1. Recuerdos
Dice un dicho por ahí: “Cuando sueñas con una persona especial, es porque esa persona se durmió pensando en ti”
Es la historia de dos personas con un destino diferente, un destino que a veces no siempre es lo que uno espera o desea; un destino tan opuesto, pero, que a la vez es tan atrayente.
¿Dejarías que tus deseos más escondidos, hagan que tu conciencia sea tan atrevida?
Alemania
Eran las 2:25 a.m., en la casa de una bella chica pelinegra con hermosos ojos azules, mismos ojos como si fuera el inmenso océano, un azul increíblemente especial y llamativos; esa preciosa chica peleaba entre las sabanas grises de su comoda habitación, con una pesadilla o quizás un recuerdo de un momento especial pero trágico en su corta edad.
—No quiero, no quiero dejarte Papá… Papá, por favor regresa –eran los susurros desesperados de Aurora.
Entre sus sabanas de algodón, su cuerpo luchaba con esos recuerdos que jamás podría olvidar, recuerdos que la llevaron a ser la mujer que es hoy.
—Aurora, Aurora –la llamaba preocupadamente un atractivo hombre de ojos negros llamativos, ese hombre se llama Eliseo.
—¿Qué? ¿Qué pasa? –dijo una desorientada Aurora
—Cariño estabas teniendo otra pesadilla –sus grandes y fuertes manos le tocaban la pálida cara a Aurora, mientras la consolaba de forma tierna
—Disculpa Eliseo –agacho la cabeza con gran tristeza en sus brillantes ojos —Volví a soñar con mi padre.
—Tranquila Aurora, deberías dejar el pasado en el pasado, no deberías seguir torturándote con algo que no fue tú culpa, sino de esos mafiosos
—Jamás lo vas a entender Eliseo, no estuviste ahí cuando paso todo eso, por eso jamás podrás saber este odio por esas personas.
Eliseo miraba a su bella esposa con una cara llena de tristeza
—Está bien, lo siento amor –le dijo Eliseo —Deberíamos seguir durmiendo, mañana tenemos trabajo y tú un día muy importante “Inspectora Salazar” –mientras él decía esas tiernas palabras, Aurora le dedico una tierna sonrisa con sus frágiles cachetes sonrojados.
—Gracias amor, descansa.
Mientras Aurora se acomodaba en una posición comoda con Eliseo en su mente le venía el recuerdo de lo sucedido hace 20 años atrás, donde ella solo tenía apenas 7 años cuando la peor tragedia de su vida sucedió, pero en esos recuerdos de su infancia estaba un chico de ojos verdes tan oscuros pero a la vez tan claros.
Al oeste de Alemania en Holanda
—¿Por qué? ¿Quién eres tú? Papá, Papá… regresa por favor, regresa no dejes que te atrapen. –eran los susurros de un atractivo hombre de ojos verdes tan oscuros como el fondo de un lago, pero a la vez tan claros como el vigor de un inmenso bosque.
—Jensen, Jensen –lo llamaba una pelirroja con una voz muy suave y tierna
—¿Qué? ¿Qué pasa Celeste?
—¿Tuviste otra pesadilla?
—Sí, lo siento por despertaste
—Tranquilo, ¿Quieres un poco de agua?
—No, gracias… iré al estudio a terminar unas cosas del trabajo
—Pero amor, deberías descansar un poco más, ¿no crees?
—Sí, pero ya no podré descansar más, mejor descansa tú Celeste –con eso él le dio un pequeño beso en los labios pequeños de su esposa.
Después se levantó con su enorme cuerpo, dejando al descubierto su exquisito abdomen tan duro y bien desarrollado, sus fuertes pectorales, sus brazos grandes y poderosos , ni que decir de su espalda tan trabajada con mucho músculos, en su está tenía un enorme tatuaje de un velero con una bandera pirata y un “Oni Japonés” con dos Catanas en color rojo y negro; él un hombre de piel blanca, se le veía realmente increíble.
—Jensen –lo llamo celeste
—¿Sí?
—Te amo –Jensen la miro con una media sonrisa solo para decirle
—Igual Celeste
Después de decirle “Igualmente”, salió de la habitación para dirigirse al piso inferior de su gran villa, abajo estaban dos hombres de traje negro, lo vieron y le saludaron respetuosamente.
—Señor Becker, ¿Necesita algo? –pregunto uno de sus hombres respetuosamente
—No Mateo, solo iré al estudio a terminar el contrato de la próxima venta.
Con eso Jensen se despidió amablemente de su guardaespaldas Mateo, que estaba con su otro hombre que es el chofer llamado Leo.
—Leo, Mateo –llamo Jensen antes de seguir caminando
—Si señor –se escuchó al unísono
—¿Han averiguado algo de los que les pedí?
—Estamos en ese señor Becker, lo máximo que hemos averiguado es que el nuevo presidente que han escogido venia de la secuelas de hace 20 años señor
Jensen se quedó mirando un rato a un punto muerto fuera de la ventana del pasillo lateral a su estudio, pensando en todos los recuerdos de ese año, cuando el solo tenía 12 años, en ese recuerdo siempre aparece esa pequeña niña de tan solo 7 años, tan delicada pero con una mirada tan mágica y fuerte, esos ojos azules jamás él podría olvidarlos, una parte de su corazón solo duele en pensar en esa mirada y en otra el deseo de venganza.
¬—Gracias muchachos, ahora pueden retirarse.
—Si señor –dijo Leo y Mateo
Cuando se fueron, Jensen camino directo a su estudio, en la silla negra de cuerpo se sentó con algo de tristeza en esos bonitos ojos, con una sonrisa llena de amargura, recostó su cabeza en el sillón, solo para mirar el techo de color blanco y recordar esa pesadilla.
—Como desearía poder volver a verte –dijo en un tono algo dulce pero con mucha tristeza —Juro que el día que te vuelva a ver, pagarás por todo lo que tú padre le hizo al mío –esa mirada que antes era dulce, se volvió fría y decidida.
Mientras tanto en una sala de color blanca, sentada en un sillón de 3 puesto de color negro, estaba Aurora pensando en la pesadilla que le quito todas las ganas de seguir durmiendo; sentada en el sillón abrazándose las piernas con sus brazos y la cabeza enterrada en las piernas, nadie podía ver las pequeñas y frágiles lágrimas de sus brillantes ojos.
—Cómo desearía poder volver a verte –dijo eso con mucha tristeza y con lágrimas en los ojos —pagarás por todo el daño que causo tú familia –dijo esto ahora con el rostro ceñudo.
“El destino siempre juega con las almas que están entrelazadas por ese hilo tan transparente pero delgado que no podemos ver ni sentir, pero que en cualquier momento se puede romper o simplemente se puede seguir uniendo para que esas dos almas, vuelvan a reencontrarse”