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Capítulo 1

Un año antes…

-Sara, ven a jugar conmigo- me dijo mi hermana de doce años entrando a mi habitación.

-ahora no puedo Estrella, estoy ordenando la casa- le dije limpiando la tele.

Ella hizo un puchero y se fue al jardín, a veces me sentía mal por no poder jugar con ella pero si no limpio yo quien lo va a hacer, vivimos solas desde hace un año, mi padre murió en un accidente de coche y me tuve que hacer cargo de Estrella yo sola con la ayuda de mi abuela.

Al menos la tenemos a ella que nos ayuda en todo lo que puede y mas, ella ya no vive con nosotras porque es muy mayor y no puede hacerse cargo de las dos y por eso está en una residencia.

Como yo ya tengo dieciocho puedo hacerme cargo de mi hermana.

Pero mi familia no es una familia normal, Bueno mi padre era humano pero mi madre no, el se enamoro de una sirena, si las sirenas existen y todo lo que te puedes imaginar, y te preguntaras como es que si somos sirenas no vivimos en el mar, bueno eso es porque todavía no nos hemos desarrollado. Hay sirenas que desarrollan a los doce o incluso cuando alcanzan la edad adulta, yo todavía no he desarrollado mi cola ni mi hermana que tiene doce tampoco, el día que pase eso no podremos sobrevivir en la superficie pero espero que ese día tarde en llegar.

Nos encontrábamos visitando a nuestra abuela.

-abuela- grita Estrella cuando ve a mi abuela.

Se tira a sus brazos y mi abuela le da un beso en la cabeza, sonrío al ver la imagen.

Me acerco a ellas y le doy un beso a mi abuela, ella nos dice que la llevemos al jardín, hace un año que mi abuela ya no podía estar de pie y por eso tiene que estar en silla de ruedas.

-mi rubia que grande estás- me dice mi abuela.

Siempre me llama así, desde pequeña he sido muy rubia y lo sigo siendo, mi hermana al contrario de mi es castaña. Según nos dijo mi padre nuestra madre es castaña como mi hermana, así que en el pelo salí a mi padre.

Nunca hemos visto a nuestra madre dado que ella vive en el mar y no puede salir a la superficie, hasta que no nos desarrollemos no podemos buscarla.

-¿cómo estáis?- me dice mi abuela.

-bueno vamos tirando, no te preocupes abuela estamos bien- ella asiente y le da un caramelo a mi hermana.

-este sitio es muy bonito- le digo observando el lugar.

-Sí, es un sitio muy bonito pero me gustaría estar con vosotras- yo suspiro, a nosotras también nos gustaría que estuviera con nosotras pero la ley no la deja por estar en esa situación y como soy mayor de edad pues puedo hacerme cargo de mi hermana.

Estoy trabajando y estudiando a la vez, por la mañana voy a la universidad un par de horas y me vuelvo a casa, para seguir estudiando en casa, después recojo a mi hermana de la escuela y me voy a trabajar no sin antes dejar a mi hermana con una niñera.

Apenas tengo tiempo para jugar con ella, cuando tengo los días libres son los fines de semana y me la paso limpiando la casa, como echo de menos a mi padre.

-abuela nos tenemos que ir, como me gustaría quedarme aquí contigo en este maravilloso jardín- le digo.

-vale hija pero vuelve pronto- me dice, y mi hermana y yo nos vamos de aquel lugar.

Mañana era lunes así que tenía que prepararlo todo para mis clases y las de mi hermana.

-vamos a cenar Estrella- le dije a mi hermana que estaba en su habitación.

-voy- me contesto.

Cenamos viendo la tele y luego nos acostamos, mañana sería un día largo y necesitaba descansar.

Cinco minutos antes de que suene el despertador ya estoy levantada, voy al baño a ducharme y a preparar el desayuno. Levanto a Estrella y le preparo su comida para el colegio.

Después de desayunar dejo a mi hermana en el colegio y me voy hacia la universidad, apenas tengo tiempo para mí, no sé lo que es salir a tomar algo o ir de compras con amigas, ni siquiera me ha dado tiempo de hacer amigas.

Llego a la universidad corriendo para no llegar tarde, entro dentro y voy hacia mi clase pero en el momento de entrar alguien abre la puerta y me da con ella en la cara.

Maldición me duele la nariz.

-porque no miras antes de abrir la puerta- le grito con los ojos cerrados.

-eso debería decirlo yo- me dijo una voz, parecía la de un chico joven, abrí los ojos y si realmente era un chico joven y muy guapo pero estúpido ni siquiera me pidió disculpas.

Deje de tocarme la nariz y entre a clases sin decirle nada mas.

Seguro se me hincharía pero no le iba a dar el gusto de que se riera de mí.

Las clases fueron pasando y en un rato que tuve fui a la enfermería a que me pusieran algo en la nariz.

Después salí de la universidad y me fui a recoger a Estrella.

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