Capítulo 2
Era la hora del almuerzo y las chicas seguían pasando de un tema a otro sin ningún sentido lógico real. Obviamente cuando intervine fui ignorado, así que después de cinco años de conocerlos decidí dejarlos en paz. De todos modos, no tenía sentido intentarlo.
En la confusión que reinaba en la cantina, sin embargo, no podía dejar de pensar en el encuentro con el chico nuevo unas horas antes. Realmente grosero, por cierto, con esa actitud pedante suya.
- ¡Oye fresa, mira por donde vas! - había exclamado con audacia el responsable de mi caída.
Levanté la vista furiosamente para mirarlo, pero un dolor punzante en mis nalgas me empujó a hacer un sonido decididamente poco femenino.
- ¡ Idiota, por tu culpa me caí! - Le señalé ácidamente entre dientes.
-Tú eres quien se vino encima de mí- .
Sin responder a su provocación, recogí las cosas que habían caído al suelo y me levanté.
- Es una buena costumbre disculparse cuando golpeas a alguien - continuó el chico con una molesta sonrisa pintada en su rostro.
- ¡ Pero fuiste tú quien vino sobre mí! - .
- Cálmate, fresita, no hay necesidad de emocionarte - .
- ¡ Eres tú quien me agita! - grité exhausto pasándome una mano por la cara, - ¡y no me llames fresa! - .
- Lo que quieras, niña nerviosa. Ahora discúlpate - insistió, metiéndose las manos en los bolsillos de manera dura. ¿Y pensaste que me atacaría? No sabía con quién estaba tratando, pobrecito.
- ¡ No te pediré disculpas, grosero! - .
- Para tu información tengo un nombre: Henry - respondió cruzándose de brazos.
- Está bien, Henry – dije marcando la última palabra – ¡ la próxima vez mira por dónde vas! - Solté, pasando al lado del chico, dirigiéndome a clase, - grosero... - Lo dejé escapar a propósito, para que me oyera.
- ¡¿ Elyzy, estás escuchando?! - Sarah me despertó de mis pensamientos, chasqueando dos dedos frente a mis ojos.
- No, el Príncipe Azul está soñando - respondió Carly por mí.
- ¡ ¿Como?! Sacudí la cabeza confundido.
- ¡ Bienvenido de nuevo al mundo real! - .
- ¿Qué me perdí? Pregunté , ignorando su declaración.
- Más "qué" que "quién" – dijo Sarah con picardía.
- Da la casualidad que hoy llegó un nuevo alumno y es realmente interesante - .
Ambos caminaban soñadores hacia una parte imprecisa de la cantina, así que decidí darme la vuelta también.
- ¿Qué dices? - .
- Genial… - respondí volviendo a centrarme en el plato que tenía delante, - Te recuerdo Carly que estás comprometida - .
- ¡ ¿Sólo lindo?! - espetó Sarah en estado de shock, golpeando la mesa con las manos.
- Si te gustan ese tipo de cosas... - .
- No, ¿hablas en serio? ¡Estoy empezando a pensar que no te gustan los hombres! - Comentó Carly, molestándome.
Cada vez que no decía que un chico que les gustaba era guapo, de repente cambiaba mi orientación sexual. Más que opinión libre.
Sin decir nada recogí mis cosas. Ya no tenía hambre. No tenía nada en contra de los homosexuales, simplemente odiaba cuando mis "amigos" hacían declaraciones falsas sólo porque yo no pensaba como ellos.