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Capítulo 1

Helena

Por fin unas vacaciones y como me va a hacer bien.

Miro la tienda donde soy socia de Vanessa y me alegro hasta de sonreír sola, después de cuatro años sin descanso, trabajo duro y muchos clientes, realmente necesito descansar.

Vanessa y yo somos amigas desde la universidad y decidimos abrir esta tienda en el centro comercial cuando nos graduamos en decoración de interiores, al principio las cosas no iban tan bien, pero vamos creciendo y dándonos a conocer y la tienda nos está haciendo rentables.

Tenemos algunos grandes proyectos de decoración y, junto con algunas empresas de construcción, nos estamos haciendo famosos en el negocio.

Pasé por la tienda hoy solo para despedirme y entregarle un proyecto a Vanessa, ya que ella estará supervisando.

Todavía es la mañana y tendré la tarde para llegar a la ciudad de mis padres y disfrutarla con mi familia.

Mi amigo viene conmigo a la puerta de nuestra tienda y allí hablamos.

Adiós Vanessa, sé que me extrañarás. Sonrío.

— Lo haré, por cierto, ya te extraño, que me va a regañar todo el tiempo por hablar fuerte o hacer alguna estupidez.

— Pero vuelvo pronto, dentro de quince días vuelvo.

—Tampoco tienes que volver tan rápido, puedes estar tranquilo y disfrutar de tu viaje, te llamo cualquier problema – me abraza y me da un beso en la mejilla – Descansa y disfruta, que estoy súper descansada o se te olvidó que acabo de volver de un viaje de Fernando de Noronha.

- Tonta, me sigues dando celos – hago una mueca – Yo también voy a hacer un viaje y hablaré de ella, igual que tú.

Pero no será esta vez, porque el dinero escasea.

Voy al estacionamiento después de salir de la tienda y ahí está mi auto, un estilo popular, pero es genial para alguien que no tiene mucho dinero como yo, puedes caminar y llevarme donde quiero.

Aquí en Brasil, quien tiene auto propio y no necesita tomar el autobús, tiene vida de reina.

Solo de pensar en pararme en la parada del autobús durante horas esperando y quedarme en un lugar que fue diseñado para treinta personas más y que actualmente está superpoblado con el doble de personas en las horas pico, soy una persona muy afortunada.

Prendo la radio y empieza a sonar mi playlist y yo canto, porque la felicidad me consume hoy, no todos los dias estas de vacaciones, canto un paisano a todo pulmón.

Mis padres viven en un lugar, y ahí es donde voy a descansar de la vida ocupada que tengo.

El viaje dura aproximadamente una hora más o menos.

Estrelinhas es un pequeño pueblo, en el interior de Paraná, sigue igual y con la misma gente.

Algunos como yo prefirieron irse a buscar nuevos sueños y otros se quedaron aquí en la ciudad y formaron sus familias o iniciaron sus negocios, en fin, vivir la vida.

Voy al mercado de la ciudad a comprar algunas cosas para llevarle a mi madre a la finca, y veo a mi exnovio idiota, su padre es dueño del mercado, de la farmacia, de la mueblería... Casi toda la ciudad.

Y lo odio.

No pensé que sería la primera persona que vería en la ciudad.

Y lo peor es que viene a hablar conmigo.

— Hola Helena, eres tú, ¿cuánto tiempo?

- dice carlos

— Bueno, ha pasado mucho tiempo, en realidad no es Carlos, y sí soy yo – digo rodando los ojos – que Dios me dé paciencia – le dije que escuchara y se fuera, pero no fue así.

"Helena, ¿vas a quedarte ahora?"

– me mira con ojos de lástima – ¿Podemos programar algo?

Me encantaría pasar tiempo contigo.

- No.

Nada de fechas, Carlos, nuestro tiempo se acabó y prefiero que las cosas sigan como están.

— Olvida el pasado Helena, el futuro puede depararnos momentos diferentes y maravillosos a los que ya hemos vivido, hoy soy un hombre diferente, un hombre nuevo – le da esa sonrisa traviesa – ¿Qué te parece cenar con ¿me?

¿O tomar un helado?

– sonríe pero no como antes, es una sonrisa sincera – te extrañé, te busqué, pero tus padres no me dieron tu número de teléfono ni dirección, incluso puse un detective detrás de ti, él tiene el control en esa universidad y vi que seguías con tu vida, así que preferí dejarte en paz.

- Le pedí a mis padres que no te dijeran nada Carlos - Hice una pausa - No quería tener contacto contigo - Bajé la cabeza - Me hiciste mucho daño, o mejor dicho, si no hubieras hecho lo que no hubiera ido y no hubiera seguido mi vida, hoy soy una persona feliz, fui a la universidad, tengo una tienda en el centro comercial y sigo – pagué mis compras fui al cajero y Carlos se quedó conmigo todo el tiempo después de que pagué todo con mi dinero, él quería pagar mis compras pero no lo hice, salí del mercado y fui a mi auto, puse todo allí y él estaba en mis talones – Adiós Carlos – Me subí al auto y aceleré y eso fue todo lo que le dije, no, yo quería tener contacto con ese hombre.

