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Capítulo 2

Alec asintió.

-Sí, hace un par de años.- respondió bajando la cabeza, esperando la pregunta que más temía sobre esa fotografía.

-¿Y ese niño?-

Dejó de respirar por una fracción de segundo.

Dolor.

Como una puñalada en el corazón.

De hecho, tal vez eso le habría dolido menos.

-Él... él era mi hermano pequeño Max. Durante la guerra, el hijo de Valentine lo mató. Pero era un niño . Y era inocente-. Susurró Alec, luciendo débil de una manera que nunca quiso.

Pero no había manera de mentir, cuando hablábamos de Max todo se volvía más oscuro y triste.

Todo era más oscuro y triste sin él, eso era un hecho.

Oliva ladeó la cabeza.

-Yo también perdí a alguien, pero no durante la guerra. Hoy perdí a mi madre. Un demonio la mató, y no pude hacer nada más que quedarme quieto y mirar. - le dijo la niña - Por eso estoy aquí. Un cazador de sombras -Un amigo tuyo me encontró y me dijo que estaría a salvo aquí en el Instituto.

Pero cuando escapé de Londres, me dijeron lo mismo. Una vez que termine la guerra, tú también estarás a salvo en Nueva York -.

Y Alec entendió.

Se dio cuenta de para qué era la sangre de demonio en su ropa.

Ella había escapado milagrosamente.

-Estás a salvo aquí. Estás a salvo con nosotros -. Alec la tranquilizó, poniéndose serio nuevamente y dejando la tristeza a un lado.

Oliva lo miró y sonrió levemente.

-Gracias.- acaba de decir.

Alec asintió.

-Ven, te mostraré tu habitación-.

Alec salió de la habitación y dejó salir a la chica también, luego cerró la puerta y caminó hacia el final del pasillo.

La puerta al lado de la de ella era la de su hermana, la que estaba frente a la de Izzy era la de Clary y, como resultado, al lado de ella estaba la que estaba vacía.

Alec abrió la puerta y se hizo a un lado.

-De ahora en adelante, esta será tu habitación-. anunció, dejando que la chica entrara y echara un vistazo.

-Es espacioso.- —observó, casi asombrada.

-¿No eran así en Londres?- Alec preguntó espontáneamente.

-No, para nada. Eran mucho más pequeños. ¡Esto... es hermoso!-

Como tú , quiso decirle Alec.

Pero recordó que, aunque últimamente se había vuelto un poco loca, todavía conservaba un mínimo de dignidad.

-Bueno, si quieres quedarte aquí y descansar... Ahora es media noche, enviaré a alguien para que te llame cuando sepamos algo sobre tu madre-. Propuso Alec.

-No quiero quedarme encerrada en mi habitación. - decretó - no podría dormir. Me gustaría visitar el Instituto, eso es lo que tengo.-

Alec pudo ver la curiosidad rebosante en esos ojos verde esmeralda, que sólo le permitieron asentir.

-Entonces ven, te... presentaré a alguien más... mi hermana, mi hermano...-

-¿Tienes otro hermano?- Oliva interrumpió.

Alec se encogió de hombros mientras bajaban las escaleras.

-Bueno, no es exactamente un hermano de sangre pero... lo conozco desde que éramos pequeños, crecimos juntos... lo considero uno-.

Alec estaba casi seguro de que nunca se había abierto tanto con una persona, especialmente con una que conocía desde hacía unos diez minutos.

Oliva sonrió.

-¿Estás hablando de Jace Herondale? Morgenstern, Wayland o Lightwood , si lo prefieres. ¿Es a él a quien te refieres?- preguntó.

Centro.

-Sí... estaba hablando de él. Pero tú... ¿cómo lo sabes?-

-Estuvo de reconocimiento esta noche, en mi zona, y vio el ataque del demonio, supongo, porque entonces fue él quien me llevó al Instituto. - explicó - Y entonces, la noticia de Valentine llegó también a Londres. y del hijito poseído.-

-Él no es el hijo de Valentine-. Alec siseó, sin darse cuenta.

Pero Oliva no se desanimó.

-Yo también sé esto. Valentine fue la razón principal por la que tuve que huir de Londres. En caso de que no lo hayas notado, Valentine involucró a todo el Mundo Invisible. Y yo también-. replicó.

Alec asintió y bajó la cabeza.

-Lo siento. Es solo que... Jace es importante para mí, es mi parabatai - .

Oliva se volvió y lo miró con los ojos muy abiertos.

-¿Tienes un vínculo parabatai? - preguntó - Yo siempre quise uno también. Pero el director del Instituto lo prohibió por... bueno, para algunas cosas.-

Demasiado vago para ser honesto , pensó Alec.

¿Por qué, además de ser demasiado hermosa e imposible para él, era también tan misteriosa?

-¿Entonces no dormimos aquí por la noche?- Oliva le preguntó a Alec.

Estaban bajando las escaleras pero Oliva ya había visto cuánta gente había caminando por el Instituto, como si fuera pleno día y no media noche.

-No, normalmente dormimos, pero ayer durante el reconocimiento se encontraron dos cuerpos y todavía estamos trabajando para traerlos al Instituto y verificar qué demonios son.

Y anoche… bueno, anoche estaban los suyos, el uno del otro. , así que somos tres.-

Oliva intentó no pensar en ello.

-Y son sólo las dos de la mañana. Me temo que si el demonio ha escapado y anda suelto por Nueva York, habrá al menos dos muertes más antes de que llegue la mañana-. Murmuró Alec.

