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5

-Nathy , Nathy Smith. Aquí él no me conoce pero realmente necesito hablar con él. -

- Sr. Peters, la señora se llama Nathy Smith, usted ha especificado que no la conoce pero... ¿Sr. Peters? ¿Señor Peters? ¿Listo? Miró el teléfono y

luego le dirigió a Nathy una mirada de disculpa .

- Lamento informarle señorita que el Sr. Peters ha cerrado la llamada. Nathy estaba

herida .

Las lágrimas subieron a su garganta y esta vez fue difícil contener las lágrimas.

- Yo... no puedo... ¿no puedes devolverle la llamada? Por favor... -

El portero sintió pena por ella y se acercó y le entregó un pañuelo.

- Espera querida. No llores, siempre hay una solución para cada problema. -

- Es que... va... todo sale mal, yo... -

Una voz interrumpió su discurso.

- Deja que Albert se encargue de eso. Nathy rodó sus ojos llenos de

lágrimas y miró con miedo al hombre frente a ella.

Era guapo, treintañero, con el pelo despeinado, descalzo y con pantalones de chándal.

-¿Nathy ? Dios mío, te he estado buscando toda la mañana. -

finalmente estalló

Nathy y comenzó a sollozar. Michael se encontró en problemas.

¿Qué se suponía que debía hacer?

Albert lo miró y le indicó que se acercara a la chica para consolarla.

Aunque no estaba seguro, se acercó y le puso una mano en el hombro.

- Oye, ahora cálmate. Nathy

negó con la cabeza

. - Es que desde sta..mañana va... todo va... mal. El... el teléfono dejó de funcionar. No tengo más dinero. E..Marie se negó a darme el dinero para… para el taxi. Y me dijo que mi reloj estaba bien y me llevó a buscarlo. Y Dubbs, Dubbs dijo que la situación es grave. Él me envió lejos. Y Meg tomó un boleto. Y no sé cuándo podré darle el dinero. Ethan dijo que tengo un fondo. Pero no sé nada. Y luego... luego caminé todo el día porque el... el ascensorista dijo... dijo que ella no estaba allí. Y.. que hago? No sé a dónde ir. Y… —Michael

miró a Albert secándose los ojos conmovido por las desventuras de Nathy .

-Michael por favor ayuda. -

Miguel asintió.

- Tengo toda la intención de hacerlo, Albert. Cogió a Nathy ,

que seguía llorando y repitiendo frases inconexas, en sus brazos y la llevó al ascensor con él.

- Sshhh. Estás conmigo ahora, no te preocupes, todo estará bien. La sostuvo en sus brazos hasta el sofá de su apartamento

.

Se sentó en el sofá e intentó que dejara de llorar.

Este no era el momento de hacerle preguntas, estaba demasiado conmocionada y molesta.

Los dejaría toda la noche para dormir y recuperarse.

Nunca imaginó que ella llegaría a su casa.

¿Había hablado con su padre?

Así que tenía otro teléfono.

¿De qué otra forma lo habría hecho?

La madre no sabía que Richard lo había llamado para cuidar a su hija.

Richard evidentemente sabía que no podía confiar en su esposa ni en su hijo.

Pero la pregunta más apremiante era ¿por qué no se había ido con su madre? ¿Por qué estaba allí en sus brazos?

Demasiadas preguntas y demasiadas lágrimas.

Su ropa estaba empapada y estaba temblando.

-Nathy tienes que quitarte esto o te vas a resfriar. Te dejo un momento ok? -

- Noo..no por favor. Me temo que todo es una ilusión y... -

- Sshhh. No soy una ilusión, estás aquí, estoy realmente contigo. Vamos, vamos para allá, tengo que buscar una toalla y algo seco. La levantó de nuevo y se

dirigió al dormitorio.

Lo puso sobre la cama y fue al baño a buscar una toalla seca.

Regresó y desató su cola de caballo desatada para secarle el cabello.

Nathy se quitó los anteojos y lo ayudó como pudo, sus manos estaban entumecidas por el frío.

Sus dientes comenzaron a castañetear.

Michael tomó una sudadera de su armario.

- Tienes que sacar esa cosa mojada, sigue así. Nathy

tomó la sudadera y comenzó a quitarse la chaqueta

. Michael le dio la espalda para darle tiempo a desvestirse.

Al volverse la vio sentada en la cama con las piernas juntas al pecho medio tapadas por la sudadera.

