Crecer.
Los niños, las creaturas más desesperantes, sucios y crueles de la naturaleza, sí, sí, son lindos, e inocentes y todo… pero, ellos son muy frágiles y muy complicados, tanto que incluso los adultos podrían comprender.
Mientras la madre de Eddy, cumplía con su papel de policía, en la escuela primaria, el pequeño Eddy no tenía muchos deseos de estudiar, Eddy aún estaba deprimido por la cancelación de su caricatura favorita. Y mientras la maestra daba una pequeña inducción sobre gramática simple, Eddy no prestaba nada de atención, solo dibujaba a su héroe favorito.
— Y como les decía, las divisiones son muy importantes a futuro, si no prestan atención, ustedes serán adultos que no sabrán dividir y eso es patético… Eddy, ¡EDDY! — grita la maestra Rastaputia.
— ¿Sí? — reacciona Eddy al esconder los dibujos.
— ¿estuviste prestando atención, pequeño demonio? — pregunta la enclenque señora.
— Sí, señora, las divisiones, etc.… sí, sí, escuché. — miente Eddy.
— Vale, ¿porque no vienes a dividir un poco? — ordena la maestra.
Eddy sin más opciones, se levanta y entre medio de miradas por parte de todos sus compañeros de clase, por un simple error, Eddy tropieza y deja caer su libreta.
— HAHAHAAHAHA!!
Todos los niños empezaron a burlarse de Eddy, solo por tropezar, algo normal entre los infantiles compañeros de nuestro protagonista, rápidamente él toma sus dibujos para evitar que su maestra los viera, pero, ya era tarde, ya que la maestra y algunos niños que molestaban a Eddy, habían robado sus dibujos.
— ¿Qué es esto? — dice la maestra molesta.
— ¿una vez esa serie para mocosos Eddy? — exclama uno de los brabucones de la clase.
La maestra toma de la oreja a Eddy y lo regaña por sus dibujos de Boomhead. Ella como toda maestra mamona, lo sermonea y lo reprueba injustamente solo por no prestar atención en clase…
— ¡Ay!
— Con que esto estuviste haciendo Eddy, me parece muy mal, te reprobaré, por ser un holgazán perezoso que no hará nada en su vida, ahora, dame la libreta para destruir esos estúpidos dibujos y después vete a la dirección.
La maestra rastaputia, era una señora injusta con los estudiantes, la verdad, ella solo buscaba escusas para reprobar a los niños que no le agradaban, justo como hacia con Eddy, que por alguna razón no le agradaba, talvez era porque él, jamás demostró interés en su clase y solo dibujaba criaturas…
Wow, que cabrona, la verdad se parece a mí maestra de matemáticas, que era una pallaza, y me regañaba por todo, si estas leyendo esto, profe, que se joda… jajajaja en fin… “jupm”
Eddy no tenía motivos para discutir con esa profesora, él, solo quería retirarse y ya, por lo que sin decir ni una sola palabra, entregó la libreta en la que dibujaba a su héroe favorito y se marchó.
— jump, espérame en la dirección, maldito mocoso. — dice rastaputea al tomar la libreta de Eddy.
Mientras nuestro deprimido protagonista, caminaba por los largos pasillos de su escuela, camino hacia la dirección, un adolescente, se acerca a él.
— Pero miren nada más… es Eddy. — responde el pinche adolescente que quería molestar a Eddy.
— ¿Qué quieres nelson? — responde él.
Martin james Nelson, un adolescente problemático, cinco años mayor que Eddy, que, desde hace unos meses, comenzó a molestarlo y robarle el dinero, para su propia diversión; este pendejo, no era nada especial era feo y con agne, simplemente quería molestar a un niño de ocho años…
— Oye, más respeto…
Nelson toma a Eddy de su camisa para exigirle dinero…
— Mas vale que me des el dinero de tu almuerzo o te golpearé. — expresa Nelson con su mano cerrada.
