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4

Paso una larga noche en vela, las emociones me embargan, desde la sorpresa, el nerviosismo, la inseguridad. Es claro que Jeanne Nizzari llama mi atención, es una mujer misteriosa y atrapante, pero claramente esto será solo algo de mis fantasías, una mujer como ella nunca estará con alguien...como yo. Aceptarlo me es fácil, así no me hago ilusiones donde no hay motivos para ello y con un último respiro caigo dormida.

Por la mañana tomo una taza da café, me observo ante el espejo y mi piel ya no parece tan pálida, en la última semana he agarrado algo de color, claro, perseguir a una niña pequeña por toda la casa hace que cualquiera se ejercite más de lo necesario. Intento ignorar la emoción que crece en mí cuando tomo el autobús y camino hasta la mansión. Quiero hacerme creer que no siento nada por Jeanne Nizzari, cuando llego ella se encuentra sentada con una laptop en sus piernas. Por primera vez me tomo el tiempo de analizarla y viajar con mis ojos por cada centímetro de su cuerpo. Tiene una contextura normal, el cabello rubio largo y unos labios grandes y apetecibles....en ese momento Jeanne sube su mirada y se encuentra con mis ojos curiosos mirándola. De inmediato desvío la mirada avergonzada y me acerco para saludarla.

-Buenos días señora-digo evitando su mirada.

-Buenos días Emma-dice aún mirándome-Marie sigue durmiendo, puedes ir a servirte algo de comer mientras despierta-sus ojos siguen en mí y asiento nerviosa, camino hasta la enorme cocina de la mansión. Tomo una manzana que se haya en una canasta y vuelvo para sentarme en uno de los sofás. Me quedo mirando a Jeanne mientras escribe sin poder quitar mi mirada, en definitiva es una mujer hermosa, su edad es un total misterio para mí pero asumo que al menos tiene diez años mas que yo. Dejo a mi mirada divagar por su cuerpo, lleva un pantalón a juego con un blazer negro, la observo y a veces no parece tan dura como la pintan, ahora mismo puedo verla sin ningún detenimiento, parece incluso frágil, eclipsada por algo...

-¿Tengo algo en la cara?-pregunta aún sin mirarme y yo vuelvo a avergonzarme, me creía invicta de su atención pero sabía que la observaba.

-Perdón..-es lo único que puedo decir. Jeanne me observa con curiosidad como si quisiera preguntarme algo, en ese momento abre su boca pero vuelve a cerrarla cuando escuchamos pasos en el piso de arriba, Marie ha despertado. Me disculpo y subo a pasos rápidos, aún con mi corazón a mil. Ayudo a Marie a asearse, Jeanne se despide desde el otro lado de la puerta y algo en mi se lamenta no poder haberla visto antes de que fuera. Quito ese pensamiento apenas puedo.

-¿Emma puedes hacerme huevos?-pregunta Marie cuando bajamos.

-Claro pequeña, estaba pensando ¿Y si pintamos dibujos luego de desayunar?-Marie de inmediato se emociona y nos divertimos un buen rato cocinando. Sin notarlo sentía afecto por la pequeña, también por el hecho de que no tenía a su madre en una edad donde más la necesitaba...me recordaba a mi infancia, no quería recordar nada de eso por lo que de inmediato ocupé mi mente en otra cosa.

Marie y yo pintamos una docena de dibujos, luego almorzamos y por la tarde vemos dos películas antes de que cayera en sueño. La ayude a acostarse y cerré su habitación con cuidado. Espero paciente la llegada de Jeanne y cuando entra a la mansión parece hastiada. Apenas me observa y por primera vez me afecta, no, no puede afectarme...

Los siguientes días es la misma rutina, el día jueves para mi sorpresa Jeanne se detiene antes de subir a su habitación y me observa.

-Perdóname Emma, se me olvidó decirte que mañana tengo un compromiso por la empresa, necesito que cuides a Marie hasta mas tarde..¿Puedes?-dice seria y yo dudo.

-Claro..

-Te compensaré con mas dinero obviamente...-dice dándome la espalda- buenas noches Emma..

Me quedo pasmada, es la primera vez que Jeanne Nizzari se despide de mí y me siento nerviosa, casi eufórica, quisiera que no me estuviese pasando esto pero es casi inevitable. Vuelvo a casa perdida en mis pensamientos, quiero creer que solo será algo pasajero, pero muy dentro de mí sé que quizás no lo es.

Paso una noche en vela, saco algunas cuentas y me siento feliz de saber que podré pagar otro mes de vivir aquí, en definitiva sin la oferta de trabajo de Jeanne ya estaría en la calle, sin su llamada probablemente ya estaría muerta...algunos recuerdos vuelven a mi mente, siempre lo hacen. En especial los meses antes de ser encarcelada, cuando todo iba bien, cuando creía que un futuro brillante vendría para mí y estaba llena de esperanzas...al salir de la cárcel todo fue mas complicado, nadie quería contratarme, desde entonces tuve pocos empleos en donde la mayoría me despedían luego del segundo día, leían mi historial y ya no era una persona confiable para ellos.

Las cuentas comenzaron a acumularse y mis pensamientos suicidas también, al salir de la cárcel sabía que estaría sola, sin que nadie me tendiese una mano logré salir adelante, aún con mi salud mental pendiendo de un hilo. Pero todo se volvió negro luego de ser despedida como asistente de una doctora, nadie me recibía, no había ningún solo empleo legal que me contratase y por un momento pensé volver a mis antiguas andanzas, pero no, preferí sumirme en la pobreza que volver a la cárcel.