Oliva suspiró.

-Es mi culpa. Lo tenía, podría haberlo matado. Pero estaba demasiado conmocionado para...-

Alec puso una mano en su hombro. Luego, al darse cuenta de lo que había hecho, rápidamente lo retiró.

Oliva lo conocía desde hacía aproximadamente un cuarto de hora, pero ese chico le parecía muy extraño.

-No te culpes por no tener-. acaba de decir.

Habían llegado a una habitación, la sala de entrenamiento, se dio cuenta Oliva al ver espadas, dagas y otras armas poblando la habitación.

Mientras se detenía a contemplar cada detalle de la gran sala, notó que Alec se había acercado a dos chicas, que estaban peleando entre sí.

Luego se giró y le indicó que se acercara.

-Izzy, Clary, tenemos invitados-. anuncio.

Las dos chicas se volvieron y vieron a Oliva. La niña notó, además de ellos dos, a otro niño sentado en el suelo hablando con Jace, quien también estaba sentado en el suelo.

Al notar a Alec y al recién llegado, ambos se levantaron y se acercaron.

-¡Por fin una nueva chica Cazadora de Sombras! - exclamó alegremente una de las dos chicas, la de cabello negro. Era muy hermosa, pensó Iris, definitivamente una de esas que masacran niños - Soy Isabelle Lightwood.-

Esto explica el mismo color de cabello. Ella era la hermana de Alec.

-Soy Oliva Gabriela Lee-. Oliva dijo sonriendo.

-Ella es de Londres. - comenzó a explicar Alec - Antes de que la guerra contra Valentine comenzara a sentirse allí también, ella y su madre se escaparon y vinieron a Nueva York-.

Jace dio un paso adelante y se paró junto a su hermano adoptivo barra parabatai .

-Vivieron como mundanos durante veinte días, hasta hoy, cuando un demonio atacó su casa y mató a su madre. Ahora ella es uno de nosotros, lo ha sido desde que nació, es una cazadora de sombras entrenada bajo los estrictos criterios de Londres por lo que es una buena cazadora. .- entonces, al percatarse de la mirada elocuente que le estaba lanzando la pelirroja, comenzó a hablar nuevamente - Lo sé porque estuve de reconocimiento antes, cuando pasó, y la traje aquí.-

Oliva especuló que la chica roja era la novia de Jace.

Cuando ella se giró y le ofreció la mano para presentarse, él conectó todo.

-Soy Clary Fairchild.-

Morgenstern, dijo una voz en la cabeza de Oliva, pero no lo dijo en voz alta.

Pero sabía que se trataba de la hija de Valentine.

-Placer.- él tomó su mano y le devolvió la sonrisa.

En ese momento también se acercó el otro chico, muy pálido y de cabello castaño oscuro.

-Simón Lewis-. dijo, extendiendo su mano.

Cuando Oliva la agarró, sintió frío. Vampiro... Es un subterráneo.

-Tú... eres un vampiro.-

El chico asintió. No parecía particularmente feliz de que ella dijera eso.

-Lo siento. - dijo al ver la expresión del chico - Es que... no estoy acostumbrada a verlos escondidos dentro de los muros del Instituto. En Londres nunca los dejan entrar.-

Jace se encogió de hombros y levantó las manos, como diciendo 'aquí también debería ser así'.

-Quien quiera viene y sale aquí ahora-. comentario.

-Oliva. - La chica se sintió desafiada cuando Alec habló. Se giró para mirarlo - Creo que Jocelyn te está buscando. Ya sabes, por la ropa.-

-Por supuesto que tienes razón. Me voy ahora-. sonrió por última vez y les dio la espalda a los chicos, luego se dirigió hacia la entrada y luego tomó las escaleras para subir a su habitación.

Intentó recordar cuál era la puerta de su habitación sin hacer el ridículo y abrir puertas de otras habitaciones, pero en ese momento vio a Jocelyn salir de una habitación, su habitación .

-¡Jocelyn! - le devolvió la llamada. La mujer levantó la vista y al verla acercarse, sonrió - ¿Me trajiste ropa?-

-Hola Oliva. - la saludó - Sí, acabo de terminar de ponerlos en tu armario...-

-Lo siento. - La interrumpió Oliva, poniéndose una mano en la frente - Es que… hablé un poco con Alec, conocí a los otros niños y… ya sabes, tu hija Clary se parece mucho a tú.-

Jocelyn sonrió.

-Gracias, casi todo el mundo me dice eso. Pero, espera, ¿dijiste que hablaste con Alec? No parece ser del tipo que socializa. De hecho, no lo es en absoluto-. comentario.

-Oh, bueno, de hecho no hemos socializado -. Oliva especificó.

-Escucha, ¿qué tal si vemos si te gusta la ropa que te compré? También te traje un camisón, necesitas descansar. Mañana nos encargaremos de todo, incluso de tu madre. Prométete que te irás a la cama-.

Oliva resopló, sonriendo. Le recordaba mucho a su madre. Después de todo, todos eran así. Cuánto pagaría para recuperarla.

-Prometo.-

Jocelyn le sonrió.

-Buenas noches querido.-

Y dicho esto, le dio la espalda y se fue.

Oliva entró en su habitación y abrió el gran armario.

Miró la ropa colgada: era realmente hermosa, en su talla y estilo, y se preguntó dónde había ido Jocelyn para conseguir tantos vestidos.

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