— No tengo el dinero, lo deje en mi mochila, solo iba a la dirección… — responde Eddy intimidado por el adolescente.
Nelson sin dudarlo, empuja a Eddy contra el suelo para después patearlo, una y otra vez, por no darle el dinero.
— ¿Cómo que no tienes mi dinero? ¿acaso crees que estoy jugando? — manifiesta Nelson mientras golpeaba el vientre de Eddy.
Eddy sufría mucho dolor por culpa de ese imbécil, que pensaba que lo iba a matar, pero de repente, Nelson se detiene cuando la profesora de matemáticas interviene.
— ¿Qué sucede aquí? — pregunta la maestra.
— Madre, este… solo estaba jugando. — dice Nelson ante la maestra rastaputea.
Al parecer Nelson y la maestra rastaputea, eran madre e hijo… carajo, ya veo porque el parecido, como sea. La maestra, con una mirada penetrante y aterradora, le ordena a su hijo, retirarse de inmediato…
— Vete a clases, después del recreo, quiero que vayas a mi salón para discutir tu comportamiento, ¿oíste hijo?...
— Si ma… — dice Nelson con una profunda tristeza.
Nelson se retira, como si hubiera visto al diablo y sin decir nada más, se aleja, para después ser castigado por su horrenda madre…
— Ang… ¿nelson es su hijo? — pregunta Eddy al levantarse adolorido por las patadas en su estómago.
— Si… por desgracia, pero, no importa, lo castigaré después de acabar con esto, en fin… ven conmigo a la dirección. — dice la maestra rastaputia al jalar el cabello de Eddy.
En la dirección, Eddy, era constantemente sermoneado por la maestra que solo lo insultaba y lo hacía sentir un inútil.
— Eres un fracaso mocoso, solo dibujas estupideces de la televisión, y no prestas atenciones a clases, en verdad eres una desgracia, no aprendes nada y no haces nada, ¿acaso tú madre no te educó para hacer las tareas? ¿Por qué siempre eres malo en las matemáticas? Eres un niño muy malo… un incapaz…
La maldita maestra, solo molestaba a Eddy, era tan mamona con el pequeño, que solo quería hacerlo llorar con sus palabras, pero, no pudo lograrlo, porque el director, al fin había llegado.
— Lamento llegar tarde, ¿paso algo? — dice el director al cerrar la puerta.
— No, señor, solo estaba hablándole a este mocoso, para que sea más aplicado en mi clase… — dice rastapiutea.
— Ya veo, puede retirarse, yo me encargaré de este chico… — dice el director.
— Si señor…
Rastaputea se marcha de la oficina del director dejándolos a solas…
— ¿Qué te paso Eddy? — dice el director al verlo todo adolorido.
— Nada…
— ¿otra pelea? sabes que no quiero que me ocultes cosas — responde el director.
— Me golpearon sin querer…
— Ja, no entiendo, otros niños, ya se habrían ido de mi escuela, pero, tú, no lo haces, no tienes amigos, te molestan tus compañeros y los brabucones te golpean… ¿Por qué no quieres irte de aquí? — dice el director.
— No lo sé, creó que me gusta a aquí, además, mamá no tiene mucho dinero como para buscar un nuevo hogar e inscribirme en otra escuela. — responde el niño con sinceridad.
Eddy decía la verdad, su madre, no ganaba mucho dinero, el salario apenas les permitía vivir con tranquilidad, y eso era lo único que importaba, o eso pensaba el pequeño de ocho años, que sinceramente, solo quería que su madre no se preocupara por simples peleas o problemas en la escuela.
— Ya veo Eddy, no te castigaré, pero, solo te pido que prestes más atención en clases, sé que te gustan los dibujos, pero, ser un niño creativo no te llevara a nada en esta vida, debes trabajar y estudiar, para salir a delante…
— Si señor…
Eddy, nunca se interesó por los estudios, y para los maestros y adultos, eso al parecer era un crimen, si un niño, no es aplicado o estudioso, no va lograr nada… como narrador que soy, solo diré, que eso es una completa estupidez. No todos salen adelante siendo abogados o maestros, digo, Eddy era un gran artista, sus dibujos eran demasiado hermosos para su edad, pero, para sus maestros, solo eran lindos dibujos… de un niño incapaz.
