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Capítulo 4. Conociendo la familia

¡Al día siguiente en la mañana!

― Buenos días, padre ¿cómo estás?, aquí está tu desayuno y almuerzo para que te vayas a tu trabajo, y el desayuno a mis hermanos para que se vayan a su colegio. ― Dice María Eugenia Saludando a su padre―.

― Buenos días, hija muy bien, y mucho mejor porque estas de buen humor. Y, ¿eso a que se debe?

― Lo que pasa padre es que como te dije ayer me siento muy bien porque voy a empezar a estudiar y con una nueva muchacha de mi misma edad que nos dimos la mejor impresión cuando nos conocimos ayer y por cierto la llame y después que ustedes se vayan tú a tu trabajo y mis hermanos al colegio iré a la casa de ella a conocer a su familia y por la tarde cuando tú vengas ella vendrá a conocerlos.

― Me parece muy bien hija, que traigas a tus amistades para que las conozcamos, eso siempre te lo he dicho.

― Nosotras acordamos con que la semana que viene nos inscribiremos para estudiar la misma carrera.

― Hija, ¿Qué vas a estudiar? ― Pregunta el padre de María Eugenia por curiosidad.― pregunto por qué no te había visto tan motivada, ya espero con ansias conocer a la otra jovencita.

― Voy a estudiar asistente administrativo, perdón, vamos a estudiar mi amiga y yo asistente administrativo, ella quería estudiar contaduría pública en la “Universidad Autónoma de Guadalajara” que está situada en el pueblo no sé si la abras escuchado, pero como ya no están dictando esa carrera de contaduría pública porque ha disminuido la cantidad de participantes para esa rama, y pues le dije a ella que podemos agarrar otra carrera las dos juntas en eso escogimos esa de asistente administrativo y me dijo que después ella estudiaría su otra carrera después. ― dice María Eugenia―.

― Me parece muy interesante y ¿sabes qué hija? Yo te apoyare en estudiar, no para que me mantengas cuando consigas un trabajo sino para que tus hermanos sigan tu ejemplo y ellos deseen con tanta pasión seguir estudiando una carrera universitaria como tú, hija.

En la charla padre e hija el señor ve su reloj y le dice:

― Hija mira la hora que es y yo todavía sigo aquí, voy a llegar tarde, pero eso no importa, lo que si me dio gusto fue haber charlado un rato contigo hija, primeramente le agradezco a Dios que ustedes tres mis hijos, son mi orgullo y aunque su madre no esté viviendo con nosotros también le agradezco mucho a ella por haber sido parte conmigo para que ustedes pudieran existir, ― dice el señor Juan a sus hijos―

― Si padre vas a llegar más tarde hoy, bendición, nos vemos ahora en la tarde cuando vengas de tu trabajo y conozcas a mi amiga.

― Dios me los bendiga hijos, se me portan bien, nos vemos ahora en la tarde cuando venga del trabajo.

Todos se van: el padre a su trabajo, los hermanos se van a su colegio y María Eugenia a la casa de su amiga Mónica a conocer a su familia.

Toc, toc

¿Quién es? ― pregunta Delitza Guillermina (la segunda hermana de Mónica). ―.

― Buenos días mi nombre es; María Eugenia, soy amiga de Mónica. ― dice María Eugenia presentándose ―.

― Delitza Hola buenos días, pasa y siéntate ya te busco a mi hermana.

― Gracias, muy amable. ― Dice María Eugenia con una pequeña sonrisa a la hermana de Mónica―.

― Con permiso y gracias.― Dice María Eugenia para entrar a la casa y se sienta―

En instantes sale Mónica de su habitación y reúne a su familia.

― Hooola amiga Buenos días, ¿cómo estás? “se abrazan y se dan un beso en la mejilla”, antes que todo aquí en la mesita hay café y galletas para comamos. ― Mónica saludando a su amiga e invitándola a merendar―.

― María Eugenia. Hola amiga bien ¿y tú? Amiga.

― El cafecito lo preparo otra de mis hermanas Elizabeth, la mayor, tengo cuatro hermanos, como puedes observar mis hermanos aquí presente somos cuatro mujeres, un hombrecito, y mi madre. ― Le dice Mónica a María Eugenia―

― Mi madre se llama María Teresa Guzmán, y nosotros somos cinco hermanos:

° Elizabeth Esperanza es mi hermana mayor,

° Delitza Guillermina es mi segunda hermana,

° Mónica Alejandra que soy la tercera de los hermanos,

° Eumaris Estela es la cuarta del grupo

° Daniel Eduardo mi hermano menor

― Mucho gusto en conocerlos a todos mi nombre es María Eugenia Bracamonte, Vengo de una familia pequeña, vivo con mi padre y mis dos hermanos, nos mudamos hace seis meses a este pueblo nosotros vivíamos en Caracas y nos mudamos a este humilde ´pueblo en donde a mi padre le salió un contrato por cinco años en una constructora, el es maestro de albañilería.

