CAPITULO 3
Kyle está confundido, su cabeza le da vuelta y no tiene una explicación que dar.
—No sé qué hace ella aquí en mi habitación.
—Perdóneme lo que le voy a decir señor Pratt, esa que está acostada allí es nuestra hija, por lo que veo su vestido está en el suelo, y usted estaba sin pantalones, como un hombre maduro que soy, ¿Qué cree usted que puedo pensar? Además, nuestra hija es una señorita decente —con sus ojos brillosos de codicia se preguntaba mentalmente «¿De dónde conoce mi hija a este hombre?» «Le puedo sacar provecho a esta situación»
Kathen se enfureció por la suerte que tuvo la mocosa de estar acostada con el mismísimo Kyle Pratt, se acerca a Lindsey y la remueve.
—¡Lindsey levántate! Tienes muchas cosas que explicarnos.
Lindsey se remueve en la cama, abre los ojos con flojera, al primero que vio de frente es a su papá, parpadea varias veces, se aferra más a la sabana.
—¿Qué me pasó?, no me acuerdo de nada, solo que estaba mareaba e iba al baño —balbuceó con somnolencia, sentía el cuerpo pesado y un leve dolor de cabeza.
—Lo del mareo eran excusas para venir a revolcarte con este señor, —reprocho indignada Kathen.
—Este señor tiene su nombre, no olvide con quien está tratando.
—Discúlpela, señor Pratt, está molesta por encontrar a nuestra hija en este estaba que no mide sus palabras, —dijo John mientras con la mirada él dice a su esposa que mantenga la boca cerrada.
Kathen refunfuñando se acerca a su esposo, «esta mocosa me las pagarás», mastica para sí misma.
Lindsey se sobresaltó al escuchar esa voz áspera y varonil que proviene de su lado, aturdida por el sedante y su familia, no se había fijado que tenía compañía, volteo a ver a su acompañante, no podía creer lo guapo que era ese hombre, su corazón empezó a galopar a toda velocidad, su respiración se acelera, su boca se reseca al ver su desnudo y amplio tórax moreno y, esos zafiros intensos hicieron que se quedará pasmada, se alarmó y su espalda se tensó, no era capaz de emitir una palabra.
—¿Señorita, me puede explicar qué hace en mi habitación? —protestó Kyle.
En ese momento entró Freed alarmado por la situación y el abuelo al mirar la escena se sonrió divertido.
Lindsey estaba sonrojada por encontrarse en ese estado, desnuda, al lado de un hombre guapo y lo peor con su familia frente a la cama, «no sé por qué sospecho que ahora si estoy en problemas» hablo su subconsciente.
—¡No sé! Solo recuerdo que estaba mareada por tomar una copa de vino y me dirigía al baño.
—El caso es que usted está aquí en esta cama, no entiendo como entro.
Uno de los empleados que estaba rondando en el piso se acerca por el alboroto y preguntó.
—¿Qué pasa aquí? —sus voces se escuchan en el pasillo.
—¿También me pregunto lo mismo? Esta habitación está asignada al señor Kyle Pratt y al parecer en la habitación se encontraba una joven.
El empleado al ver de quien se trataba respondió con voz entrecortada:
—Señor partt creo que usted se confundió, las habitaciones asignadas a los presidentes de las empresas participantes en el evento están en el área pent house.
El abuelo se dio cuenta de lo que pasó, Freed lo había puesto al tanto del trayecto que tuvo su nieto a la habitación y el choque con aquella jovencita. Con voz tajante intervino.
—Vamos a calmarnos y salir de la habitación para que ellos se vistan y hablaremos de lo que pasó.
—Aquí no pasó nada, por muy tomado que allá estado no le pondría las manos encima a esta joven, —dice con voz despectiva.
—No seas tarado y mejor vístanse los esperamos en el pasillo —el abuelo sale de la habitación seguidos de los demás.
Cada una de las personas que salieron de la habitación estaban pensativos: Karen encrespada por la suerte de esa mocosa, John ansioso porque sabía que le puede sacar provecho a esta situación, el abuelo Hugo divertido porque es la oportunidad de darle una lección a su nieto, Freed sabe que su amigo ahora si está en problemas y su abuelo no se la va a poner fácil.
Lindsey al escuchar la forma despectiva de esas palabras, se sintió despreciada. Toma valor y se bajó de la cama con la sábana encima, recogió su vestido y caminó hacia el baño para vestirse, «no te hagas ilusiones, ese hombre es demasiado perfecto para ti, está fuera de tu alcance» mirándose al espejo continúa «Ahora como salgo de este embrollo»
Kyle no expresa ninguna emoción, no se explica cómo llegó a esa situación.
Cuando estaban todos en el pasillo, el primero en hablar fue John.
—¿Cómo resolveremos esto?, pobre de mi hija, ¡es la más agraviada!
La cabeza de Lindsey era un caos, «¿Será que pasó algo entre los dos? ¡No creo! Hasta donde se debería sentir dolor en mis partes íntimas, sentir algún dolor que provenga de mi cuerpo, aparte del dolor de cabeza no siento nada extraño, ¡entonces no pasó nada!» salió de sus pensamientos cuando escuchó hablar al anciano.
—Lo mejor que podemos hacer es retirarnos, mi hija se comunicara con usted señor, buscaremos la mejor opción para que nuestros apellidos no se vean perjudicados.
—Eso es lo que les preocupa nuestros apellidos, me parece el colmo que…—no logro terminar de hablar porque fue interrumpida.
—Lindsey puedes mantener la boca cerrada —se acercó a su hija, la agarró por el brazo mientras le dedica una mirada acecina—. No se preocupe señor Pratt nosotros ya nos retiramos.
John agarra a su hija de brazo y junto a su esposa salen del lugar.
Es lunes, Kyle está con la mirada fija al computador, cuando escucha.
—Tienes que hacerte responsable de lo que paso, me reuní con los padres de la joven y piden que te cases con ella —vociferó la madre de Kyle furiosa, por el escándalo que se puede presentar si los medios de comunicación se enteran de lo que paso en aquella habitación.
— Ofrécele dinero a esa gente, sabes que eso es lo que busca esa familia o déjalo en mis manos, si no lo resuelvo con dinero y los puedo hundir.
—¿Tú crees que todo lo puedes arreglar con dinero? O ¿Amenazar a la gente? Pues esta vez no lo vas a poder hacer, porque ya tu abuelo llegó a un trato con ellos, un contrato de matrimonio por un año es la mejor opción. Sabes que un escándalo donde se vea envuelto el apellido el Pratt llevaría a tu abuelo a la tumba —expreso Sussan molesta del otro lado del escritorio, quería lanzarle él pisa papeles que se encontraba de su lado derecho.
Kyle suelta una carcajada irónica sin apartar la vista del computador, con voz imponente, señala.
— Si tú y el abuelo piensan que obligándome a casar voy a cambiar mi vida, están equivocados, me avisas el día y la hora, debo estar en ese registro.
Sussan conoce al testarudo y orgulloso de su hijo, reza que esta jovencita no se deje intimidar y logre sacar de la vida de su hijo a la arpía de Catrina. Se levanta con delicadeza, rodea el escritorio y se despide de su hijo con un beso en la frente de su hijo.