*CAPÍTULO 5*
Su boca estaba literalmente abierta sin poder creer lo que aquella inglesa le había dicho, se había acercado tanto a él, que su perfume había inundado sus fosas nasales, queriendo arrebatarle la cordura, esa boca estuvo tan cerca de la suya. . . .
Luego de algunos minutos se recuperó de la impresión y sonrió con picardía. ¿Con qué aquella rosa inglesa tenía carácter?, pues perfecto.
Sería un placer ver como esa furia se convertía en pasión cuando estuviese debajo de él. . . gimiendo.
El almuerzo se llevaba de forma animada, la platica era alegre y las risas inundaban el lugar.
-Zabdiel siempre fue adorable- dice Hayffa- tranquilo y hermoso.
-Por Dios madre-Zabdiel, estaba ruborizado- no era el niño perfección.
-Por su puesto que si, mi cielo. Eras un niño adorable.
-Supongo que eso me convierte en el diablillo de la familia- dijo Zhair intentando parecer ofendido.
-Así es, cariño- dijo Hayffa sonriendo- la verdad es que siempre has sido rebelde y juguetón
-Desde niño se veía que llevaría una excelente vida. No sirvo para ser perfecto y aburrido, eso se lo dejo a Su Excelencia, a mi me encanta divertirme.
-Pues tus diversiones terminaran pasándote factura, tarde o temprano.- le dijo Zabdiel.
-Vamos, no me augure mal, Majestad- le dijo sonriendo- tendré un buen futuro.
-¿De libertino?- preguntó Isabella, con el ceño fruncido.
-De libre, es diferente, Majestad. Disculpe señorita Cooper- se dirigió a Ivette, quién dirigió la vista a él, al igual que Suseth- lamento molestarla pero, podría usted pasarme el pan de centeno- le sonrió- es que a pesar de tener manos largas, en ocasiones me cuesta llegar a lo que deseo- le dijo con un mensaje que solo ellos entenderían. Ivette, quiso asesinarlo por hacerle aquello delante de toda la familia, lo miró directamente a los ojos.
-Por supuesto, Alteza- le sonrió falsamente- siempre hay algo que se escapa de nuestras posibilidades. Aquí tiene el pan.
El almuerzo cambió a tenso y extraño, pues El Príncipe no dejaba de hacer extraños comentarios.
Luego pasaron a uno de los salones a tomar el te donde se reanudó la conversación.
-Así que al fin se casan.
-Así es señora Hayffa- dice Matt sonriente- Su y yo, ya hemos puesto fecha para dentro de dos meses. Estamos ansiosos de casarnos- vuelve a sonreír y toma la mano de su amada, quién también le sonríe.
-¡Qué maravilloso!
-Por supuesto esperamos que puedan acompañarnos.
-Será todo un honor- dijo Hayffa- y nuestra dulce Ivette, ¿cuándo va a casarse?
-Yo. . . – comenzó ella pero su hermana le interrumpió.
-Quizás más pronto de lo que pensamos- dijo Suseth y Zahir, tensó la mandíbula- tiene un pretendiente hermoso y muy lindo, quizás podamos invitarle al bautizo de Nael.
-No creo que. . .
-¡Genial!- dijo Isabella sonriendo- será maravilloso tenerlo aquí unos días- Zahir, estuvo muy cerca de maldecir a gran voz, no quería a ese intruso en su casa.
-A mi me parece una buena idea- dijo Hayffa- si nuestra dulce Ivette, tiene un pretendiente y es algo serio, lo más justo es que esté aquí, compartiendo con la familia.
-James es. . .
-¡Su nombre es James!- Hayffa rió- no te avergüences cariño- le dijo con ternura- te has ruborizado mucho, es solo para fomentar las buenas relaciones, quizás termine siendo tu esposo.
-James, es un hombre de negocios, no creo que pueda venir.
-Nada perdemos con invitarlo- aseguró Suseth.
-Así es- secundó Matt- quizás sea buena idea que venga y comparta con nosotros.
-Quizás. . . – intervino Zahir con voz tensa- sea mejor no molestar al señor James, la señorita Cooper asegura que es un ocupado hombre de negocios, no sería justo hacerle perder su tiempo tan valioso viniendo a un país tan lejano.
-¡Tonterías!- exclamó Hayffa- si la quiere, vendrá, sin importar cuantos negocios tenga que atender.
-Así es- dijo Isabella y se giró hacia su callado esposo- mi señor, para mi sería un placer tener aquí a otro amigo- Zahir, rodó los ojos porque supo que su hermano no le negaría nada a Isabella- compláceme en esto, mi amor.
-Claaaaro. . . – dijo Zahir con tono burlón- placer con placer se paga Majestad.
-¡Zahir!- le reprendió su madre con mirada enojada.
-¡Silencio!- le reprochó Zabdiel- no seas tan vulgar, Alteza, recuerde que habla de su Reina- Isabella se ruborizó al escuchar como El Príncipe era reprendido y a su vez su mandíbula se tensaba y desviaba la vista- Mi amor, señora mía- se dirigió a su esposa- Norusakistan es ahora tu pueblo y Palacio tu casa- la tomó de ambas manos- puede usted invitar a quien lo desee mi Reina, no seré yo quien ponga objeción- Isabella lo miró con adoración.
-Gracias, mi amor. Listo Vetty, comunícate con James, para que venga al bautizo de nuestro Nael Jamal, así podrá quedarse con nosotros unos días y vuelven juntos a Inglaterra- Zahir, apretó los dientes y las manos hasta formarlos puños, estaba a punto de explotar de ira.
-Por supuesto, Excelencia- admitió Ivette, con el rostro enrojecido.
-Yo estoy ansiosa de que El Príncipe, decida sentar cabeza y regalarme al menos dos nietos.
-¡Madre!- gimió- ¡Ya tienes a Nael!
-Pero quiero que te cases y tengas hijos, mi amor. Alá mediante, será pronto.
-¡Por Alá!- gimió frustrado- ¡No voy a casarme madre!- dijo con tanta vehemencia que todos en la sala lo observaron con ojos enormes.
-Eso es lo que dices tu, yo quiero pensar que serás inteligente y buscaras una esposa- le dijo su madre- una mujer que te haga cambiar y que vea que eres valioso, una mujer que te arranque la careta de don Juan.
Dos horas mas tardes seguían reunidos y charlaban, cuando Nazir interrumpió.
-Lo siento- se disculpó apenado- Alteza, ha llegado la señorita Aisha, y solicita verle.
-¿Aisha?- preguntó frunciendo el ceño.