― ¿Y tu madre? ¿Murió? ― Pregunta Delitza ―.

― Chica cállate no seas indiscreta compórtate, que dirá mi a amiga, que eres, inconsciente. Yo tratando de darle una buena impresión de ustedes que son mi familia y tú te comportas de mala manera, modera tu vocabulario porque yo no le salgo con esas cosas a tus amigos. ― Mónica, le dice a su hermana ―.

― Esta bien chica, discúlpenme las dos. ― Responde Delitza con un tono prepotente. ―

― tranquila Mónica, y bueno está viva pero no vive con nosotros, ella decidió dedicar a su trabajo para ella eso es lo más importante, pero si está pendiente de nosotros, sus hijos. ― Dice María Eugenia. ―

― ¿A qué se dedica tu madre? ― Pregunta Delitza―

― Ella es médica cirujana. ― Le responde María Eugenia. ―

― Mira Delitza me comentaste de que tenías que ir a trabajar pediste un permiso para llegar un poco tarde por asuntos familiares. ― Le responde Mónica su entrometida hermana―

― Tienes razón hermana y discúlpenme si fui muy atrevida ya me voy a trabajar, chao nos vemos más tarde.. ― dice Delitza ―.

― Tranquila amiga, descuide vaya con Dios. ― Dice María Eugenia ―

― Gracias a Dios que se fue y por cierto disculpa tú María Eugenia las actitudes o comportamientos de ella resultan desagradables, incómodos, y que de una u otra manera afectan a quienes nos rodean e incluso a nosotros mismos. ― Dice Mónica―

― Descuida amiga mía, entiendo que hay personas que se caracterizan por estar constantemente de mal humor por diversas razones, bien sean familiares, laborales, personales, entre muchas otras. Sin embargo, a nadie le gusta estar con este tipo de personas porque no tienen sentido del humor y porque su pesado estado de ánimo se contagia en los demás. Y usted mi señora María si digo estas palabras que acabo de decir de su hija Delitza yo sé y entiendo que es por la primera impresión pero cuando ella me empiece a conocer mejor cambiara su actitud.. ― Le dice María Eugenia ―

― Hija tranquila ahora cuando venga de su trabajo hablare con ella, y te diré algo que a menudo, después de conversar un par de minutos con alguien que acabamos de conocer llegamos a la conclusión de que esa persona tiene algo que no nos gusta sin saber explicar el motivo. Pues bien, eso que llamamos primera impresión resulta tener más valor del que creemos y esas cosas que ella estaba diciendo es porque le causaste esa ´primera impresión pero lo que no termina de captar ella es que no podemos juzgar a nadie sin antes de conocerla y eso es lo que le he dicho en reiteradas oportunidades pero estoy segura de que ella con el tiempo cambiara. ― Dice la Sra. María Teresa ―

― Señora María usted tiene mucha razón, ya que ser empático se relaciona con la capacidad de sintonizarse con las necesidades y sentimientos de las personas con las que se tiene que interactuar, ya sea en el trabajo, con clientes y con amigos, Por eso es clave la capacidad de escuchar y hacer preguntas. Y aunque la empatía es una habilidad que toma tiempo desarrollar, una práctica que puede servir es "ponerse en los zapatos de la otra persona de una manera profunda", y por eso no pierdo las esperanzas en que ella me acepte y si no lo hace con el tiempo, bueno ella sabrá sus razones. ― Dice María Eugenia. ―

― No solamente empatía también esta lo que es la influencia que se refiere básicamente a la capacidad de "transmitir tu argumento a las personas clave de una manera convincente, especialmente a aquellas personas cuyas decisiones te pueden ayudar a conseguir tus metas", y una buena técnica para desarrollar esta característica, es el juego de roles. ― opina Elizabeth―.

― Daniel interrumpe ― Bueno chicas está muy buena la conversación pero yo me tengo que ir a mi liceo que ya me toca entrar a mi primera clase a las 11:30 de la mañana y no quiero llegar tarde, y mucho gusto en conocerte María Eugenia.

― Claro amiguito vaya para su colegio a estudia no te quitare más tiempo luego hablaremos con más calma. ― Le dice María Eugenia al hermano menor de Mónica ―.

