4_ Algo que me hala
Cap 4
Davina
Al fin llegó el día en el que demostraría mi inocencia, me puse mi atuendo y después de desayunar y llevar a Eric a su trabajo puse dirección a mi querida empresa. Antes de llegar entes de llegar entré a una cafetería y compré un café a José, era una costumbre. Llegué a mi destino y atravesé aquellas puertas entrando a un nuevo mundo, me dirigí a donde José y le entregué el café.
-Gracias, ya lo extrañaba.- me dice con una sonrisa.- Todo saldrá bien.- y yo afirmo con la cabeza.
Me dirijo al elevador con paciencia, me da tiempo tomarlo y entro, encontrándome con el señor Alexander, me parece que se llamaba.
-Señor.- lo saludo y veo por su expresión que está sorprendido de verme.
-Señorita, que sorpresa verla. Qué hace por aquí.-
-Bueno señor he de decir que me alegra enormemente el que se encuentre aquí, podía encargarse de la parte legal.-le digo y pone cara de duda.
-Parte legal?- pregunta.
-Como escuchó señor.- vi que quería preguntarme a qué me refería pero el sonido de las puerta abriendose del ascensor puso fin a nuestra plática. Salgo con pasos muy seguros de ese lugar y pongo rumbo a la oficina del Jefe. El señor Alexander sigue mis pasos.
Puedo sentir las miradas penetrantes de cada uno de los que eran mis compañeros de trabajo. Paula fija su mirada en mi y yo le lanzo una sonrisa, la saludo con un asentamiento de mi cabeza sin detenerme en ningún momento. Estoy llegando a mi destino y mi corazón va a mil kilómetros por segundo, creo que cualquiera que estuviera a mi lado podría escucharlo Tomo aire y toco la puerta al legar a la oficina.
Un es estremecimiento me dio en la piel al escuchar aquel casi inaudible “Adelante”. De pronto mi mente se puso en blanco, fueron tan solo cuestiones de segundo lo que duró mi quietud ya que el momento me recuperé, claro está con la pregunta en el fondo de mi mente sobré Qué había sido eso.
Prosigo a empujar la puerta y estas seden bajo fuerza, detrás de mi entra Alexander y se adentra en la oficina. Por mi parte solo doy unos cuantos pasos en su interior. Me fijo en el hombre sentado que hay en frente de mi y lo sigo encontrando hermoso. Su porte de hombre masculino y de aura de depredador le dan un aire de misterio a su figura. Veo cómo levanta su mirada alejándola de la lapto que tenía delante y su mirada se posa en mí. Logro notar un destello de sorpresa en su mirada pero apenas fueron unos segundo, nada en su físico daba a conocer algún tipo de emoción.
-No me esperaba el volver a verla.- dice con su tono de voz bajo pero firme a la vez, mi piel reacciona ante eso. No entiendo qué me pasa, no entiendo porqué mi cuerpo reacciona de la forma en que lo hace cuando se encuentra cerca.
-Buenos días señor.- saludo- Yo tampoco esperaba el volver a encontrarme aquí pero creí necesario el limpiar mi nombre.- le digo sin temor alguno. EL se reclina en su asiento y alza una ceja en forma de burla.
-Limpiar su nombre dice. Me puede explicar señorita Davina cómo limpiaría su nombre.- dice sin ninguna emoción. El escuchar cómo mi nombre sale de su boca provoca que la sensación de hormigueo que tenía antes se intensifique.
-Aquel día cuando entré aquí no me dieron oportunidad de defenderme, solo me llamaron para dar la sentencia.-
-Testigos y pruebas señorita fueron las que la inculparon.-
-Qué testigo asegura que esos sobres eran míos y qué pruebas son esas que me inculpan- dije un poco alterada, ya que lo que decía no era cierto.
-Hey, calmémonos y ...-
-De verdad quiere jugar ese juego señorita?- me pregunta mi Jefe interrumpiendo lo que Alexander iba a decir.
Sus palabras se me hacen conocidas, como si en algún momento me las hubieran dicho. - Porque va este juego hace rato que lo perdió. Es de mal gusto ver cómo una persona que solo ama el dinero y que no tiene valores ni principios trate de hacerse la inocente.- reclama y de un impulso llego a su mesa y poniendo mi bolso encima de esta le sonrío.
-Qué pasaría si demuestro que soy inocente y en fueron ustedes lo que cometieron un injusticia conmigo.- y su ceja se inclina, me gusta cuando hace eso.
-No pasaría nada porque no es inocente. Después de que se fue me he enterado de un par de cositas sobre usted.- ahora soy yo la que alza una de las cejas.- Verá, aparte de vender información clasificada me enteré de que robó varias veces las ideas de su superior en cuestiones de la música de los juegos. - Al decir eso yo suelto una carcajada de incredulidad. Aparte de hacerme pasar por un soplón también me acusa de ser una ladrona. Suspiro y niego con la cabeza una ves que me calmo.
