Capítulo 2 Familia Romanov
Los señores Oleg y Nessari Romanov son un matrimonio muy respetado, no solo por tener títulos de la realeza, sino porque son dueños de un gran imperio empresarial, que va desde programas de televisión, editoriales, tecnología, moda y demás, piensa en un negocio y si ellos no son los dueños, seguro tienen acciones en él, son los únicos que igualan a la gran familia Bach, por lo menos en el lado legal de lo que a poder se refiere.
A lo largo de sus 30 años de casado, tuvieron cuatro hijos, Zigor el mayor de 25 años, Yannick de 23 años, kilian de 21 años y Milos de 19 años, los cuales criaron de una forma cariñosa y responsable, ¿qué fue lo que sucedió con ellos a lo largo de los años?, no lo saben, lo que sí saben es que son un completo desastre, cansados y frustrado, deciden tomarse unas largas vacaciones, un año recorriendo el mundo juntos para reactivar la llama del amor, pero tienen un problema, no confían en dejar a sus hijos solos, por empezar se llevan mal, cada almuerzo o cena se convierte en una lucha campal, además del carácter que posee cada uno y que siempre terminan en problemas o negocios perdidos.
Un mes antes de su viaje, como por arte de magia apareció un sobre en el buzón de correo, lo primero que vieron en él fue ORFANATO Bigarren Bizitza. Con curiosidad lo abrieron, ya que estaba dirigido a ellos.
Adentro había una carta acompañada de cuatro fotos.
Estimados señores Romanov:
Me dirijo a ustedes con el fin de agradecer su colaboración anual a este humilde Orfanato, y para informarles que ya no es necesario seguir enviando dicha ayuda, las cuatro niñas que se beneficiaron de su aporte, dejarán el orfanato el mes entrante, al cumplir 18 años, confiamos en Dios para que encuentren un buen trabajo en tan corto tiempo.
Quiero que sepan que, gracias a ustedes, las jóvenes se han podido instruir y hablan diferentes idiomas, saben cocinar, como así también tienen varios títulos a pesar de tan corta edad, estamos orgullosas de su inteligencia y lo sabemos ya que las hemos instruidos nosotras.
Confiarnos en que puedan ayudar a otras personas que lo necesiten en el futuro como ustedes las ayudaron a ellas.
Atentamente hermana María.
Directora del orfanato Bigarren Bizitza.
— ¿Enviamos dinero a un orfanato? — pregunto el señor Oleg, mientras arreglaba su rubio cabello.
— Si cariño, yo me ocupo de ello. — le respondió la peli negra que tenia de esposa.
— ¿Desde cuándo? — indago curioso.
— ¿Recuerdas el día que el chófer chocó cuando llevaba a los niños a la empresa y comenzaron a pelear y llorar, distrayendo al pobre de Jacobo? — rememoro la señora Romanov.
— Sí, el día más terrorífico de mi vida, sentía que no llegaba más al hospital, aunque cuando llegué y te vi tan golpeada, me asusté aún más en solo pensar que le pudo pasar algo a nuestros hijos. — recordó aun temblando el mayor.
— Sí, fue una desgracia con suerte, eran tan pequeños. — se lamentó una vez más su esposa.
— Eso fue hace 18 años, si mal no recuerdo.
— Sí, ese día mientras te esperaba, pasó una hermana pidiendo ayuda para su orfanato, habían llegado cuatro pequeñas en busca de un hogar, pensé en mis niños y no pude evitar ayudarlas, y mira... aquí esta nuestra recompensa, cuatro hermosas jóvenes, se ve que son muy interesantes y educadas, con solo ver el brillo de sus ojos te das cuenta de ello.
— Están buscando trabajo, deben dejar el orfanato. — reflexiono angustiado el patriarca de la familia.
— Sí, no me imagino lo que debe ser vivir sin padres. — se lamentó Nessari.
— Espera.
— ¿Qué?
— ¡Eso es! las cuatro se criaron juntas, deben quererse como hermanas, ¿verdad?
— Supongo, ¿eso que tiene que ver Oleg?
— Las contrataremos por un año para que cuiden de nuestros hijos. — respondió mostrando su blanca sonrisa.
— Cariño, creo que debemos ir al médico, por si lo olvidas nuestro hijo menor tiene 19 años, no creo que quieran niñeras. — Lo observo con preocupación la pelinegra.
— No, claro que no, ¡escucha!, esos muchachos se llevan peor que perros y gatos y tú sabes todos los problemas que nos acarrean cada vez que tienen que hacer algún negocio o algo juntos.
— Lo sé perfectamente a veces me pregunto ¿en qué fallamos?
— Ellas se criaron juntas sin padres, deben ser unidas, y son inteligentes, las podemos contratar para que ayuden a nuestros hijos, quizás viendo su unión a pesar de no tener dinero ni padres...
— ¡Las jóvenes solo se tienen mutuamente! ¡Si! pudiera funcionar.
Con esa esperanza el matrimonio contacto al orfanato y se dieron a la tarea de hacer un acuerdo, un contrato que sus hijos tendrían que firmar y cumplir, ellos le designarían una asistente personal a cada uno, la cual no podían ignorar, fuera cual fuera el lugar que ellos tengan que ir, la joven que le designen debía acompañarlo, si no se sentían cómodos podían cambiar de muchacha, las debían tratar con respeto y asegurar su bienestar en todo sentido, o serían desheredados.
Todo lo que sucedió hasta ese momento estaba escrito, lo único que quedaba en blanco, era el año que estos jóvenes estarían juntos y la decisión que ellas tomaran.