― Me parece insólito el hecho de cómo se conocieron ustedes ayer, mi hija Mónica me conto y me pareció muy maduras a sus edades y le doy gracias a Dios que mis hijos y hasta tú que te vengo a conocer hoy que tienen una manera de ingeniarse las cosas ante cualquier problema y por esa parte estoy tranquila porque sé que en un futuro ustedes no se dejaran engañar por nadie. ― Dice la Señora María Teresa ―

― En mi opinión, los veo y escucho y déjenme decirles que existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. ― Dice Eumaris Estela―

― Que profundo óyeme Mónica me encanta tu familia, son muy versátil, realistas y me encanta como son ustedes esto si es una buena impresión desde un principio ojala que nos mantengamos así por siempre y bueno también espero que Delitza cambie un poco su actitud conmigo eso es lo único que pido. ― dice María Eugenia ―

― Los amigos son la familia que escogemos. Un amigo no puede darte la solución a todos tus problemas, ni tiene respuestas para tus dudas o temores. Sin embargo, se esfuerza por escucharte y por compartir contigo cada sentimiento y cada emoción. Un amigo es aquel que conoce todos tus defectos y a pesar de ellos te quiere. Quizás estos son los amigos del alma y los amigos enamorados, aquellos a los que podemos llamar compañeros de vida. Son tremendamente valiosos y es por ellos por los que siempre nos encontramos frondosos y coloreados. ― Dice Eumaris con tanta seguridad―

Los amigos no tienen en su mano cambiar tu futuro o tu pasado, pero están a tu lado cuando más los necesitas. O, al menos, eso quiere y pretende. Tampoco pueden quitar las piedras de nuestro camino para que no nos caigamos, pero te tienden una mano para que nos sujeten. Las alegrías y las tristezas de nuestros amigos no son nuestras, ni las nuestras son suyas, pero ambos disfrutamos cuando nos vemos felices.

Sabiendo esto, no cabe duda de que lo mejor que te puede suceder en la vida es encontrar con quien reír, con quien hablar y con quien llorar. Es gratificante saber que alguien se preocupa por tu felicidad y que está pendiente de ti.

Encontrar una verdadera amistad es un gran tesoro, es uno de los ingredientes más importante en la receta de la vida. Los amigos sinceros son aquellos que nos ofrecen espacio para crecer, que no ponen límites en nuestra vida.

―Lo digo con propiedad, con todas estas palabras que estoy diciendo en estos momentos que nunca nos dejamos de conocer y espero y aspiro que tú no nos des mala impresión aunque se te note que eres de buenos principios y que te criaron de muy buena manera y con todo esto no quiero decir que te renegare pues no déjame decirte que es un placer conocerte y tendré en cuenta que seremos amigas. ― pequeño discurso dicho por Eumaris―.

― Eumaris tienes toda la razón y mi propósito no es hacerles daño sino al contrario que seamos una familia unida que se respeta, que se ama, se ayuda y se esté en las buenas y en las malas todo eso es lo que me han enseñado mis padres, digamos que los amigos son capaces de recomponer nuestros pedazos con un abrazo, a pesar de que minutos antes llegásemos a ellos derrotados por la vida. ― Dice María Eugenia―

Ni los primeros ni los últimos en nuestra lista de prioridades, solo ocupan un lugar privilegiado y único para ellos, un espacio especialmente creado para disfrutar del intercambio emocional entre dos personas que se quieren. ― Dice Eumaris ―

― Además, a estas alturas de la vida todos sabemos que una amistad no crece por la presencia de las personas, sino por la magia de saber que aunque no las veas las llevas en el corazón. Puede que llevemos años sin vernos y que, cuando lo hagamos, el tiempo no haya pasado. Encontrar una verdadera amistad es un gran tesoro, es uno de los ingredientes más importante en la receta de la vida. Los amigos sinceros son aquellos que nos ofrecen espacio para crecer, que no ponen límites en nuestra vida. ― Dice Eumaris ―

―Los buenos amigos mejoran nuestro estado de ánimo, nos ayudan a lograr metas, se apoyan en tiempos difíciles, hacen que esos momentos de depresión sean mínimos, alivian nuestro estrés y envejecen contigo. La verdad es que no es necesario tener muchos amigos, lo importante es tener los mejores. Y es que, generalmente, los amigos se cuentan con los dedos de una mano. Precisamente, es la escasez la que hace que una verdadera amistad no sea un tesoro, sino una inmensa fortuna”. ― Dice Eumaris

― Ahora cuéntame ¿vas a estudiar con mi hija?, ella me dijo que al principio estudiarías unos cursos pero cuando fueron a buscar información acerca de la carrera que estudiaría Mónica las inscripciones ya no se inscribiría. ― Dice la señora María a Mónica―

― Si señora María ayer fuimos a la universidad a buscar información acompañe a Mónica y yo estaba allí cuando le dijeron que justamente la carrera que ella desea estudiar ya no la darán porque la población estudiantil para esa carrera ha bajado muchísimo, y como están otras carreras pues le dije a Mónica que se animara a estudiar asistente administrativo y que me anotaría yo también. ― Dice María Eugenia―

― Me parece muy excelente y muy importante, que las dos se pongan estudiar. ― opina la señora María. ―

Después de 3 horas de una cálida conversación entre la familia de Mónica y María Eugenia, se despide para en otra ocasión visitarlos de nuevo.

