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Capítulo 2. Compañera de habitación.

Por qué él me miraba así? Tan detenidamente. Y ¿Por qué no se tapaba? Me di cuenta que lo estaba mirando de arriba a abajo. Y de abajo...¡Dios! ¡Abajo!

—¡Ah!— Cerré los ojos y me volteé hacia el otro lado aún sentada en el retrete, por suerte tenía un pijama bastante holgado.

—  No pasa nada. Tranquila. Ya puedes abrir los ojos.

Mi cara debía ser un tomate a punto de explotar por la vergüenza. Respiré un poco y me giré una vez más hacia donde estaba él. Abro mis ojos. Él estaba envuelto en una toalla y me miraba divertido. Suspiré con frustración mirando las baldosas del suelo.

—¿Puedes?¿Puedes voltear por favor?— Miro sus ojos que por  cierto son realmente muy bonitos— Para...ya sabes...

—¡Ah claro!— Dice con mucha tranquilidad y naturalidad—Ya.

Me levanto rápido del retrete y me pongo el shorts de mi pijama. Miré hacia la ducha, tenía envuelta una toalla en su cintura y los ojos tapados.

—¿Ya puedo abrirlos?

— Si...ya...ya puedes abrirlos.

Él abrió una vez más sus ojos y me sonrió amistosamente. Nos quedamos un instante en silencio. Miraba hacia el frente, no me atrevía a dirigirle palabra alguna. No sé porqué podía sentir sus ojos sobre mí.

—  Hola. Mi nombre es Andreu .

Que nombre tan raro pensé. Parece de no sé. De película. Sonrío un poco sin mirar sus ojos. Me volteo. Él me sonreía de medio lado.

— Mi nombre es Annie.

—¿Annie?

Asiento en silencio con mi cabeza ya un poco más calmada. Puede que hasta haya sonreído un poco.

— Es un nombre muy bonito.— Igual que tú. Pensé. Annie. Calma amiga. Él es...el novio de tu compañera de habitación.

Tocan la puerta del baño. Me asusto. Miro la puerta respirando con dificultad.

— ¿Andreu? ¿Estás ahí? Necesito usar el baño.

Era mi compañera de habitación. Mierda...no quiero saber cómo se pondría si nos veía a mí y a su novio en esta situación.

— Un momento. Espera.

Miré al chico extraño con los ojos fuera de mi órbita. Él me hace una seña con ambas manos para que no hable.

— Venga Andreu, me estoy haciendo pis.¿Qué tanto te demoras?

— Estoy...estoy haciendo mis necesidades.

—¡Oh! Vale. No demores.

— Ven.— Me volteo hacia él. Andreu me tiende su mano como para que la tome.— Entra a la ducha.

¿Qué? ¡No! Ni muerta entro a la ducha con él. Se da cuenta de mi indecisión. Suelta aire por la nariz.

— Créeme. No te conviene que te vea conmigo. Ella es... posesiva.

Genial, lo que necesito. Una novia celosa. Lo pienso un poco pero al final tomo su mano. Él me entra hacia la ducha y mueve la cortina azul con estampado de delfines.

— No hagas ningún ruido.

No veo nada. Solo las baldosas blancas del baño y la cortina. Miro el suelo. Asco... necesita una limpieza urgente. Abren la puerta.

— Perdona la demora cariño.

Sentí como se sentaba en el retrete y hacía pis.

— Ufff...¡Qué alivio!¿No has visto a mi misteriosa compañera de habitación? No está en su cama.

— Pues la verdad que no.

— No importa.¿Qué me dices?¿Nos tomamos una ducha juntos y follamos?

¡No!¡No!No... Estoy jodida.

—Ahora no puedo Misa. Tengo muchas cosas que hacer.

— Y una mierda. Ven... será divertido.

No, no,no,no me va a descubrir. Bueno... Fue divertido mientras mi vida duró. Adiós mundo cruel.

—  Mejor follamos en la habitación. Ayer por estar tu...compañera no me pude desarrollar.

¿En serio? Pues yo los ví muy pero muy desarrollados. A años luz de desarrollo.

Ella no vuelve a protestar. Sale del baño y yo vuelvo a respirar con más calma. Vuelvo a sentir gemidos. Perfecto. Más escenas incómodas.

Suspiro. Me siento en la tapa del retrete y solo espero. Luego de un tiempo siento que cierran la puerta de la habitación. Espero unos minutos y abro la puerta. Choco con algo y caigo hacia atrás. Abro mis ojos. Él está sobre mí mirándome detenidamente. Sus manos están a ambos lados de mi cuerpo. Su...su pecho está sobre el mío y sus piernas cayeron sobre las mías.

