Capítulo 3
— Sí — saludo a Andrea
El monegasco y yo nos sentamos en una mesa afuera y mientras esperamos nuestro pedido charlamos un poco.
— ¿ Cómo fueron tus veladas en la discoteca este fin de semana? —
- Bien. Aunque casi no hubo pelea — , digo riendo.
— Déjame adivinar… para una mujer ¿verdad? — Asiento — Un clásico —
- ¿ Tú en cambio? Vi que subiste una montaña muy alta y peligrosa. Estas loco Carlos -
— Me encanta el riesgo Emma. ¿Soy o no soy piloto de Fórmula ? Sorprende
Mientras tanto llegan nuestros cafés.
— Tenemos que irnos, pronto será tu turno — , digo, mirando la hora en mi teléfono.
- Tienes razón -
Nos levantamos de la mesa y volvemos al palco. Charles se pone el traje y se prepara para subir al coche.
— A ver si puedes mantener el mismo ritmo que Carlos —
— Está bien, jefe — le hace la señal militar a Lucas quien se echa a reír
Después de menos de dos segundos, vemos el coche número saliendo del garaje y entrando a la pista. Mientras tanto, me acerqué al escritorio para recoger todos los tiempos de Charles mientras conducía por el circuito de Fiorano.
— El chico no está tan mal —, admito.
— Él sabe correr, niña mía — ríe Andrea
— Lucas, cinco vueltas más — le indico a mi segundo
Una vez finalizada la última vuelta, el piloto monegasco regresa al garaje y tras bloquear el coche, baja y se quita el casco.
—¿Cómo me fue cherie ? — me pregunta mientras se quita el pasamontañas
— Bien, como siempre — , bromeo.
Siento que mi teléfono vibra y noto una notificación de Katie.
- ¿ Cuándo vienes a casa? XO— _
— En unas horas XO —
—Está bien XOXO—
- ¿ Quién es? ¿Novio? — pregunta Andrea con curiosidad
— Lamento decírtelo pero no — Me río — Ella era mi compañera de cuarto —
— Por cierto… ¿necesitas que te lleven por casualidad? —
— Bueno, sí — sonrío
- Te llevaré a casa. De todos modos tengo que ir a Módena .
—¿Y qué tienes que hacer en Módena, querida? —le pregunta Charles
- Nada importante. Tengo que conocer a alguien -
— No me lo estás diciendo bien —, señala con el dedo, riendo.
Es hora de irse a casa. Me despido de los chicos que todavía están en el garaje y junto con el cuarteto salimos de la pista.
— Bueno, los veré esta semana para entrenar, señores —
— Te equivocas Andrea, nos vemos mañana. Hay que ponerse de acuerdo sobre la salida la próxima semana – corrige el monegasco
¡Repollo! La semana que viene empezamos con las pruebas en Bahréin. Lo había olvidado por completo.
— Apuesto por tu cara Emma que no te acordabas — Carlos se ríe y Charles sigue su ejemplo.
— Si no quieres recibir una palmada en la nuca, detente ahora —
—Estábamos bromeando cherie— _
— Vamos, vámonos, sino llegaremos tarde — me anima Andrea
Saludo a los dos conductores y a Rupert y me subo al coche.
— Dime… ¿qué tienes que hacer exactamente en Módena? — le pregunto con una mirada pícara
— Conocí a una chica hace poco y salimos juntos de vez en cuando. Eso es todo – me explica.
— Aquí tenemos a una Andrea enamorada — tarareo
— Ahora no exageremos, vamos. Hay cierto interés en ella, pero todavía no estoy enamorado .
— Si tú lo dices — , me río.
— Hablemos un poco de la próxima semana — cambia de tema
— Hablando de eso… ¿crees que si pido ir en el jet contigo será un problema? No porque después de la última experiencia que tuve en aviones no tengo ganas de volver a vivir otra .
- No hay problema. Y además una chica siempre es buena compañía, créeme - me sonríe.
Sin siquiera darnos cuenta llegamos a la puerta principal de mi casa. Agradezco a Andrea por el viaje y salgo del auto. Abro la puerta con las llaves y subo las escaleras para llegar a mi apartamento.