― Bueno, señora María me dio mucho en conocerla a usted y a su familia, ustedes son muy agradables, no me quedo más tiempo porque tengo que ir a mi casa a tenerles la comida a mis hermanos y a mi papá, hecha.

― Esta bien hija, también nos dio gusto conocerte que tengas un buen día.

― Gracias señora María y espero que Mónica vaya ahorita en la tarde a conocer a mi familia “a mi padre y a mis dos hermanos” y muchas gracias a Mónica por el café y las galletas estabas sabrosas, Hasta pronto. ― Dice María Eugenia ―.

― Te acompaño a la puerta (le sugiere Mónica a María Eugenia)

― Bueno amiga te espero ahora en la casa y te voy a decir algo aquí aparte me incomodo mucho la actitud de tu hermana Delitza, esas no son maneras de dirigirse a las personas.

― Te entiendo y así como mi mamá te dijo que hablaría con ella yo también lo hare porque se supone que mi madre nos enseñó a todos respetar a la gente como para ella tenga que actuar así de esa manera, pero tranquila no le hagas caso, eso algún día se le tiene que quitar.

― Yo también espero eso que se le quite, no pierdo las esperanzas y Mónica amiga nos vemos, hasta luego.

― Hasta luego amiga me tienes algo delicioso para merendar...

― Está bien chao.

Ya estando Mónica en su casa, todos han almorzado y siendo casi las cuatro de la tarde la joven les tiene a su familia y a su visita una pequeña merienda.

Toc, toc.

―¿Quién es? ― pregunta Luigi ―

― Hola mi nombre es Mónica.

― Hola, eres amiga de María Eugenia ella nos ha estado hablando bien de ti, hay pero que descortés soy pasa y siéntate ya te la busco ella está en la cocina.

― Gracias.

― Hola de nuevo amiga me da gusto que hayas venido a mi casa, aquí hice un pequeño aperitivo para que merendemos los cuatro.

― Hola de nuevo amiga es muy bella tu casa.

― Hermanos, padre vengan para que conozcan a Mónica mi amiga, ahora bien ya que estamos todos aquí reunidos les presento a mi amiga Mónica la persona de quien les he estado hablando,

― Miguel Ángel: Hola es un placer concerté. (se estrechan las manos)

― Luigi: De nuevo hola también es un gusto conocerte.

― Hola mi nombre es Juan Manuel su padre, por tu aspecto se ve que eres una muchacha de muy buenos principios, y me parece que eres de fiar, con buena influencia para hacer amistades pero no con cualquier persona te lo digo por lo de ayer que ayudaste a mi hija a resolver un problema importante.

― Hola a todos también me da gusto en conocerlos, y note rápidamente que usted señor a educado muy a sus hijos, por la manera en que se comportan y puedo deducir que serán muy buenos ciudadanos ante la sociedad.

― Que detallista eres y por cierto te agradezco muchísimo que incentivaras a mi hija a seguir estudiando, ayer me comento que te acompaño a la universidad a buscar información y se decidió a estudiar, lo que le dije a ella también te lo diré y es que tienen que aprovechar que son jóvenes y no cometan tonterías como algunas chicas jóvenes que veo en la calle con bebes en los brazos, al igual les digo a los dos varones míos que tampoco se pongan a estarles calentando las orejas a las chicas, desde muy pequeños les he estado hablando las cosas como son a mis hijos pero con medida y de acuerdo a sus edades.

― Señor usted me ha dejado atónita con lo que me dice ya que ningún padre a enseñando tantas cosas buenas a sus hijos como usted y lástima que mi padre murió hace dos años trato de no recordarlo mantengo mi mente ocupada en otras cosas porque si pienso el empiezo a llorar y me siento muy triste, pero la vida continua.

― Eso es cierto amiga nosotros continuamos y seguimos adelante y sabes ¿Qué? Nosotras marcaremos la diferencia en todo lo bueno que nos propongamos ya lo veras con el tiempo mientras tanto enfoquémonos en estudiar y sacar una carrera.

― Sin amiga tienes razón.

― Bueno chicas las dejo para que sigan conversando mientras que yo ire a mi habitación a descansar, nos vemos en otra ocasión Mónica si llegas a irte a tu casa y mi hija me consigue dormido, para despedirme de ti, hasta pronto.

― Hasta pronto señor.

― y nosotros estaremos en nuestra habitación haciendo nuestras tareas, hasta luego Mónica.

― Hasta luego chicos.

Las amigas se quedaron otra hora más hablando de su futuro de cada una, contando chistes y demás cosas de toda adolescente, luego se despidieron, y Mónica se dirige a su casa, continuando cada quien en lo suyo en sus viviendas.

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