Atracción Inesperada (T.2) (COMPLETO)
Sinopsis
ADVERTENCIA: Esta es la segunda temporada de “Atracción Inesperada”, por lo que, si no lees la primera temporada, no comprenderás algunos puntos. En esta temporada, no sólo existirá la pareja de Max y Alex, sino que más bien narrarán varias parejas que iniciarán un romance inesperado.
Capítulo 1: el mejor día de mi vida
…Doki, Doki, Doki…
Hoy mi corazón latía más fuerte que nunca, llevo meses esperando este momento y trato de no aparentar nerviosismo ni mucho menos miedo por lo que he organizado. No cabe duda de que esto cambiaría nuestras vidas por completo y estoy seguro de que habrá lágrimas luego de aterrizar con nuestro paracaídas, que, a su vez, era controlado por un profesional con saltos suficientes como para ganarse el permiso de saltar con otra persona bajo suyo.
Sinceramente, eso también me ponía nervioso, saber que mi vida estará en manos de otra persona me conseguía preocupar, pero me aterraba más lo que vendría después de aterrizar.
Claro que, de cierta forma me tranquilizaba ver a mi amado tan feliz, este estaba muy emocionado por saltar de un avión, tanto que constantemente saltaba de alegría y hasta me abrazaba constantemente acelerando incluso el doble mis latidos que de por sí ya están acelerados.
Esto lo habíamos planeado durante unos meses antes cuando nos retaron unos subscriptores a saltar de un avión en paracaídas, la idea nos gustó a los dos por igual, era una experiencia completamente nueva que tendríamos el honor de compartir juntos.
Nuestras vidas estarían provocando a la muerte en un límite escalofriante, pero aun así queríamos hacerlo juntos para que nuestro aniversario fuera especial, de todas formas, llevamos tres años juntos y se merecía un hecho especial para recordar este aniversario durante mucho hasta que llegara la hora de celebrar uno nuevo.
Antes de pagar el salto en Tándem me informé sobre todo los riesgos, como también de la seguridad que tendría el salto, era mi vida y la de la persona que más amo la que está en juego por ello debía estudiar los riesgos, cuando me di cuenta de que era seguro, firmé todos los acuerdos informándole al personal encargado lo que pensaba hacer, mis amigos por supuesto que nos acompañarán, aunque no se lanzarán, más bien el plan es que se queden en el suelo terminando los preparativos, sin embargo, a mi amado novio le dijimos que grabarían nuestro salto desde otro ángulo, cuando en realidad no sólo grabarán.
Son aproximadamente cuarenta segundos de caída libre, para luego descender en el paracaídas hasta aterrizar, esto sería grabado por un paracaidista especializado en grabar los saltos en Tándem, por ello sabía que todo iría bien con respecto a guardar la experiencia en cámara, además que he sido informado sobre el equipo que cuidará nuestra seguridad, este consta -según los expertos- de 2 paracaídas de última generación y se encuentra respaldado por un sistema de seguridad de apertura automática, por lo que eso no me preocupaba, tenía ganas por montones de saltar del avión y vivir la nueva experiencia junto a mi amado novio que no dejaba de saltar de felicidad dentro de las instalaciones donde nos preparaban para el salto.
Nos enseñaron el arqueo, cómo debíamos estar en el avión, quién saltaba primero y quien saltaba después, nos informaban básicamente sobre todo lo que debíamos hacer durante el salto.
Nuestro equipo de protección constaba de un casco, unas gafas, unos guantes, como también un mono de salto con arnés de sujeción para el salto, tardé un poco al ponerme el mono, pero era básicamente porque tenía que cambiarme de ropa antes de ponerme encima el mono con el que saltaría, cuando nos subíamos al avión todo parecía ir en cámara lenta.
–Si muero, quiero que sepas, que te amo demasiado–le dije a Alex tras el avión despegar, mientras nuestros instructores nos decían que moriríamos en sus manos para ponernos aún más nerviosos.
–Pero ¿qué dices? –decía divertido– tu vida me pertenece, así que no te permito morir–le sonreí antes de depositar un tierno beso en sus labios.
–Será tuyo chaval y todo lo que quieras–hablaba el instructor que tenía a mi espalda–pero yo estaré encima de él y a veces me pongo coqueto con chicos guapos.
Alex carcajeó–bueno no pasa nada, me ama a mí después de todo–mi instructor trató de ponerlo celoso, este me abrazaba y coqueteaba, pero Alex simplemente se reía por las palabras que decía mi instructor.
