Capítulo 5
Marc me acompaño a casa, me sentía muy mal, he estado a punto de ser violada por una persona repugnante, siento asco ahora mismo, necesito llegar a casa y darme un baño.
-¿quieres pasar?- le dije, quería agradecerle el haberme ayudado esta noche, si no hubiera sido por él no se qué habría pasado, probablemente hubiera perdido mi virginidad.
-no creo que sea buena idea, debes estar agotada por lo de hoy- me dijo pero yo lo agarre del brazo y lo hice pasar adentro.
Cuando entro en casa, Laura me recibe y se sorprende al verme con un chico pero no la dejo preguntar nada, le doy su dinero y se va, me dice que Estrella está durmiendo.
-¿quieres tomar algo?- le pregunto yendo hacia la cocina.
-lo que tengas está bien- me dice, sé que le pasa algo, está muy raro desde lo de hace un rato pero temo preguntar.
Cojo una cerveza de la nevera y otra para mí y la llevo al comedor.
-¿te pasa algo?- le pregunto nerviosa.
-sí, me pasa que han estado a punto de violarte y estas tan tranquila- me dice gritando, voy hacia él para taparle la boca, no quiero que despierte a mi hermana con sus gritos.
Me quedo mirando esos hermosos ojos grises, todavía tengo mi mano en su boca pero la quito lentamente, veo como me mira y de repente estamos muy cerca el uno del otro, estamos a punto de besarnos.
-Sara, porque gritas- me aparto enseguida de él y veo a mi hermana restregándose los ojos, menos mal que no nos ha visto, no sabría que explicarle porque no lo sé ni yo.
-lo siento pequeña, he tenido un problema en el trabajo y estaba enfadada pero ya no- le digo con una sonrisa.
-¿quién es él?- pregunta señalando a Marc.
-ah, el es un compañero de trabajo, ha venido a acompañarme a casa pero ya se va, ¿verdad?- le dije mirando a Marc.
-hola me llamo Marc, ¿Cómo te llamas tu? - le dijo Marc ignorando mi pregunta.
-hola soy Estrella, eres muy guapo- le contesto mi hermana.
Me quería morir de vergüenza.
-bueno basta de presentaciones, tu a la cama- dije señalando a mi hermana-y tu nos vemos mañana en el bar- le dije señalando a Marc y acompañándolo a la puerta.
Estrella subió las escaleras y se fue a su habitación, yo me tocaba despedirme de Marc.
-solo quería decirte, si piensas que estoy tranquila por lo de esta noche estas muy equivocado, y también quería darte las gracias por salvarme de ese tipo- le dije más nerviosa de lo normal.
-buenas noches Sara, y no te preocupes no volverá a acercarse a ti, te lo prometo- me dijo y se fue dejándome confundida.
A la mañana siguiente…
-Sara, ¿Por qué tú no tienes escamas como yo?- me pregunta mi hermana entrando en mi habitación.
-la verdad no lo sé, también me pregunto lo mismo pero a lo mejor no tardan en salir- le digo para que no se preocupe.
-pronto veré a mama y eso me alegra pero no quiero irme sola- me dice, la abrazo y sé que es un tema difícil, sé que cuando le salga la cola ya no podrá vivir conmigo y tendrá que ir al mar, yo me quedare sola.
-lo se Estrella pero no podemos hacer nada, no podemos elegir nuestro destino- le dije abrazándola más fuerte.
Lleve a mi hermana a la escuela, como yo estaba de vacaciones pues aproveche para ir al centro comercial a comprar algunas cosas, y me apetecía comprarme un vestido bonito, gracias a las pagas extras de Erick puedo darme un capricho.
Voy por un pasillo donde hay varias tiendas de ropa y complementos, me decido por entrar en una de ellas, en el escaparate se ven vestidos preciosos.
Unos minutos después salgo de la tienda con un vestido perfecto para mí, la verdad no suelo tener muchos problemas para encontrar ropa. Como todavía es pronto decido entrar a un bar a tomar algo.
-¿que desea tomar?- me pregunta un chico joven.
-pues me apetece una limonada de fresa- le digo, el asiente y se va.
Al minuto vuelve con la limonada y un papel, lo abro y parece un número de teléfono.
-¿perdona que es esto?- le pregunto.
-ah, es mi número de teléfono- me dice sonriendo.
-eso ya me lo imaginaba, pero puedes llevártelo, no me interesa gracias- le dije bebiendo mi limonada.
-eres una grosera- me dijo molesto.
-¿soy una grosera por no aceptar tu número?- le dije poniendo el mismo tono de molestia que el.
-sí, y ya no eres bienvenida aquí, así que lárgate- me dijo agarrando el papel, esto era el colmo, porque hay gente así en el mundo.
Pero esta vez no le voy a dar el gusto, esta vez voy a ser valiente y no me voy a ir, porque no es excusa irme si no hice nada, solo por no aceptar su número.
-no he hecho nada, no tengo porque irme- le dije, seguí bebiendo mi limonada.
-pues mira tú por dónde soy el dueño, y si quiero te puedo echar- me dijo amenazándome.
-¿hay algún problema?- pregunto un chico junto a nosotros.
-¿quién eres tú para meterte?- le pregunto el dueño, definitivamente este tipo era un grosero.
-he visto que estabas peleando con ella, y no me gusta que traten así a las mujeres- le dijo el chico, era joven y tenía una mirada que inquietaba.