Capitulo 5
"Lo siento… no puedo seguir siendo tu hija, padre…"
Esas palabras seguían sonando en la cabeza de Vlad, repitiéndose sin parar. No apartaba la vista de su hija, que estaba hay, delante de él, abrazándose a si misma, sin dejar de mirarlo tampoco, con una mirada seria y directa, pero que mostraba tristeza y miedo. Él no sabia que decirle, entendía que estuviera decepcionada consigo misma, pero que dijera eso no le cuadraba. Después de unos minutos, él decidió hablar.
- ¿Por qué crees que no, Ángelus? - pregunto él sin cambiar la mirada calmada pero seria.
Ella desvió la mirada, dolida, como si no supiera como explicarlo, o que tuviera miedo de explicarlo mal. Entonces, empezó de nuevo a temblar, pero no tanto como antes, y se agarro con fuerza a sus propios brazos.
- Porqué… no fui capaz de defenderme de ese ser despreciable… cuando pude haberlo hecho… - hizo una pequeña pausa. - padre… él me ha violado… - entonces empezó a llorar un poco y ha temblar mas - lo ha conseguido… él quería que fuera su mujer… y él lo ha conseguido esta noche. Ahora casi le pertenezco, seguro que volverá para que tome su sangre, y así le obedezca sin rechistar…
Vlad lo escucho todo, cerrando los ojos, apenado por el inmenso dolor de ella, y por la inmensa razón que ella tenia. Intento acercarse a ella, pero Ángelus se hecho hacia atrás, aunque no quisiera hacerlo.
- ¡No merezco que me toques! - exclamó ella dolida. - ¡Te he traicionado padre! ¿no lo ves? ¡Podía haber evitado esto, pero por culpa de que me quede inconsciente, él pudo tomarme sin que pudiera hacer nada para evitarlo!
Sin poder evitarlo mas, se levanto furiosa y dolida de la cama, y camino hacia la puerta, pero antes de que llegará a la puerta, su padre la alcanzó y la abrazó por la espalda, rodeándola entera sobre el pecho, y apoyando la cabeza sobre el hombro de ella, ocultando el rostro sobre el omoplato. Ángelus se quedo paralizada un instante, pero enseguida empezó a moverse para que la dejara ir, él no le hizo caso.
- ¡Padre, suéltame, por favor! ¡No merezco esta compasión! - decía ella moviéndose con mas fuerza, pero él seguía sin soltarla. - ¡Soy una traidora por lo que he hecho! ¡No merezco estar contigo ni estar aquí!
Mientras decía eso, él la alzó del suelo, abrazándola todavía de la misma forma, y camino de nuevo hacia la cama, Ángelus llorando a brote, empezó a golpearle como pudo y patearle para que la soltará.
- ¡¿Por qué no me odias? ¡¿Por qué no me matas y haces que desaparezca para que no este con ese monstruo? - preguntaba ella, gritando dolida y destrozada.
Ya delante la cama, y la hecho sobre ella. Ángelus quiso ponerse de nuevo en pie, pero él se lo impidió. Viendo que no le dejaba por ese lado, quiso gatear hasta el otro lado, pero él la agarró por la cintura, y pegarla de cara a su pecho, ella empezó a pegarle el pecho con los puños cerrados hacia arriba, llorando con desesperación y rabia, y él le agarró las muñecas en alto, ella hizo fuerza para seguir pero era inútil, destrozaba como estaba le fallaban las fuerzas.
- ¡¿Por qué? ¡¿Por qué no me…?
Se le quedo la palabra en el aire, porqué Vlad, la beso de golpe, echándola hacia atrás hasta caer tumbada a la cama, y él sobre ella, sujetándole las muñecas a cada lado, y aprisionado las piernas con las suyas. Él la beso con los ojos cerrados, y ella petrificada, no supo que hacer, y el beso empezó a ser apasionado. Tanto que ella, dejo de moverse y resistirse. Sonrojada, también cerró los ojos, rindiéndose a él, y correspondiéndole el beso.
Viendo que ya no se resistía, liberó las muñecas para poner las manos sobre la mandíbula de ella, para besarla con mas deseo. Ángelus sentía que no debía aceptar ese beso, pero no quería que parara, entonces, paso sus brazos por debajo de los de él, y apoyarlos en la espalda de él.
- ¡Mmg! - exclamó ella, sintiendo placer y deseo.
Vlad abrió los ojos y lentamente dejo de besarla, y separarse un poco de ella, dejando que se pudiera sentar delante de él. Ella seguía sonrojada, con los labios carnosos y con un poco de sangre en los labios, mirándole confundida y sorprendida. Él también la miró, fijamente a los ojos, también con sangre en los labios, que se relamió al instante.
- ¿Ya te sientes mejor y mas calmada ahora? - pregunto él con suavidad.
Ángelus estaba atontada por el beso dado, por lo que no supo que decir. Entonces él la abrazo suavemente, agarrándola por la espalda y los hombros, con la cabeza apoyada en el hombro de ella. Ángelus se sorprendió.
- ¿Por qué…? - pregunto ella a medias, casi sin palabras.
- Tu no me has traicionado Ángelus, y antes tampoco lo has hecho. - aclaró él al oído de ella. Está escucho atenta. - Tu no pudiste defenderte de él por qué estabas débil, nada mas. Yo nunca creeré que me has traicionado, ni te odiaré ni te mataré ¿me oyes?
Ella se emocionó ante esa palabras, que empezó de nuevo a llorar, y escondió el rostro en el hombro de él.
- Por mucho que estuviera débil, pude al menos atacarlo un momento, y deshacer la barrera que cubría la cabaña. - dijo ella separándose un poco de él, con la cabeza baja. - Si podía hacer eso, podía haber podido escapar, pero me distraje un momento que él aprovecho. ¡Una distracción que nunca debí hacer!
