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“¿Crees que soy taxi? Nunca te cobraría la gasolina, solo quiero que me regales tu número y que aceptes salir conmigo algún día”.
Marian observó a Esteban y con una sonrisa coqueta le pasó su número de celular. “Aceptaré salir contigo porque veo que eres una persona humilde, pero si sales con una payasada olvídate que volveré a salir contigo”.
“Bien, ¿pero dime a que se dedica tu papá para lograr tener una mansión como esta, no me digas que es Mafioso”.
“No, tenemos un hotel llamado El Gran viajero, pero estamos pasando un mal momento, si no logramos encontrar un inversor que invierta $1,000,000 seguramente en dos meses nos habremos ido directo a la banca rota, de casualidad ¿tu no tienes esa cantidad?.
Esteban se río apenado al escuchar las palabras de Marian, ella era una persona divertida y muy bromista, todo iba bien hasta que el teléfono de Esteban comenzó a sonar y era del hospital.
-Hola buenas noches, con Esteban Ezequiel Janssen, queremos darle la mala noticia que su abuela sufrió un infarto y se encuentra gravemente hospitalizada, tendremos que operarla ya que se le detectó un tumor y está en riesgo, para poder realizarle la operación tendrá que cancelar la suma de diez mil dólares y es urgente, dijo una dulce voz de una enfermera al otro lado del teléfono.
“Bien, pero de donde voy a sacar esa cantidad de dinero, no soy alguien rico.
“Joven la operación la hace un doctor que viene del extranjero, si no tiene dinero entonces venga por su abuela y llévela a otro hospital, espera…. este es el único así que no tienes opción”. Dijo la enfermera y cortó la llamada.
Esteban estaba preocupado, de dónde iba a sacar tanto dinero. Marian observó que Esteban se puso pálido y se preocupó por el. “¿Te encuentras bien? Dime pasó algo.
“Es mi abuela esta grave en el hospital, me piden una cantidad enorme de dinero y no se que voy hacer” dijo Esteban entre lágrimas.
“Vamos al hospital, yo te acompaño”.
“Tienes que quedarte, tus padres se enojarán si se dan cuenta que te fuiste, te prometo que cuando salga mi abuela del hospital te llevaré a un lugar para que conozcas.
“Esta bien, me avisas”. Dijo Marian y así dio un beso en la mejilla a Esteban, Esteban se dio media vuelta y se dirigió a su motocicleta así la encendió e inició su camino.
En pleno camino un señor estaba tirado en medio de la calle, Esteban estacionó su motocicleta y se bajó para ver si podía ayudarlo pero cinco sujetos encapuchados salieron de su escondite y uno puso su pistola a Esteban en la cabeza, mientras otro puso otra arma por su espalda.
“Capullo si te mueves te mueres”, dijo el tipo mientras otro agarraba su motocicleta y se la llevaba, Esteban no sabía que hacer y se quedó paralizado del miedo, “si llamas a la policía te mueres”, dijo otro sujeto mientras registraba a Esteban hasta quitarle el teléfono , la mochila y el casco , “ahora vete y no voltees por que si no también te mueres” dijo el tipo encapuchado con una risa sarcástica, así lo dejaron ir.
Esteban estaba demasiado triste y no sabía que hacer, su abuela necesitaba el dinero para poder vivir, y a él lo habían robado, Esteban lo único que podía hacer era caminar hasta donde su jefe y pedirle ayuda. Esteban caminó dos horas para llegar donde su jefe, al llegar estaba cansado y sus zapatos estaban rotos y desgastados.
“Jefe necesito su ayuda me acaban de asaltar y mi abuela necesita diez mil dólares para una operación”, dijo Esteban decepcionado, sus lágrimas empezaban a rodar y sus piernas estaban débiles.
“Tu estas loco, de dónde voy a sacar esa cantidad, quieres que venda mi restaurante solo por tu ignorante abuela, sabes que, mejor no me digas nada, también quiero que me pagues mis herramientas”.
Esteban se dio media vuelta y su jefe lo detuvo, “Espera muerto de hambre, hay un sujeto que te está esperando desde hace mucho tiempo, dile que si no va comprar nada que deje la mesa libre”.
Esteban estaba perplejo y con curiosidad por saber quien era así que decidió ir, al llegar a la mesa notó que un sujeto de mediana edad que vestía de forma muy elegante lo observaba de pies a cabeza, el tipo llevaba un esmoquin gris y una maleta en su mano, mientras que en la otra mano llevaba un lápiz, el sujeto era guapo y se parecía a Esteban. “¿Y este tipo que quiere? Se preguntó Esteban en la mente.
El sujeto corrió abrazarlo y le dijo, “querido hijo al fin puedo conocerte, he pasado muchos años buscándote pero al fin te encontré, gaste tanto dinero para encontrarte pero valió la pena hijo”.
Esteban estaba confundido, no sabía quién era este señor, con una mirada de asombro Esteban lo apartó para preguntarle quién era.
“Soy tu padre Esteban, me llamo Gabriel Janssen, hace mucho tiempo te busco, tu madre cambió de dirección, por eso no pude encontrarte”.
“Tu eres el que me abandonó a mi suerte”.
“No tuve opción hijo”.
“Pero si tienes opción de regresar diecisiete años después”.
“No era mi intención hijo, no quería abandonarte, pero tuve que hacerlo”.
“¿Por qué te fuiste?.