Se sentó a su lado y le levantó la barbilla.

- Escucha Nathy , ahora vas a dormir bien y hablamos mañana, ¿de acuerdo? Una

lágrima escapó de sus ojos claros y rodó por su mejilla.

- ¿Por qué está mi padre en la cárcel? ¿Qué sucedió? -

Michael suspiró.

-Nathy no es el momento. Mañana, mañana hablaremos. -

Nathy comenzó a llorar de nuevo y Michael la abrazó.

Iba a ser una noche larga.

Dudaba que pudiera dormir.

Miguel

- Bry, cariño, no siempre te muevas. Abrió los ojos para

ver qué hora era y jadeó.

No había Bryanna en sus brazos.

Pero un pequeño lirio de agua malhumorado.

Su cabello rubio miel estaba extendido sobre la almohada en suaves ondas, sus largas pestañas rozaban sus mejillas y tenía un delicado rubor cubriendo sus mejillas.

Todo lo demás estaba cubierto por la sudadera excepto las piernas bien formadas que estaban enredadas en las suyas.

Su cuerpo estaba empezando a reaccionar al de Nathy y tenía que levantarse y marcharse.

Lentamente se alejó y sacó su pierna de la de ella, luego se levantó lentamente sin hacer ruido para no despertarla.

- Joder, ese no es el caso Michael . Es una niña pequeña. -

Él le devolvió la mirada y antes de que la necesidad física y la curiosidad vencieran al sentido común, salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él.

Fue a la cocina y se preparó un café.

Cuando estuvo listo fue a beberlo frente a las ventanas para disfrutar del sol que asomaba por detrás de los edificios contra el fondo del lago Michigan.

El pensamiento seguía volviendo al cuerpo cálido y suave de Nathy .

- ¡Maldita sea! Cogió el teléfono y llamó a Jack

.

- ¡ Cristo Miguel , son sólo las ocho! ¿Es posible saber lo que quieres a esta hora? Espero que para ti sea importante y sobre todo urgente, sino ¡que te jodan! -

Michael había escuchado la diatriba de Jack de que siempre estaba intratable por la mañana.

- Está aquí. -

- ¿Qué quieres decir con que está aquí? ¿Quién está ahí? Hubo un momento de silencio y

luego Jack estalló en un tono sarcástico.

- Hijo de puta. Ya sabías cómo encontrarlo anoche, ¿verdad? -

- No Jack. Fue ella quien me encontró. Llegó aquí a eso de las nueve y media empapada. Albert me despertó diciéndome que ella estaba abajo en el edificio buscándome. Ahora está durmiendo allí. -

- Fantástico amigo, ¿cuándo puedo venir a conocerlo? -

Michael maldijo.

- Jack, ya te dije que es solo una niña. Así que mantén tus hormonas bajo control. Sin embargo, me gustaría hablar con ella primero y tratar de entender algo. Poco y nada salió del discurso desarticulado de anoche. -

- Okok pero dime al menos una cosa. ¿Cómo? En definitiva, ¿es lo mismo que las fotos de las redes sociales o es mejor? -

Michael tragó vacío.

Es mejor, pensó, condenadamente mejor.

Solo cuando Jack se echó a reír se dio cuenta de que había hablado en voz alta.

- Amigo, preveo problemas para ti. Ahora tengo que despedirme de ti, solo tengo que volver a poner mis ojos en modo de espera y luego estoy de nuevo en funcionamiento. Nos vemos al mediodía en tu casa. Ah, por cierto, yo traigo el pollo para mí y Nathy te comes tu amado tofu. Te veo luego. -

- Espera Jack... ¡Cógelo cerrado! -

Hubiera sido inútil repetir que necesitaba hablar con ella y aclarar, Jack aparecería al mediodía como dijo.

Su curiosidad era comparable a los chismes del pueblo.

- Bom dia David. ¿Viste qué día tan dichoso después del diluvio de anoche? -

Michael volteó a mirar a su señora de la limpieza, una dominicana que aún tenía problemas con la lengua y que seguía vistiendo vistosa y espectacular.

- Buenos días Rosario. La mujer con piel de chocolate con leche le mostró una dentadura blanca y reluciente y lo miró fijamente

.

- ¿Eres araviato David? No, ¿sabes que la vida es más bonita si sonríes? -

- Rosario dice que está enojado y no, no lo estoy. Pero ella ya no lo escuchaba más, llevada como estaba a cantar una canción de su país

.

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