El ambiente era energético hasta el momento en el que la puerta del avión fue abierta, mi instructor me ató a su equipo chequeando que todo estuviese bien, yo sería el primero en saltar por lo que al ver hacia abajo mi corazón subió a mi boca, tiré un poco mi cabeza hacia atrás como el instructor me decía que hiciera y entonces saltamos, la adrenalina aumentaba por montones viajando por todo mi cuerpo viendo a su vez un hermoso paisaje que me daba este salto, podía ver todo de forma rápida sintiendo como el viento chocaba en mi cara, al principio pensé que no estaba respirando por la emoción de ver el suelo acercarse, pero cuando me relajé disfruté de aquel salto como un niño pequeño disfrutando de un helado, esto había sido lo mejor que había hecho en mi vida.
El instructor se apresuró en aterrizar tras saber que Alex vendría muy cerca, pensé que sería brusco el aterrizaje, sin embargo, fue bastante suave, me desconectó del equipo y enseguida me saqué el mono viendo como mis amigos tenían todo listo, mi adrenalina estaba por las nubes y me posicioné al lado del gran cartel que había preparado para esta ocasión el cual era sostenido por mis amigos.
Cuando vi como el paracaídas de Alex se acercaba hacia nosotros, mantuve mi respiración unos segundos al verlo cada vez más cerca, verifiqué que mi traje estuviera bien situado en mí, no quería verme mal en un momento como este, incluso llevé mi mano a mi bolsillo sacando una pequeña cajita de color roja que esperaba a ser abierta en cuanto Alex aterrizara.
Las cámaras nos apuntaban, la gente que esperaba por su salto nos miraban, mi corazón latía con fuerza, Alex ya había aterrizado y sus ojos estaban abiertos más de lo normal por la sorpresa de ver el cartel con una sola pregunta, me acerqué a él de la misma forma en la que él lo hacía, lo miré a los ojos y me puse de rodillas abriendo la cajita con el anillo, Alex se llevó la mano a la boca por la sorpresa y podía ver como sus ojos se empañaban de lágrimas.
–Mi vida es tuya, mi corazón no late si no es por ti y no sabes lo mucho que te amo y pienso amarte por mucho tiempo más, por eso Alex, ¿quieres casarte conmigo? –dije repitiendo la pregunta que estaba escrita en el cartel.
Alex se quedó en silencio, de sus ojos caían las lágrimas y con una sonrisa en los labios me respondió con un–Sí, sí quiero– que acabó con el nerviosismo de mi cuerpo enseguida, los segundos que había permanecido en silencio me resultaron eternos en ese momento, pero por fin había acabado, le puse el anillo de compromiso en su dedo viendo como en su dedo se veía hermosa aquella argolla que lo comprometía a mí.
Sus brazos me envolvieron con fuerza diciéndome al oído lo mucho que me amaba, la gente nos aplaudía, nuestros amigos lloraban junto a nosotros, sobre todo Sofía quien sin duda era muy ruidosa, esto sin duda había sido el mejor día de mi vida, después de conocerlo, claro, ese fue mi primer mejor día.
No tenía dudas con respecto a nosotros, sé que nuestra relación durará mucho tiempo, sobre todo porque ya no podemos vivir sin el otro, nuestra relación es tan fuerte que no creo que nadie nos separe, de sólo pensar en que nos casaremos mi corazón late con mayor fuerza sintiendo como su corazón latía igual de rápido que el mío, esto era grandioso, por fin podré casarme con la persona que más amo en el mundo.
–¡Felicidades! –nos felicitaban con un afectivo abrazo de parte de nuestros amigos, abrimos una botella de champaña para celebrar brindando felices por esta nueva experiencia, los instructores que saltaron con nosotros en el Tándem nos felicitaban con una sonrisa en los labios, queriendo recibir una invitación a nuestra boda, por supuesto que la tendrían al formar parte de la pedida, además que ellos me ayudaron bastante en este tema.
–Mi amor–me habló Alex abrazándome por la espalda– no puedo esperar a casarnos.
–Yo tampoco...–dije girándome para mirarlo a los ojos– deseo con todas mis fuerzas que ese día llegue pronto.
–¡Te amo! –dijo abrazándome con fuerza envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello mientras mis brazos lo levantaban del suelo haciéndolo girar.