— Lo...lo siento.

Me dijo y sentí su aliento en mis labios. Yo...yo no sabía que decir. Él se levanta de encima de mí y me ayuda a incorporarme. Me levanto del suelo y aún estoy un poco mareada.

— Venía a avisarte que ya podías salir del baño.

Sonrío. Humedezco mis labios.

— Gracias...

Él me sonríe y se dirige a la puerta. Me mira por última vez y sale de la habitación dejándome sola. Me quedé un instante mirando hacia el frente procesando todo lo que había pasado. Suena mi móvil. Me sobresalto. Me acerco a mi escritorio y miro la pantalla. Es Roxanne.

— Dime.

— Necesito que te cambies de ropa. Ponte algo decente y me esperes en la cafetería de la hubicación que te acabo de mandar.

— De acuerdo. Dame quince minutos.

— Tienes cinco. Chao.

Cuelga. Entro al baño rápido y me doy una ducha.¡Mierda! El agua está congelada. Me cambio el pijama por un vestido blanco sin mangas y sandalias. Me dejo mi cabello suelto con ondas y agarro mi móvil. Roxanne  y Elisa me esperan en una cafetería frente a un pequeño lago artificial con demasiados patos. Me quité mis Ray ban y llamé a un mesero. Pedí una limonada y un emparedado de queso.

—¿Qué tenemos?— Pregunto luego de tomar un sorbo de mi limonada. Elisa está atareada en su laptop y Roxanne me entrega un sobre. Lo abro. Son fotos de algunos jóvenes.

— Esos son algunos de los que creemos que puedan ser del grupo de los cinco.— Dice Roxanne tomando un batido de chocolate— Aún no estamos seguras Annie. Ahora. Tengo duda en algo¿Por qué dices que son cinco?

— Investigué sobre algunas de los principales patrocinadores de esta universidad y busqué aquellos cuyos hijos están en edad de estudiar carreras universitarias. Sé que esa es información confidencial. Ninguno de los hijos de los benefactores usan los apellidos de sus familias para no tener

...digamos un trato especial.

— Si claro. No usan sus nombre y apellidos originales para que no sean asociados a ellos en caso de que las cosas se compliquen— Elisa hace una pequeña observación. En la cual estoy completamente de acuerdo.

— Como sea. Según las estructuras de las fraternidades las responsabilidades no recaen en una sola persona. Siempre son controladas por más de dos. Yo me guié por el tamaño de los Iκαρος y deduje que cinco pueden tener poder dentro de la fraternidad. Y en esas personas son en las que tenemos que concentrarnos para poder entrar a su hermandad.

—¿Cómo sabemos cuáles son esas personas?— Pregunta Elisa.

— Podemos preguntar.— Sugiere Roxanna.

— Si. No es mala idea. Es la manera tradicional.

Sonrío. Ellas igual.

—¿Conociste a tu nueva compañera de habitación?

Me atraganto con mi limonada. Vuelvo a pensar en sus ojos verdes. Aclaro mi garganta.

— No...no pude conocerla.

—¿No?— Elisa hunde el entrecejo con incredulidad.

— No. Espero hacerlo esta tarde.

— Bien. Debemos prepararnos para el lunes. Empiezan las clases. — Dice Roxanne.

— Si...¡Qué emoción!— Se burla Elisa.— Yo me voy— Dice mientras cierra su laptop y se levanta.— Debo hacer un trabajo.

Se despide de nosotras y se aleja con velocidad. Yo vuelvo a tomar el sobre y miro algunas fotos. Todos estos chicos son atractivos. Me atrevo a decir que algunos tienen incluso operaciones.

—¿Sigues con las pesadillas?

Roxanne interrumpe mis pensamientos. Miro sus ojos claros. Ella me mira en silencio esperando una respuesta. Dejo el sobre sobre la mesa.

— Anoche tuve una. No lo sé. Parce que estar en este lugar ha despertado todos esos... sentimientos una vez más Roxanne.

— Cuidado Annie. Debes tener mente fría. Si queremos descubrir la verdad debemos ser fuertes. Esto va a ser difícil, créeme.

—¿A qué te refieres?

Roxanne se queda un instante en silencio. Suspira y bebe un trago de batido.

— Esta gente son los putos Dioses del lugar Annie. Todos y cada uno quieren pertenecer a su mierda de fraternidad. Son respetados y admirados. Nadie tiene nada malo que decir de ellos,nada. Es...es frustrante.

Me quedo en silencio mirando sus ojos. Sonrío un poco y tomo su mano.

— Eso es porque yo no había llegado. Ya estoy aquí amiga. Ellos van a caer. Los voy a destruir y voy a hacer justicia. De eso puedes estar segura. Beso el mi mano entrecerrada en un puño. —Te lo juro Roxanne.