- Estabas débil, por eso no pudiste hacer nada mas, estabas al limite de tus fuerzas. - intento convencer él, con la voz calmada.
- Son solo excusas padre… - aseguró ella, entonces alzó la cabeza, mirándolo a los ojos. - ¿Por qué no te enfadas? ¿Por qué no me pegas por ser una ramera? ¿Por qué no me matas o me hechas de este castillo? - pregunto ella de nuevo, exigiendo respuestas. - ¡Enfádate conmigo! - pidió, arrogándose al pecho de él con desesperación.
Vlad se mantuvo inmóvil ante el sufrimiento de su hija, que le agarraba la camisa por el pecho con fuerza y temblor. Entonces la abrazó, apoyando los labios sobre sus cabellos.
- ¡No quiero ser la amante de ese desgraciados! ¡Contra mi voluntad! ¡Prefiero morirme que estar con él! - confesaba ella con el rostro oculto en el pecho de su padre.
Vlad estuvo callado, dejando que Ángelus se desahogara. Le frotó un poco el brazo con suavidad y consuelo.
- Hay un modo de hacer que no estés con él. - dijo de repente Vlad.
Ángelus abrió los ojos al escuchar esas palabras, se apartó un poco de él para alzar la vista y mirarlo a los ojos. Entonces vio que no mentía, mostraba una mirada directa, pero seria, como si no quisiera decir lo que pensaba decir.
- ¿Qué? - pregunto ella, desorientada.
- Lo que oyes; hay una solución para que mi hermano, no pueda ni se atreva a tocarte nunca mas.
Ángelus abrió los ojos como platos, y la boca también, sorprendida. Vlad pudo ver el rostro de ella, de sorpresa y algo de alegría, aunque no se viera. Ella volvió en si de su trance de la sorpresa.
- ¡¿De verdad la hay? ¡Entonces dímelo por favor padre! ¡Dímelo ahora! - pidió ella desesperada, agarrándose a él por la camisa. - ¡Dime lo que se tiene que hacer por favor! No quiero… - empezó a disminuir el tono de la voz. - No quiero pertenecerle a él… quiero pertenecerte a ti, a mi creador, al que me hizo, a mi padre…
Vlad se sorprendió ante esa palabras, sin que Ángelus le viera. Entonces él la apartó para cogerle el rostro con ambas manos, para que le mirará fijamente. Vio que tenia aún lagrimas en los ojos, por lo que las limpio con el pulgar.
- ¿De verdad quieres saberlo? - pregunto él, confundiéndola a ella. - Solo hay una única solución, y puede que no quieras usarla.
- Aún así quiero saberlo… por favor padre…
- Si te lo digo, ¿Me odiaras? ¿Seguirías confiando en mi? Piensa que es solo una la solución posible que hay.
Eso sorprendió aún mas a Ángelus, vio que el rostro de su padre era seria, pero con algo de tristeza.
- ¿Porqué preguntas esas cosas padre?
- No quiero… que te veas obligada a estar conmigo, ni a pertenecerme como tu dices…
- No lo estoy en absoluto… - aseguró ella decidida.
- Entonces responderme a esto con sinceridad; ¿A quién perteneces? - pregunto él firmemente.
Ángelus no entendía el motivo de esa pregunta, era como si tuviera miedo de que por culpa de esa solución, ella tuviera miedo de él y se alejará de él para siempre. Vlad dejo caer una de las manos, dejando una sobre la mejilla de ella. Estuvo un instante callada, finalmente, sin importarle que solución fuera esa, hablo:
- Te pertenezco solamente a ti, y quiero que siga siendo así… para siempre… - confesó ella, apoyando su mano sobre la de él que tenia en la mejilla, cerrando los ojos.
- Demuéstramelo… - susurro él, inclinándose mas hacia ella, eso la sorprendió y le hizo mirándole con rapidez. - Conviértete… en mi amante, Ángelus.
Ella, se quedó petrificada y sorprendida, abriendo los ojos como platos, mirándole fijamente, viendo la seriedad de su cara, mostrando que hablaba en serio.
- ¿Qué estas…? - intento decir ella, tartamuda.
- Esa es la solución hija. Para que puedas pertenecerme para siempre, y estar libre de mi hermano, debes ser mi amante, y acostarte conmigo por propia voluntad. - explicó él seriamente.
Ángelus se quedó callada, no sabia como reaccionar, se quedo hay como una estatua. Pensar en que esa era la única solución al problema, la confundió. Viendo la cara de sorpresa que mostraba, Vlad dejo de cogerle el rostro, para después abrazarla suavemente. Ángelus volvió de su mundo, y miró de reojo a su padre.
- Padre… - fue lo único que ella dijo, no sabia que decirle en ese momento.
- Se que estas confusa, pero no quiero que corras con la decisión que quieras tomar hija, no hay prisa. - dijo él, apoyando la cabeza sobre el hombro de ella. - Ahora, solo quiero pedirte una cosa.
- ¿Eh? - exclamó ella, extrañada.
- Déjame… verte el cuerpo.
Esas palabras dejaron sin aliento a Ángelus, que abrió los ojos al máximo, sorprendida y sin poder moverse. Entonces, Vlad la aparta suavemente de él, y le miró el rostro. En el veía confusión y sorpresa, pero nada de miedo y desconfianza, como él esperaba. Ángelus no sintió ni una pizca de miedo hacia su padre, sabia que él no le haría daño, por lo que cerró los ojos, como si así le dijera que adelante. Vlad entendió al instante la expresión, y cerrando los ojos también proceso.