Carlos es un hombre muy guapo, el verdadero principe azul, tiene ojos verdes, cabello rubio oscuro y mide seis pies de altura, con un cuerpo atletico (por lo que veo iba al gimnasio porque su cuerpo esta mas definido y lleno de musculos ), considerado, cariñoso.

El novio perfecto hasta que descubrí que no tenía nada parecido a un príncipe, en fin, no vale ni el arroz que come como decía la abuela.

Empecé a salir con Carlos cuando tenía unos diecisiete años, él tenía veintidós años y estuvimos juntos durante tres años hasta que descubrí que él también estaba saliendo con casi todas las otras chicas de Estrelinha, solo que yo no lo sabía, hasta uno Un día decidí ir a su casa y sorprenderlo y ahí estaba mi novio en la cama con una de las chicas con las que también ´´salía``.

Lloré, sufrí y me mudé de la ciudad, estudié y me gradué y sigo viviendo mi vida después de sufrir mucho por él.

Salí de la ciudad ante los avances de Carlos, y me dirigí al lugar donde vivían mis padres, por el camino que conducía a la Planta de Caña de Azúcar.

Había un edificio abandonado y, de niño, me encantaba jugar.

Los altos muros, ya verdosos, rotos y gastados por el tiempo, la hierba alta mostrando que hacía mucho tiempo que nadie estaba allí, recuerdo muchas veces salir corriendo de casa para jugar allí con mi hermano y mi madre estaba enfadada por el miedo de que algún nos picaba una serpiente o nos atrapaba algún animal pero era un lugar que me dejaba en paz, me gustaba sentarme y mirar de lejos la hermosa vista y el vaivén de las cañas plantadas allí.

Detuve el auto y me bajé, me quedé allí en mi santuario,

sentada y pensando en la vida, en carlos, en la finca, en mi tienda, en todo y como ha cambiado mi vida, y si hubiera perdonado a carlos, hubiera tenido cuantos hijos en el ruedo de mi falda, una casa que cuidar de, ropa para lavar, y cuantos cuernos tendria en la cabeza.

Y que fue una liberación, como dijo Vanessa.

- Esa fue la liberación de Dios amigo, olvídate de esa patraña.

Perdido en mis pensamientos vi que un helicóptero se acercaba a la sede de la planta, escuché que se lo habían vendido a un jeque y que estaba en Brasil, me dijo mi madre, y que sería bueno para poder generar más empleos. en la región, con máquinas para cosechar caña muchos trabajadores quedaron sin trabajo en la región.

Escuché el ruido de un automóvil que venía por la carretera, parecía un automóvil potente, con un sonido de motor fuerte, solo que más oscuro cuando el automóvil acelera.

Salí a la carretera y vi un Lamborghini Aventador atascado en el barro.

Algo que nunca imaginé.

¿Quién conduce un Lamborghini en un camino de tierra como este?

Solo puede ser una locura.

— Hola, ¿Necesitas ayuda?

– pregunté y una hermosa chica parecía una modelo de ese auto, rubia, blanca, 1.75 de estatura, delgada - La modelo solo puede – susurré.

- Chica, ¿puedes ayudarme?

- con acento francés - Iba a la planta y me quedé atascado.

- Me di cuenta mucho - Extiendo mi mano con un saludo - Mi nombre es Helena Baum, y te puedo ayudar, si, vamos a donde mi padre esta justo despues de la sede de la planta, y le pido que te remolque, o más bien el coche.

- Soy Sophie Muller, muchas gracias, iba a la central eléctrica.

- Mi auto no es tan elegante como el tuyo, pero puedo llevarte.

Nos metimos en una conversación, Sophie es de Francia, su padre es francés y su madre es brasileña, entonces ella habla portugués perfectamente, y por lo que entiendo viven alrededor del mundo viajando, ella es modelo, hija de uno de los nuevos. socios en la planta.

Pasé por la nueva sede de la planta con ella para hacerle saber a su padre que estaba bien.

De allí finalmente nos dirigimos a la finca, todos me están esperando, mis padres son los primeros en llegar y luego mi hermoso hermano, quien al parecer está encantado con Sophie.

- Hija te extraño - dice mamá - ¿Trajiste a una amiga hija?

- Mamá, ella es Sophie, su auto se quedó atascado allí en la antigua sede, y allí podemos ayudarla con el tractor.

- Hija que hermosa eres - dice papá acercándose y abrazándome - Sophie te ayudaremos si, quédate tranquila - Sellando el compromiso con un apretón de manos.

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