La tarde pasa rápido. Ella y yo vamos a hacer algunas compras y luego volví a mi dormitorio.

Subo las escaleras con dificultad por las bolsas de la compra pero al final puedo llegar a mi puerta. Siento la risa de diferentes chicas en la habitación. Abro. Miro la cama de mi compañera. Había una rubia muy sexy junto con una peliroja muy bonita igual. Nos miramos fijamente la rubia y yo.

— Hola...Me llamo Annie. Annie Berrymore. Esta es mi habitación.

La rubia me mira de arriba a abajo en silencio. Veo en su mano un cigarro eléctrico. Le da una calada y expulsa una gran nube de humo. Mira a la pelirroja divertida y me vuelve a mirar. Alza una ceja.

— Mucha gusto me llamo Misa. Soy tu compañera de habitación.

Fuerzo una sonrisa. Ella no me cayó bien y punto. Vuelve a fumar y cruza sus pies con unas botas hasta sus rodillas de diseño.

— Dime.

Me volteo a ver sus ojos.

—¿Eres becada o...?

— Si. Estoy aquí gracias a una beca.— Digo mientras acomodo mi ropa en mi pequeño armario.

— Ya.

Siento una risa por lo bajo. No. Definitivamente no nos llevaremos bien. Siento mi estómago revolverse. No me gusta que la gente se burle de mí. Ella no tiene ningún derecho. Pero debo mantener un perfil bajo.

—¿Irás esta noche a la fiesta de los Iκαρος?

Me detengo. La pelirroja le pregunta a la tal Misa.

— Por supuesto. Sabes que esta es la fiesta de bienvenida del año. Será...lo mejor.

—¿Puedo ir?

Ellas me miran con el ceño fruncido. Yo...me acabo de dar cuenta que lo dije en voz alta. Estoy paralizada, no sé que decir. Esto no salió como lo esperaba. Misa me mira con desprecio.

— Lo siento cariño. Pero esta invitación es solo para dos.

¡Perra! Sonrío ampliamente.

— No importa. Mi amiga de las Kppak de seguro de puede conseguir invitación.— Me volteo una vez más hacia mi ropero.

— Espera.

¡Bingo!  Vuelvo a ver sus ojos. Esta vez con mirada indiferente.

—¿Si?

—¿Tienes una amiga en las Kppak?

— Si, la conocí hoy en la cafetería¿Por?

— Amiga. ¿Crees que me puedas conseguir alguna oportunidad de hablar con ella?

—Mmm...—Digo pensativa.—Pues...no lo sé.

— Por favor. Mira, les puedo conseguir invitación para la fiesta en los Iκαρος.

Sonrío victoriosa. Me volteo con una sonrisa de niña ilucionada.

—¿De verdad? Gracias, gracias, gracias— Digo como si esa fiesta significara la vida misma para mí.

Misa me sonríe con superioridad y yo dejo que piense que tiene el mando en esta conversación. Me aclaro la garganta.

— Voy a llamarla e informarle.— Ahora ella es la que sonríe como una niña estúpida.

— Debes buscar un disfraz,la fiesta es de disfraces.

— De acuerdo.

Salgo hacia el pasillo de la residencia. Llamo a Roxanna.

— ¿Si?

— Necesito esta noche que me acompañes a un lugar.

—¿A dónde?

— A una fiesta de disfraces en el Iκαρος.

—¿Cómo conseguiste entrar?

— Mi compañera de piso. Al parecer conoce a alguien ahí.

— Ya...

—¿Qué?¿Qué pasa?

—Nada...

Se queda un instante en silencio. Siento que algo le molesta o le preocupa, así que vuelvo a insistir.

—Roxanne...puedes decirme lo que te pasa.

—Nada...—Suspira—Es solo que hay que tener cuidado Annie. Si las chicas de mi fraternidad se enteran estoy acabada.

—¿Por qué?

—Somos sinónimo de estatus, honra y dignidad. No nos rebajamos a ir a estúpidas fiestas.

—Eso es una estupidez. Al final siempre van.

—¡Lo sé! Pero las jefas. Ellas alegan que están obligadas por su estatus a estar en las fiestas, para controlar la moral y el buen comportamiento. Cuando al final lo que quieren es follar con los jefes de los Iκαρος.

Pongo mis ojos en blanco. Sé las estupideces de las hermandades femeninas.

—Mira, decide si irás o no y luego me dices. Sabes que debo ir a esa fiesta a cómo de lugar. Para...para poder empezar con mi venganza.

No quería ser una perra con ella. Pero esto... esto es importante para mí.

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