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Cariño te encuentras bien”, gritó un joven guapo que vestía muy bien, con una chaqueta de cuero, unos pantalones ajustados unos tenis Nike y un reloj Graff Diamonds con diamantes incorporados , era Max su novio, se acercó y dio un empujón a Esteban lanzando un puñetazo al rostro rompiéndole la nariz.
“Quítate repartidor mediocre, como te atreves a besar a mi novia, no trates de hacerte el héroe frente a ella, vete si no quieres que mande a mis guardias a que te den una paliza, ¡como un gato igualado se atreve a besar a mi novia!”.
“Disculpe joven, es que su novia se desmayó y le estaba dando respiración boca a boca, no fue mi intención ofenderlo, le puedo dar una pizza de compensación”.
“Una pizza, es que me viste cara de muerto de hambre como tu, yo solo como en restaurantes cinco estrellas, no necesito tu patética pizza”. El joven frunció el seño y vio a Esteban con mucho desdén mientras apretaba el puño.
Marian un poco aturdida no podía dejar de ver lo guapo que era Esteban volviendo en si dijo enojada a Max .”Que te pasa Max, ya estoy cansada de tus celos enfermizos, no ves que el joven sólo me está ayudando, no tienes porqué ser tan grosero con el”.
“Tu cállate, tu eres mi novia y sólo eso, nadie te dio derecho a opinar, a estos gatos los trato cómo se lo merecen, solo son una mancha en la sociedad, si este muerto de hambre se atreve a besarte de nuevo te aseguro que encontrarán su cuerpo en un baúl de un carro abandonado en el desierto”.
Marian estaba furiosa con Max, siempre estaba tratándola cómo un objeto personal, solo porque tenía dinero no le daba derecho, ella sabía que el padre de Max podría ayudar a su papá a salir de una crisis que estaba viviendo pero ya estaba aburrida de ser la alfombra de él. Marian dio un paso hacia el frente y lanzó una bofetada a Max.
“Sabes qué...será mejor que terminemos nuestra relación, no puedo ser la novia de alguien tan arrogante, vete de aquí patán asqueroso, lo único que me provocas es asco, tu dinero nunca te enseñó como tratar a una mujer” dijo con una mirada asesina, luego abrió su mochila y le pasó papel a Esteban para su nariz.
“Bien, está bien, ahora prefieres a este gato repartidor de pizza bueno para nada, que a mi, luego no vengas suplicando de rodillas que regrese contigo y de una buena vez olvídate de la ayuda que la empresa de mi padre les iba hacer, ahora enfréntense a la bancarrota” gritó Max enojado, así se dio la vuelta y caminó hasta su Audi A8.
Esteban estaba estupefacto sin saber qué decir, se limpió la sangre y preguntó “¿te encuentras bien?.
“Si, disculpa al patán de Max, su padre es un riquillo y a él le gusta ofender a los demás, no lo tomes personal, el es así, es un salvaje. Dijo Marian mientras ayudaba a Esteban con su nariz.
“Mi nombre es Esteban y es un gusto conocerte”, dijo Esteban mientras estiraba su mano y se presentaba con la hermosa mujer, su corazón le palpitaba a mil por hora y sentía que las palabras no le salían de su boca.
-“Esteban yo soy Marian, estoy en la facultad de ingeniería”.
Marian a pesar que su padre tenía dinero era una persona sencilla que no le gustaba aparentar y miraba a todos iguales, era estudiante de ingeniería. Esteban ayudó a Marian a caminar hasta su auto, un hermoso convertible, abrió la puerta y así Marian entró, al intentar encenderlo el carro se quedó sin batería.
“Tu, ayúdame con mi carro, no quiere encender, échale un vistazo y me dices cuanto te debo pagar”.
Esteban se acercó al carro y lo revisó, al intentarlo encender notó cual era el problema. “Te quedaste sin batería, tienes que llamar a alguien para que te ayude, tienes que cargar la batería, si quieres yo la puedo llevar para que la carguen”.
“Bien, hazme ese favor, pero ¿ahora como hago para irme a mi casa? Se preguntó Marian mientras se rascó la cabeza sintiéndose muy incomoda.
“Yo te puedo llevar, si no te molesta viajar en mi motocicleta”.
“Me llevarás en eso, la última ves no quería encender no me digas que …. ¿Estas seguro que esta vez encenderá?.
“Bien entonces quédate aquí con tu auto, dijo Esteban y subió a su motocicleta, así la encendió y estaba listo para irse, Marian lo tomó de la camiseta y lo detuvo.
“Esta bien, llévame, discúlpame solo estaba jugando contigo, no tienes que tomarte todo tan a pecho”.
Esteban ayudó a Marian a subir a su motocicleta. “Usa este casco Marian”, dijo Esteban y así empezó a acelerar su moto, Marian estaba nerviosa y abrazaba fuerte a Esteban que no podía contener la emoción, Esteban aceleraba más su moto y Marian lo abrazaba más fuerte. Esteban se sentía en una nube, nunca se imaginó poder subir a la mujer que le gustaba en su moto.
Todos los de la universidad observaban a la hermosa Marian subida en la motocicleta de Esteban, algunos se burlaban y otros negaban con la cabeza.
“Observa a Marian, en la moto del repartidor”.
“Que suerte la de ese chico pobretón”.
“¿Marian la que a rechazado a media universidad subida en la moto de un repartidor, es patético”.
Un joven rico que había estado enamorado de Marian desde hace mucho tiempo atrás observaba a la hermosa chica que se marchaba en la moto de Esteban mientras apretaba su puño y golpeaba su auto, un BMW. “Este repartidor me las pagará, Marian nunca aceptó que yo la acompañara a su casa y aceptó la invitación de este mediocre, no dejaré que este repartidor se quede con ella, Marian tendrá que ser mía”. Dijo el joven para si mismo.
Esteban condujo hasta la casa y dejó su moto en el parqueo, luego ayudó a Marian a bajar de la moto, Marian temblaba del miedo y observaba a Esteban con una mirada medio perdida.
“Bien, hemos llegado a tu lujosa mansión mi lady ya la están esperando con su plato de oro y su cuchara de plata” dijo Esteban en tono de burla mientras observaba fijamente a la hermosa chica.
“Pensé que nunca llegaríamos, gracias por traerme, eres muy amable, espera aquí te doy para la gasolina de tu motocicleta”. Así la hermosa chica metió la mano en su cartera y sacó 200$.