me vestí marchandome de allí, hasta la calle sin esperar a ninguna de mis compañeras, pero viendo aquel coche de alta gama enfrente del local, con un hombre dentro que era imposible reconocer ya que la calle estaba solamente iluminada con las luces de neón del club.
— ¿Dónde te habías metido? he estado buscándote por todo el club como loca — me dijo mi amiga Sandra
— Necesitaba tomar el aire ¿como te ha ido a ti? — pregunté
— Creo que me he enamorado, qué hombre Sofía, que manos — me dijo
— ¿Esperamos a nuestras compañeras o nos marchamos? le pregunté
— Creo que es mejor que nos vayamos, ya en el hotel nos contarán — me dijo Sandra
— Sandra te has dado cuenta que siempre que nos vamos, está siempre aquel coche aparcado enfrente del club? — le dije a mi amiga
— Estará esperando a alguien, vámonos estoy super cansada — me dijo mi amiga sonriendo
Al día siguiente mi amiga Sandra vino a mi casa a pasar el día con mi hermana y conmigo,
— He traído comida china, que sé que a Julie le gusta mucho — dijo Sandra cuando entro en mi casa, dejando las bolsas encima de la cocina
— Gracias Sandra, pero no tenías que haberte molestado — respondió mi hermana
— ¿Cuándo tienes la próxima revisión Julie? — preguntó mi amiga
— Creo que la semana que viene, tengo ganas de que todo esto se acabe y mi hermana deje de sufrir por mi — respondió Julie
— Tu hermana necesita un hombre que la haga muy feliz en la cama ¿no Sofía? — preguntó mi amiga
— Estáis locas las dos — contesté
Ese día lo pasamos fenomenal, comimos lo que trajo mi amiga, recogimos entre Sandra y yo la cocina, nos sentamos después las tres enfrente del televisor, vimos varias películas con palomitas y vino, hasta que Julie se fue a su dormitorio para dormir ya que no se encontraba muy bien, pero yo me quedé contenta, ya que hacía tiempo que no se quedaba con mi amiga y conmigo hasta tarde. Al dia siguiente hice lo mismo que todos los días, me levanté de la cama, entre en el baño para ducharme, cuando termine tape mi cuerpo con una de las toallas, me fui a mi dormitorio para vestirse, volviendo a la cocina para hacer los dos desayunos, pero esta vez mi hermana no se levantó. Preocupada fui a su dormitorio, viendo como dormía, así que me marché despacio de su dormitorio para no despertarla, tomé solo el café, cogi mi bolso y me marché a la casa de Carla, la vecina. en la puerta toqué al timbre, abriéndose ella ya vestida y preparada para ir a mi casa.
— Buenos días Carla, le he preparado el desayuno a mi hermana, pero sigue durmiendo
— No te preocupes Sofía, estaba cansada, anoche vi por la ventana que tu amiga se marchó tarde de tu casa — me dijo
— Si es cierto, bueno yo me marcho ya, si me necesitas sabes que me puedes llamar por teléfono — respondí
Después de hablar con mi vecina, me marché hacia la calle donde ya me esperaba mi amiga dentro de su coche, llegamos al parking del hotel bajando las dos del vehículo cruzandonos con nuestras compañeras, nos fuimos las cinco hasta el ascensor de servicios para subir hasta donde estaba el cuarto de la limpieza, para cambiarnos de ropa y recoger nuestros carritos de limpieza
— ¿Dónde os fuisteis el sábado? cuando salimos ya no estabais en el club — nos dijo Viki
— Nos marchamos en cuanto nos arreglaron el cuerpo, que hombres, ay si encontrara uno asi me casaba con él en cuanto me lo pidiera — dijo Sandra haciendonos reir a las cuatro