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Capitulo 3: Ojos Cálidos

- ¡Sarah, Sarah! Por favor déjame explicarte no es lo que tú crees -Salí de la tienda casi corriendo con lágrimas en mis ojos-

- ¡Eres un cínico! llevaba más de diez minutos escuchándote decirle a esa mujer como te la querías comer, ¿Cómo te atreves? A mí no me veras la cara de imbécil como lo hiciste con tu esposa –Con mi bolso lo golpeo por la cabeza, hacemos un gran espectáculo en el pasillo del piso cuatro del centro comercial- ¡NO TE ME ACERQUES! Le grité, me di media vuelta y fue cuando tropecé con un hombre alto con gorra y ojos cálidos, su cuerpo era robusto, pero con músculos, me observó con el rostro llenos de lagrimas con el ceño fruncido y en ese momento se acerca corriendo Jen.

- Sara ¿Pero qué está pasando aquí? Amiga cálmate estas embarazada –Abrazo a Jen-

- Este cerdo estaba revolcándose con esa mujer en el probador de esa tienda, por favor Jen sácame de aquí

- Sarah, por favor perdóname, ella no significa nada solo fue una debilidad

La otra mujer tomo sus bolsas de compras y comenzó a golpearlo también, lo llamo imbécil y demás insultos, Jen aprovechó el momento y prácticamente me arrastró hacia el ascensor y nos alejamos de la deprimente escena… Pude observar que el hombre con ojos cálidos me seguía con la mirada y cuando Stan se atrevió a seguirme él se interpuso bloqueando su camino.

Ya en mi apartamento sentada en mi sofá mis lágrimas no paraban de salir y Jen a mi lado consolándome

- Amiga lo siento mucho, yo sé que estabas muy ilusionada pero el que es infiel una vez… -La miro con tristeza y ella cierra sus labios dejándonos en silencio, solo se escuchaban mis sollozos-

- Yo creí que de verdad había cambiado y que seriamos una familia, ahora tendré que criar a este bebé yo sola, porque no quiero saber nada de él

- ¿Y qué vas a hacer si te obliga a respetar sus derechos como padre? -Me encojo de hombros-

- Le diré que le mentí que no es su hijo, el ego lo tiene tan grande que se hará el ofendido y lo creerá, tú sabes cada ladrón juzga por su condición, pero no permitiré que se acerque a mí, por lo pronto mañana le avisaré al jefe que me de la licencia por maternidad y me mudaré solo tú y mis padres lo sabrán –Acaricio mi vientre con mi mano-

- Me parece perfecto, además de igual manera tenías que hacerlo, este apartamento es muy pequeño para criar a un bebé –Asiento, sonándome la nariz y sigo llorando sobre el hombre de mi mejor amiga-

- ¡Shhhh! ¡ya! Todo estará bien amiga, tranquila…

Y es así como parte de mi sueño de tener una familia perfecta y feliz se derrumbó en cuestión de minutos…

Tres meses y medio después.-

- ¿Quieres que venga a ayudarte por unas semanas después que nazca el bebé? -Niego con la cabeza-

- No mamá, yo puedo sola, además no puedes dejar a papá solo

- ¡Oh! Hija él puede cuidarse solo, no quiero que estés sola, tener un hijo es… difícil y en tu condición mas

- Mamá no estoy lisiada, puedo cuidar a mi bebé yo sola, si me escapa de las manos te llamo de inmediato –La miro fijo y ella me mira con duda-

- ¡Uhm! Bueno… y… ¿has pensado en quedarte sola? El bebé necesita un padre Sarah -Ruedo los ojos-

- Mira en estos momentos debo preocuparme por cosas más importantes, se acerca el parto y yo no sé qué esperar, cuando el bebé nazca veré resolver ese problema, por ahora no es mi prioridad ¿Me entiendes? –Suspira y coloca sus manos acariciando mis hombros-

- Está bien hija mía, tú siempre has sido muy independiente y terca –Ambas reímos- pero tranquila todo va a salir bien y cuando te decidas te tengo unos cuantos candidatos

- ¡Ay dios! ¡No! Conozco tus gustos y no, no, no –niego desesperadamente con la cabeza-

- ¡Pero ¿Qué dices?! Tu papá es… perfecto –miramos hacia la terraza mientras mi padre estaba sentado comiendo frutos secos y uno se le cayó de la boca, giré y mire a mi madre viéndolo con esos ojos de enamorada casi le salen corazoncitos de los ojos-

- Bueno yo voy a ir a comprar unas cosas que me hacen falta vuelvo en un rato –Le dejo un beso en la mejilla y salgo-

Analizo lo que acabo de ver entre mis padres y pensándolo bien ciertamente nunca los he visto discutir, si han tenido sus diferencias pero nunca he presenciado un gran pleito o si quiera se dejen de hablar, ellos tuvieron la suerte de ser el uno para el otro, han sido felices…

Erik.-

Estoy en el centro comercial viendo como la gente vive su vida normal, ver esto es mas frustración para mi, justo cuando estoy a punto de irme escucho una mujer gritando, me sirve de distracción y me acerco, contengo una risa al ver como la pequeña mujer con su bolso golpea la cabeza de un hombre quien seguramente es su marido, me quedé embelesado viendo la escena y no me percate lo cerca que estaba cuando la mujer se tropezó conmigo pisando mi pie, sus hermosos color verde me dejaron atontado, su rostro pequeño y sus mejillas rojas húmedas por el llanto, cuando escuché otra mujer acercándose llamándola Sarah, pero todo se derrumbó cuando le dijo que estaba embarazada, no lo había notado.

¿En serio embarazada de este imbécil? pensé, habría sido una gran distracción para mi, es del tipo de mujer que suelen gustarme hermosas, con carácter, la seguí con la mirada y ella hizo lo mismo hasta que escuché su nombre en los labios del idiota que la engañó, giré e impedí que fuera a buscarla.

- Me pareció escuchar que la señorita dijo que la dejara en paz -El idiota frunció su ceño-

- ¡Quítate imbécil! tú no me dices que hacer o no con mi mujer -Al decir esas palabras la otra mujer nuevamente comenzó a golpearlo fue cuando aproveché y me aleje, pensando en esos bellos ojos verdes-

- ¡Sarah! -Susurré-

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