El día llega y solo logré dormir una hora, un gran retroceso luego de haberme repuesto casi por completo. Viajo en el autobús con los ojos pesados por el sueño, llego a la mansión desanimada, Jeanne me recibe rápido antes de irse y me recuerda que hoy volverá tarde. Asiento sin prestarle mucha atención y como un zombie ayudo a Marie a asearse y jugar, el sueño me está matando, logro resistir hasta la tarde, Marie se queda dormida y yo me recuesto a su lado, solo serán cinco minutos...

Caigo en el mar de los sueños y solo despierto cuando siento una puerta cerrarse. Veo mi alrededor y todo está oscuro, prendo una luz y veo la hora. !Son las doce de la noche! No podía creerlo...había dormido varias horas sin darme cuenta... me levanto despacio para no despertar a Marie.

Cuando bajo Jeanne está sentada y con sus pies apoyados en el sofá y descalza, su postura cómoda y su rostro sereno me dio a entender que no quería que la molestasen por lo que sigilosamente avancé hasta la puerta.

-¿Te vas sin despedirte?-su voz suena desde el sofá y suspiro volviendo en mis pasos. Jeanne Nizzari me dedica una de las primeras sonrisas que he podido ver, parece bastante relajada tirada allí y por un momento me pierdo mirando su escote. Ella se da cuenta y me sonríe mientras yo me avergüenzo por décima vez en el día.

-Emma, sería mucho pedirte que me sirvas una copa de vino? Y claro si quieres tu también...-pregunta sin quitarme la vista de encima.

-Ningún problema señora-camino hasta la cocina y sirvo dos copas, hay una gran variedad de vinos por lo que escojo el que más me llama la atención. Cuando vuelvo Jeanne mira fijamente un punto y carraspeo para que me preste atención.

-Muchas gracias-tiendo su copa-ven, siéntate a tomar una copa conmigo Emma..

Me debato internamente hasta que Jeanne me hace una seña para que me siente al lado suyo y acepto. Es extraño estar tan cercana a ella y que no esté de un mal humor, Jeanne se toma el tiempo para disgustar el vino y sonríe.

-Este es uno de los vinos mas deliciosos que he probado...tienes un buen gusto Emma-me guiña un ojo y yo me siento desfallecer, debo controlarme. Solo le dedico una sonrisa, quiero creer que esto lo hace por amabilidad pero sus ojos no me abandonan, parece analizarme por completo y juego con mis manos nerviosa.

-No sé nada de tu vida Emma...-comienza diciendo y yo la miro asustada-¿De donde vienes?

Me asusto, si ella comienza a divagar sobre mi pasado...seré despedida de inmediato, Jeanne Nizzari no puede saber mi pasado.

-Una cuidad que dudo que usted conozca-digo intentando parecer tranquila y Jeanne alza su ceja.

-¿Vives sola?-suelta en seguida y yo la observo confundida-ya sabes, algún novio, tus padres...

-Sí-digo seria-solo yo.

Jeanne asiente pero no deja de mirarme, parece querer preguntarme algo pero no se atreve a hacerlo..

-¿Tienes novio?-pregunta esta vez seria y yo la observo aún mas confundida.

-No señora...

-No me digas señora Emma-suspira-me haces sentir mas vieja de lo que ya soy...

-Perdón-suelto arrepentida pero Jeanne ríe ante mi reacción.

-Me da curiosidad saber algunas cosas sobre ti...-dice y yo me sorprendo-eres misteriosa...

-Lo mismo digo-hablo sin pensar y Jeanne sonríe.

-¿Ah si? ¿Qué de misteriosa tengo?-pregunta acercándose y cortándome la respiración.

-Bueno...-digo torpe-supongo que su rostro invita al misterio-me avergüenzo al instante de lo que acabo de decir y Jeanne asiente.

-Tú me resultas misteriosa en todos los sentidos...como si ocultases tantas cosas-da justo en el clavo y yo solo asiento-espero algún día conocer a la verdadera Emma...-dice más para sí misma. Vuelve sus ojos a los míos y yo solo quiero huir de sus preguntas y de la extraña conversación.

-Creo que eres una mujer muy hermosa-suelta de repente y yo me quedo estática-lo siento...el alcohol a veces se me sube a la cabeza...

-Usted también es una mujer hermosa..-le digo observando sus ojos, hipnotizada por ellos. Jeanne asiente sin dejar de observarme, quizás es mi idea pero la temperatura sube y comienzo a temblar. Me pierdo en sus ojos, luchando contra ellos, con lo extraños que son, quiero saber tantas cosas, pero me da miedo preguntar...Jeanne solo me observa, baja su mirada hasta mis labios y se queda allí, quiero huir pero sé que estoy clavada al sofá, cada una de mis células tiemblan ante la mirada de Jeanne, creo que llevamos tanto tiempo observándonos y sin embargo solo han pasado unos minutos...

-Iré a mi habitación-Jenane suelta y yo asiento, rompiendo el hechizo. Desvió mi mirada, dejo la copa en la mesa y le doy una última mirada a Jeanne quien ha tomado sus cosas y se dirige a su habitación.

-Buenas noches Emma..-dice dándose la vuelta y mirándome por última vez.

-Buenas noches Jeanne...-digo mas para mí y salgo de la mansión temblando de pies a cabeza...¿qué fue eso?..

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