-Vamos a lo que vine hoy.- digo mientras saco de mi bolso la USB(memoria) con las grabaciones de las cintas de seguridad.- Usted asegura que yo fui la que vendía información de la empresa.- le tiendo la memoria.- Tome, vea esto.- solo unos segundos después tomó lo que le tendía provocando que nuestros dedos se toquen, provocando algo en mi que no sabría describir.
Di media vuelta y me senté en uno de los muebles, aunque por una extraña razón estoy bastante calmada no quiere decir que no sienta nervios.
Pasan los minutos y veo cómo ambos, Alexander y mi Jefe Blaz Wolf se centran en cada una de las imágenes que se están reproduciendo. En todo ese tiempo no dejo de mirar en otra dirección que no sea detallando a Blaz. Es algo que me ala, que grita mi atención y no lo puedo evitar. Para evitar esto trato de mirar a otro lado de la habitación pero cuando me doy cuenta me encuentro detallando cada parte de su rostro.
-Calmate.- digo en forma de susurro y pongo mi cabeza entre mis manos.
Pasan unos cuantos minutos más hasta que escucho a alguien hacer un sonio con la garganta. Levanto mi vista y la centro en esos dos hombres que hay en frente de mi. Alexander se pasa la mano por la cara.
-De donde sacó esto.- pregunta
-Como podrá ver de las cintas de seguridad que hay en la oficina.- digo lo obvio.
-Nadie sabe que hay cámaras en las oficinas, cómo es que tú lo sabes.- y yo arrugo mi seño.
-Nadie? Pero si están a simple vista, por lo meno yo las vi.- digo desinteresada y algo extrañada, pero bueno ese no es el punto.
-El punto aquí es señores es que los días en esas grabaciones coinciden con las fechas que tienen esas fotos que ustedes mostraron, estoy segura de que se dieron cuenta.-
-Señorita usted comprenderá que al ver esas fotos cometimos un error.- trata de enmendarse Alexander.
-lo siento mucho Señor Alexander pero por ese error fui expulsada de mi centro de trabajo, también criticada y ofendida. Agregándole que toda la empresa me tiene como una soplona. - digo seriamente.
-Con la investigación que hicimos, fuimos a parar a donde usted.- dice Blaz y yo fijo mi mirada en él.
-Investigación que no sirvió para nada ya que en un final no fue capaz ni de revisar las cintas de grabación de su propia empresa.- el no dice nada,veo a Alexander serio pero muestra su desacuerdo al ver fallado de tal manera.
-Déjeme adivinar señor Blaz Wolf.- me pongo de pie y empiezo a caminar de un lado para otro.- Usted revisó mi información personal, vio que no tenía ni un solo centavo y rápidamente me tachó de vividora. Eso es algo norma deja que se lo diga, mi forma de vestir y al ver que no tenía dinero, se puede decir que el 98 por ciento de las personas me acusarían de la forma en la que usted lo hizo.- termino de hablar parándome frente a él. Vuelvo a ir a mi bolso y saco todos los movimientos de mis cuentas bancarias.
-Tome, ahí están mis cuentas, pero de nuevo podía tener el dinero en otro lado. Eso es lo que haría cualquiera persona con sentido común.-
-Puede que tenga razón en lo que dice pero están las fotos como prueba. El ver esas fotos dejan claramente visto que estás entregando un sobre a uno de los trabajadores de otra empresa.- dice Blaz
-Así es señorita, las fotos son bastante claras.- le apoya Alexander.
-Señor Alexander, usted como abogado daría credibilidad a todas las fotografías que ve?- le pregunto y veo cómo se tensa pero no lo dejo responder. Tomo mi cel y voy a donde está él y se lo doy, está puesta a cámara.
-Puede tomar unas fotos a partir de cuando yo le diga ya.- lo pongo detrás de mi y me enfrento a Blaz, giro su silla.
-Ahora.- digo mientras me acerco al rostro de mi Jefe.
Nuestros alientos se mezclan, siento su respiración al tocar mi cara, fijo mi mirada en sus ojos y mi mundo por un instante se detiene. Su mirada en un momento se torna de sorpresa pero hay un cambio en ella que no sabría descifrar.
-Quieres besarme?- me dice- Todavía no nos encontramos ni tan siquiera en la primera cita.- Sus palabras me llevan a otro lado, a otro momento..
“-Creo que es muy pronto para besarnos, digo no hemos tenido ni la primera cita.- y veo como sonríe. Me gusta su sonrisa.”