No me mal interpreten, los estudios son importantes, muy importantes, pero, decirle a una persona que su talento o creatividad no vale nada como un doctorado o una carrera, solo lo va a entristecer… lo va a encerrar en la triste burbuja en la que, si no eres alguien exitoso o rico, eres basura y no vales nada, puedes pintar una obra de arte, pero si no tienes un diploma pegado en tu elegante oficina, entonces para muchos, no eres nada especial.
Eddy abandona la oficina del director, con la clara idea de que debía dejar de dibujar y prestar más atención a clases… lo cual hizo en silencio.
Las horas pasaron y después del último recreo del día, Nelson, embosca Eddy en el baño de niños, para vengarse ciegamente de lo que él no hizo.
— Al fin te encuentro. — exclama Nelson después de golpearle el ojo a Eddy.
Eddy solo quería usar el baño, pero, lamentablemente, no esperaba que un adolescente de 14 años, entrara furioso y lo golpeara en el ojo izquierdo, de forma tan salvaje… Eddy ni siquiera quería llorar, porque estaba más impactado por su agresor, que por su propio ojo.
— Nelson, ¿Qué te pasó? – pregunta Eddy impactado.
Nelson estaba muy maltratado, tenía cortes, golpes y rasguños, como si hubiera sido torturado rápidamente… algo que confundió a Eddy completamente.
— Eso no te incumbe, voy a lastimarte por ser tan molesto, por ser una jodida carga… — alega nelson al cerrar la puerta del baño.
— ¿Qué haces? ¿me vas a golpear? — responde Eddy asustado.
— Por tu culpa mi madre, me sermoneó y me castigó, pero, si me encargó del niño que le fastidia, ella me amará de nuevo…
Eddy no sabía que le pasaba a Nelson y era claro, que iba a golpearlo, por lo que sea que su madre, le había hecho…
— ¿vas a golpearme por algo que no hice? — dice Eddy molesto.
— Cállate, solo eres un estorbo, uno que solamente se la pasa dibujando personajes de series animadas, si te golpeo, no pasara nada. Hahahah— responde Nelson antes de golpear a Eddy hasta dejarlo inconsciente.
De verdad, me cae muy mal ese puto adolescente manco…
Después de la paliza que Eddy recibió injustamente, uno de los maestros lo encontró en el baño y rápidamente lo cargo hasta la enfermería de la escuela, donde lo trataron. Eddy, sufría en silencio, aunque no lo pareciera, no era la única vez que nelson u otros brabucones golpeaban al niño, y además no solo los niños lo molestaban a él, si no también unas niñas con complejo de superioridad… sea como sea, Eddy, simplemente soportaba todo eso en silencio, por una simple razón, para que su madre, la policía que él tanto admira, no se preocupara…
— ¿Entonces eso fue lo que paso hoy? — pregunta la madre de Eddy impactada.
— Si, al parecer por eso Eddy no tiene amigos, porque lo molestan… cuando fui esta tarde a recogerlo, lo vi muy lastimado, tanto que me asusté, el director, ya había llamado a la policía y sanciono al chico que lo golpeó. — dice la vecina.
— ¿y la maestra? — pregunta ella.
— La despidieron, pero no sabemos más…
— Me encargaré de la escuela mañana, nadie toca a mí Eddy… — expresa Carolina muy molesta.
Las cosas no eran fáciles, y se iban a poner peores, ya que, a varios kilómetros de Eddy y su madre, en una compañía de periódicos y revistas, una masacre se estaba dando a cabo, por un ser oscuro, que degollaba, trituraba, mataba y comía a todos los operarios de esa compañía…